Restaurante Bodega Cigaleña en Santander
Restaurante Bodega Cigaleña
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
56 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
9.4
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.3
Vista parcial del techo
Anchoas del Cantábrico
Gambas rojas alistadas
Rabas de calamar
Morcilla de Cigales asada
Quesos.
Anchoas del Cantábrico
Rabas de calamar del Cantábrico
Chuletón de vaca vieja madurada con patatas fritas caseras y pimientos (1, 300 Kg)
Arroz con leche
Pastel de queso horneado
Jesus Madrazo Num. IV DOC Rioja 2019
Los vinos de la comida (salvo el infiltrado)
De Muller Áureo Semi-dulce 60s
Tarta de queso. Detalle
Albóndigas de merluza
Gallo guisado con arroz
Bocartes
Cena
Comida
Vinos cena
Vinos comida
Tarta de queso
Pan
Rabas de calamar del Cantábrico
Tartar de bonito del Cantábrico
Albondigas de bonito con salsa calabresa
Vista del comedor desde nuestra mesa
Esfera de coco y chocolate
Paletilla de Cordero
Ravioli de carrillera
Arroz con pintada de bresse
Machote al horno
Tartar de atún rojo
Tiramisú
Rabas, y bocartes en dos cocciones.
Bocarte Marinado.
Los Vinos
Don Andrés Conde
Tissot Macvin Rouge
Monbourgeau Savagnin y tataki
Fino Gaditano
Vinos
Dados de rape
Cecina
edad
nueces
mar
oficiando
atlántico
montaña
del jardín
madrid
del sur
si, delicia
ambar
de cerca
volveremos..
dos años..
oficiando..
Opiniones de Bodega Cigaleña
OPINIONES
76

Ya ha relatado estupendamente Oscar lo vivido esa noche pero no me parecía justo no agradecer de algún modo el trato recibido.
Por un lado el privilegio de compartir mesa con esa Peña que ha considerado, quizás a partir de hoy cambie la cosa, que mi presencia era “agradable”.
Por otro lado agradecer al local y sobre todo a su alma mater la generosidad demostrada y el saber hacer. D. Andrés es harina de otro costal. Creo que goza haciendo gozar.
Lo comido:
Bocarte marinado
Rabas, bocartes y anchoas rebozadas. Me quedo con estas últimas. Muy ricas.
Merluza a la sal.
Cochinillo confitado.
Tabla de quesos, a destacar el comte. Cojonudo.
Tiramisú acompañado de helado. Estaba muy conseguido.
Destacar, como siempre, el pan. Estupendo. Y buenos cafés, cosa importante.
En el apartado del beber:
Magnum barbadillo manzanilla saca primavera 2014.
Jeronam Abel Mendoza malvasía 2014.
Magnum Dard Ribo crozes Hermitage 2013.
Jerobam Regina vides 1998 de viña Sastre.
Amontillado 12 años Maestro Sierra.
Amontillado viejísimo marqués de Poley de Toro Alba.
Detallazo en exclusiva para mi: Auxey-Duresses. Benjamin Leroux 2011.
Y un final más que feliz con Oremus Tokaji 5 Puttonyos 1975.
Pagar lo que hemos pagado por este homenaje me parece casi pecado. No sé yo si compensa a un local este tipo de cenas. Pero que nos quiten lo “bailao”. Una gozada de cena, una gozada de servicio, una gozada de compañía.
Gracias Peña, gracias Cigaleña y muchísimas gracias D. Andrés. Ya me tenías ganado pero ahora ya me tienes a tus pies.
En esta ocasión he tenido ayuda, algunas fotos no son mías, en otras he tenido ayuda de mis estupendas compañeras de mesa:
http://gastiondo.blogspot.com.es/2016/04/bodega-la-cigalena-santander-comamos.html

Por lo menos una o dos veces al año en mi calendario gastronomico esta marcado este nombre y este hombre, Cigaleña y Andres.

En esta ocasión es el lugar elegido por Javier para empezar el viaje gastronomico de la Peña de los restauranteros por Cantabria y con gran acierto, ya que para mi, como ya he comentado, es la meca del buen beber.

Como siempre Andres nos regalo una clase magistral de cariño hacia el vino, una vez mas se vació, da gusto que alguien trate con tanto cariño este apartado de la gastronomía, y además se nota cuando hay esa reciprocidad entre l maestro y alumno, el maestro sabe que el alumno esta deseoso de conocimiento y se gusta, en resumen una experiencia gratificante.

Empezamos con un bocarte marinado, lo justo, textura tersa, y todo el sabor de la anchoa, nada de ahogarla en vinagre, un pelin salado, pero acompañadas de algas marinas y de una crema, que las suavizaba.

Magnum barbadillo manzanilla saca primavera 2014 para acompañar este primer bocado.

A continuación Rabas, ojito en esta tierra, saben distintas, se nota la calidad del producto y la sutileza del rebozado, además anchoas abiertas y rebozadas, perdón, bocartes y también otros bocartes sin abrir, quizás los que más me gustaron.

Jerobam Abel Mendoza malvasia 2014, fue la opción para seguir disfrutando del vino, magnifico.

Seguimos con una merluza a la sal, en un punto de elaboración magnifico, acompañada de col china, muy rica.

Magnum Dard Ribo crozes Hermitage 2013, maridaje perfecto de este tinto para la merluza, esa frescura y esa acidez fue de la mano del pescado.

En el apartado de la carne, un tierno cochinillo confitado y deshuesado.

Y como joya de acompañamiento, porque al final con Andres es como si cada plato lo acompañase de un tesoro líquido, Jerobam Regina vides 1998 de Viña Sastre.

Un poco de queso, Andres siempre tiene unos quesos estupendos, comte, azul, Tête de Moine y tres más que no me acuerdo del nombre, pero que estaban cojonudos.

Amontillado 12 años de Maestro Sierra, maravilloso acompañante, pero no contento va y, zaska, Amontillado viejísimo marqués de poley de Toro Albala, para morirse de gusto, yo flipaba.

Acabamos con un tiramisu perfectamente ejecutado en cuanto a forma y fondo.

Y claro como mantienes ese nivel en el apartado vinos, nos a jodido, Oremus 5 puttonyos 1975.

Una velada estupenda, menudo principio para la Peña, que generosidad por parte de Andres, que acierto por parte de Javier y que disfrute por parte de todos, una vez más, me postro a sus pies Don Andres.

En esta ocasión cada vino tiene su renglón aparte, como no podía ser menos.

Si, no omito que uno hecho coca cola a un vino, pero bueno no llego la sangre al rio, y si así llego a la felicidad que alcanzamos los demás sin echársela , pues miel sobre hojuelas .

Nueva quedada en este templo del vino sito en Santander. Bodega La Cigaleña. Hoy, representación de casi todo el Mar Cantábrico. Cántabros, vascos y asturianos. Algún gallego nos hubiese hecho falta.
Aparece Andrés que primero nos cuenta un poco lo que vamos a comer y después, es un hombre de muy buen criterio, me comunica que vamos a beber muchos blancos.
Un estupendo pan del que vamos dando más que buena cuenta durante toda la comida. Pan de masa madre, con una corteza que parece pensada para mi, crujiente. Buena miga.
Comenzamos a hacer boca con una mini ensalada de bonita presentaciòn, con lechugas, pimiento, antxoas…. Apetecible cien por cien, fresca, sabrosa. Buen comienzo.
Seguimos con unas muy ricas rabas de calamar. Me encantan, comería sin descanso. Sin tonterías. Producto puro y duro. Muy bien hechas.
Unas riquísimas mollejas, preparadas de una manera a la que no estoy acostumbrado pero que deja mejor conocer lo que realmente son. Sin rebozados, sin panes rallados. Naturales pero muy jugosas y tiernas.
Nos llega ahora el que quizás en mi opinión ha sido el plato de la noche. Unas cojonudas potxas con kokotxas. En ración individual, tiernas y con muchísimo sabor.
No estaba previsto pero es un plato que gusta mucho y al final hemos tenido el placer de comer un estupendo steak tartar con muchísima potencia sápida. Muy bien preparado. Da gusto comerlo.
El único “problema” que ha tenido ha sido que en mi opinión se ha “merendado” al plato posterior. Un sabroso y jugoso salmonete con una salsa preparada con sus propios restos. Creo que lo ideal hubiese sido haber degustado estos dos platos a la inversa. Pero vamos, que no es cuestión de poner pegas que no las hay. No es mi plato favorito y siempre termino compartíéndolo.
Terminamos los platos principales con unas estupendas txuletas, de muy buena calidad. Una carne tan tierna que bien diría que es más ternera que vaca. La grasa está casi mejor que la carne en sí.
Acompañadas de unas cojonudas patatas fritas y unos maravillosos pimientos verdes fritos de tamaño “bocao”. Ambos exquisitios. Nos hemos puesto “bien”.
Una selección de quesos que en algún otro momento sí sería capaz de detallar pero hoy, día en que pesa mucho más lo social que lo puramente gastronómico, tan sólo diré que todos ellos estaban muy ricos. Todos con sabor pero ninguno de ellos con excesiva potencia, esa que a mi al menos, me hace disfrutar muy poco de un queso.
Terminamos con un postre de chocolate presentado muy bonito. Ya los estómagos no están para nadie ni nada pero evidentemente no queda ni una migaja en los platos.
Para beber muchos blancos, cosa que un servidor agradece sobremanera. No soy quien para hablar de los vinos. Tan sólo decir que me ha encantado el de Julen Meyer, me ha gustado mucho el Ribeiro y me ha sorprendido y muy gratamente por cierto, el de Iparralde, el Pantxuri. Aquí os paso la lista en la que falta uno, con una etiqueta muy simpática pero que no tengo ni idea de lo que era. Alguien, espero, nos sacará de dudas.

Emilio Rojo Ribeiro 2004 ---------- Batuta Douro (Portugal) 2012
Julien Meyer, Mer et coquillages 2013 --------- Benjamin Leroux. Bourgogne 2011
Mauro Vendimia Seleccionada 2000 ----------- Roussette de Savoie. Marestell 2010
Arretxea. Pantxuri 2010---------- Cosmic Essencia 2014
De Alberto Dorado ----------- Cotes du Jura. Domaine Macle 2011

De nuevo hoy lo humano ha pesado mucho más que lo demás. Hacer nuevas amistades, con lo caras que están últimamente, no tiene precio. Hemos pasado una velada estupenda, llena de anécdotas y de buen humor.
Para ver alguna foto: http://gastiondo.blogspot.com.es/2016/01/bodega-la-cigalena-santander-d-andres.html

Comida en el día de hoy, acomodados de forma muy holgada en un comedor de la zona inferior.

Nos dejamos llevar por Andrés, de forma parcial en la comida y entregados totalmente en el capítulo de los vinos.

Todos emplatado, hemos comido:

Aperitivo de crema de calabaza con queso.
Verduras de temporada.
Pochas con boletus.
Lubina a la sala.
Pintada
Postre de chocolate con una teja y crema tipo inglesa.

Los mayores elogios se los llevaron los platos de las verduras, la pintada y el postre. Seguidos en menor número de alabanzas por la lubina y por detrás las pochas con boletus.

Y hablando de vinos, el desfile ha sido:

Alexander Jules fino 4- 65 2015
Domaine Danjou-Banessy 2014
Alba brut nature
Belluard Vin Savoie Cepage Mondeuse 2013
Recóndita Armonía 2010

Servicio de sala, mesa, cubertería, y ritmo de los platos, muy adecuado.

El servicio del vino impecable, como es la norma de la casa, con Andrés al frente, no solo en el servicio en si del vino, sino también en la elección de lo más adecuado.

Agua y cafés completaron la comida.

No puede reflejar el importe.

Mi primera visita con Ana y Uxue, por lo tanto imperaba el buen comer antes que el beber, pero claro estando Andres al mando, se juntan las dos cosas, obviamente.

Tenía ganas de disfrutar de la comida del nuevo chef, Jose Manuel de Dios, de una manera mas relajada, que en anteriores reuniones, donde nos juntamos más alrededor del vino que de la comida, que también.

El local esta descrito, empezamos con una crema de calabaza con queso conte, delicioso aperitivo.

A continuación unas verduritas asadas, buen producto, elaboradas con mimo, da gusto.

Almejas con fideos frescos y salsa de berza, ya sabe Andres que me encantan las almejas, todas, y la verdad es que tan elaboradas y fusionadas no las había comido, encantados.

Unas pochas con kokotxas de merluza, sabrosas.

Atún con alga nori y col china, perfectamente enrollada el alga al atún, como si de su piel se tratase, punto optimo de elaboración, seguimos disfrutando.

Carne, como siempre de lo mejor de la zona, con dos salsas, una de mostaza francesa y otra de vodka pera y unas patatas de calidad con pimientos verdes, que estaban buenísimos.

Aquí le pedimos probar de la carta, unas alcachofas con migas de rabo, cebolla, azafrán y laminas de alcachofas fritas, contundentes y sabrosas.

Para acabar una tarta de hojaldre de caramelo y crema de chocolate valrhona caramel, que cosita mas delicada y rica.

Para Uxue, unas pochas, dos croquetas, grandotas y muy ricas, no me acuerdo de que, carne y postre.

Para beber, lo comentado, en casa de Andres, es difícil, más bien imposible no disfrutar de los vinos que atesora y que comparte generosamente.

Un verdejo totalmente diferente y para mi sorprendente , RACK , un BOURGOGNE , de Benjamín Leroux y para la carne un ribera , ya conoce los gustos , VALTRAVIESO , crianza y no me acuerdo que me saco con el postre , pero seguro que algo bueno .

Si a la generosidad de Andres, con el vino, en el sentido más pedagógico de la palabra, aunque también en el económico , le añadimos una cocina mas elaborada , no reniego para nada de las buenas jamadas , de anchoas , pescados , jamon , etc , pero si le das una vuelta mas , como ha hecho Andres , encontraras un binomio ganador .

Que voy a decir que no haya dicho ya, un disfrute total y además, siempre aprendes algo de vino, aunque seas un tarugo como yo.

Dos personas.

No estaba D. Andres (viaje por la Francia para traernos sorpresas). Pedimos algun champan desconocido para acompañar la cena. Se nos recomendo uno, del que no recuerdo el nombre, que resultó estar muerto al abrir la botella. Ni gota de carbonico, ni corona en copa, ni sabor en boca. La botella fue retirada y nos fuimos a un cava. Y no fallamos.

Toda la cena fue a compartir.

Jamón (25). Joselito. Muy bien, aunque los he tomado mejores. Un tanto demasiado curado para mi gusto. En el plato venian cuatro rodajas de un chorizo de vela (origen desconocido) ligeramente picante que estaba para ponerle un piso.

Pulpo brasa (18). Excelente, sin más. Perfecto de punto, con sabor a la brasa en la que llego a mesa. Crema de patata y ¿espinacas? como fondo en los platos.

Bocaditos de merluza (21). La sorpresa de la noche. Se deshacian en la boca. Mi mujer mantenia que estaban rebozados, yo que a la plancha. Rebozados. Con una capa tan sutil de huevo que ni se veia. De diez.

Coulant de chocolate (6,50). Bueno.

Bodega

Cava Castell Roig Gran Reserva B.N. (20). Segunda vez que lo bebo, las dos aquí, y cada vez me gusta más.

Dos moscateles (no recuerdo el nombre, pero muy ricos) y dos cafes, cerraron la cena.

Servicio cercano y profesional.

Sumar el Iva a los precios.

Bueno señorias, una espinita clavada que tenía ya la he sacado. Este sabado Mila y un servidor hemos estado cenando en este clasicazo de Santander.

Nada más entrar por la puerta, sí te gusta esto de mamar ya te das cuenta de que estas en un templo. Siempre he estado bebiendo en la barra, nunca me había cuadrado probar los fogones y puedo decir, que nos ha encantado.

Como bien sabeís Andres ha cambiado de cocinero recientemente, apostando por una cocina más elaborada. No por ello ha desaparecido la carta clásica (menuda cecina les pusieron a nuestra mesa vecina), sino que más bien ha innovado con un menú degustación a 45€ que permitanme decir, es barato!!!.

El menú se compuso:

- Verduras salteadas con jamón. No soy yo muy verdulero, pero os puedo decir que yo dejé poco y Mila nada de nada.

- Pulpo a la brasa. Una patita entera de pulpo sobre un pure, terrible el sabor y el punto.

- Pochas con kokotxas de merluza. Te pasas de buenas!!!

-Pescado. No recuerdo exactamente cual era, pero lo que recuerdo es lo bueno que estaba.

-Solomillo. Terrible.

Una vez finiquitado el menú, quedaba el postre. Im-presionante. Una bola de chocolate frio, una especie de helado pero sin serlo, en una base de láminas de caramelo y demás... para chupar el plato colegas!

Finiquitamos la cena con unos cafes.

¿Para beber? Le dije a Andrés que sacase un Chamapgne fuera de lo cotidiano, dejé hacer al que sabe como siempre hago 8y en este cao, Andrés sabe la ostia). El me comento que buscaría uno apropiado para el menú y joder que cosa nos saco... Yo no lo conocía, pero OLIVER PÈRE & FILS lo bordo. No me pregunteís sobre añadas y cosas de esas, yo os puedo decir que nos gusto mucho tanto a Mila como a mí.

¿Qué sí volveremos? Menudo chiste, está claro que por supuesto!!!!

Hacía años que no me sentaba en una mesa de la Cigaleña. Craso error. Años de beber bien y tomar buenos pinchos, pero sin más, acodado en algún ricón de la barra. Lo arregle el día de Reyes, en el que decidí ir a beber y acompañarlo con algo rico para comer.

En la barra pregunto si les queda algo de Fizzy Bitxia, ese txacoli del que tanto había oido hablar. Me dicen que nones, que no queda nada. Lo arreglo con un buen albariño. Sentados (dos) a la mesa le digo a Andres (D. Andres) que es una lástima que no le quede ese vino porque tenía curiosidad por probarlo. Sonrie y me dice que cree que algo queda en la bodega, Me cuenta la historia del vino. Me da sed.

A compartir

1/2 de salchichón de vela de Joselito (6,50). Esto es salchichón, suave, tierno, de maravilloso sabor.

Una de cecina con pimientos (13). Buena cecina con excelentes pimientos asados. El bocado gana tomandolo en conjunto.

Individuales

Huevos Joselito (18). Sencillo, simple, excelente. Huevos fritos, buenas patatas, ricos pimientos y unas lonchas de ese milagro. ¿Para que más?.

Entrecot (24). Me dan a elegir entre chuleta, entrecot o solomillo. De cabeza al entrecostillado. Sangrante con costra exterior. Buenas patatas y pimientos. Disfruto de la carne.

No hay postres.

Bodega

Con los entrantes cae la botella de Fizzy. No la puedo comparar con nada bebido antes. Es un refresco (7 grados) que sabe a txacolí y tambien a sidra. Que es fresco, acido, joven y más viejo que la humedad. Solo se que quiero más.

Con los segundos le digo a Andres que quiero alguna copa de tinto y mi acompañante algúna de cava. Hecho. Para que complicarse si hay una botella de Muga 2010. Esta rico con ganas pero me quedo en una copa muy generosamente servida aunque me dejen la tentación (botella) encima de la mesa. La señora que me acompaña descubre (y yo tambien) que aunque seamos bebedores de cava desde hace años nos queda mucho por aprender. Castell Roig Gran Reserva. Joder que vino. Caen un par de copas. Nos dejan la botella en la cubitera, por si acaso.

No queremosm postres, pero algo dulce hay que llevarse a la boca y con los cafes, nuevamente por indicación de Andres, caen un par de copas de Porto Tawny Niepport. Es dulce y fresco. Es potente y fácil de beber. No se describirlo. Es cojonudo.

No puedo hablar de los precios de los vinos. Se me facturan, en concepto de bodega, 10 Euros (1) y 3 Euros (2). Supongo que lo primero es la botella de txacoli y lo segundo una copa de cava y la de tinto. Invitación a los cafes y a bodega, sin especificar.

A los precios indicados sumar el Iva.

Me tengo que dar un paseo hasta el espigón de Puertochico...

PS Por cierto, Andres no me conoce de nada y yo no mento que participo en esta página.

Todo empezó cuando el abuelo vendió sus vides en Cigales en 1.949. Casi cincuenta años más tarde en 2006 el padre se jubila. Desde ese momento, Andrés Conde Laya se convierte en el espíritu de la Bodega La Cigaleña. Un museo del vino con más de 1400 referencias. Sin duda, una de las mejores bodegas de este país.

Andrés es pasión y generosidad vinícola. Transparencia, conocimiento. Desea hacer disfrutar compartiendo esos vinos de compleja localización. Referencias únicas, añadas complicadas y esa relación con bodegueros franceses que solo Andrés Conde tiene provocan que La Cigaleña sea el sitio ideal para juntarse con unos cuantos amigos, ponerse en sus manos y disfrutar el vino. Gozar desde el desconocimiento de lo nunca probado y sin límites. Encontrar el placer en beber vino.

Desde hace prácticamente un mes, en La Cigaleña se ha apostado por nuevas manos en la cocina. En concreto, las de José Manuel de Dios. Cántabro, segundo durante años de Jesús Sánchez y que ha pasado los últimos años en Francia: Hotel Le Saint James y Michel Bras.

Comenzamos como aperitivos con una sedosa crema de calabaza y queso que nos sube los grados. A la cual sucede una melva ahumada con huevas de salmón y tomate. Buen sabor y textura, algún contraste y una pizca de falta de temperatura. Para acompañar un vino de Jacques Maillet, en concreto un Rousette de Savoie Autrement. Frescura biodinámica sin filtros.

Pasamos a un pulpo braseado e infusionado con aceite de trufa, judías, espinacas y caracolillos. Puesta en escena. Hermosas patas del cefalópodo. La judía verde crujiente y la crema de espinacas destacaban por todo lo alto en esta composición donde al pulpo le faltaba un golpe de aderezo que impulsara su sabor. Sentido y sensibilidad para la verdura. Seguimos con pequeños productores con Les Nöels de Montbenault, un Chenin de Richard Leroy (2012). Solo dos hectáreas de viñedo para este vino cuasi natural cualificado como de mesa por estar fuera del sistema. Rarezas que nos deleitan.

Más clásicas resultan unas pochas de Navarra con cocochas que nos hacen disfrutar de lo lindo. Pura cremosidad marina. Gran ligazón con la gelatina de la glándula y la mantecosidad de la alubia. Placer gastronómico que se acompaña de un excelente vino rosado L’Anglore 2013 Lirac Eric Pfifflering. Duetos que enamoran.

A continuación tres platos con perfil de principal donde José Manuel da cierto protagonismo a las verduras en la composición de los mismos. Comenzaríamos por salmonete, jugo se sus interiores y nabo negro. Juego de contrastes entre esos interiores del pescado y el toque terráceo de la verdura. En el conjunto sápido, el nabo adquiere demasiada relevancia debido al grosor. Antítesis del paladar al disponer de todos los elementos en boca.

Seguiríamos con el mero, palomitas de coliflor, cebolla francesa y colinabo. Se finaliza el emplatado en la mesa colocando estos dos últimos elementos. El pescado destaca por su punto y jugosidad. Al plato, le echamos en falta un hilo conductor que cohexionará los diferentes componentes. De nuevo, la verdura con trascendencia. Los dos pescados marinados con la versatilidad que porta un vino de Bourgogne elaborado con Pinot Noir de Domaine Regis Changarnier.

Finalizamos con alcachofa, rabo de ternera e hinojo. Tremendo y profundo guiso que se observa en la densidad del fondo. Sabores que se fusionan destacando con mayor protagonismo el de la cola. En este caso el hinojo rebaja con estilo la potencia del condumio. Disfrute puro. Se acompaña de un Jerez del 81 (Don Zoilo Very Rare Medium Sherry – Bodegas Ruiz Mateos) que aguanta perfectamente el envite del “astado”.

Toque de dulzor con la teja y helado de cítricos. Crujiente, sin excesiva carga azucarada, y rellena de chocolate y café. Toques ácidos, dulces y amargos que se asocian con un Cape Fortified Niepoort & Sadie (Sudáfrica).

Proposición gastronómica en rodaje para una experiencia vinícola única y de elevada recomendación. Destacamos las pochas con cocochas, el rabo con alcachofas y esa judía con espinacas y caracolillos que acompañaban al pulpo. Mejor resultado cuando se apuesta de forma directa por el sabor. En relación a los vinos donde solo existe mi instinto y paladar, por la ausencia de conocimiento, siendo todos de gran calidad, nos quedamos con la frescura del Chenin de Ricard Leroy y el Don Zoilo del 81, empaque jerezano.

Tiempos de cambios que los entusiastas de La Cigaleña agradecemos. Esto solo es el comienzo, porque en la santanderina calle Daoíz y Velarde van a ocurrir muchas cosas. Se necesita atrevimiento para cambiar los acontecimientos.

Bodega La Cigaleña : El Placer de Beber . Post completo y fotos en: http://www.complicidadgastronomica.es/?p=4520

Este lugar con solera está céntrico, en una calle paralela al Paseo Pereda junto al mar. Su portal ya nos habla del interior: forja de hierro y azulejos pintados, anunciando el Museo del Vino. Te adentras en un lugar abigarrado, repleto de botellas de vino de colección, figurillas, vasijas, jarras, cuadros, textiles, ni un centímetro libre en sus múltiples rincones. Lugar añejo como sus botellas, de larga tradición en el servicio a su clientes.
Liderado por Andrés Conde
Al frente del negocio, Andrés Conde, maestro de ceremonias y la razón por la que los amantes del vino peregrinan hacia este lugar. Andrés es la cara visible de la tercera generación de esta saga familiar que acumula sabiduría embotellada, de los vinos de ayer y hoy. Con la entrega de que sólo los apasionados en la materia son capaces, Andrés te recomienda, te presenta y te sirve el vino, trasmitiéndote ese gusto por disfrutarlo. Documentado, viajado, actualizado, él visita personalmente a sus proveedores para elegir el producto que ofrece.
Un tesoro de joyas vinícolas
En este museo encuentras Riojas viejos de añadas centenarias, de la colección que ya empezó su abuelo. Pero aquí puedes disfrutar de vinos de casi todas las regiones españolas, los más importantes de Francia: Burdeos, Borgoña, Champagne, Jura… y de otras partes del mundo. En definitiva aquellos vinos que, sean de donde sean, tengan el denominador común de: autenticidad y calidad. Atesora en su bodega auténticas joyas vinícolas.
El vino es el rey, la comida su dama
En un entorno donde el vino es el rey, la comida se convierte en el maridaje, la armonía que acompaña la degustación. Te ofrece cocina de elaboración sencilla, con producto de gran calidad. También en este capítulo se cuidan mucho en la elección de la materia y sus proveedores. El resultado final es una buena comida con una increíble selección de vinos.
Nos dejamos llevar por el consejo de Andrés, quien nos atendió personalmente en todo momento. Quizá fue por quien nos recomendó y por quien nos acompañaba, pero probablemente todo el “enochalado” que se identifique, encontrará en este apasionado un cicerone entusiasmado por conducirte en este festival.
Vamos con la comida, de la que poco puedo decir además de su excelso producto y tratamiento respetuoso y adecuado.
Rabas de calamar
La rabas es como en Cantabria llaman a las patas del calamar, pasadas por harina y fritas. Hoy día te ponen el resto del calamar también. Probamos varias en nuestro viaje pero como éstas ningunas. Primero porque saben a calamar (será que sí son de este cefalópodo), segundo por su ternura y tercero por esa fritura con el aceite necesario, sin exceso.
Almejas.- Lo más discreto. Correctas sin más.
Tataki de atún rojo
Aquí vemos que esta tradicional casa de comidas se sube a la moda de la cocina oriental. Ejecuta con acierto la elaboración del tataki y sus salsas de acompañamiento, por supuesto, partiendo de un atún de calidad.
Chuletón de vaca vieja
Buena carne de procedencia gallega, hecha al punto requerido, con guarnición de patatas y pimientos verdes fritos.
Queso Mmmm, qué final tan delicioso. Los quesos para poner broche a este disfrute y, por supuesto, acompañado del moscatel añejo de Chipiona César Florido.

Yo disfruté de esta comida por la agradable compañía, la atención entusiasta de Andrés y todo lo degustado. Sin embargo, de este momento destaco la felicidad de Jose probando, preguntando, escuchando, descubriendo todo aquello que Andrés le dio a probar.
Sobre los vinos tomé las notas de José Ruiz y las trascribí en el blog que te invito a visitar.
http://www.vinowine.es/restaurantes/bodega-la-cigalena-meca-del-vino.html

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