Restaurante DiverXO en Madrid
Restaurante DiverXO
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
75,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
168 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.9
Comida COMIDA
9.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.7
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Lienzo 8. Acariciado 10 seg. en Wok a la Sichuan. Bosque cremoso y lácteos tostados. Ajo negro y condimento de salmonete crujiente
Lienzo 3. Untuosidades Máximas. Picante Vegetal
Lienzo 2 (Yodados). Acidulce. Marino y Agua de Mar
Espárrago- DiverXO
Ponze- DiverXO
Kimchee- DiverXO
DiverXO
DiverXO
Decoracion- DiverXO
Cochinillo sobre espardeña- DiverXO
Curry rojo de rabo de toro con socarrat de arroz guisado con coco- DiverXO
Puntilla, morcilla y oreja de cerdo con huevas de codorniz y salsa de jalapeños- DiverXO
Crepes de pato pequines- DiverXO
Opiniones de DiverXO
OPINIONES
118

Conste que fui con toda la ilusión del mundo. Reserva hecha hace 6 meses y con suerte.
Nos sientan en la mesa, nos dan a elegir menú largo o corto, y tuve que convencer al personal de que quería el largo. Nos traen agua y carta de vinos, y el primer plato. Nadie se presenta como sumiller. Nos traen un complemento al primer plato, y nos dicen que empecemos ya que se nos acumula el trabajo. Solicito por favor la presencia del sumiller para que nos oriente. Acude una persona joven que no se presenta, pero que no es el sumiller oficial. Le solicito un champagne, me recomienda uno que no conozco, pero que acepto ante la presión que se comienza a notar en el ambiente.
Traen el segundo plato, con un pelo que se ve desde lejos. Cuando lo comento se quedan un poco escamados, y nos retiran el plato para traer uno nuevo. Me dicen que debe ser de un cepillo de la cocina, pero el señor pelo tenía hasta su raíz. Con este comienzo ya te aumenta el agobio y te dan ganas de irte. A todo esto, la mesa de al lado se levanta y se va, también por el motivo de la presión ejercida por el personal.
Decidimos quedarnos y a partir de aquí la cosa se va encauzando. Buen ritmo en los platos, en general de muy alto nivel como no podía ser de otra manera.
Nos invitaron a una copa de amontillado y otra de tinto por las molestias.
Pagamos y nos vamos.
Se echa en falta al jefe y dueño del restaurante, creo que parte del precio es por conocerle y saludarle. En su defecto, comprendo que no puede vivir allí (antes sí lo hacía), creo que debería haber alguna persona con más experiencia que dirigiera la sala y que diera la cara ante cualquier incidente. Alabo el gusto por contar con personal joven, pero creo que alguien con más tablas debería estar allí, en mi caso al menos lo eché de menos, y creo que la mesa de al lado también.
La comida bien, algún plato en la memoria, pero no compensa el esfuerzo hecho tanto económico como para reservar (en mi caso además viaje, hotel,etc.).
En fin, mis esfuerzos en la próxima ocasión irán hacia otro lugar. Una pena y espero que solo fuese un mal día.

Nueva visita a mi restaurante favorito, esta vez con la parienta, el año pasado le gusto mucho Streetxo y este año he querido darle una sorpresa, hasta que no llagamos a la puerta , no sabia que iba, la engañe diciéndola que íbamos a 99 sushi, que esta en el mismo hotel.

Visita por la cocina, saludo rápido a Dabiz, por que le pillamos de camino y para la mesa cubierta con la famosa cortina negra llena de ojos pintados, si de primeras agobia un poco, te ponen tus velitas, todo muy cuci, pero la falta de costumbre, hace que al poco cuando las recogen y empiezas a ver a los demás comensales, note cierto alivio, yo creo que esto lo tienen estudiado, para empezar con el torrente de sentimientos que van apareciendo en una velada de cuatro horas , en la que pasas por muchos estados de animo , sorpresa , felicidad , tristeza , cuando se va acabando , en un momento te encuentras tarareando y hasta moviéndote al ritmo de la buena música que tienen , y en mi caso es un síntoma claro de felicidad , ya lo siento , los que me conocéis , sabéis que soy un fan incondicional de Dabiz , que me cae de puta madre , y de su cocina , que como comentan en Diverxo , es el mundo onírico de Dabiz Muñoz , y con la que mucha gente gozamos .

Para mi cada visita es lo mas emocionante desde el punto de vista gastronomico , intento desengancharme , cada año , espero que algo falle , que algo me desagrade , para poder dar algo de razón a esa gente que odia su cocina , aunque creo que odian al Xef .

El caso es que siempre salgo pensando en volver y eso no me ha pasado en casi ningún sitio y desde luego de los locales más estrellados es del único que salgo así.

Respeto mucho, como no podía ser de otro modo, a la gente que ha probado su cocina y no le gusta, eso si, no soporto las envidias y las críticas sin sentido, sin saber de que se habla, pero bueno esto es más del tema redes sociales.

Por supuesto he notado una evolución en su cocina, no se puede negar, siguiendo la pauta del sabor por encima de todo y de la originalidad como firme premisa que le obsesiona.

Me parece oportuno este símil, a mi me encanta el vino joven, mucho , los de maceración carbónica , me parecen mas insolentes , mas sencillos , mas fáciles de beber , llenos de fruta , llenos de chispa , así era la cocina que yo conocí hace años en Diverxo , que ha pasado ; que como los mejores vinos de año son seleccionados para mejores propósitos , pasan por una crianza , por un mayor cuidado y por botella , hasta obtener un producto totalmente diferente , mas redondo , con muchos mas matices , olores , sabores y no por ello peor , al contrario , creo que distinto , pero con mas valor adquirido .

Quizás no sea un buen ejemplo, ya que la chispa en la cocina de Dabiz se mantiene, pero se nota todo mas pulido, mas meditado, más elegante, más redondo, que diríamos de un vino después de pasar por la crianza, con menos aristas.

Bueno ya me he hecho la picha un lió, sigue siendo hadrcore, pero en vez de tocar en un estadio de fútbol, ahora es un hard core de teatro, mas fino, lo dejo, me vais a mandar a….
También es un ser vivo el local de Dabiz , ya que va evolucionando y cambiando , no solo por la cocina , también el personal , muy joven , pero bien instruido en como hacer pasar un buen rato , este año el uniforme , eran pantalones de pitillo , unos grises otros negros y todos con camisa blanca , y unos tirantes rojos , que destacaban y cada uno llevaba los tirantes colocados de una manera , eso es también una novedad , respecto a otros locales donde no se varia la vestimenta , ya os he comentado la única regla de Diverxo es sorprender .

Por supuesto escogí el menú largo, que siempre a mitad de camino me gustaría alargar, pero que cuando llega al final, me doy cuenta de que seria absurdo hacerlo.

Este menú consta de 18 lienzos o pases y cada lienzo lleva varias elaboraciones, así que nunca me acuerdo de la cantidad de creaciones que tomo, pero salgo de puta madre y feliz como una perdiz, y en este caso Ana, flipando también.

225€ iva incluido, ya se que suena obsceno, pero me parece un regalo, cada uno tenemos nuestras prioridades, y hay gente que no da un duro por comer bien y sin embargo se va a un partido de la Champions y se gasta mas, cuestión de gustos, todos respetables.

No os enunciare los lienzos, os dejo fotos del menú, por si alguno quiere echarles un vistazo, eso si os comentare unos pocos productos, como suelo hacer.

Kokotxa de pescadilla, chile ahumado chipotte, gamba roja en más de un lienzo, bergamota, galeras, mantequilla de búfala, arroz rojo japonés, yuzu, siracha casera , pimienta sansho , wagyu japonés , achiote , rábano raifort , trufa negra , aleta de bacalao , necora , gallina de guinea , ginseng , chipirones , salsa Xo , salmonetes , azafrán , leche de oveja , tomburi , angulas , ventresca de atún rojo , erizos de mar , sisho , pato , cabrito , liebre , sepia ,lima keffir , coco ,rape , aceite de vainilla , sésamo negro ,mostaza dulce japonesa , cigalas , mantequilla de ajos negros , carabineros , ruibarbo , guayaba , albahaca thai , etc, etc, etc , todos ellos tratados con mimo , con las cocciones que mejor le van .

Mucho wok, plancha y robata japonesa y sobre todo una puta locura para dar con lo que mejor le va a cada producto, y variarlo una y mil veces, hasta dar con la tecla o con varias teclas, ya que las combinaciones son muchas, y los mismos lienzos pueden variar de un día a otro, como he dicho la única regla es sorprender al comensal y que tenga la sensación que en ningún otro sitio podría disfrutar así, conmigo lo consiguen año, tras año.

Para beber Abadia de Gomariz 2012, 35€, desde la ignorancia, tengo la teoría de que al estilo de comida de Diverxo le va el tinto gallego, o mas bien es querer juntar mis dos grandes amores gastronomicos, en otra ocasión bebí Zarate caiño y también disfrute mucho.

Un par de elaboraciones llevaban palo cortado, en espuma y con carne estofada, en otra elaboración usaba riesling y trufa para una emulsión.

En el lienzo 10, tipico “YamCha” de Hong kong…versión Dabiz Muñoz, en vez de usar, Te, lo sustituyo por cuatro vinos dulces, uno por cada pase de este lienzo, el ultimo un tokai.

Los precios, como siempre en estos locales, altos, la carta de vinos, mejorando año, tras año, que podría ser mejor, pues si, sin duda, pero para esa gente que critica que en este local se pasa del vino, ya ni siquiera en las elaboraciones de cocina es cierto y por supuesto, atentos siempre a la copa y su rellenado, pese a que insistí en que me encargaba yo, muy amablemente me dijeron que para eso estaban ellos .

Bueno deseando volver, esa es mi mejor conclusión.

NOTA. Es un sitio tan diferente que creo merece la pena cambiar un poco el formato para no hacer la cronica eterna. El que quiera mas detalles de los platos, en el video de youtube de loscomensales o en el mismo blog podra encontrar esa información

VISITADO: Julio de 2016
COCINA: De autor; alta gastronomía
PRECIO: €€€€€ (más de 50€ por persona sin bebidas)
NOMBRES PROPIOS: David Muñoz, chef y alma mater del proyecto
WEB: Página web visual y efectista pero con una información muy limitada.
TELÉFONO: 915 70 07 66
DIRECCIÓN: NH Eurobuilding, Calle de Padre Damián, 23
LOCALIDAD: Madrid
ZONA: Bernabeu
WIFI: Si (hay que pedir el password)
DISTINCIONES: De lo bueno lo mejor; Guía Michelín; Guía Repsol; Pintoresco; Recomendado

Es la primera vez que visitaba un restaurante galardonado con las famosas tres estrellas michelín y debo decir que la experiencia fue diferente a lo vivido anteriormente. Si quieres saber si mereció la pena sigue leyendo....

La experiencia Diverso comienza el día anterior cuando recibes la llamada de una señora que verifica que te acuerdas de la cita, te pregunta si tienes algún tipo de alergia tú o alguno de los comensales y te recuerda la hora a la que debes llegar: 14:10.

Sorprendido por esa precisión le pregunto si hay algún problema si nos adelantamos un poco o nos retrasamos un poco, ya que vamos desde Alicante a lo que ella responde que no, pero que no quieren hacernos esperar y que por tanto nos aconseja puntualidad.

Llegamos al día siguiente absolutamente puntuales, nos reciben y al entrar en el restaurante todo está lleno de cortinas negras; nos hacen ir andando entre ellas (creo que dándonos más vueltas de las necesarias :-) ) hasta que abren unas donde aparece una mesa redonda y cuatro sillones de cuero claro muy muy cómodos. La verdad es que estaba todo bastante oscuro por lo que pronto aparece una señorita que nos enciende el candelabro que preside la mesa y da un peco de fulgor a la estancia. Con las cortinas cerradas van apareciendo camareros por la distintas aperturas dando, si no susto, si sorpresa, pues ni los ves ni los oyes llegar. Con el paso del tiempo se irán encendiendo unas luces de debajo de la mesa y posteriormente otras que están sobre la mesa.

Una vez elegido el menú (número de platos) y los vinos, te traen los primeros bocados y poco después las cortinas se abren dejándote ver el resto del local...en teoría ves todo, pero todos los comensales están encerrados tras sus cortinas y estas se irán abriendo a lo largo de la comida y al final si podrás ver al resto de los comensales y como el lector puede imaginar el local es muy espacioso.

Pasamos a reseñar los platos que tomamos y señalaré los que más me gustaron con (*), pues entrar en el comentario de cada uno de ellos haría una crónica más larga que el Quijote

Eramos 4 personas para una comida.

Precio:
─ La nota de esta comida fue de 216€ por persona todo incluido.
─ La nota de esta comida fue de 185€ por persona sin incluir las bebidas (vino, agua, cafés, cervezas, refrescos, copas…).

Preguntas

¿Merece la pena pagar esa pasta por comer?
La verdad es que es la primera vez que pago una cantidad semejante y debo decir que me escuece. ¿Merece la pena pagar un dineral por un concierto, un partido de fútbol?. Creo que si la actividad te gusta lo suficiente la respuesta es SI, sin duda. En mi caso si mereció la pena, me pareció una experiencia bastante única y como es algo que no repetiré con frecuencia, sin duda SI.

A mi no me importa gastarme esa cantidad, pero soy un poco rarito comiendo, ¿como lo ves?
Bueno en un lugar así se intentan adaptar a tus gustos pero si eres de los que siempre pide chuletón, patatas, y los spaguettis de tu madre, no vayas, busca un asador cerca de casa y date por contento, tú no saldrás satisfecho y amargaras la comida al que vaya contigo.

¿Sales con hambre?
A no ser que seas un cachalote que seas capaz de comerte solo un cocido para cuatro, no saldrás con hambre; la variedad de platos, sabores, texturas y demás te dejará saciado pero tampoco saldrás como una boa después de haberse comido un buey. Si eres de poco comer probablemente no cenes, pero en caso contrario la noche reclamará su cuota.

¿Y los vinos?
Una de las leyendas urbanas es que los precios de los vinos on baratos e incluso yo personalmente oí en un programa de televisión que los vinos erana baratos pues David no basa su modelo de negocio en las bebidas, si no en su cocina. Como he dicho al principio, leyenda urbana, los vinos empiezan a un precio de 35€ (son buenos vinos eso sí) y el margen de las bebidas en general es elevado, por ejemplo 1 litro de Solan de Cabras 5,50€ que no por ser habitual en este tipo de locales, es menos llamativo.

¿Realmente se nota una gran diferencia en la comida entre un tres estrellas y otro por ejemplo de dos o de una?
Pues si he de ser sincero no mucha, no he estado en ninguno de dos y he estado en varios de una estrella. No hay gran diferencia en el nivel de la comida, la verdad es que en Diverxo los sabores son más atrevidos, las presentaciones como siguiendo un guión más depurado, pero los platos como tal un poco por encima de lo que he probado pero ligeramente.

¿Que es lo que más te ha gustado de lo que has comido?
Creo que de salado lo mejor, quizás por la sorpresa, fueron los dos primeros lienzos: “Viva México cabrones! y ventresca de atún rojo “Hagashi””
Pero los postres, que no soy mucho de postres, me entusiasmaron, creo que son los mejores postres que he comido.

¿Vistes a David Muñoz?
No, no le vimos y eso que preguntamos si saldría. El camarero nos dijo que no, que no le gusta salir y que no entiende que deba salir al igual que si compras un disco de una persona no tienes por que conocer personalmente al cantante. Yo no estoy de acuerdo con ese razonamiento porque para mi es más como ir a un concierto que comprar un disco, y si el solista no aparece ….

¿Que opinión te merece el personaje?
Para mi es alguien a admirar, sin ninguna duda, por la siguientes razones
Es un gran cocinero, de eso no cabe ninguna duda y ser uno de la élite en un mundo tan competitivo y complejo tiene mucho mérito.
Para llevar un restaurante no solo hace falta ser buen cocinero además hay que gestionar un equipo y en diverxo, todo parece un caos pero todo funciona.
Para hacer lo que ha hecho él, hay que ser un gran empresario, hay ejemplos de cocineros sobresalientes que han cerrado sus restaurantes…
Por último ha sabido venderlo, porque si no lo vendes nada de lo anterior vale y el lo ha hecho
Es cierto que no me gustan los personajes tan mediáticos, pero es mi gusto personal, goza de mi admiración y no es el único.

Desde mi primera visita al DiverXO (allá por el año 2010-2011) me convertí en un fanático de la cocina (y persona) de David Muñoz. Estos últimos años, he asistido con entusiasmo desde la distancia (última visita con 2 Estrellas en la calle Pensamiento y algunas visitas regulares al StreetXO) al meteórico ascenso de David en los medios. A pesar de todo lo que se ha generado alrededor del personaje, los regulares comentarios de los miembros habituales de Verema, me tranquilizaban en el sentido de que el fondo (la oferta gastronómica) si bien había perdido algo de chispa o magia, seguía siendo la protagonista.

Más recientemente si me ha dejado algo perplejo el comentario de David reconociendo errores de planteamiento en los “platos-lienzos” surgidos en la calle Pensamiento, algo para mi inaudito, una vez que en mi opinión eran la mayor obra de arte sensorial, visual y gastronómica que he podido disfrutar hasta la fecha (“Kimchi de fresas de Aranjuez, yogur, y café con chipirones a la llama del wok”, “bacalao negro en civet de jabalí”, “Carrillera glaseada al jengibre con ceps, albahaca y guisantes”, etc…).

Por estos y otros lienzos, en mis comentarios anteriores sobre el DiverXO se repite la palabra “10 absoluto”, no por lo que se ofrecía, nunca equiparable a un servicio de un restaurante 3 Estrellas Michelin (la falta de medios era más que evidente -en lo que se convirtió el hall de entrada era inaudito-), sino por la magia que cada bocado te podía deparar.

Tras más de 6 meses de espera después de la reserva (más alguna que otra fallida permanencia en la lista de espera), entramos en el nuevo hall del DiverXO… Las expectativas son enormes. ¿Qué es lo que paso…, o no paso?

1. Como es nuestra primera estancia diurna (antes siempre acudimos de noche), vamos a por todas (Menú BACANAL GOLOSA). Javier nos advierte del error, nos recomienda otras opciones, desgraciadamente no le hacemos caso. Finalmente la cantidad y amalgama de sabores o especias no nos permitirán disfrutar de todo el menú. Una propuesta menor hubiera sido más acertada.

2. La carta de vinos me pareció muy corta en comparación con la que recordaba de la calle Pensamiento (y tampoco muy excepcional, la realidad), haber recurrido a la opción del maridaje sin duda alguna hubiera sido más adecuado (no acertamos con la elección, todo hay que decirlo), por lo que no valoro el servicio de vino (muy atento, por cierto).

3. Ya era conocedor del tema de las cortinas, me inquietaba pero no me preocupaba (casi hubiera preferido que no las hubieron retirado viendo lo que ocurría a mi alrededor), el problema es que de ser telas blancas (según tenía entendido) han pasado a ser negras (y bastante feas) y su gran número impiden cualquier visión en conjunto del restaurante (nuestra entrada fue absurda escuchando un vocerío tras cortinas en constante movimiento). Mi silla estaba de espaldas a la cocina (junto a la puerta) y en situación normal hubiera tenido la visión de todo el conjunto de la sala, mientras que lo único que veía eran horribles cortinas negras por todas partes... Por desgracia no pude apreciar la sala en ningún momento, ni siquiera de camino a los servicios. Realmente del nuevo DiverXO conozco la entrada y los baños…, de la sala en general no pude vislumbrar absolutamente nada. Tampoco valoro el entorno, por tanto.

4. El principal problema que he tenido en este nuevo DiverXO, a pesar de las ganas que tenía de volver, es que en ningún momento fui (ni puse interés alguno, lo reconozco) en ser partícipe del “mundo onírico de Dabiz Muñoz”, no lo he entendido en modo alguno.

Me ha sorprendido especialmente que, de ser los cocineros los absolutos protagonistas de la calle Pensamiento (con la ayuda de un Javier superado –ya no es así- y algún miembro del equipo siempre pendientes de tí), la gestión de la sala recae en un ejército de jovencísimos camareros (con muy pocas caras conocidas del pasado) para cual “parada de los monstruos” recrear y gestionar un ambiente o espectáculo (casi circense) en el que sorprendentemente la clientela (grupos amplios en su gran mayoría) festejaban todos los comentarios (graciosos, de mal gusto, alguno hasta soez…, sin faltar al respeto al comensal, por supuesto -y supongo que mil veces repetidos-) para caer rendidos en el “mundo onírico de Dabiz Muñoz” (es lo que han venido a ver y pagan por ello).

Es cierto que todo esto transcurre de manera progresiva, de inicio me sorprendió ver que el DiverXO se había adaptado a las reglas de “conducta” de un restaurante 3 Estrellas Michelin, en donde el servicio era excelente y muy profesional (en algún caso, se mantuvo hasta al final, por supuesto). Desgraciadamente, al final de la velada algunos detalles (entre tanto circo es normal que todo se relaje) decayeron alarmantemente, circunstancia no es admisible en un 3 Estrellas Michelin y que me niego a creer que los afamados inspectores dejen pasar por alto.

Tengo la sensación de que David ha querido recrear en su DiverXO, la proyección de lo que quiere que sea su StreetXO-London, no sé si me equivoco, es solo una opinión. Personalmente, lo que en el SteetXO considero que es necesario, en el DiverXO el espectáculo que acontecía a mí alrededor me desarmó, me distrajo y me desoriento por completo, pasando lo importante (en donde David es un genio) a algo accesorio.

5. De los 13 lienzos que nos fueron elegidos, entre los 15 posibles, están perfectamente descritos en los comentarios anteriores de Isaac y Antonio (muy cercanos en el tiempo, y con muy pocas diferencias), ellos lo han hecho sin dejarse influenciar por el entorno 8y mejor que yo, seguro), así que a ellos me remito. Si me gustaría destacar los magistrales bocados surgidos de los “Fetuccini al pesto de siso y lima” (absolutamente increíbles y dueños absolutos de un lienzo en donde (viendo las fotos de Isaac) cada vez toman un protagonismo mayor por encima de una muy interesante ventresca de atún rojo “hagashi”), el “nigiri de arroz socarrat es gulesca” (excepcional, sorprendente, único…), el “bocado con la cabeza del salmonete” (de nuevo increíble), muy bueno el “chuletón de raya asada”, y el “gunkan caldoso de paella de gambas blancas y ali oli de ajos negros“ (de nuevo excepcional, sorprendente e ingenioso),… ¡Tanto rollo y al final me gusto todo!

El resto de propuestas reconozco a un nivel muy sobresaliente. La técnica e imaginación de David son excepcionales, y sólo pondría a algún pero en p.e. ¡Viva México, cabrones!, fue el primero y estaba en plena desorientación…

Independientemente de no haber encontrado la magia que recibí antaño por bocados imposibles, la cocina de David sigue ofreciendo propuestas magistrales (con una escenificación ingeniosa y sorprendente en varios casos, p.e. “Típico chino de barrio de Madrizzz”), pero como he puesto de manifiesto en este comentario, todo lo que pasó a mi alrededor no me permitió ser partícipe de ese “mundo onírico”, por lo que asumo mi responsabilidad en la sensación de decepción final (el DiverXO es/era mi “restaurante” de cabecera).

Me viene a la mente varios comentarios de varios afortunados que tuvieron la suerte de acudir a El Bulli, repitiéndose varias veces los términos “no era un restaurante, era otra cosa…”, tal vez en el DiverXO esté pasando lo mismo, y en mi caso, no me integre en “esa otra cosa” en ningún momento. Recuerdo las servilletas que anuncian de inicio “Vanguardia o morir….”, pues a mí me han matado…, que le voy a hacer.

A pesar de todo, sigo y seguiré creyendo en David Muñoz…, por lo que evidentemente, en mi próxima visita al DiverXO iré con la mente más abierta.

Tras el sonado éxito y la popularidad que ha alcanzado el cocinero David Muñoz, su personalidad singular y su propuesta culinaria, sobre todo a raíz de la emisión de la serie documental en televisión, a uno no le queda más remedio que sentirse ciertamente afortunado al haberse podido sentar a su mesa en cuatro ocasiones. Empecé a leer y oír hablar de Diverxo prácticamente desde la apertura de puertas, pero no pude visitarlo hasta el año 2010 cuando ya había trasladado todo su “circo” (sin acritud alguna) desde el modesto bajo comercial que ocupaba en el barrio de Tetuam al local de la calle Pensamiento. Fue una de mis primeras visitas a un restaurante de alta cocina y, sin duda alguna, quedé profundamente impresionado.

Repetí en 2013 en lo que, sin duda alguna, constituyó la experiencia gastronómica en un restaurante más impactante y brutal de cuantas haya podido disfrutar jamás quien escribe. El carrusel de sorpresas, sensaciones, sabores, texturas, presentaciones… fue tal que quienes nos juntamos allí en aquella ocasión llegamos a temer que nunca más algo nos dejase tan noqueados como lo que acabábamos de experimentar. Lamentablemente, algo de razón llevábamos, al menos en mi caso.

En 2015 volví a Diverxo, ubicado ya en su asentamiento actual, en el hotel NH Eurobuildin en la madrileña calle Padre Damián. Rendí cuentas de aquella visita en el post que publiqué en este mismo blog y en el que puse de manifiesto que se vislumbraba cierto cambio de tendencia en la cocina de DM. Algunas de mis apreciaciones parece que no andaban desencaminadas cuando, poco más tarde, el mismo cocinero declaró que tal vez, sólo tal vez, se habían equivocado en la apuesta por los platos-lienzo y que su menú debía cambiar y tender mucho más a la amplitud que a la longitud.

Todo ello quedó confirmado en esta última visita. Muy a mi pesar, la magia, la sorpresa, el vértigo y la trasgresión parece que quedaron aparcadas en las cocinas de Pensamiento. La lectura que de ello va a hacer seguramente quien esté leyendo estas líneas es que la experiencia gastronómica ha perdido enteros con este giro conceptual. Es lógico creerlo, pero no es cierto. Cual si fuese la propuesta de David, ha cambiado también el tipo de disfrute en el comensal. El placer ya no se encuentra en lo mágico, lo inesperado o lo poco convencional. Ahora se alcanza el éxtasis con la suculencia, la exclusividad o la técnica certera. Intento explicarme. Mi último paso por Diverxo supuso una vivencia mucho más parecida, por ejemplo, a lo que experimenté en la que, hasta ahora, ha sido mi única visita al Celler de Can Roca. Hace apenas tres años uno y otro restaurante eran totalmente incomparables entre sí, era como si estuviesen en las antípodas el uno del otro. Siempre bajo mi óptica personal, me parece que ahora sí son comparables (y no me obliguen a elegir entre uno u otro), que poco a poco se van acercando más y que ambos asientan su propuesta sobre pilares similares: el producto excelso, la técnica adecuada y la suculencia máxima.

Antes de pasar a describir y compartir las sensaciones que cada uno de los platos provocó, permítanme contarles ciertos aspectos contextuales que han cambiado respecto a mi visita de hace poco más de un año. No describiré nuevamente el entorno, el local y su decoración. Les remito a mi anterior post. Sí que cabe destacar que ahora la experiencia comienza con una breve visita a la cocina y que, al ser acomodados en la mesa, todo el habitáculo que la rodea está separado del salón por unas tupidas cortinas negras. La misma puesta en escena se repite en las mesas colindantes. La luz es tenue y un candelabro con velas y la cubertería de plata confieren al inicio de la comida un cierto aire barroco e, incluso, misterioso y ciertamente claustrofóbico. Afortunadamente, las cortinas son descorridas al segundo o tercer lienzo y se disfruta de la amplitud y luminosidad del salón.

Lienzo 1: ¡Viva México, cabrones!

Se percibe el cambio de estilo en las presentaciones desde el minuto cero. Plato con una apariencia totalmente clásica ya en el primer pase, vajilla de porcelana blanca de soporte y una disposición de los elementos mucho más ordenada o simétrica de lo que nos tenía acostumbrados David Muñoz en etapas anteriores. Ese primer pase lo constituye el Mole verde, tomatito verde, aguacate, hinojo, pulpo al vapor y tuétano. No hay snacks, ningún calentamiento previo, nada de eso de “despertar las papilas gustativas”. De cero a cien en dos segundos. Sabor y armonía definen a la perfección un plato de aparente sencillez pero que esconde estudio y reflexión.

Decido degustar una de las dos porciones de la cañada directamente, sin fusionarla con los otros elementos del plato y darme así el gustazo de disfrutar del sabor peculiar del tuétano. Un bocado puramente hedonista. Tras eso disfruto del resto mezclando el mole, de gran elegancia, el pulpo, de sabor y textura digna de ser elevada a los altares, y el resto del tuétano. Platos como éste ya justifican la visita al restaurante.

El lienzo evoluciona en un segundo pase con el Sandwich crujiente de rabo de toro con mole negro. Presentación típica en la cocina de Diverxo: esos pequeños bocados que se toman con la mano y se llevan directamente del plato a la boca. En ocasiones, de la fusión de dos cosas buenas se consigue una mala y entonces la desilusión es doble. No es éste el caso, no se alarmen. Elaboración de pequeño tamaño pero de largo recorrido, de magnitud sápida considerable, de extensa permanencia en el paladar.

Este primer lienzo finaliza con el Taco de huitlacoche, flor de calabaza y aire de palo cortado. Tortita crujiente que sustenta el relleno preparado con este hongo desconocido hasta ahora para mí, Se corona con una nube o aire de palo cortado, de sabor intenso y muy presente, sin atenuar la personalidad de este vino ni lo más mínimo. Las setas y el oporto constituían, hasta ahora, una combinación de resultados sobradamente probados y reconocidos. De ahora en adelante cabe tener en cuenta este maridaje con el vino de Jerez de más solera. Fin del primer lienzo. Tres de tres. Sobresaliente.

Lienzo 2: Bocadillos de churros

“Pa amb tumaca” thai: El “montadido” o sustento de este nuevo bocado, como el de quien le acompaña, se elabora con la masa de los típicos churros. Esta circunstancia nos pasa prácticamente desapercibida ante la relevancia del condumio. El tradicional jamón del pan con tomate catalán se sustituye por una fina lámina de buey kobe y se salsea con la salsa Xo, fuente de inspiración y origen mismo del universo Diverxo. Otro “montado” de altos vuelos.

Sesitos a la romana con kimchi: El otro bocadillo lo constituyen estos sesos rebozados a la romana y una cantidad muy controlada del kimchi, ese famoso guiso de col china fermentada. Por encima del sabor, muy apianado, prevalece una textura peculiar, la que le confieren los sesos, lógicamente. No queremos control. Queremos guerra.

Lienzo 3:

Ventresca de atún rojo “hagashi” a la brasa. Fideos del mar al pesto de siso y lima. Barbacoa agridulce, lily bulb y beicon de Bangkog. Sobresaliente la cocción a la que ha sido sometido el atún. Por una de sus caras presenta un tostado destacable mientras que por el otro parece estar prácticamente crudo. Sabores de brasa, textura de sashimi. Curioso. La aparente guarnición del plato gusta tanto o más que el llamado a ser protagonista principal: unos deliciosos tallarines y su pesto que combinan a la perfección dos elementos: el fondo sápido marino y los destellos ácidos de la lima. Remata el conjunto una versión muy personal de los huevos rotos, con la puntilla crujiente coronando el plato y una especie de “yemas suflé” que acompañan los lomitos de atún.

El lienzo se acompaña con dos pequeñas frivolidades: una especie de infusión herbácea con ligeras reminiscencias a menta que se toma sorbiendo directamente de un recipiente de cristal con forma de pipa y el Helado de leche de cabra con galletas de remolacha a modo de balsámico entre este lienzo y su sucesor.

Lienzo 4: Vintage time

Perú, La Mancha, Canarias y Madriz: Pollo en pepitoria, papas canarias bravas y pollo suflé. El lienzo que ejerce de base ya lo vimos en nuestra anterior visita en un pase de nombre similar: una tabla con un vistoso estampado, con cierto aire vintage. El condumio, sin embargo, es totalmente distinto al de aquella ocasión. Para la pepitoria se usan las crestas del gallo. Por otro lado sorprende la presentación de esas alitas, con rebozado súper inflado al más puro estilo suflé. Pasan más desapercibidas las patatas moradas con una pequeña lágrima de salsa brava. Tres platos en uno. Quizás demasiados.

Lienzo 5: “Deja vu” del mejor Viridiana.

Gazpacho agridulce con fresitas silvestres, chile chipotle ahumado. Gamba roja a la robata. Jamás he estado en Viridiana. Quienes sí lo han hecho siempre hablan de lo pantagruélicos que resultan sus menús, el protagonismo del producto y cierto descuido en las presentaciones. Con este plato Dabiz rememora alguno de esos trazos, exceptuando quizás el último. No es un plato bello, pero tampoco descuidado. Sí están muy presentes, sin embargo, la exaltación del producto con esas gambas de la Garrucha de tamaño considerable y la tentación gulesca que constituyen las cabezas del crustáceo. Miro a mis acompañantes que, al igual que yo, las tomamos directamente con las manos y sorbemos los jugos de su interior en una estampa que no representa para nada las imágenes que probablemente asociemos a un restaurante triestrellado.

Cierra este quinto pase la Croqueta líquida que se nos entrega a cada uno en la mano y que llevamos cuidadosamente a la boca. Otro homenaje a la cocina más tradicional y una nueva concesión al placer hedonista subyacente en todo ser humano.

Lienzo 6:

Cordero lechal con su jugo untoso infusionado en te “lapsang souchan”. Gnoquis de patata raté y lima, lichis y crema de mantequilla tostada. Resulta digno de mención el fondo o salsa que actúa a modo de ligazón. Consistente en su textura, repleto de carácter en su sabor, con los toques innovadores que le aporta este té que se nos da a oler antes. Sorprenden los aromas ahumados de éste que confieren al guiso del cordero una personalidad propia.

Lienzo 7: Típico chino de barrio de Madrizzz

La llegada a la mesa del dispositivo giratorio que hacen servir en muchos restaurantes orientales para depositar los platos y hacerlos llegar a todos los comensales anuncia este nuevo lienzo. El pase resultará no ser un lienzo en sí, sino cuatro pequeñas degustaciones cuya fuente de inspiración es la comida más típica de los restaurantes chinos pero en versión aumentada y mejorada exponencialmente de la mano de DM.

Sopa wanton Xo: Morcilla cremosa, consomé de rabo de vaca, ginseng, ajo negro y pimienta de Jamaica. O dicho de otro modo, la mejor sopa que he podido degustar hasta la actualidad. La primera cucharada desborda un mundo sensaciones: mi pasión exacerbada por la cocina oriental, los viajes por Asia, recuerdos de aquellas comidas familiares en el chino del barrio, el placer que puede llegar a provocar un plato en apariencia tan simple como una sopa…

Pato pekinés Xo: Oreja de cochinillo crujiente con hoisin casero de moras, cremoso de pepino-lima y caviar de Riofrío. Si bien no conmueve tanto como su predecesor, este pequeño bocado resulta agradable y sorprendente, especialmente por esa salsa hoisin que, si bien acaba por ocultar totalmente el sabor de un producto tan preciado como el caviar, difiere por completo de las salsas prefabricadas que suelen servir en los modestos restaurantes chinos.

Pollo al limón Xo: Pepitoria cantonesa de pasta de soja encurtida, bergamota y cinco especias chinas. Presentado en el recurrido recipiente de cartón que se usa en la comida oriental “para llevar”, esconde, sin embargo, un preciado tesoro y una agradable sorpresa. La presentación en sí, ya es bella. El sabor nítido, elegante, sutil… El pollo no es tal, sino unas deliciosas ancas de rana. Un bocado de altos vuelos, otro de esos que te hacen sentir un privilegiado de estar allí, en ese lugar y en ese instante. Perdurable.

Char siu bao Xo: Mollete al vapor de leche de oveja, su piel y maíz tostado. La rimbombante puesta en escena que supone la llegada a la mesa de una torre de vaporetas de bambú envueltas en una espesa nube de humo es innecesaria. Se nos invita a buscar entre ellas el siguiente plato. La mayoría están vacías, exceptuando una para cada comensal que contiene ese mollete de sabor único que le otorga la leche de oveja. Fiesta láctea, matices campestres, cuasi en el umbral de lo rural y primitivo. Provocando acertadamente al comensal.

Quiero hacer mención especial a este séptimo lienzo o pase como el momento álgido de nuestra comida en Diverxo. Quedaron retratados en él los trazos más característicos de la cocina de DM, aquellos que le han llevado al lugar que ocupa: la mixtura de cocinas, la intensidad de sus platos, la opulencia en un único pase y la búsqueda constante de la sorpresa y el disfrute del comensal.

Lienzo 8:

Pipil de algas, espárragos atemperados y coquinas Niguiris socarrats a la llama incandescente con bergamota y jalapeños. En el enunciado, sin embargo, no figuran las dos hermosas cocochas de merluza que coronan los nigiris y que constituyen nuevamente la exaltación máxima del producto. Se arriesga y se sale airoso con el punto que se le confiere a éstas: su cocción es mínima, cuasi crudas. Jamás las había degustado así. Cosas como ésta solo suceden aquí. El pilpil de algas en combinación con las yemas de los espárragos verdes y las coquinas de gran tamaño constituye una deliciosa crema/menestra con productos tan preciados de la huerta y el mar.

Lienzo 9: Pichón moruno

En un plato de dimensiones gigantescas nos llega el primer pase de este lienzo: Albóndigas hiper-melosas estofadas a la hierbabuena y la naranja; perrechicos crudos. Sí, nuevamente el pichón; parece imposible poder escapar de él. Pero el pichón de Diverxo es otro mundo: el muslito, es sólo el pretexto. La estrella del plato son las albondiguillas y, aún más si cabe, ese jugo de lentejas preparado a conciencia que reúne una intensidad bárbara. Resultan curiosos los matices que aporta el uso de las setas crudas. Contrapunto terso en medio de tanta melosidad.

Tras el subidón sápido del primer pase se agradece sobremanera la Ensalada moruna con matices herbáceos y cítricos. El plato reúne los trazos característicos y podría ejercer a la perfección como un prepostre, esa moda que se ha extendido con tanta rapidez y éxito en los restaurantes de alta cocina.

Lienzo 10:

Centolla gallega con el curri de su coral, erizos, coco y galanga. Salmonete frito al revés. Se espera mucho de productos tan nobles como la centolla, el erizo o el salmonete. Tal vez por la saturación de platos que empezaba a pasar factura, el resultado estuvo por debajo de lo esperado. Recuerdo una centolla gratinada con mantequilla para llorar de mi anterior visita y es imposible no establecer comparaciones. Tal vez demasiados elementos acaban restando protagonismo al producto. Salmonete perfectamente ejecutado, no hablamos de fallos técnicos, sino de percepciones personales.

El Bocado con la cabeza del salmonete remata el lienzo y supone el reencuentro con la fritura de salmonetes, bacaladillas y boquerones tan habitual en mi casa años ha. Ahora se huye de los fritos en pos de la salud. Confío que no nos estemos equivocando pues nos estamos privando de placeres celestiales.

Lienzo 11: ¿Italia o India? ¿Milán o Bombay? Diverxo world

Remate de altura para la parte salada del menú. No se culmina con un principal como tal; tampoco con una ración generosa. Se sigue en la línea discontinua que ha aparecido intermitentemente a lo largo del menú de platos de un solo bocado. Vajilla espectacular, eso sí, en forma de letras: la X y la O, emblema del restaurante. Contundencia a raudales en ambos bocados, los dos de inspiración italiana y culminación al más puro estilo hindú.

Osobuco a la milanesa de buey con tomate al carbón y cardamomo: Carne de extrema melosidad con el contrapunto fresco del tomate y las hierbas. Recreación en miniatura del conocido corte italiano. Una virguería.

Ravioli de azafrán con yogur, tandori, puré de colinabo, mantequilla de búfala y trufa negra: Crisol de culturas y cocinas del mundo sobre el plato y punto final, como se decía, a la parte salada. Uno está saciado, no jarto, y afloran sentimientos semejantes a los que vivimos al finalizar un bello viaje, al culminar una maravillosa velada: con ganas de más, con cierta nostalgia.

Lienzo 12: La merienda

Croissant, galletas blancas y sésamo negro: El helado de croissant me parece una gran genialidad. – ¡Qué bueno, por Dios! – y otras expresiones algo más groseras que no hace falta repetir salen de nosotros al degustarlo. La magnificencia del mismo deja en un lugar muy relegado al resto de elementos: unos moshis de arroz con leche y las barritas de sésamo negro. En un menú conceptualmente más clásico, tal vez éste hubiese ocupado el lugar del último pase. Pero en Diverxo se omiten las reglas de la convencionalidad.

Lienzo 13:

Te floral y ácidos rojos. Te matcha con moras y ruibarro, mazapán casero de aceite de oliva y macadania. De corte mucho más moderno que su predecesor y de difícil análisis. Predominan, sin duda, los matices agridulces de los frutos rojos. Tras ellos, aparecen destellos mucho más sutiles y complejos. Postre arriesgado.

Lienzo 14:

Palomitas de maíz con polvo de mantequilla. Manzana verde, jalapeños, dulce de leche de oveja tostada. “Merenguitos” crujientes de regaliz. El postre más diverxiano de cuantos disfrutamos ese día tanto en la puesta en escena (esa disposición anárquica de los elementos sobre el lienzo) como en su concepto: dulce, agrio, acido, picante… muchos matices se agolpan y te abordan en una sola cucharada. Tras más de tres horas, casi cuatro, no se le da un respiro al paladar, siempre en alerta.

Las caras de cuantos nos sentamos a la mesa ese día mostraban el rostro de quien aún puede recibir un golpe más. El equipo de Diverxo así lo supo leer y nos obsequiaron con una goloxina, como a los niños que se portan bien. Un buen atracón vespertino para los muy muy golosos (no es mi caso). Ya no hay matices, ya no hay complejidad. Sólo diverxión y azúcar. Mucho azúcar.

Antes de terminar, me gustaría dejar constancia de algunos pequeños cambios que pude apreciar respecto al servicio. El primero, no obstante, es muy llamativo y evidente; concierne a la indumentaria propia del personal. Atrás quedan los monos de colores y la irrupción constante de cocineros en la sala. Ahora todos los platos llegan a la mesa en manos del personal de sala que viste pantalón y pajarita de color negro y camisa y chaqueta totalmente blancas en una estampa típica del servicio en los años 70 y 80.

Mención especial merece Javier Arroyo, sumiller y jefe de sala, a quien siempre se le ha achacado la dificultad de establecer vínculos con el comensal. Progresivamente, visita tras visita, se aprecia una mayor empatía y cercanía. Ello, juntamente con las explicaciones que sobre los platos ahora sí da (antes creo recordar que no lo hacía), transmiten mayor implicación y pasión por el proyecto y la propuesta culinaria de David Muñoz. Nos abandonamos en sus manos a la hora de elegir los vinos, excepto un par de ellos que sí eligió alguien de la mesa, y su propuesta gustó y casó bien con los platos que degustamos. Sin lugar a dudas, ese cambio de rol, intencionado o fortuito, enriquece aún más lo que ya de por sí es una de las mejores experiencias gastronómicas con las que uno puede obsequiarse al menos una vez en la vida.

Post ilustrado con imágenes en: http://www.vinowine.es/restaurantes/diverxo-la-magia-dio-paso-la-suculencia.html

Casi 7 meses después, se vuelve a Diverxo. David sigue en plena evolución. Dentro de su continua catarsis creativa en busca de esa anhelada pero inexistente perfección. El chef madrileño no baja el listón.

En el último escrito, mencionaba el cambio gradual de estilo hacia encuentros frugales con la armonía. En algunos lienzos, se producía una separación de esa montaña rusa sápida a platos de mayor equilibrio desde una visión ecléctica y diverxiana. La noria también nos puede dar placer.

El discurso ya no es tan importante, ni hay escrito que resuma la mirada culinaria de David. Ahora los platos son los únicos que hablan, se explayan contando pequeñas historias de su Madrid y del mundo. Todas ellas discurren por una senda común e innegociable: la voluptuosidad del producto y la intensidad del sabor.

Pulpo, tuétano, rabo de toro, huitlacoche, carne de kobe, ventresca de atún, gamba roja, cordero lechal, caviar, trufa, guisantes, cocochas, buey, centolla, salmonete. Puro hedonismo, bacanal no exagerada. Cada vez el vigor sápido más integrado, más redondo. Cada vez la música suena mejor.

Se combinan lienzos con varias iteraciones como ¡Viva México, cabrones! y ¡un chino de Madriz! con otros de una sola degustación como el cordero lechal o ¡Vintage time! Los últimos son ejemplos exponenciales de concentración gustosa y esencia. Todo en un solo pase, compartiendo profundidad, como si el sabor a veces no tuviese final.

La longitud del menú permite a David mostrar una visión culinaria global y representar Madrid desde una azotea cosmopolita. México, Italia, India, el norte de África y esa paleta gustativa asiática marca de la casa están interpretadas desde una mirada cada vez más sibarítica y epicúrea. Me atrevo a escribir con posibilidad de errar que David ha alcanzado cierta madurez en cuanto a conocer lo que quiere expresar, en cuanto a saber al cien por cien lo que quiere hacer sentir.

Desea que el comensal se rinda, quiere noquearlo sin menos estridencias, sin un KO, solo a través de los diverxos golpes dentro del desenfreno gastronómico. El placer por el placer. No hay recato si hay gozo. Cuando no quieres que acabe nunca. Cuando el tiempo deja de importar, es que te han vencido.

Diverxo Mayo 2016: El placer por el placer.

Post completo en http://www.complicidadgastronomica.es/2016/06/diverxomayo2016/

(demasiado largo - 14 lienzos - BACANAL)

En mi visita anual a DiverXO, una vez más, salgo pensando en volver el año que viene, y eso que este año me ha pillado con el pie cambiado, y he tardado en reaccionar a los cambios.

El año pasado ya comento un forero amigo que algo estaba cambiando en este univerXO de Dabiz, sin embargo ha sido este año cuando yo lo he notado.

Lo primero los uniformes del personal, los tipo locomia de potente color han dado paso a las chaquetillas blancas y pajaritas negras, el típico uniforme de toda la vida de banquete, no se si lo ha hecho como homenaje a la profesión, por protesta a las criticas, si las hubo de los anteriores uniformes o por que le ha dado la gana, que será esto ultimo, a mi me gustaban mas los del año pasado, en gustos no hay nada escrito.

El siguiente cambio es una rápida visita por la cocina, muy de moda en los últimos tiempos.

Luego nos acompañan a nuestra mesa, rodeada como las demás por unas cortinas oscuras, allí te encierran hasta el segundo lienzo, si no me equivoco; la verdad es que me resulto un tanto agobiante, mas que nada porque piensas que la comida va a ser así de principio a fin, el año pasado solo utilizaba la cortina, por cierto distinta, mas clara, para un pase en concreto, me parece una genialidad interactuar con elementos del mobiliario, nadie lo hace y ponerte en un estado , para algunos de agobio , para luego abrirte esa cortina y sentirte liberado , también es una genialidad al nivel del propio Chicho Ibáñez Serrador , exagerando que tampoco pasas miedo .

Empezamos con una mesa con cubertería color oro y candelabros, encienden las velas de los candelabros y mas adelante los retiran de la mesa, seguimos dándole importancia e interactuando con todo lo que tenemos a nuestro alrededor.

El servicio joven, bueno tanto como el personal de cocina, será que me hago mayor, me parece que también han cambiado mucho las caras respecto al año pasado.

Podría enumeraros los catorce lienzos del menú bacanal, pero en la mesa me acompañaban dos foreros a cada cual con mejor prosa, por lo que dejare que en breve sean ellos los que nos deleiten con los enunciados y sus sensaciones.

Decir que todos los lienzos estaban al nivel soberbio de la cocina de Dabiz, destacaría y creo que hubo unanimidad, el titulado “Típico chino de barrio de Madrizzz”, cuatro pases.

Sopa wantonXO…morcilla cremosa, consomé de rabo de vaca, ginseng, ajo negro y pimienta de Jamaica.

Pato pekinesXO…oreja de cochinillo crujiente con salsa hoisin casera de moras, cremoso de peino- lima y caviar de Riofrío.

Pollo al limonXO… pepitoria cantonesa de pasta de soja encurtida, bergamota y cinco especies chinas.

Char siu bao-XO… mollete al vapor remojado en leche de oveja y su piel con maíz tostado, este ultimo para mi fue como alcanzar un orgasmo, me encanta lo lácteo y esta sensación de placer a la hora de comerme este mollete, será difícil de igualar , en lo gastronomico me refiero .

Sin duda catorce lienzos, que se convierten en muchísimos más bocados, ya que la mayoría siempre trae mas de una elaboración , mas de un bocado extra , mas de una sorpresa , aunque confieso que siempre me resultan pocos , podría estar disfrutando de esta cocina durante horas y horas y horas .

Otro cambio es la vajilla, espectacular en forma y tamaño, original y seguro que creada por Dabiz y su equipo a su gusto.

Su cocina en constante evolución esta en un punto de serenidad, paz y quietud, tus sentidos siguen desconcertados y perplejos, los sabores y las texturas soberbios, pero ese KAOX, que se percibía en las presentaciones sobre la mesa y en las formas que adoptaban los distintos componentes en el lienzo, eso ha cambiado y la verdad, en mi caso necesito ir adaptándome, no hecho de menos ese KAOX porque lo principal , que es la brutalidad de la cocina , los productos soberbios , las combinaciones milagrosas , las salsas magistrales , en definitiva la magia gastronomica sigue y cada día se supera .

Pero si confieso que este cambio en un principio , al acabar la comida me dejo con el pie cambiado, dudando, desconcertado , preguntándome, mejor, peor que el año pasado, distinto, he llegado a esa conclusión, la he cambiado por la expresión peor que el año pasado, mi acompañante del año pasado, este año dijo que mejor, el resto de la mesa con gran criterio, también dijo que mejor, yo he tenido que asimilarlo con tiempo , quizás se debe a que son varios años seguidos y la expresión “sorprendido” , tendrá que dar paso a la de maravillado , quizás esto de buscar la sorpresa , no sea sano , ni posible siempre .

Para que me entendáis, en lo musical me han gustado siempre grupos de todo tipo , me encanta Nirvana y su caña y Queen y su técnica y la voz de Freddie Mercury , no podría quedarme con uno solo , pero son distintos y me encantan , pues con Dabiz he pasado del grunge de Nirvana a la voz de Freddie Mercury y la técnica de Queen , igual lo lió mas , no se si me entendéis .

Respecto al apartado de los vinos, el servicio muy bien, como en general, joven, simpático y sabiendo las elaboraciones del chef, cambios de copas, atentos a servirte cuando se te acaba , dando a probar , etc , sin embargo y no tuve la oportunidad de comentárselo , no entiendo porque se empecinan o al menos eso entiendo yo , en tener una carta de vinos tan corta , hasta para mi que no soy un gran controlador del tema se me queda en nada , el sumiller que además también hace trabajo de sala y muy bien , nos aconsejo bien en algunos pases , sin embargo no entiendo que esa carta pueda ser de un restaurante de tres estrellas , en los precios si , eso ya es una norma general , no estaba mas caro que en otros restaurantes similares , los hay mas caros , pero corta , pa aburrir , pero como soy de la iglesia XO , voy a hacer trampas y como quiero la media que quiero , puntuare como si hubiese bebido cerveza .

Solo comentaros algunos productos del menú : pulpo de roca , tuétano , rabo de toro , gamba roja , cordero lechal ,centolla gallega ,erizos , salmonete , ventresca de atún , pichón , Kobe ,etc, etc , súmale cantidad de especias y productos internacionales y una mágica manera de juntarlo todo darle calor y hay tienes , resultado, XO .

Destacar también que empezamos con un Viva México cabrones!!!!, mole verde de hinojo y tomatito verde , aguacate tostado , pulpo de roca al vapor y tuétano y esto acompañado de un magnifico sándwich crujiente de rabo de toro al mole megro y de un taco de huitlacoche con flor de calabaza y espuma de palo cortado , a ver quien tiene cojones de empezar un menú así y aguantar el tipo y mejorarlo en sabor , nada de aperitivos insulsos , se empieza como un elefante en una cacharrería y se sigue así , a ese nivel y subiendo durante toda la velada , ole!! tus huevos .

Respecto a lo bebido, aparte de una de Mahou, por aquello del anuncio , como aperitivo , un champan , robert fleury extra brut 89€ , un blanco coto de gomariz 33€ , un macle jura 58€ , seis copas de oloroso maestro sierra , a 8,5€ , otras seis de palo cortado lagar blanco al mismo precio la copa , una botella de tinto 30 copelos a 32€ , seis copas de vino dulce winrieder riesling a 6,5€ y una botella de cava clos lentiscus , no veo el precio en la cuenta , unos gin-tonic 19,80€ , yo volví a tomarme un cóctel , el diverXO liquido , con ese saborcillo picante del jengibre , 14€ .

El menú 225€ iva incluido, teniendo en cuenta que son catorce lienzos y cada lienzo lleva mínimo dos creaciones, alguno tres y otro hasta cuatro, para mi espectacular pagar eso por treinta creaciones del mago Dabiz.

Por cierto y con esto acabo, de la que os habéis librado al no enunciar todos los platos, los postres a muy buen nivel, dulces, sabrosos y con mensaje, resumiendo de la OXTIA, a ver el año que viene como juega Dabiz sus cartas.

Para los que conozcáis la cocina de Dabiz y no os guste, todos mis respetos, para gustos colores, para los que la criticáis, y en la mayoría de los casos no la conocéis, pero no os cae bien el chef, compraros una vida o probar antes de criticar.

Nueva reunión del grupo de perjudicados por el Noma (¡cuánto bien hizo la visita!) con un sustituto en la alineación por cuestiones laborales. De nuevo, los cinco cabalgan juntos: salida de Valencia, ir comer y volver.
Imposible no comparar con la anterior visita conjunta (alguno ha hecho sus escapadas privadas) y .... es otro DiverXO, no solo en el local sino en su cocina: vanguardia o morir; pues estar en vanguardia es renovarse constantemente y a fé que lo cumplen.

El nuevo local, en el hotel Eurobulding, pero fuera del hotel, con una entrada rotatoria como la de los hoteles, un mini hall y la escalera de acceso, con esa decoración rompedora pero con buen gusto, dejas los baños a la derecha (merecen la visita) y entras a un local de tamaño medio con mesas muy aisladas unas de otras, con una cocina central para uso solo de laboratorio y que deja la única mesa grande en el centro (para 6, quizás 7) en el centro que fue la nuestra, para los cinco. Unas cortinas semicirculares te aislan del resto de la sala en los primeros momentos. De nuevo, lo divertido, diferente, diverXO llega también al espacio fisico de la sala. Por supuesto la decoración marca de la casa: los cerdos alados.

Total 12 mesas. El máximo de comensales son 36-37. No se dan más servicios y así va la lista de espera, alcanzando a la lista de espera de operarse de los juanetes. Para ello tienen 65 personas trabajando (casi 2 por comensal) y de ellos 10 en cocina y 3 en sala son becarios (a más de 4 por mesa). Un pequeño altavoz en la mesa con música local, ameniza la espera de algún rezagado.
Una vez la mesa completa un rápido minitour para pasar por delante de la bodega y entrar en la cocina donde el ejercito de hormigas y con la organización de las mismas trabaja sin descanso bajo la atenta mirada del propio Dabiz que marcha de un perol a otro, probando y aprobando lo que alli dentro se cocina en ese caos organizado.
La secuenciación de horarios de la reserva permite que no todos los primeros platos se sirvan juntos, ni tampoco los últimos; y, supongo, que cada especialista del plato pueda hacer y perfeccionar su plato. Tengo la sensación que también varían en función de la demanda del día.

Servicio en sala: de nuevo divertido, diferente, diverXO. Perfecto punto entre máxima profesionalidad que no necesita demostrarse con intimidación. Todo el mundo conoce los platos, todo el mundo sabe lo que lleva, todo el mundo es amable, todo el mundo quiere, participa y acepta la broma, el comentario... desde el máximo respeto. Entre todos ellos, un crack, Luis, un GRAN profesional, que ya estaba en el anterior DiverXO y que pasó por Quique Dacosta.

Vajilla diferente, desaparecen esos platos más uniformes y en forma de lienzos (caros lienzos exclusivos) dando paso a más variedad que permite más adecuación. El nombre de lienzos persiste en la carta.
Hay cubiertos especiales y no falta esa paleta sustituta del pan que recoge todo lo que hay de salsa en el plato sin aumentar calorías (aunque alguno notara en falta el pan). Copas y vasos acordes a la categoría del local. Mesa con mantel aunque no todo el tiempo de la comida (siempre rebelde), sillones (que no sillas) cómodos y buena y amplia mesa.

Carta de vinos, me parece que más amplia que la anterior, con bastantes referencias, muchas de ellas extranjeras con vinos desde los 30€ hasta lo que quieras, con inclusión de algunos menos conocidos que siempre captan mi interés.
No hay opción de maridaje.
Elegimos blancos por consenso y empezamos por un poco frecuente en carta; vino y uva de Asturias, Pésico 2013, que a todos nos gustó y sorprendió. Después seguimos con un albillo real de la Sierra de Gredos, Picarana 2014 que se quedó un poco corto tras el anterior.
Teniamos en reserva una garnacha blanca, pero la carretera limitó la bodega.
¿El servicio? Magnífico. Perfecto desde la llegada de la botella hasta la última gota servida. Los enfriadores son diferentes, divertidos, son diverXO.
Previamente y en la espera cayeron unas cervezas y varias aguas durante la comida.

La carta de comidas está integrada por tres opciones golosas:
. Desenfreno (165€) para conocer bien la cocina que aquí se hace. . Lujuria (185€) para profundizar en la cocina.
. Bacanal (225€) para aquellos que no tiene límite. Fue una provocación y facilones que somos pues hasta el final.
Las diferencias están en el número de platos, que en el caso más alto como el nuestro, fueron 12 con 3 de ellos dulces.
Tras la elección, te traen el listado de platos de la temporada, en la que de los 14 lienzos nos marcaron 10 y nos anunciaron 2 novedades sorpresa (¡como no!). Alguno de ellos como el chino de Madrizz, se componen a su vez de otros 4 platos.
Este listado, hecho para llevarte a casa (¡bien, menos cosas que apuntar y más tiempo para disfrutar!) está impreso en papel de alto gramaje y con mariposas perforadas en los puntos de los platos que vamos a tomar y con rotulador inscritos los números del orden. Al final es un sube y baja de montaña rusa, sin reglas de entrantes, pescado, carnes y postres.
No faltan detalles rebeldes pero con nivel. Se puede salir de la peluquería con el pelo en forma de cresta pero todo perfectamente en su sitio.

Lo importante: comer bien y si además transmite su filosofía mejor, pero sin olvidar que lo que entra por la boca tiene que ser 3 estrellas (lección bien aprendida a gorrazos en el Noma).

1º lienzo: ¿A qué sabe DiverXO? ¿Se puede beber DiverXO? Se trata de un cuenco de contenido líquido con miaz, sauco, flores, hierbas y finger lime.
Intenta tener en el primer contacto, todos los sabores (dulce, salado, picante, floral...) que encontraremos en la comida. Creó controversias por su fondo dulzón que para inicio de la comida no invita a segregar y a desear más sino que frena. La montaña rusa een su primera cuesta.
Quizás como resumen final de platos salados, tendría más fácil aceptación.
Hay unos aperitivos añadidos:
. brocheta de pulpo de botarga con salsa de vieras
. pulpets a la llama con salsa kinchi servidos como un pincho y en la mano

2º lienzo: tarantelo de atún rojo semiasado a la brasa con fideos del mar al pesto de sisho y lima; barbacoa acidulce, lilly bulb y "bacon de Bangkok" salteado y helado.
En una pipa para aspirar hasta beber un mojito acompaña al plato. Perfecto el atún, curiosa la salchicha china, extraordinarios los fideos. La empanadilla de huevo frito es un bocadito excelso.

3º lienzo: "Dejà vu" del mejor Viridiana: gazpacho agripicante de fresitas silvestres y chile ahumado chipotle con gamba roja a la "Robata japo", vainilla y croqueta incluida.
Acompaña un recipiente en forma de góndola (algo incómodo, pero con personalidad) con Xerez tradición para beber y maridar. La croqueta te la sirven sobre una servilleta y en la mano.
De nuevo aparecen las brasas (hay quien opina que demasiada brasa) para una gamba roja XXL de calidad suprema y que el sabor de brasa que lleva impregnado no le aporta mérito.

4º lienzo: cordero lechal con su jugo untuoso infusionado con té ahumado "lapsang souchan", arroz fermentado, ruibarbo y crema de mantequilla tostada.
El ruibarbo refresca. Sobre le plato se ralla la pimienta. La salsa es un concentrado meloso, caramelizado, profundo, intenso... Esta nueva parte de la cocina de Dabiz es más intensa que la asiática (si es ello posible).

5º lienzo: Típico chino de barrio de Madrizzz. Son en realidad 4 platos:
. "Char siu baoXO": mollete al vapor remojado en leche de oveja y su piel con maiz tostado
. pollo al limónXO: pepitoria cantonesa de pasta de soja encurtida, bergamota y 5 especias chinas
. sopa wontonXO: morcilla cremoso, consomé de rabo de vaca, ginseng, ajo negro y pimienta de Jamaica
. pato pekinésXO: oreja de cochinillo crujiente con hoisin casera de moras, cremoso de pepino-lima y caviar de Riofrio.
La cocina del dia a dia de los chinos de fuera de China llevaba a la calidad de 3 estrellas.
Nunca habia tomado una sopa (y no soy de sopas) como esa; para comerse un pozal. Con guisantes lágrima incluidos.
El pollo no es pollo, son ancas de rana.
El mollete es perfecto y profundo en su relleno.
Todo ello servido a lo chino de verdad, en mesa giratoria y con sus palillos.

6º lienzo:(novedad): Nigiri de cococha de merluza al pilpil de coquinas, salsa verde y espárragos morados.
La cococha viene con una brasa que le quita un poco de su "crudeza" dejándola en un bocado único.
El espárrago (punta XXL) queda un poco insípido en el conjunto más por mérito de los acompañantes, que por problema propio.

7º lienzo: "Pinchón moruno": albóndigas "hiper-melosas" estofadas a la hierbabuena y naranja amarga..Ensalada moruna del Magreb hacia el mundo pasando por Andalucía.
Un muslito de pichón con unas lentejas muy poco hechas y con un punto de especiados intenso. La ensalada una genialidad detrás de otra: arenque, cítricos, aceituna gordal líquida...

8º lienzo: (sorpresa): Lorito frito al revés.
Ese pescado extraordinariamente raro y escaso (en cantidad y temporada) que tiene la fea costumbre de alimentarse solo de marisco por lo que sabe solo a marisco. Se fríe echando el aceite sobre él (en lugar de sumergirlo). Su espina dorsal frita a modo de aperitivo de patata chip, acompañada de una elaboración de centolla con un poco de lima para echar sobre el, perfecto de intensidad, curry.
Se añade como extra final, la cabeza del lorito que en realidad es el esqueleto exterior sin ningún elemento más, quedando como una carcasa hueca, muy frita, muy crujiente, a modo de los pinchos de los mercaditos de comida de Pekín, puesto sobre una miga de brioche con muselina de ajo.

9º lienzo: Oooooooh wait...Italia o India?. ¿Milan o Bombay? DiverXO World !!
Ossobucco milanesa de buey con tomate quemado al carbon y cardamomo. Ravioli al azafrán con yoghourt de búffala tandoor e idiazábal.
El raviloi en cuchara de golpe para que explote todo su interior en la boca.
De nuevo profundidad en la salsa de buey ni más ni menos que kobe, algo para tomar con cuentagotas y apreciarlo más tiempo.

10º lienzo: la merienda... croissant, galletas blancas y sésamo negro.
Propuesta de juego de merienda: manos atrás y paga el último. Esa informalidad formal de DiverXO.
Helado de miga, mousse de yoghourt griego que recuerdo ese origen del yoghort, séamo negro, unas varitas de cacao filiformes que no resistimos preguntar como consiguen que no se partan (parece ser que gelificante)...

11º lienzo: Té floral y "ácidos rojos". Té matcha con moras y ruibarbo, mazapán casero de aceite de oliva y macadamia.
Pero también lleva aceite de oliva, panacota, sorbete de mora.
Una explosión de mezcla de texturas, sabores, temperatura..
Acompaña un chupito de tokaj 3 puttonios 1413 del 2012, sobre el que se dejan caer unas especias marroquis que se aprecian mucho en nariz y poco en boca al equilibrarse con la dulzura ligera del tokaj

12º lienzo: palomitas de maíz con polvo de mantequilla, manzana verde, jalapeños y dulce de leche de oveja latxa tostada, "merenguitos" crujientes de regaliz.
Un ravioli de dulce de leche (sin excesos de dulzor), sorbete de manzana ácida con punto de albahaca.
Hay dulce, picante, blando, crujiente...Todo en un postre.

Unos muy buenos cafés para rematar, con unos petits fours, acordes con la categoría del local:
. un polo (de heladería, con su palito y todo a modo de twister) con naranja sanguina, té verde, genjibre y un final de gominola de cocacola. Sabores diferentes por capas con una delicada sensación de go,minola final.
. algodón de azúcar hecho con cereza: típico algodón de la feria pero con su fondo de cereza para comer a pellizcos.

¿Valoraciones de los platos? Es un recorrido por el mundo de los sabores. A cada uno le había gustado un plato distinto. ¿El peor para cada uno? También opiniones distintas.
Ello indican que tenemos gustos distintos y que merecía la pena probarlos todos.
Para mí muy dificil elegir el mejor, pero si tiene que ser uno, que sea el lorito.
¿Lo que menos me ha gustado?: repetir cocinado de brasas porque llega a tapar algunos sabores; también pasar el primero al último plato, antes de los platos dulces.

En algún año subiré las fotos porque aquí sí que una imagen se hace necesaria para completar el conocimiento, pues hasta la vajilla se lo merece.

La impresión de todos los comensales, incluida la de quien había estado recientemente, es que cada vez que te sientas partes de cero y llegas al cielo. Mi sensación es que la intensidad asiática y peruana del anterior DiverXO, se ha concentrado más en Streexto y aquí hay una evolución en profundidad de sabores, caldos, reducciones... sin perder la condimentación, especias, recuerdos originales de viajes por Asia profunda.

Si algún lector ha sido capaz de llegar a leer hasta el final, no podrá resistirse a ir y probarlo. Lo malo es que volvería enseguida y los bolsillos se resienten, aunque la demora en coger mesa te permite recuperarte; pero, al menos alguna vez, hay que hacerlo.

Un total de casi 4 horas seguidas sentados a la mesa sin parar de disfrutar. Ahora entiendo un slogan que decía: ¡De Madriz al cielo!, pero ¡¡ojo!! pasando por DiverXO.

Muchas ganas tenía de conocer la alta cocina de Daviz Muñoz. Después de numerosos disfrutes en StreetXo, éste era el siguiente paso.

Nos decidimos por el menú lujurioso y es posible que con el goloso nos hubieramos quedado bien.

Antes de mi visita tomé la decisión de no leer nada, ni ver fotos ni cualquier otra cosa que hiciera la experiencia menos sorpresiva. Creo que vale la pena no estar muy enterado de lo que uno se va a encontrar.

Una cosa que me sorprendió muy gratamente es el trato recibido por parte del personal de sala. En ningún caso intentan adoctrinar. Sus sugerencias sobre como comer cada plato son solo sugerencias y dan total libertad al comensal (algo que es evidente, pero por lo leído en otras crónicas me hacía dudar). Esta libertad va muy en coherencia con la propuesta de DiverXo. También plena libertad para hacer fotos. Hasta dejan salir a fumar si avisa con un plato de antelación, lo cual es plenamente comprensible para gestionar el ritmo en cocina.

El servicio es joven pero preparado. Hubo una pequeña espera en uno de los platos que se nos hizo extraña, supongo que algún pequeño problema en cocina. Nada grave pero único punto gris si nos ponemos muy exigentes (no hay que olvidar que es un 3*).

Es la primera vez que voy a un sitio y todos los platos (y sus declinaciones) están espectaculares. No puedes saber cual es el plato que más te gustó. El que menos te gustó si lo puedes saber y lo curioso es que todos los comensales decían uno diferente, lo cual demuestra que ya es algo de menos afinidad con un producto concreto que por otra razón.

En la cocina de Daviz, todo lo que hay en el plato tiene sentido y es necesario. Cada técnica empleada tiene su razón de ser. No hay nada "gratuito". Platos muy sabrosos y perfectamente ejecutados con muchos ingredientes que casan a la perfección y con varias técnicas perfectamente ejecutadas.

Daviz podrá caer mejor o peor, etc, pero estamos ante un grandísimo cocinero con gran talento para juntar sabores y que armonicen a la perfección.

Es una lástima que no exista la tecnología para poder almacenar los sabores y poder disfrutarlos y analizarlos a posteriori (como una cámara para las imágenes)

Deseando volver, y mientras tanto sacandome el mono en StreetXo

Tras una larga espera, conseguimos acudir a Diverxo, las cosas cuanto más se esperan, mayores expectativas se tienen.
No voy a hacer comentario de las instalaciones ni de los menús, puesto que ya hay suficiente documentación sobre los mismos.
Solo voy a intentar reflejar, lo que nos transmitió el tiempo que allí estuvimos, que hay de todo.
Llegamos, como nos fue solicitado a la hora prevista 2 horas 48 minutos, nos recibieron y acomodaron en una amplísima mesa.
Al rato más o menos uno diez minutos , la persona que ejercía de maître, nos indico las posibilidades que teníamos " menú show " " menú glotón " .
La intención que llevábamos era del menú glotón, ya que después de la espera, viaje etc. pues como se suele decir en mi tierra donde va el asa que vaya el caldero, a reseñar que la persona que nos atendía, en todo momento su afán era que desdeñáramos el menú glotón.
Uno de mis acompañantes pregunto el tiempo de servicio de cada uno, nos quedamos con la respuesta, nos dejaron decidir unos 5 minutos y nos decidimos por menú show.
Traen, la carta de vinos, nos decantamos por Hacienda Monasterio reserva y Licinia

A partir de ahí, comienza el espectáculo, porque aparte de comer, es un poquito espectáculo, por la decoración, forma de vestir de cocineros y camareros añadiendo teatro en algún lienzo del menú que después comentare
A lo largo de la comida , conversando con mis compañeros, intentamos sacar sabores, olores y terminamos dejarnos caer en la magia que resultaba cada bocado que probábamos.
Es cierto que todo lo que probamos en dicha mesa, no se parecía a nada degustado con anterioridad , cada bocado era una explosión de sabores en el paladar, amargo, acido, picante, algo dulce a veces
Todos los sabores en todo momento, maridaban perfectamente, sin tener ningún atisbo que aportara algo negativo en los mismos.
En ese aspecto todo como dije con anterioridad MAGICO SUBLIME no se me ocurre, nada que pueda definir esta experiencia.
Cuando me han preguntado " que tal Diverxo" mi respuesta siempre ha sido la misma, es algo que cada uno tiene que vivir, no te lo pueden contar.
Para mi Daviz Muñoz, no es un cocinero normal es un transgresor en la misma, con unos resultados mágicos, no existe posibilidad de clonación
Y después de la cara de la moneda viene su cruz, para mi ciertos actos más bien de teatro, sobran, caso del lienzo Vintage, en el cual cierran una cortina , decoran un poquito la mesa, ponen música francesa, sirven un Borgoña que no sé ni porque lo probé "curiosidad".
Respetando como siempre todas las opiniones, me voy a reservar en este caso mi opinión sobre dicha teatralidad.
Creo que el motivo por lo cual me lo reservo es obvio RESPETO
Paso a argumentar el motivo de la baja puntuación en RCP
Lo que hace que la puntuación asignada en esta caso en la RCP no es por supuesto por el coste del cubierto, puesto que eso ya lo sabiamos.
No considero de recibo, que el servicio del menú durara desde las 2 horas 48 minutos, hasta las 7 y 10 minutos y eso sin tomar copa ninguna solo hasta el café.
Si llegamos a pedir el menú glotón hubiéramos coincidido con los comensales de la cena?
Un menú corto nunca debe ir al compas de uno largo y no digo que este fuera el caso.
Por supuesto hice dicho comentario, cuando me preguntaron "que tal todo" a lo cual por supuesto recibí la callada por respuesta.
Que me iban a decir después de 262 minutos para el menú Show .
El motivo de no tomar copa ninguna " nos apetecía" es que el tiempo iba transcurriendo y teníamos reservado para cenar en otro restaurante.
La experiencia totalmente positiva, pero el conjunto de la valoración de la misma, considero no solo se compone de lo ingerido, hay otros factores añadidos que son lo que dan entre todos el 10
Algo positivo que se me olvidaba, si volvemos en otra ocasión, tienen en cuenta lo solicitado en visitas anteriores y no repiten los platos que se han comido.
Otra más a sumar a favor, bueno ojala mi proxima visita sea de 10

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