El espectáculo onírico de David Muñoz

Desde mi primera visita al DiverXO (allá por el año 2010-2011) me convertí en un fanático de la cocina (y persona) de David Muñoz. Estos últimos años, he asistido con entusiasmo desde la distancia (última visita con 2 Estrellas en la calle Pensamiento y algunas visitas regulares al StreetXO) al meteórico ascenso de David en los medios. A pesar de todo lo que se ha generado alrededor del personaje, los regulares comentarios de los miembros habituales de Verema, me tranquilizaban en el sentido de que el fondo (la oferta gastronómica) si bien había perdido algo de chispa o magia, seguía siendo la protagonista.

Más recientemente si me ha dejado algo perplejo el comentario de David reconociendo errores de planteamiento en los “platos-lienzos” surgidos en la calle Pensamiento, algo para mi inaudito, una vez que en mi opinión eran la mayor obra de arte sensorial, visual y gastronómica que he podido disfrutar hasta la fecha (“Kimchi de fresas de Aranjuez, yogur, y café con chipirones a la llama del wok”, “bacalao negro en civet de jabalí”, “Carrillera glaseada al jengibre con ceps, albahaca y guisantes”, etc…).

Por estos y otros lienzos, en mis comentarios anteriores sobre el DiverXO se repite la palabra “10 absoluto”, no por lo que se ofrecía, nunca equiparable a un servicio de un restaurante 3 Estrellas Michelin (la falta de medios era más que evidente -en lo que se convirtió el hall de entrada era inaudito-), sino por la magia que cada bocado te podía deparar.

Tras más de 6 meses de espera después de la reserva (más alguna que otra fallida permanencia en la lista de espera), entramos en el nuevo hall del DiverXO… Las expectativas son enormes. ¿Qué es lo que paso…, o no paso?

1. Como es nuestra primera estancia diurna (antes siempre acudimos de noche), vamos a por todas (Menú BACANAL GOLOSA). Javier nos advierte del error, nos recomienda otras opciones, desgraciadamente no le hacemos caso. Finalmente la cantidad y amalgama de sabores o especias no nos permitirán disfrutar de todo el menú. Una propuesta menor hubiera sido más acertada.

2. La carta de vinos me pareció muy corta en comparación con la que recordaba de la calle Pensamiento (y tampoco muy excepcional, la realidad), haber recurrido a la opción del maridaje sin duda alguna hubiera sido más adecuado (no acertamos con la elección, todo hay que decirlo), por lo que no valoro el servicio de vino (muy atento, por cierto).

3. Ya era conocedor del tema de las cortinas, me inquietaba pero no me preocupaba (casi hubiera preferido que no las hubieron retirado viendo lo que ocurría a mi alrededor), el problema es que de ser telas blancas (según tenía entendido) han pasado a ser negras (y bastante feas) y su gran número impiden cualquier visión en conjunto del restaurante (nuestra entrada fue absurda escuchando un vocerío tras cortinas en constante movimiento). Mi silla estaba de espaldas a la cocina (junto a la puerta) y en situación normal hubiera tenido la visión de todo el conjunto de la sala, mientras que lo único que veía eran horribles cortinas negras por todas partes... Por desgracia no pude apreciar la sala en ningún momento, ni siquiera de camino a los servicios. Realmente del nuevo DiverXO conozco la entrada y los baños…, de la sala en general no pude vislumbrar absolutamente nada. Tampoco valoro el entorno, por tanto.

4. El principal problema que he tenido en este nuevo DiverXO, a pesar de las ganas que tenía de volver, es que en ningún momento fui (ni puse interés alguno, lo reconozco) en ser partícipe del “mundo onírico de Dabiz Muñoz”, no lo he entendido en modo alguno.

Me ha sorprendido especialmente que, de ser los cocineros los absolutos protagonistas de la calle Pensamiento (con la ayuda de un Javier superado –ya no es así- y algún miembro del equipo siempre pendientes de tí), la gestión de la sala recae en un ejército de jovencísimos camareros (con muy pocas caras conocidas del pasado) para cual “parada de los monstruos” recrear y gestionar un ambiente o espectáculo (casi circense) en el que sorprendentemente la clientela (grupos amplios en su gran mayoría) festejaban todos los comentarios (graciosos, de mal gusto, alguno hasta soez…, sin faltar al respeto al comensal, por supuesto -y supongo que mil veces repetidos-) para caer rendidos en el “mundo onírico de Dabiz Muñoz” (es lo que han venido a ver y pagan por ello).

Es cierto que todo esto transcurre de manera progresiva, de inicio me sorprendió ver que el DiverXO se había adaptado a las reglas de “conducta” de un restaurante 3 Estrellas Michelin, en donde el servicio era excelente y muy profesional (en algún caso, se mantuvo hasta al final, por supuesto). Desgraciadamente, al final de la velada algunos detalles (entre tanto circo es normal que todo se relaje) decayeron alarmantemente, circunstancia no es admisible en un 3 Estrellas Michelin y que me niego a creer que los afamados inspectores dejen pasar por alto.

Tengo la sensación de que David ha querido recrear en su DiverXO, la proyección de lo que quiere que sea su StreetXO-London, no sé si me equivoco, es solo una opinión. Personalmente, lo que en el SteetXO considero que es necesario, en el DiverXO el espectáculo que acontecía a mí alrededor me desarmó, me distrajo y me desoriento por completo, pasando lo importante (en donde David es un genio) a algo accesorio.

5. De los 13 lienzos que nos fueron elegidos, entre los 15 posibles, están perfectamente descritos en los comentarios anteriores de Isaac y Antonio (muy cercanos en el tiempo, y con muy pocas diferencias), ellos lo han hecho sin dejarse influenciar por el entorno 8y mejor que yo, seguro), así que a ellos me remito. Si me gustaría destacar los magistrales bocados surgidos de los “Fetuccini al pesto de siso y lima” (absolutamente increíbles y dueños absolutos de un lienzo en donde (viendo las fotos de Isaac) cada vez toman un protagonismo mayor por encima de una muy interesante ventresca de atún rojo “hagashi”), el “nigiri de arroz socarrat es gulesca” (excepcional, sorprendente, único…), el “bocado con la cabeza del salmonete” (de nuevo increíble), muy bueno el “chuletón de raya asada”, y el “gunkan caldoso de paella de gambas blancas y ali oli de ajos negros“ (de nuevo excepcional, sorprendente e ingenioso),… ¡Tanto rollo y al final me gusto todo!

El resto de propuestas reconozco a un nivel muy sobresaliente. La técnica e imaginación de David son excepcionales, y sólo pondría a algún pero en p.e. ¡Viva México, cabrones!, fue el primero y estaba en plena desorientación…

Independientemente de no haber encontrado la magia que recibí antaño por bocados imposibles, la cocina de David sigue ofreciendo propuestas magistrales (con una escenificación ingeniosa y sorprendente en varios casos, p.e. “Típico chino de barrio de Madrizzz”), pero como he puesto de manifiesto en este comentario, todo lo que pasó a mi alrededor no me permitió ser partícipe de ese “mundo onírico”, por lo que asumo mi responsabilidad en la sensación de decepción final (el DiverXO es/era mi “restaurante” de cabecera).

Me viene a la mente varios comentarios de varios afortunados que tuvieron la suerte de acudir a El Bulli, repitiéndose varias veces los términos “no era un restaurante, era otra cosa…”, tal vez en el DiverXO esté pasando lo mismo, y en mi caso, no me integre en “esa otra cosa” en ningún momento. Recuerdo las servilletas que anuncian de inicio “Vanguardia o morir….”, pues a mí me han matado…, que le voy a hacer.

A pesar de todo, sigo y seguiré creyendo en David Muñoz…, por lo que evidentemente, en mi próxima visita al DiverXO iré con la mente más abierta.

  1. #1

    EuSaenz

    Claro, conciso, crítico y sincero. Me ha gustado tu comentario. No hay que dejarse llevar tanto por la emoción a veces y nunca hay que perder el espíritu crítico constructivo y máxime cuando hablamos de estos niveles de precios. No hay comparación posible entre el Bulli y Diverxo. Aquello es ya un mito. A Diverxo le falta mucho camino…

    Saludos,
    Eugenio.

  2. #2

    Cervino5

    en respuesta a EuSaenz
    Ver mensaje de EuSaenz

    Muchas gracias Eugenio, estaba (y estoy) acojonado por el comentario. Además soy fanático de este tío.

  3. #3

    -Juanjo-

    Fantástico comentario. Enhorabuena. Lo bueno de David, la próxima vez que vayas a DiverXO posiblemente todo sea diferente... y mejor.
    saludos

  4. #4

    Antoni_Alicante

    Pues así lo viviste y así debes contarlo, tal cual. Y muy bien que lo has hecho, por cierto. Coincidimos en bastantes cosas. A pesar de todo, es un cocinero excepcional al que, de momento, ni se me ocurre darle la espalda. Diría que jamás se la daré pero no quiero arrepentirme de ello en un futuro. Saludos.

  5. #5

    Atni

    Muy buen comentario, claro y sincero, como debe ser. No he estado nunca en diverXO y jamás se me pasaría por la cabeza cuestionar la cocina de David Muñoz, mucho menos sin haberla probado, estoy seguro de que es un cocinero superlativo. Pero la verdad es que le tengo bastante aprensión a todo el circo y el envoltorio que se describe en la mayoría de comentarios, creo que a mi también me superaría y es una de las razones por las que no me llama la atención probar este restaurante, me consta que a mucha gente le pasa algo parecido. Se que seguramente me estoy perdiendo una experiencia gastronómica de altísimo nivel, que le vamos a hacer, pero cada vez huyo más de los efectismos (en algunos casos, creo que un pelín pasados de vueltas) y me gusta que la experiencia se focalice en lo que se come y se bebe, sin accesorios para mi un tanto innecesarios. Recuerdo unas palabras de Jordi Cruz en un simposio en el que decía "Me hace gracia la gente que cada vez más va a un restaurante gastronómico y dice 'venimos a que nos sorprendan'; pues yo lo que voy es a que me den de comer muy bien". Soy de de esa misma opinión.

    Saludos!!

    Alex.

  6. #6

    oscar4435

    Yo tampoco reniego de aquellos lienzos de la calle pensamiento .

  7. #7

    Filo

    Gracias por compartir tu experiencia. Lo bueno de Daviz es que cocina de maravilla.

  8. #8

    Juan San

    Hola , como decía Jack , vayamos por partes, si nunca has estado en un tres estrellas no es fácil ni difícil encontrar algo igual, Diverxo es diferente a todos los demás igualmente lo fue El Bulli ,cuando haces la reserva en diverxo ya lo dice el nombre XOW , gastronómico pero es un xow brutal que si alguien con dos dedos de sentido común es capaz de decir que es malo, que es mejor el streetxo que diverxo ya va mal una cosa es uno y otra lo otro, por suerte he comido un par de veces y cada vez es muy bueno todo, todo pero todo,,,,. No es lo mismo ir a ver los Rolling stones que a bruce sprinting, y en los dos te lo pasaras genial .por lo que comentais que Jordi Cruz comenta que el va a un restaurante a comer no a que le sorprendan , reitero una cosa es comer y otra gastronomía , esa frase es del gran Ferran adria.en cuanto a precio del menú y del vino , pues como todo , 100 euros en un campo de futbol 90 minutos y comer un bocata tambien es caro o también puede ser barato,lo que si diría a quien pueda que no se arrepentirá de haber comido en Diverxo, no seamos escépticos a uno de los grandes cocineros , a mi las veces que e estado me a gustado todo, además si el no quiere salir pues aceptémoslo como otra cosa nueva de la gastronomía , alguien puso de moda el salir y al principio te cortaba un poco que el cocinero te preguntara como a ido.debieron ser los grandes que lanzaron la cocina ,ARZAK, SUBIJANA , BERASATEGUI,no es lo mismo como comentais que vas a ver tocar un grupo y no ves al solista si en lugar de ver escuchas la música,, creo que no es necesario que salga ningún cocinero de la cocina , si sale bien y si no pues esta en su trabajo.
    Por cierto e comido en diverxo estos días ,,, mi memoria aun esta en captando pases.

    Adeu,
    Joan

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