Restaurante Entrevins en Valencia
Restaurante Entrevins
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
11,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
47 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.0
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Restaurante entrevins valencia ruzafa
vinos
postre
solomillo
rodaballo
cocochas
lecha
copas de Siglo Saco
huevo
pescado
carne
postre
copas del Siglo
croqueta
calçot
huevo
cococha
pichon
postre
arroz
figatell
ensalada
panceta
postre
choco Blas
Solomillo de vaca vieja a la brasa, aligot trufado y salsa anisada de malauva
Gamba de carabinero, papada de ibérico y guiso de cardo trufado
Tuetano
Cocochas de bacalao, dados de topinambur, juliana de celeri y trufa
Molleja de ternera, avellana tostada, coliflor asada y trufa rallada
Lomo alto de vacuno mayor con puré de chirivía, foie de pato y salsa de trufa
Manzana esperiega del Rincón de Ademuz, con miel, almendra marcona, maíz y helado de trufa
Cogote de bacalao
Presa Ibérica
As Sortes 201
Berberechos express
Bonito curado a la sal, crema de almendras, lechuguitas y encurtidos
Salmorejo con langostinos
Prensado de cocido
Merluza con puré de celeri
Vaca vieja
Entrantes
Mango y torrija
Manitas de cerdo con foie y rúcula
Botifarra de pato, calabaza y jengibre
Jurel sobre aguacate
higo caramelizado sobre bizcocho
Opiniones de Entrevins
OPINIONES
114

Cinco reuniones programadas para el primer semestre de los mismos seis asistentes y con un denominador común de trabajo que planteamos como aliciente añadido: hacerlas en 5 locales diferentes, con el mismo presupuesto, y someterlos a las opiniones de los asistentes con seis items de valoraciones concretadas y con una puntuación de 1 a 10 en cada apartado. Sumar todos y clasificar: por un solo punto, ganó Entrevins.

En el dia de hoy contamos con un comensal extra, siendo siete en total, ubicados en una mesa tipo imperial cercana a la bodega. Unas aguas y alguna caña al llegar con unas aceitunas negras sobre la mesa. Menú pactado y vinos a su elección siempre manteniendo el presupuesto global.

Todo en servicio individual, con cambio de cubiertos y copas con cada nuevo servicio. Los vinos servidos desde principio a fin y completando todas las botellas abiertas. Los platos servidos de cocina a buen ritmo y al unísono la mesa completa:

. clotxinas en caldo de aji: sencillo pero buen inicio; un  poco más de rock and roll nos hubiera gustado más a algunos (quizás a otros/as menos).

. calamar plancha en caldo reducido de fesosls y naps: servido aparte el caldo que contrasta con el sabor esperado (parecía que debía ser un caldo de pescado) para hacer compañía a un calamar de tamaño individual y partido en dos.

. figatell de rabo de toro con boniato y chiribía: ese punto dulce que sorprende en un "figatell", poco figatell (poco hígado) pero que está muy bien de sabor y textura

. cogote de bacalao con crema de albahaca: un bacalao siempre perfecto de punto de cocción del que puedes contar las láminas. Puro sabor de producto.

. presa ibética extremeña con crema de nuez de macadamia: de nuevo muy buen producto, punto perfecto de fuego y buena compañía de la crema que no quita protagoinismo al actor principal

. choco Blas: algo que si hay gente nueva, nunca puede faltar. Al principio se retienen, pero todo es empezar y no parar.

Para beber y al ritmo suficiente para que llegaramos a todo lo previsto:

. champagne Laherte Frères blanc de blancs brut nature (degüelle 04-17) un chardonnay de cepas de más de 35 años sobre la pura roca madre, casi sin tierra, cargado de mineralidad

. Saint Bris Exogyra Virgula "Goisot" 2015: blanco muy ligero, cercano a Chablis pero marcando diferenciación, sobre un suelo de fósiles de ostras que también le dan una mineralidad importante, siendo en conjunto muy ligero y de trago largo pero para mi gusto le faltó "punch".

. Aliás 2015: un tinto de uva baga portuguesa, del bajo Duero, de crianza en barricas usadas y con algo de raspón que le confiere unos amargos y herbáceos. No gustó a todos por su carácter demasiado diferenciado de los tintos acostumbrados

. Palacio Quemado, Los Acilates  2015: un tinto extremeño, más de elaboración a nuestro gusto y que acompañó muy bien a su secreto (carne) del mismo lugar.

. Alvear: un dulce natural de PX de añada, con su acidez y sin excesos golosos.

Unos buenos cafés para rematar el rato de trabajo entre plato y plato y para comentar las puntuaciones alcanzadas en las diferentes etapas de este peregrinar. Fin de ciclo. ¿Habrá nuevo ciclo? Nunca se sabe, aunque voluntad sí la hay.

acudimos a Entrevins por primera vez y tras haber estado en el local que tenía antes en Ruzafa. La expectativa era alta. Habíamos hecho una reserva, indicando  que mi pareja es celiaca, y que yo no tomo nada con ajo.

Tras indicarnos la mesa, encontramos unas aceitunas negras que no nos gustaban a ninguno de los dos y pedimos que las retiraran.

el menú de CUina Oberta se componía de estos entrantes: 

-tataki de corvina a la sal y mantequilla de algas.

- Terrina de Foie de pato. nos pusieron pan normal para mi pareja, y Aquí pedimos si tenían pan para celiacos, ya que lo habíamos informado. Respuesta: “No. te quito el pan”. Sin dar ninguna alternativa. Si me hubiera avisado, habría llevado mi propio pan sin gluten.

- figatell de rabo de toro con boniato

- calamar de playa a la plancha

Todo estaba bueno y correcto. Raciones muy escasas. Sin más 

Plato principal:

-Cogote de bacalao 

- Presa Ibérica 

ambas cosas, estaban buenas y el punto de cocción correcto. Pero de nuevo, muy escasas. Imaginad comed un principal como este y no tener un mísero mendrugo de pan para acompañarlo...

postre: Nos sacaron un ladrillo de 80 cm de largo con unas lágrimas o chorretones de chocolate. 

Pedimos la cuenta!. Al recibirla nos habían cobrado de más porque tuve que explicarle 3 veces que sólo había tomado tres copas de vino, no cuatro.  

En resumen: No volveré porque para un restaurante de este nivel, o eso quieren, deberían dar una solución tan fácil como esta, máxime cuando se ha avisado con antelación. 

precio medio alto,  en relación calidad y precio 

  • Cogote de bacalao

    Cogote de bacalao

  • Presa Ibérica

    Presa Ibérica

Tras una buena mascletá en fallas, un complemento perfecto es una comida en un sitio cercano (lo del coche en fallas es cada vez más locura) y si hay algo que celebrar, mejor no arriesgar e ir a valor seguro.

Seis para comer es el número ideal para ese pequeño comedor con ventana a la calle y con un servicio en sala con el plus de que parece un servicio privado. Tras los comentarios de Guillaume, arriesgamos a una opción inhabitual como es el arroz de principal, pero ya legaremos.

Arrancamos con unas buenas aceitunas negras y unas bebidas previas: cocacola, agua con gas, cerveza y una manzanilla pasada La Goya de Delgado Zulueta. Habían preparado un buen tinto Galia 2014 descorchado con más de una hora previa, pero antes aquí hay que tomar algún champagne y el elegido fue Francis Boulard un blanc de blancs extra brut. Nos descolocó la nueva etiqueta de Galia aunque el vino ya lo conocíamos (https://www.verema.com/vinos/116169-galia-2012/valoraciones/1315793-hermano-mayor-bodega). El servicio y pese a estar aislados fue de rellenado de copas casi siempre, además de decantar con tiempo el tinto.

Para comer y de forma compartida al centro de la mesa tenemos un buen aceite de Finca San Blas arbequina y el pan individual de calidad:

. cecina de vaca rubia gallega: punto salado perfecto, buen sabor, buena textura.

. brandada de merluza con piñones: preciosa presentación, elegante de sabor, textura perfecta. Grave problema para poderlo servir desde un plato compartido.

. figatell de rabo de toro y boniato: buena combinación de sabores con un boniato con punto dulce

. calamar con su tinta y encebollado a mi (su) manera: pequeños (uno por persona) calamares de buena textura y sabor con un encebollado muy ligero.

Principal:

. un par de votos se fueron a por el chuletón de 1 kg: perfecta carne, buena ración pero que se puso casi fría en la mesa aunque se remedió inmediatamente. Acompañaba un buen plato de patatas fritas.

. otro par de votos se fueron a por el pescado del día: sama (también llamado urta), hecho con verduritas de Alboraya. Referido como bueno.

. dos nos vamos a por arroz de fesols i naps: plato inesperado (desconocía la versión de arroz de cocina) pero que resultó muy bueno de sabor, hecho con manetas, con menos verduras y morcilla de lo esperado, perfecto de cocción. Perdió en contundencia respecto a otros locales más arroceros pero ganó en elegancia; lo bautizamos como "de elaboración afrancesada". Sorprendente y acertada recomendación.

Seguimos compartiendo platos y ante la finalización del tinto, con buen criterio aceptamos para lo que viene, la genial propuesta de un oloroso Tradición VORS de 30 años (de lo mejor de la comida):

. prepostre: plato de quesos, incluyendo un comté de calidad y 12 meses de afinamiento; no recuerdo el segundo, cremoso y al final, en versión en frío uno de nuestro prefereidos: Vacherin Mont D´Or con savagnin. Insuperable.

. postre: un par de raciones de milhojas de calabaza con helado de naranja y otro par de reciones del estrella de la casa, el choco Blas Entrevins, con su repunte de sal y aceite, algo que es imprescindible conocer (y recordar).

Unos buenos cafés variados y un buen rato de cháchara después de apagar una representativa vela cumpleañera sobre un poco más de chocolate y en la intimidad del comedor privado fué el acierto final. Y ahora ¿a ver fallas?. Por lo menos caminar un poco.

 

Se trataba de realizar una cata especial y que se acompañó de algo de comida para que la cata no perdiera su protagonismo de actor principal.

Sin miedo a supersticiones nos sentamos 13 expectantes catadores con conocimientos muy diferentes pero con un común denominador que era disfrutar de las explicaciones y caldos preparados por Guillaume para el evento. El mismo disfrutó y estuvo en plena dedicación a nosotros a pesar del servicio de cenas en el comedor central, hasta tal punto se implicó que llegó a sentarse en la cabecera de la mesa para dar una mayor cordialidad al evento. Todos disfrutamos.

Lo comido y preparado a su elección por cocina y servido cada plato por cada dos vinos aproximadamente y con raciones más que amplias para ser una cata, lo que se agradeció para no catar sino terminar las copas:

. calamar plancha en texturas: bien de sabor sin mucha condimentación que se agradeció para los vinos

. sepietas con tirabeques y trompetas de la muerte: muy bien de sabor y textura

. carne de ibérico a la brasa con un punto de curry rojo: demasiado intenso para una cata y bue a calidad de la carne

. molleja de ternera con aceituna deshidratada y col: excelente plato y materia prima.

. queso Mont d´Or preparado y calentado

Los vinos protagonistas y elegidos por Guillaume:

. champagne La Côte en Bosses 2005 extra brut Collection Domaine  Jérôme Dehours

. champagne Laherte Freres Les 7 extra brut

. Arbois Vin Jaune 2007 de Rolet père &t fils

. Fino Tres Palmas de Gonzalez Byass

. Larmandier-Bernier cramant nature 2009 Grand Cru

. Condrieu Vertige 2014 de Yves Cuilleron

. Chassagne-Montrachet premier cru Morgeot de René  Lequin-Colin 2012

. Moncerbal de Corullon 2005

. Château Ducru Beaucaillou Saint Julien 2002

. Château Canon 1º Grand Cru classé Saint Emilion 2013

Se añadió de extra para del queso:

. Oloroso Tradición de 30 años

Una noche única en la que disfrutamos y aprendimos.

(notas de cada cata, en su lugar)

Tras una esplendorosa cata de 33 Riojas de una tacada en el sótano del local, se impone meter sólido para no caer en el intento. Completamos con una cena pactada y preparada de antemano que nos sirvió para seguir hablando de vinos y descansar de los temas políticos tan repetitivos en estas fechas. Doble placer.

Nada que comentar del local más allá de una afluencia elevada estando ocupada hasta la mesa del rincón, una mesa para cuatro personas con cierta intimidad, tanta que no la vi al entrar.

Unas buenas aceituas, el buen pan de masa madre más una cerveza inicial, mientras nos sentamos y nos comentan el menú.:

. bonito curado a la sal con titaina: atún crudo con sal, bien curado y sabroso.

. mollejas con coliflor y café: tiernas pero sabrosas

. rodaballo a la brasa con sobrasada marina y piña salteada: curioso plato pero que se complementan los sabores

. magret de pato a la brasa con salvia y naranja sanguínea: de nuevo ingredientes atrevidos formando un buen conjunto. La carne simplemente perfecta.

. postre a compartir<. choco blas. Un clásico de la casa que siempre deslumbra a algún debutante. Chocolates a elegir hasta decir basta.

Los emplatados, presentaciones y explicaciones en el alto nivel de siempre y que ya nos parece normal, pero luego ves que no es tan habitual.

Para beber, y por si no había bastante con la previa cata de 33 Riojas (31 tintos):

. Magnum de Gramona Imperial 2012: magnifico y deseado el cambio de ritmo

. albariño Don Pedro de Souto de maceración carbónica: interesante

. tinto Fagus 2014: desbordados de tintos, se minusvaloró

. Leles 2013 un cariñena/garnacha: mejor tolerado

. Finca San Blas: genial para no parar de tomar con el chocolate

. PX 1986: los PX de reciente recuerdos por la cata monografica en Moriles-Montilla van a descansar una temporada.

Un corto rato de velada y de disfrute y a por taxi, aunque akguno se fue en bicicleta. El precio, creo recodrdar que fue el descrito pero no me extrañaría estar confundido por los vapores.

Un año cumple de apertura y en poco tiempo se ha convertido en un referente en el apartado de vinos, con una cocina de buen producto y elaboración adecuada, manteniendo un precio asequible.
A Guillaume se le nota orgulloso de su local, y con motivo.

Tentador menú de aniversario tanto en la parte de comida como de bebida con oferta de 10 champanes a precios reducidos.

Cuatro para comer y tras enseñar el local a "los nuevos", nos sentamos en mesa redonda a disfrutar de la cocina y bodega.
Entramos con unas cervezas y agua con gas Pedras Salgadas, sin gas de Bezoya, más unas aceitunas negras caseras.

Composición del menú 1º aniversario (todo por 29.5€):
. gazpacho de tomate verde valenciano con quisquilla hervida: nos faltó cuchara para tomarlo; muy agradable entrada aunque la buena quisquilla no se acaba de integrar.
. anchoa de primavera de casa Ortiz con titaina: muy buena y sabrosa pieza con una base demasiado frágil para comer de bocado.
. atún de almadraba curado a la sal con ajo blanco suave: pescado crudo bien curado y sabroso
. viera ahumada con emulsión de bígaro: novedoso y sabroso; grata sorpresa en la que la viera parece un trampantojo de queso; genial la emulsión.
. cococha de merluza a la romana, mahonesa de cítricos: buen rebozado, buena pieza; exquisito bocado
. milhojas de cocido valenciano: con presencia de sabor profundo y una textura crujiente del contenedor a modo de sandwich, de nuevo difícil de comer o partir con cuchillo.
. mollete de codorniz deshuesada con chocolate, toque de curry rojo: presentado a modo de mini cucurucho, bien de sabor. Textura demasiado parecida al mollete
. canard à l´orange: muy buena textura y sabor, presentado en 4 cortes con un punto de naranja sanguina biecontrastada
. chocolate à la folie: auténtica locura `para los amantes al chocolate, con presentación en todas las texturas, colores y sabores.

Para beber cayeron dos:
. Francisc Boulard et fille "Les Murgiers" (30€): ya conocido y que siempre cumple.
. Larmendier Bernier "longitude" (45€): muy bueno, cremoso, estructurado, sin aristas. La diferencia de precio vale la pena.
Buenas recomendaciones, calculando que serían dos botellas en total. Servidos a temperatura perfecta desde el primer momento, rellenado de copas si apretar, comentadas sus características y orígenes.

Sin acabarnos el chocolate, un rato de charla y nos volvemos a quedar de los últimos con la paciencia del local.

Aprovechando que durante el mes de junio ofertan el siguiente menú al cumplir un año en la nueva ubicación, nos decidimos por el mismo.
El local muy bonito, y práctico. Mesas bien vestidas, buenas copas...y excelente servicio.
Gazpacho de tomate verde valenciano con quisquilla hervida.
Anchoa de primavera de casa Ortiz con titaïna.
Atún de Almadraba curado a la sal con ajo blanco suave.
Vieira ahumada con emulsión de bígaro.
Cococha de merluza a la romana y mahonesa de cítricos.
Milhojas de cocido valenciano.
Mollete de codorniz deshuesada guisada con toques de chocolate y curry rojo.
Canard à l´orange.
"Chocolate à la folie"
De bebercia, y viendo la gran oferta que tienen en champagnes, optamos por Francis Boulard et file "Les murgiers"(3), muy rico, seco "avinado".
Comoquiera que somos "jaladores" natos, remachamos con una ración de Comte.
Acertamos, sin duda.(aunque en el milhojas de cocido cambiaría la masa que lo recubre, ya que de sabor está rico,rico)

Elegimos un menú que comprendía tres entrantes, chuletón y postre.

Un par de buñuelos de bacalao con all i oli suave de miel. Acertadas proporciones de bacalao y patata, bien de sabor y textura en uno de ellos. En el otro la mezcla no era del todo homogénea y resultaba más denso de lo deseable.

Tataki de atún, remolacha asada y kimichi. Producto excelso y punto perfecto, acompañado de un puré de remolacha asada que le otorga densidad y dulzor, contrarrestada por el punto picante y salado del Kimichi. El conjunto resulta acertado, aunque sin perder de vista que lo importante sigue siendo el producto.

Calamar de playa a la plancha en su tinta con alcachofas. Buen producto, bien cocinado y buena compañía. Aunque alguno de los amigos comentó que su calamar tenía una textura más tiesa de lo deseable, el mío estaba en su punto, o a lo mejor en el mío… Jejeje…

Compartimos cada tres comensales, un Chuletón de aproximadamente 1.25 kg de vacuno mayor asado a la leña. Carne con una maduración de 45 días del prestigioso proveedor Vacum. Punto perfecto y sabor intenso. Hacía tiempo que no comía una carne tan tierna y lo que es más difícil hoy en día, tan sabrosa. Seguramente fruto de su larga maduración por una parte y de ese delicioso punto ahumado inigualable que le otorga la brasa por la otra. Disfruté muchísimo con este chuletón.

De postre: Choco Blas Entrevins, chocolates en texturas, aceite de oliva virgen extra y sal. Recuerdos a merienda antigua con esa mezcla de chocolate, aceite y sal. Resultón sin más.

Para beber empezamos con una botella de manzanilla pasada Maruja. Con los entrantes un par de botellas del champagne Les Terres Fines de Dhondt-Grellet, un primer cru extra brut blanc de blancs. Con la carne parece ser que nos entró la sed y cayeron tres botellas del ecológico Pícaro del Águila 2014 procedente de viñas viejas. Acompañamos los postres con un Finca San Blas 2013 dulce, elaborado con una selección de granos con podredumbre noble, al más puro del estilo Sauternes.

Lo que no me convenció del todo fue el pan, a pesar de decirnos que está elaborado con masa madre por el prestigioso horno San Pablo. Demasiado compacto, mucha miga, tal vez mi gusto personal se encamina a aquellos más alveolados y crujientes.

Un restaurante sumamente recomendable en el que prima el producto de temporada que puedes acompañar de una escogida y acertada selección de vinos en pleno centro de Valencia. Un acierto de propuesta en la que sin duda repetiré. De esos sitios que cuando sales ya estás pensando en volver.

Post completo ilustrado con fotos en: http://www.vinowine.es/restaurantes/entrevins-comida-y-vino-coprotagonistas.html

Comida familiar para siete para celebrar la onomástica de mi hermano en el día grande de fallas.
La ubicación del restaurante es excelente, céntrico (justo lo que buscábamos para poder ir andando después de ver la "Mascletá") y en una de las calles con más solera y encanto de Valencia como es la calle La Paz. Se trata de un restaurante relativamente nuevo pues antes estaba ubicado en Ruzafa, presentando así una decoración moderna a la vez que elegante y minimalista como manda la moda interiorista actual. Cuenta con dos plantas, ubicándose las mesas en la planta de arriba en un salón con grandes ventanales que dan a la calle y donde hay varios salones reservados destinados a comidas/cenas familiares o de empresa. A nosotros nos ubicaron en un coqueto y acogedor saloncito privado con un gran ventanal desde el que se veía la bulliciosa ese día calle La Paz y que contaba incluso con baño privado sólo para nosotros. Mobiliario cómodo, mesa espaciosa y sillas confortables. Mantel y servilletas de hilo fino, así como buena vajilla y cristalería.
En cuanto a la comida se trataba de un menú cerrado, como en la mayoría de sitios tratándose del día grande de las fiestas josefinas. Se componía de unos entrantes individuales, plato principal y postres a compartir.
ENTRANTES:
- 2 platos a compartir de jamón ibérico Joselito cortado a mano. Excelente jamón como era de esperar tratándose de la que para muchos es la mejor marca de ibéricos de bellota lo que siempre supone un valor seguro. Por tanto cumplió con las expectativas sin sorpresas, la sorpresa hubiera sido que no estuviera bueno.

- croquetas de bacalao (2 por persona) con ligero all i oli de miel. Ricas de sabor y con una textura cremosa muy agradable.

- Milhojas de foie, manzana asada y cecina. Sin ninguna duda el mejor plato de los entrantes e incluso de toda la comida. Perfecta combinación de sabores entre el dulzor del foie (mi cuit)y sobre todo de la manzana asada y caramelizada (con una crujiente capa superior debido al azúcar quemado)y la parte salada que le aportaba la cecina y que daba como resultado un exquisito bocado con todo ese contraste de matices y sabores. Presentado en forma de pastel donde se superponían las diferentes capas de sus ingredientes. Un platazo, si señor.

- Canelón de puchero. El último de los entrantes fue este canelón que iba relleno de la carne sobrante del cocido ("puchero" como le decimos aquí en Valencia) y recubierto de bechamel .Resultaba Cremoso y rico de sabor aunque pequeño en tamaño.

PLATO PRINCIPAL:
- Arroz caldoso de bogavante y alcachofas. Perfecta cocción del arroz pero falto de chispa y sabor, quizás necesitaba de algún ingrediente más que enriqueciera este plato que resultaba bastante plano y que defraudo un poco. No me gustó que nos trajeran el arroz ya emplatado pues, aunque le quite "glamour" en un sitio así, sigo prefiriendo que me dejen la cazuela en medio de la mesa (lo que en Valencia es casi norma) para que cada comensal se sirva a su gusto y además poder tener así la posibilidad de repetir si uno se queda con hambre, pues lo normal al hacer un arroz (sobre todo si es caldoso o meloso) es que siempre se haga un poco de más cantidad.

POSTRES:
- fresas con nata, helado de jengibre y arena de galleta.
- Chocolate en texturas, AOVE y sal.
Sacaron ambos a compartir (dos platos de cada) lo que no termino de entender pues debían haber sido individuales al igual que lo fueron los entrantes y así nos hubieran saciado más pues la ración era algo escasa teniendo en cuenta que era para compartir entre varios comensales. Las fresas pasaron sin pena ni gloria pues todos los piropos se los llevó el plato de chocolate que gustó mucho por su sabor y su perfecta combinación de texturas. Asimismo la inclusión del AOVE y la pizca de sal le daba ese contrapunto de sabor que hacia de este postre algo muy interesante.
En cuanto al vino, aconsejados por el maître y al parecer dueño del local, tomamos durante toda la comida un blanco "la Ola del Melillero" mezcla curiosa de Pedro Ximenez y moscatel de Alejandría de la sierra de Málaga y que resultó un vino afrutado y ligero que acompañó perfectamente toda la comida.
Terminamos la comida con tres cortados y un café solo a los que siguieron otros tantos chupitos de limonchelo para las mujeres y de baileys para el sector masculino por cortesía de la casa.
Como conclusión decir que se trata de un restaurante en un emplazamiento envidiable y con una elegante y agradable decoración en la que te sientes muy a gusto (sobre todo si tienes ocasión de estar en uno de sus salones privados) pero cuya cocina no deslumbra, pasando casi desapercibida y quizás por ello no termina de cumplir con las expectativas que uno espera encontrar en un lugar así. En cuanto a su relación calidad precio creo que va más en consonancia con su emplazamiento e instalaciones que con la comida, pues si por ésta fuera quizás está algo por encima de la propuesta gastronómica ofrecida.

Tras un evento como el último vivido y bebido en (pre) navidades pasada, se hace difícil plantearte una nueva opción con el pensamiento de que siempre será a menos.
No puede ser de otra forma ya que lo extraordinario es lo extraordinario y el resto es el día a día. Así que cena para celebrar trabajo bien acabado en el mes anterior y compartir con las parejas que soportan las ausencias de dentro (en el despacho) y de fuera de casa (en el trabajo).

Seis para cenar con previa llamada para la preparación de un menú a libre elección de platos y vinos pero esta vez con presupuesto inferior.
Ubicados en el comedor pequeño y privado (para 6-7 comensales) en mesa redonda y con vistas a la calle y con baño unisex casi privado. No por estar fuera del alcance visual hubo ningún retraso en el servicio y sí la comodidad de comentar platos y vinos de forma pormenorizada lo que permite un plus de disfrute final.

Mientras llegamos unas olivas y unas cervezas y un fino (que no recuerdo) amenizan la espera. Agua bezoya sin gas y otra con gas se hicieron necesarias varias botellas.

El menú:
. Royal de alcachofas con yema de huevo de corral, lascas de jamón Joselito y trufa rallada. Un plato que profundizando la cuchara consigues aportar todos los elementos que se funde en la boca. Intenso y sabroso.
. Cocochas de bacalao al pil-pil trufado con chantarela. Perfecto pil-pil, magnifica calidad de las cocochas, su punta de trufa (la temporada manda).
. Merluza de pincho al horno, espinas frescas a la crema con trufa. De nuevo gran producto en la merluza, trozos de buen tamaño hasta hacer que alguna zona quedara bajo de cocción (pero igual de sabrosa). En cocina punto de cocción ideal.
. Presa Joselito asada a leña, crema de topinambour, endivia braseada, trufa laminada. La carne de Joselito empieza a hacer sombra al jamón; tierna, sabrosa, jugosa, bien de fuego. Plato elegido como mejor por una mayoría; faltó la unanimidad porque la compañera endivia a la brasa no acabó de gustar por sus amargos; quizás unos trigueros hubiera tenido más aceptación.
. Postre a elegir: Arroz con leche trufado o bien Brie de Meaux fermier rellenados de trufa. Elegimos mitad de cada para probarlos todos. Gustaron ambos pero destaco el queso perfecto de textura y cremosidad con su punto de infiltración de hongo en cantidad comedida; para no parar

Los vinos repartidos uno por cada plato:
. Domaine La Croix des Marchands Blanc sec Gaillac 2015
. La Atalaya del Camino 2014 viñas viejas de Almansa
. Món do casar Ribeiro 2015
. Domaine La Croix Des Marchands Gaillac brut methode ancestrale
. Erial 2014 tinto fino de Epifanio Rivera
Un maridaje estilo Guillaume que tras 14.5º de tinto pasamos a un ribeiro con suma acidez. Muy destacable esa rareza de espumoso de método ancestral (doble fermentación en botella) que nos encantó que trajera de las cercanías de su localidad natal.

Finalizamos con cafés e infusiones y declinamos el ofrecimiento de destilados y similares. Un paseo por las ruinas del sótano como siempre que viene gente nueva y a casa que llueve (literal).

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