Bodega-restaurante de ambiente frío. Gente joven con ganas de agradar, pero que de momento acompaña a la frialdad del local. Cocina elaborada, si bien debe mejorar el emplatado. Raciones justas. Menú degustación por 29 euros (seis platos), a los que es posible acompañar diversas opciones en cuanto al maridaje de vinos. No escogí la opción del maridaje y opté por un Finca Terrerazo. Es una buena opción si estás por la zona del mercado de Ruzafa. Mejorará cuando se vaya ganando en experiencia. Sobre 40-50 euros por persona.

Tras leer atentamente los comentarios sobre este restaurante nos animamos a ir y quedamos muy satisfechos. Todos los vinos que nos sacaron (pedimos degustación) resultaron excelentes con aromas y sabores distintos a los vinos que solemos beber habitualmente. El entorno es agradable (de bodega de toda la vida), tal vez la iluminación podría mejorarse algo haciendola más calida. El servicio excelente. El rte es distinto y recomendable para los aficionados al vino y la comida selecta sin excesivas ostentaciones.

Nueva visita y nuevo acierto.
¡Con lo poco que me gusta repetir restaurante, para descubrir nuevas propuestas, aquí he hecho una excepción¡
Enhorabuena y a seguir así. De lo conocido por mí, de las mejores Rcp de Valencia.

En Valencia hay muchos restaurantes y aparecen nuevas propuestas . No se si habrá pan para todos , pero recuerdo un comentario muy acertado de Daniel P. Whitaker , referente al enfoque de la apertura de un restaurante , los nichos de mercado , los puntos fuertes , la especialización y diferenciación. Este restaurante es un claro ejemplo.
A mi me encanta entrar a un restaurante y tomarme una copa de champagne, pero solo una copa, o dos si acaso. También me encanta tener un profesional del vino que sepa más que yo de enologia. Me encanta un servicio atento , amable, profesional nada prepotente y una propuesta diferente donde un menú de nota alta sea perfectamente “maridado” por un profesional que me ahorra esa tarea y que me deleita con vinos desconocidos por mi.
Si a todo, esto la factura del restaurante no menoscaba mi apreciado bolsillo, dada la “C-A-L-I-D-A-D” ofrecida, felicito a Guillaume y todo el equipo porque bajo mi punto de vista este es el camino a seguir para triunfar.

Restaurante distinto, con buen guia (francés -esta gente conoce el vino-, joven y ’aparentemente’ bien preparado), pero ... debe aproximarse mas.
Binomio Vino-Comida: OK. Carta escas e irregular. Buena oferta de vinos, probe uno (no lo anote), que me encanto. RCP, interesante.
Puede ir a mas, debe ir a mas.
Asi, con animo y progresion se puede conseguir que un dia en Vcia. haya algun buen rte.

Dos menús,uno largo y otro corto.Si la cocina no da para todas las mesas igual si se reduce alguna, el resto estará mejor atendido.
Un all i pebre de caballa bueno,un decente calamar con hummus,y muy floja una butifarra con queso.De plato principal un bacalao(totalmente desalado) que llegó destemplado a la mesa.Calidad en los productos pero les falta tacto al rematarlos.Postres en la linea.
Se puede maridar la cena.Buena carta de vinos.
Aceptable R.C.P

Estuvimos hace un par de días, y realmente nos sorprendió gratamente. Se trata de un concepto diferente a lo habitual,y por eso nos pareció especialmente divertido.

Nosotros optamos por el menú de mercado, y como entrantes disfrutamos de un all i pebre de caballa, unas alcachofas con cebollitas -espectaculares- y un bonito en escabeche. Para estos entrantres los vinos fueron Dona Rosa, de DO Rias Baixas, y como tinto Laus de Somontano.

A continuación, una crema de galeras sensacional. Como plato principal unos optamos por la piernas de cordero con cous-cous (acampañada por el tinto alicantiono Dominio de la Peseta) y otros por una merluza con salsa de berberechos (con un vino blanco siciliano cuyo nombre no recuerdo exactamente, lo siento).

Los postres también resultaron muy ricos: un sabayón de mistela y un sushi dulce (a base de arroz con leche y chocolate).

En total, con aperitivo y cafés, fueron 33 € por persona, lo cual parece muy razonable teniendo en cuenta la variedad de vinos y platos que probamos. El servicio también es excelente. Como único pero, quizá, la cantidad de comida, que puede ser un poco justa (aunque bien es cierto que muchas veces tendemos a comer de más), aunque suficiente y no más escasa que en otros sitios de precio más elevado.

Sin duda, muy recomendable para todos aquéllos que busquen algo innovador y diferente... A mi, al menos, me sorprendió y muy gratamente. Volveremos.

Restaurante diferente en su concepcion a lo esperado en uno tradicional. En él mas bien se busca un maridaje que unas cartas convencionales tanto de comida como de vino. La comida es algo irregular, junto a platos bastante normalitos hay otros espectaculares como por ejemplo la ventresca de atun. Guillaume marida muy bien la comida que te da con vinos poco comunes y aun precio muy bueno. Me encanto el Barranco Oscuro por su originalidad. Desde mi punto de vista recomendable sin duda.

Hay que tener claro a donde y a qué vas:
-Si piensas que vas a una bodega modernota con un toque de sofistificación a probar vinos expresivos y una limitada pero aceptable cocina...VE.
-Si buscas alta cocina, variedad, distinguido servicio etc...NO VAYAS
Yo fui con las primeras premisas y salí encantado. Degustamos el menú de mercado con las selección de 4 vinos del somelier, en la zona de bodega, sobre una cuba.
Estuvimos francamente a gusto.
Sí, muy poca variedad de platos, solo una carne (carrillada al vino tinto, muy rica) y un pescado (mero al azafrán, delicioso), pero un placer, un sitio genuino para estar de buen rollo, alegre y divertido.
Guillaume nos sirvió un chardonnay francés, un riesling, un Toro joven y un bobal con mucha madera, coronando con su creación, el cocktail Gin Tonic del que difiero de otros comentarios pues a mi gusto no le sobra ni un ápice de lima. A lo mejor es que ha leído las críticas de Verema (deberían hacerlo todos los restauradores, se trata de un buen ejercicio) y lo ha modificado. También ha debido leer lo de las botellas y cajas por enmedio, porque me fijé y ya no hay ni una.
Como decía al principio, tiene su nicho de mercado. Repetiré.
P.D.: le califico con un "3" en vinos y no con un "4" exclusivamente por la cristalería.

Local interesante, sobre todo si tenemos en cuenta lo aburridos que son sus supuestos competidores.
El conocimiento de Guillaume del vino es bueno, aunque su gusto excesivamente "francés" con el vino tinto hace padecer mucho a los clientes.
Así como su extraño sentido del humor.
por otra parte es enemigo acérrimo de los vinos de más de 20 euros (si no son champagne), eso le deja fuera de los vinos emocionantes casi siempre.
Ofrece buenas relaciones calidad-precio, pero sin mágia ni emoción.
Si lo dejas maridarte el menú, hay decepción segura por la calidad media-baja de los vinos.
Además suele servir demasiado calientes los vinos, tanto tintos como blancos, y casi nunca los abre en tu presencia.
Debe mejorar su selección de vinos, sino, la cocina (excelente casi siempre) lo arrollará.
Al Gin Tonic le sobran dos metros de piel de lima, aunque la presentación es buena.
Tambien serían deseables unas mejores copas, y que no hubiera esparcidas cajas de vino sin climatizar por todo el local, esto afea bastante, y crea incomodidad estetica.
Magnificas pinturas en las paredes, y buen concepto, aunque falta pulirlo.