Repito por segunda vez, la primera hace siete meses y esta ultima la semana pasada. Para mi sorpresa encuentro una grandísima evolución, un tratamiento al producto muy mimado y diferente a lo que nos tienen acostumbrados en Valencia. La carta es muy divertida y nos ofrece un abanico amplio y bien estructurado a la temporada, relación calidad – precio buena, teniendo en cuenta que se ven platos trabajados y diferentes, y si bien es cierto, que aunque muy agradable, el local no está a la última moda desde mi humilde punto de vista, yo prefiero lo que esta gente nos ofrece y no lamparitas y taburetes de diseño con productos de cuarta y quinta gama disfrazados con nombres rocambolescos,que en esta ciudad, es en lo único que ponen imaginación(el noventa por ciento, que no todos). En cuanto a la carta de vinos bien estructurada y con sentido, no por tener ocho mil referencias caras un restaurante tiene mejor bodega. Se nota que se han puesto las pilas y mucho, saben detrás de lo que se andan. Suerte y contad con mi apoyo porque hacía falta un sitio como este ya.

Nos decantamos por el menú de 25 € que consistía en 3 entrantes para compartir, entrante individual, plato principal y postre. Tomamos unas brochetas de gamba pelada que venían acompañadas de un "puré" de marisco. ¿Y donde estaban las pieles?, pues sí, en el puré. Se hubiese agradecido el detalle de "colarlo" antes de triturarlo ya que resultan un poco desagradables de masticar. Las alcachofas sobre lecho de sepia y la merluza confitada excelentes pero, otra vez debieron andar escasos de tiempo porque no se molestaron en quitarle la piel al pimiento. De postre a elegir entre un magnífico coulant y un helado de azúcar en zumo de mandarina excesivamente frío para ser un zumo. Maitre-sumiller francés poco afable que contagia su frialdad y su trato distante al resto de servicio. Guardarropia en el pasillo que comunica la ventana de la cocina con el cuarto de baño. Cuando llegas al coche te das cuenta de lo mucho que huele el abrigo a tabaco y piensas, ¡que bien lo pasamos en aquel pub! aunque... ¿fui a algún sitio después de cenar?. Cuarto de baño estilo "cuéntame" estrecho pero, eso sí, muy limpio. Por supuesto, pusimos la guinda a la cena tomando ese famoso gin-tonic que ellos presentan como sensacional y extraordinario y del que yo sólo destacaría su originalidad. En fin, todo por 35 € ya que sólo elegimos un vino de carta en vez de elegir el maridaje de 3 vinos por 9 €/comensal. ¿Qué si repetiría?, se nos pasó el tiempo volando entre pelar pimientos y capturar pieles pero hay más restaurantes ¿no?

El local es agradable, mesas amplias y separadas, no fumadores, que es de agradecer. Los menus aparentemente a buen precio, tomamos el de 25€. Las raciones no son muy grandes, pero tampoco estan mal. Todo lo que comimos bastante bueno, el postre muy rico y buen café al final. Menu adecuado a la época del año.
La carta de vinos parece bastante interesante y en vistas de los buenos conocimientos que muestra el sumiller de los vinos, habrá que probar mas cosas. En nuestro caso no pudimos resistirnos a un Drappier Grande Sendrée 1996 que estaba inmenso por 54€. Y con el postre tomamos una interesante crema de casis también muy rica.
Si los platos tienen la suficiente rotación, supongo que volveré mas veces. 60 por cabeza con vino.

No es una hostelería arriesgada: es casi un guiño presentar una merluza de pincho que se como en un bocado!!!! No brilla la materia prima, la sala es agradable y el ambiente que da Jobim de fondo muy relajado, pero no deslumbra. La tirereta de vinos sin puntos y aparte en la carta confunde; el servicio correcto, pero sin ilusión, no hay ganas de mancharse las manos. Pican un poco los 40 euros si sales con hambre, no invita a repetir pero tampoco queda uno mal.

Lo mejor el gin-tonic. Deben mejorar los detalles. Iluminación escasa, cantan los platos como en una feria, se puso el sumiller a realizar las notas en una mesa del restaurante mientras cenabamos todavía 3 o 4 mesas. La comida bien elaborada pero algunos platos salieron casi frios, por lo menos a temperatura no correcta. Las copas, mantelería, vajilla y cubertería correcta En el menú degustación con maridage de vinos pdrían pensar mejor la secuencia de los platos y los vinos, ir pando de balnco a tinto, luego otra vez blanco y luego tinto no lo veo muy recomendable. El local normalito y bajo mi punto de vista RCP baja. No repetire

Estuvimos recientemente, no recuerdo la fecha exacta.
Ha cambiado su entorno a mejor.
Debe ser algo mas ductil, aunque su degustación es muy correcta. Se sabe mucho de vino, pero falta mas atención, opción (y eso que sus copas son de una variedad estupenda)
Un poco mas y estupendo.
Volví solo a la semana suguiente: Buena crema de calabaza. Prosigo, ánimo

Repito visita. Menú maridaje con presentación de vinos de la bodega Viladellops Vinícola S.L. Poca gracia y menos acierto con el maridaje. No veo evolución culinaria. El local si que ha mejorado, es más acojedor y se agradece. La presentación de vinos por parte de una bodega en un restaurante es una ocasión ideal para dar a conocer la cocina del mismo, no la excusa para fijar un precio más elevado a un menú que no lo valía.

Como leo en comentarios anteriores local frio, servicio distante. Servicio del vino correcto pero carta de vinos al uso, nada diferente, sota, caballo y rey. Raciones escasas. Ningún elemento que me invite a volver, prefiero seguir explorando entre las multiples opciones que me ofrece Russafa.

Local frío y sin gracia, iluminación poco agradable. Elegimos menú de mercado y desde luego si a eso se le puede llamar menú.... raciones escasas no escasísimas!!!! eso si todo estaba muy bueno Por la calidad de la comida y sólo por eso, volveré a probar el menú degustación cuando le den una lavadita de cara al local, supongo que así si que saldré con la sensación de haber cenado. Servicio del vino muy bien, copas perfectas.

Buena opcion dentro de lo que se nos ofrece en la nueva restauracion,sobre todo por la posibilidad de maridar lo que comes,estoy de acuerdo en que necesitan un poco mas de tiempo para esamblar bien todas las piezas.
Volveremos.