Una de las cosas que supo hacer el Prosecco es embotellarse bien. Muchas de las

Una de las cosas que supo hacer el Prosecco es embotellarse bien. Muchas de las botellas que durante años han estado en distribución eran vistosas, con envoltorios metalizados, con vidrio esmerilado, como si de un producto de lujo barato fuese.

Personalmente, no me gusta el Prosecco, pero sí tiene una cosa que gusta a los que critican el cava: la burbuja. Es, en general, mucho más fina. Y da el pego como si fuese un champán barato.

Sobre la distribución internacional, sí, el cava estará en 150 países. Pero qué cavas hay en 150 países? En los lugares donde he viajado sólo he visto los básicos de Freixenet y Codorniu. En Japón vi Roger Goulart y me sorprendió. Luego vi que también pertenece a un grupo de producción y distribución importante.

Y en España es más de lo mismo. Para la inmensa mayoría, el cava está más cerca del Lambrusco que del Champagne. Es una batalla perdida y sólo hace falta ver en las cadenas de supermercados el perfil de cavas que se venden. El 90% son de 6€ para abajo, algunos rondando los 2,50€. Creo que es una batalla perdida, ya que la DO no tiene la más mínima intención de mover un dedo para salirse de esa línea, pagando la uva a 0,30 cts/kg y regateando todavía.

La pena es que los de Corpinnat escogiesen ese nombre de nula capacidad comercial. Ha pasado más de un lustro y nadie sabe qué narices es, ya que los potenciales clientes siguen prefiriendo una botella de Moet&Chandon (de calidad cercana al Carta Nevada) que una botella de Recaredo.