Hola Angel, una pena no haber podido coincidir, la verdad que el ritmo fue

Hola Angel, una pena no haber podido coincidir, la verdad que el ritmo fue frenético.

Con respecto a la cata de Palos Cortados de Añada, creo que fue una de las más bonitas de la feria, en primer lugar por la puesta en escena y la solemnidad que Antonio Flores da siempre a sus catas, incluso acompañado por la guitarra flamenca de su compañero y en segundo lugar por las enormes rarezas que pudimos catar. Te cuento por encima.

Palo Cortado Añada 1987: delicioso, equilibrado, elegante, con un balance sobresaliente en estos momentos, nuestra opinión y así se lo hicimos saber a Antonio es que puede ser perfectamente la próxima añada a poner en el mercado.

Palo Cortado Añada 1982: al ser el único embotellado (es el que está a la venta) su comportamiento fue distinto, más reducido, necesitado de aire, pero con una elegancia formidable, largo, envolvente, una caricia.

Palo Cortado Añada 1975: quizá el más cansado de la tanda, con unas notas más apagadas pero portando mucho misterio, seco y directo, dando la sensación de estar iniciando su lento declive.

Palo Cortado Añada 1970: sencillamente perfecto en todas sus fases, equilibrado, largo, potente, elegante, portentoso. Para Antonio es la definición más exacta de lo que debe ser un Palo Cortado de Añada. Vino de indiscutible clase mundial.

Palo Cortado Añada 1935: año muy especial pues se trata del centenario de la bodega y un vino ya al límite por su extrema vejez y por el hecho de ser un vino parado, fuera de la escala de soleras y criaderas. Nariz de auténtica esencia y enorme profundidad, boca de una concentración suprema, al límite de lo bebible. Enorme curiosidad, un placer haberlo podido probar.

Son vinos de enorme misterio y mucha clase, aunque para mí la grandeza en la crianza del Jerez se basa en el movimiento de escalas, el mundo del Jerez de añada es igualmente apasionante.