La Vínica Expresión

Tres décadas de vega sicilia



Almería 8 de Noviembre de 2007
ÚNICOS DE VEGA SICILIA
Extraordinaria Cata de tres décadas en el Restaurante Bodega Bellavista


Ya ha pasado un año desde aquel 30 aniversario del Restaurante Bodega Bellavista. Y como ya predecía el pregonero Don Antonio García Barbeito; “Teresa, Paco, no apaguéis velas: encended el futuro”.
Así mismo un año después, aquellas jornadas gastronómicas en las cuales se congregaron tantas bodegas ejemplares, llegó la hora de sacar algún vino de su colección privada para equiparar esos 30 años de Bellavista con Vega Sicilia. Bodega que es actualmente la más considerada no solo en España sino fuera de nuestras fronteras. Las añadas de Únicos Gran Reserva escogidas fueron 1970, 74, 87, 89, 91, 94, 95 y 1996. Durante la cata se fue comentando la trayectoria histórica de la bodega desde sus comienzos. Con una mesa de doce catadores muy atentos a las explicaciones y análisis de los caldos. El descorchado de las más antiguas daba grandes promesas de cata, a 30 minutos antes de escanciar las copas de Spiegelau especialmente indicadas para su mejor degustación.
El orden comenzó con un Vega Sicilia Único Gran Reserva 1996 último en comercializar la bodega. Sorprendente el brillo y la frescura de un vino que atesora ya once años y que no tiene precedentes en ninguno de sus paisanos, algo reducido al inicio y abriéndose en grandes notas de coco aportadas por la barrica, las notas florales típicas de estos vinos de calidad no se dejaron de expresar junto a notas ácidas muy vivas, terminando en un vino largo y nervioso aunque a mi me recordó en el bouquet al chocolate con leche. Seguidamente el 1995 segunda copa de una primera tanda de cuatro vinos de los 90, con un aroma de gran calidad, mas terroso que el anterior, las especias en señal de clavo junto a las maderas nobles muy bien integradas haciendo un recuerdo sutil de la cabernet sauvignon, elegante, fino y con cierto amargor finalizando en notas cálidas para dejarnos el recuerdo de un vino muy estructurado. El 94 de aroma más fino pero sin llegar ser corto, insólito enlace entre la madurez y la frescura siendo más tánico y dejando descargas de pastosidad volviéndose poco expresivo pero curioso, lo que me deja la gran duda de estos grandes vinos con respecto a que probablemente no esté en un buen momento aunque yo no le dejo de reconocer su evolución a mejor, el análisis de un Vega Sicilia es bastante más complejo que cualquiera de sus semejantes. Con el 1991 cambiaron las formas y los aromas de caramelo de café junto a los frutos muy maduros (pieles del plátano). En boca con entrada muy amable dando una acidez justa para ser muy bebible, probablemente el más tapizado volviendo la fruta madura y dejando un rastro de un clásico del Duero. El primero de los 80 fue un 1989 que se mostraba con un aroma más cremoso y pastelero pero muy tierno,, finísimo. Grande y envolvente en boca como era de esperar, dejando un carácter vivo para terminar curiosamente en un retrogusto discreto pero con la sensación de plenitud final. El 1987 reflejaba la década de los 80 con una evolución aromática de tierra mojada, lluvia fina con hiervas de monte, muy complejo pero más fresco que el 89 siendo más pleno y duradero, dando recuerdos de frutos secos (nueces) para entremezclarse con la canela, creo que necesitaba algo más de tiempo abierto para poder redondearse en todos sus matices. Finalmente llego la década de los 70, época más clásica por llamarlo de alguna manera en esta bodega, ya que las barricas de antaño duraban más años que las de la actualidad, lo que nos daba un aroma típico de un 74 que curiosamente no andaba exento de intensidad aromática que nos mostraban las notas caramelizadas de cola, muy agradable en boca dando la frescura de forma leve y tímida para terminar su recorrido con un amargor punzante, finalizando en un sutil recuerdo de entre maderas viejas y botas jerezanas. El colofón legó con un 1970 muy floral en nariz, el más borgoñón si cabe, algo bruto en boca pero noble, derrochando finura y dejando una gran plenitud, completo y siendo el mejor de la muestra por unanimidad, “ojalá vuelva a probarlo”.
Toda la velada transcurrió con una cena espectacular como merecía el momento, las viandas hacían la labor de olvidar en algún momento los vinos y degustar los manjares que personalmente se estudiaron para la cata. No hubo ningún reparo a la hora de abrir un Alión Reserva 2003 junto a un tokay oremus de 5 puttonios (Hungría) que vino sensacional para el postre de fruta (bodegas del grupo) .
En conclusión creo que no debe de existir ningún tipo de excusa para poder hacer una cata de Vega Sicilia, quizá sea yo un poco aprensivo, quien sabe? lo que no deseo es esperar para luego morir en el intento. Hay que beber con moderación eso está claro, pero hay que beber mejor…

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