Un vino, dos copas
Nicojames
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La elección de la copa de vino a la hora de disfrutar nuestro caldo es tan importante como el vino en sí. Si ponemos un vino potente con una larga crianza, un Priorat por ejemplo, en una copa de vino blanco, parecerá demasiado potente y cerrado. En boca será desagradable y ácido. Dentro de su copa ideal; más ancha que fomenta su oxigenación y por tanto su apertura, el vino será mucho más abierto, más apetecible y auténtico.
En cambio un vino blanco tipo Verdejo en una copa Borgoña, se vuelve insignificante, sin aroma en nariz y sin cuerpo ni consistencia en boca. Sin embargo los blancos potentes o sujetos a una crianza en barrica prefieren copas de vinos tintos poderosos porque así pueden desplegar todo su potencial aromático. En boca también ganan peso y cuerpo.
No utilizar la copa correcta es como poner neumáticos de un 4 x 4 en las llantas de nuestro coche deportivo. Simplemente no casa. Si tienes dudas, experimenta poniendo el vino en copas distintas y pruébalo tú mismo y verás la diferencia. Nos eberíamos preguntar cuál es el auténtico vino y elegir entre los dos. Normalmente nuestro gusto, nuestro paladar no falla aquí.