Se va desvelando información, todas las piezas del puzzle van encajando pero falta una, y ésa, la pone Eusebio hoy.
46.
Ese episodio de anticipo sobrenatural que dicen sólo ocurre cuando se está a punto de morir es por el que pasó Eusebio en esos instantes, un mecanismo de defensa del cerebro ante situaciones límite, y una situación límite es lo que él estaba viviendo.
Veía la cara de Fernando Moreno congelada en el vídeo, su expresión gélida… y sobre ella se superponía su cara risueña, la cara del primer día cuando llegó de Álava.
Recordaba que pensó “Parece majo el chaval, pero no te fíes Eusebio”.
Cinco años, cinco años de escrutarle sus movimientos, de leer tres veces sus informes, de escudriñar sus gestos, cinco años de no encontrar más que vocación de servicio, jamás una queja, si le pedía trabajar cualquier día, a cualquier hora.
-Fernando, tienes que buscarte tu vida privada, esta profesión es muy puta.
-¿La misma que tienes tú?
-Yo no la necesito.
-Yo tampoco.
Y minuto a minuto, durante esos cinco años se había ido ganando su confianza, sin que él mismo se diera cuenta.
-No somos tan diferentes Eusebio. Yo nací en Álava pero mis padres son gallegos, como los tuyos y allá tenían viñedos, como tu familia.
“Pero él sí se daba cuenta, él sí lo sabía”
Ahora todo encajaba.
Ángel Iglesias no había sido la causa de que le relevaran del caso, no le podía haber dado tiempo. Había sido Fernando, necesitaba tiempo para borrar pistas y de paso enfangar su reputación, incluso intentar colgarle a él el mochuelo.
Fue pensar eso y su sangre hirvió nuevamente quemándole venas y arterias y despertándole de su ensimismamiento.
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ESCÁNDALO EN LA CÚPULA POLICIAL MADRILEÑA
Orden de búsqueda y captura contra Álvaro Castro Jiménez, Super Intendente y Coordinador de Comisarías de los Distritos 20, 21, 23, 34,36 y 40 de Madrid,
Una denuncia anónima ha destapado la olla de la corrupción que se ocultaba en los mandos de las comisarías más conflictivas de la capital.
El inspector Fernando Moreno ha sido puesto a disposición judicial por un delito de omisión del deber de custodia de material aprehendido, otro de venta de estupefacientes y otro más de falsificación documental.
Presuntamente, y siguiendo instrucciones del también presunto implicado y superior suyo, el Super Intendente Castro Jiménez que se haya actualmente en paradero desconocido y con una orden de busca y captura sobre él, el inspector Fernando Moreno habría sustraído parte de un alijo de heroína aprehendido por la Guardia Civil y se habría encargado de volver a ponerlo en circulación en una lucrativa operación. El caso fue descubierto gracias a la investigación policial que se estaba llevando a cabo a raiz de la muerte por sobredosis de una mujer, hace cuatro semanas.
El inspector jefe a cargo de la investigación, Eusebio López Bravo, fue apartado del caso por su superior, el Super Intendente Castro Jiménez, pero el juzgado nº …… recibió una denuncia anónima con el suficiente material incriminatorio para ordenar ambas detenciones, aunque no se descartan más puesto que el caso sigue abierto y la policía judicial investiga posibles ramificaciones.
Se da la circunstancia de que el inspector Moreno actuaba a las órdenes del Inspector Jefe López Bravo, de quien era subordinado directo, por lo que se piensa que fue él quien informó a Castro Jiménez de los movimientos de López Bravo.
La primera consecuencia colateral de estas actuaciones ha sido la orden de puesta en libertad condicional emitida por el mismo juzgado a favor de Andrés Martínez Sánchez. El Sr. Martínez Sánchez se encontraba en prisión preventiva acusado del presunto homicidio del catedrático Ángel Iglesias. Este dictamen se ha producido al encontrarse serias dudas en la fortaleza de las acusaciones presentadas contra él pues quien practicó la detención fue el Inspector Moreno, siendo el Sr. Iglesias el marido de la mujer muerta por sobredosis y por lo tanto, origen de la investigación inicial.
….
Eusebio cerró el documento, el correo y devolvió el PC a su estado inicial de stand-by. Sacó el móvil del bolsillo de su camisa e inició un sms a Teresa:
“Todo leído. Muchas gracias. Hago la maleta y regreso. ¿Cenamos?”
Dio a “Enviar” y salió a la calle. Mientras apretaba el paso en dirección al coche le vibró el teléfono en el bolsillo:
“¿Pulpo y albariño?”
“No, estoy un poco saturado de delicias gallegas. ¿Croquetas y tempranillo?”
“Uummm…”
“Te llamo al llegar. Un beso”
“Un beso”
© Mara Funes Rivas - Junio 2013