Y otros cuatro años después vamos a abrir la tercera botella de esta joya enológica riojana. Ni más ni menos que un Berberana cosecha especial de la excelente añada de 1.964. Estamos en mi casa acompañados por mi buen amigo Félix, con el cual nos vamos a ventilar mano a mano el viejunito. La etiqueta estaba algo deteriorada y el nivel de líquido más que aceptable. Abrimos la botella con el abridor de lamas y conseguimos sacar el corcho perfectamente (adjunto un link del video de la apertura: https://www.youtube.com/watch?v=WCT9fcRcwcc&t=9s). Lo dejamos abierto para que respirase por espacio de hora y media antes de proceder con su valoración a unos 17°C. Tapón tintado un 60% de su longitud.

VISUAL: Presenta un color cereza de capa media-baja, de tonalidades ocre y con un ribete anaranjado, denotando su edad. No apreciamos lágrima en este caso. Atractivo color, bastante limpio (91).

OLFATIVA: Mamma mía!!, es Rioja pura, un viejuno auténtico con notas de flor marchita, de fruta escarchada (orejones) y con un puntito de vino "navideño", pues nos recuerda al mazapán. Agitamos y asoman los típicos aromas especiados de vainilla y canela acompañados por un toquecito exótico de nuez moscada. Al rato las fragancias viejunas se erigen en protagonistas: hay algo de polvorilla, naftalina, desván y armario cerrado. De la madera nos viene apuntes sutiles de ebanistería fina y serrín, acompañados por un toquecito de fruta acompotada a culís de fresa y mermelada de ciruelas. Fantástico ensamblaje fruta-madera, muy atractivo, de gran complejidad e intensidad media-alta (94).

GUSTATIVA: Buuuffff... tiene un punch que no te lo puedes creer, de alta acidez (pese a sus 57 años) y tremenda opulencia. Paso por boca muy frutoso, mucho más que en nariz, con notas de compota de ciruelas, uvas pasas e higos secos. Sensacional retronasal con fragancias de flor marchita y fúngicos de setas silvestres. El post-gusto nos emociona, es pura seda con esos taninos tan dulcecitos, cremoso pero con cuerpo, carnosito. Impresionante su persistencia, dos minutos y 50 segundos, con apuntes terciarios de cuero viejo, chocolate negro y tabaco de liar. Por último la madera aporta recuerdos de duelas envinadas (puntito licoroso) y algo de ebanistería fina. Una auténtica joya, elegante y poderoso, una delicia que puntuaremos con un (96), espectacular!!. Nos quedan dos o tres botellas más si no recuerdo mal, así que lo iremos siguiendo. Un claro ejemplo de lo que denomino estado mesetario en los viejunos. Si se guarda en buenas condiciones, nos enterrará vivos, no le veo fecha de caducidad de verdad.

La RCP fue excelente. Compramos varias botellas en un rango de precios entre los 22 y los 43 euros. Creo que no tienen precio.

MARIDAJE: Como podrán ver en la videocata, lo acompañamos de un surtido de embutidos y jamón ibéricos. Es un maridaje infalible en donde las notas cárnicas, grasositas y especiadas del embutido se equilibran a la perfección con la frutosidad y el toque licoroso de nuestro maravilloso viejuno. Ricas viandas, espectacular vino e inmejorable compañía, no puedo pedir más!!

VIDEOCATA:  https://www.youtube.com/watch?v=fZ0TwnrxEJc

Salud-os!!

Casi cuatro años después nos vamos a dar el gustazo de abrir este vinazo de nuevo para ver su evolución. La verdad es que en la etiqueta de la botella pone Gran reserva y no Cosecha especial. Entiendo que será el mismo vino aunque si alguien sabe a ciencia cierta que no lo es por favor que lo deje como comentario y procederé a crear un nuevo vino. De todas formas mi valoración será exactamente la misma obviamente.

Abrimos la botella con el abridor de lamas pero en el último momento se nos rompió el corcho en su parte inferior quedando parcialmente adherido al cuello. Finalmente lo pudimos sacar y tras algunos cambalaches dejamos el vino limpio. Lo dejamos respirar por espacio de 3 horas y servimos a 18°C:

VISUAL: Nos muestra un color rojo cereza brillante, de capa media-baja y con un amplio ribete anaranjado que nos recuerda sus 54 años a cuestas. El color esperamos que no sea su mejor virtud (84).

OLFATIVA: En primer término encontramos recuerdos de ciruelas pasas y pan de higo, aromas frutales básicamente pero muy dulzones, como acompotados. Al agitar  se aprecian intensas notas de montebajo mediterráneo, romero, tomillo así como unos finísimos especiados muy delicados de canela y vainilla. Por supuesto también mustra apuntes viejunos: hojarasca húmeda, trufa blanca, níscalos, polvorilla, desván y unos sutiles toques animales a crin de caballo y carne fresca. Terciarios elegantes, tabaco inglés, chocolate, café en grano y maderas nobles, ebanistería y roble. Algo realmente apabullante, matices a mansalva y de intensidad media-alta después de tres horas abierto que nos han perfumado todo el comedor, una mala bestia en nariz amigos (96).

GUSTATIVA: En boca es un fiel miembro del club del 64. Acidez impactante, con una amplitud tremenda y de taninos todavía presentes perfectamente aposentados. Equilibrio absoluto en boca, estructura refinada y armoniosa que le confieren un toque de elegancia aristocrática diría. Retronasal con recuerdos a compota de fresas y a uvas pasas mostrando además aromas a rosas marchitas y toques fúngicos. En el post-gusto se muestra ligeramente alcohólico y dulzón con apuntes de guindas en licor. Su persistencia es de 2 minutos y 40 segundos de pura elegancia. Es algo sublime que te deja perplejo a cada sorbo y que te hace pensar en la suerte que tienes de poder degustar vinazos como estos. Obra de arte riojana para la eternidad pues de buen seguro aguanta como mínimo 10 años más sin despeinarse, todavía tiene de todo. ¡Qué espectáculo!. Hay que reconocer que está en el podio de los vinazos del 64, no hay duda (97). Por cierto esta botella, pese al mal augurio de su baja capa, ha resultado mucho mejor que la del 2014, ¡qué suerte!.

La RCP la considero excelente pues lo conseguimos por 35 euros hace un par de años y por supuesto que los vale.

MARIDAJE: El primer día nos tomamos nuestro viejuno con un costillar de cordero al tomillo con arroz de piquillos. Espectacular maridaje pues la jugosidad de las costillas junto los apuntes sanguíneos y cárnicos armonizaron maravillosamente con los matices herbáceos y fúngicos del vino. El segundo día fue nuestro surtido de embutidos y jamón ibéricos con un queso curado de oveja salmantino quien acompañó al fabuloso vinazo, su acidez y el puntito de fruta en compota desgrasaba y limpiaba nuestro paladar a cada bocado del sabroso embutido. Un disfrute de los que recordaré por mucho tiempo. Botella excelente y creo que aún queda otra. ¡¡Grande Berberana, muy grande!!

Rojo Burdeos algo apagado con ribete teja y capa media. Ni un poso. Con relativo brillo. El corcho ha salido en dos veces.
Abierto tres horas antes. Completo abanico desde el descorche, no baja el pistón en ningún momento. Aún observamos fruta (negra principalmente), betún, tinta china, toques especiados y mentolados, terciarios y mineralidad.
Boca en plena vida. Mantiene su acidez y su verticalidad, el paso es fluido y todavía notamos mucha garra. Ciruela, endrina, chocolate amargo, tabaco de pipa, tomillo, mentolados, regaliz, sangre, zurrón, pelo mojado, hongos, madera vieja y mineralidad.
Final largo y complejo.
Un vinazo. Tenso, masculino y expresivo. De lo mejor que he probado de esta enorme añada. No me canso de repetirlo, me admira ver cómo envejecen estos riojas clásicos.

Granate-rubí, de capa media, reflejos atejados,con alguna partícula en suspensión aunque brillante.

Nariz franca, sin ocultar su lugar de procedencia, especiada, endrinas en licor,expresividad, mentolados, fruta roja reducida con tendencia a los compotados, helechos, hojarasca, grano de café, puntas metálicas.

Boca seria, con tendencia a la sobriedad, toque salinos, pero de una buena embergadura. Envolvente, con una armazón que arropa todos los registros dotándolos de elegancia,notas especiadas, clavos, laurel, fruta roja muy fina, acariciante, pero con esa garra tan particular de la añada.

Hicimos una comida con varios amiguetes y abrimos unos cuantos viejunos para quitarnos las penas del mundial (sin comentarios). Este Berberana cosecha especial de 1964, un Gran Zaco Vendimia especial 1973, un Viña Lanciano Gran Reserva 1970 y un Pagos de San Torcuato Gran reserva 1978. Decir que empató en segundo lugar con el Pagos de San Torcuato. Nos ceñiremos a la cata de este vino en esta valoración. Todas se cataron a 18°C tras 1 hora y media abiertas. Utilizamos un abridor de lamas para el descorche, pero aun así una parte del corcho se desmoronó y hubo que decantarlo. Quiero decir que es la primera vez que usaba el abridor de lamas. Vi como se debía utilizar en YouTube y es una maravilla su simpleza y su efectividad. En las otras tres botellas (tras esta primera decepción) conseguimos sacar los corchos enteros, je,je. También eran mas "jóvenes" (70,73 y 78) y yo un pelínnnnn mas diestro.

VISUAL: Con similar color que los 70 y 73, cereza de capa media algo mas rubí con una lágrima escasa, densa y transparente.

OLFATIVA: Es potente en nariz, de alta intensidad. A copa parada muchísimo bosque Mediterráneo, herbáceos de orégano, tomillo y romero. Al agitar nos deleita con unos maravillosos recuerdos de trufa, regaliz y unas sugerentes notas a madera y tabaco de pipa. Al final la fruta licorosa aparece, muy agradable. Que nariz por Dios. Tras 50 años, hora y media decantado y tiene una intensidad que impresiona. Siete años en barrica y mas de cuatro en el botellero de las bodegas. Qué vinos se hacían antaño madre mía.

GUSTATIVA: En boca mantiene una buena acidez, es cremoso y opulento. Los taninos se muestran dulces, redondeando el conjunto. En retronasal asoman flores marchitas con unas notas especiadas, pimentosas. De persistencia muy larga, parece mentira, es como un prodigio de la naturaleza. 50 años !!! Tras cinco décadas (es mas viejo que yo!!) este vino esta en perfecta forma, totalmente equilibrado y en un momento excelente para su consumo aunque todavía le queda cuerda. Lo conseguí por 22 euros y si las botellas de estos viejunos salen como ésta, es sin duda una RCP muy buena. Lo maridamos (éste y los otros) con una paella valenciana con caracoles y fuego de leña. Una velada entrañable, buenos amigos, buena paella y excelentes vinos...no se puede pedir mas. Benditos viejunos...me estoy aficionando.

De los 2-3 tintos que mas me gustaron de la cata del 64. Especiado, ahumado elegante, carne sin ser agresiva esta sensación, maderas de matorral, algun toque a cuero. Algo balsámico

Rojo rubí, ribete ligeramente atejado, capa media-alta.

Nariz de media intensidad y gran complejidad, muy identificable como vino de La Rioja Alta y de una añada antigua y de gran calidad. Notas de frutas ya licorosas y tenues, destacando un armazón terciario y mineral con distintas especias, balsámicos, tierra mojada, tabaco de pipa, ahumados y maderas nobles, cueros y trazas cárnicas. No decae en copa y se muestra abierto y elegante.

En boca muestra todavía buena entereza, es un vino en plena forma y con mucho estilo, con esa acidez tan marcada de muchos 64 y un paso redondo , con peso y estructura, dejando en el final sensaciones especiadas, minerales y terrosas, con un tanino perfectamente integrado en un conjunto muy redondo. Buena persistencia.

Nos encontramos ante un claro representante de su bodega, de su zona y de su añada, con toda la tipicidad de los vinos de Rioja Alta en un año histórico del que se cumple el primer cincuentenario, prácticamente nunca en la historia se ha encontrado una añada con tal nivel de calidad, cantidad y regularidad. Lo colocamos entre los mejores de esta añada que hemos probado.

Es la tercera botella que abro y las tres han salido tremendas y sin apenas diferencias entre una y otra.

Rubí de capa media con destellos granates y ribetes atejados, buena lágrima, aún brillante y sin apenas sedimentos.

Nariz intensa y limpia recién abierto, con tonos ahumados y especiados envolviendo una fruta roja muy presente, sin ninguna sobremaduración, con cierta frescura que aportan los toques balsámicos de fondo.

En boca confirma esas sensaciones, magnífica acidez y frescura, no aparece nada fatigado, al contrario, intenso y graso, con terciarios de mucha calidad (pimienta, cuero, habano) y fruta roja de nuevo presente, con un final muy largo.

Enorme vino que aún tiene cuerda para rato.

De color rubí rojizo de medio cuerpo, reflejos granadinos y anaranjados, brillante, muy limpio, grandes lágrimas, con sensación de grosor. En nariz se muestra pletórico, abierto y con mucha intensidad. Aromas de crianza tradicional (vainilla fresca, duelas envinadas, monte umbrío, pimientas ahumadas) con suaves apuntes de una garnacha vigorosa que aporta fruta roja de hueso, picotas, ciruelas maceradas, membrillo escarchado y un elegante fondo balsámico de gran finura, mondadura de limón, menta, bombón de licor (after-eight). En boca es graso y concentrado, intenso y de gran clasicismo. Está arropado por esa afilada acidez del que hacen gala los vinos de 1964, que se te engancha en la boca. Está en un momento excelente de consumo y como la mayoría de los gran reserva de Berberana presenta un perfil de vino reposado, armónico, con taninos suaves y redondos. Un tinto equilibrado y austero, brillante y luminoso, que muestra la capacidad de la bodega para elaborar vinos de altísima calidad más allá de los habituales vinos de mesa de la época. Este Gran Reserva de 1964 es uno de los mejores vinos producidos en las viejas bodegas de Ollauri, antes de trasladarse a Cenicero, y poco tiene que envidiar a cualquier otro gran vino de Rioja. Merece la mención de Cosecha Especial de principio a fin. Una muestra más de la grandeza de la familia Berberana, auténticos mitos de esta casa legendaria. Un tinto insuperable, único, irrepetible.

Elaboración: Estancia inicial de 1 año en grandes tinos de madera. Posteriormente es sometido a 7 años de crianza en barricas de roble americano de 225 litros. Permanece un mínimo de 4 años en botellero antes de ser comercializado.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/04/berberana-cosecha-especial-1964-gran.html

De aspecto "delgadito" y de capa media-baja con irisaciones atejadas aunque manteniendo su color rojo con toda la dignidad del mundo.Limpio.

Sus aromas denotan su veteranía; notas ajerezadas, miel,pacharán,cajas de medicamentos,higo seco,... licor de guindas, en definitiva complejidad en su máxima expresión.

El paso por boca,nos muestra...¡Cierta frescura!, notas de maderas finas, un punto de amargor no molesto,atisbos de fruta roja,con un recuerdo largo, vivo, presente.Recuerdos a brandy.Pulido, delicado, soberbio ejemplo de una época en la que elaborar vino iba asociado a una filisofia radicalmente distinta a la de hoy en dia.

Me ha sorprendido el comportamiento, de un vino de esta "edad".

Ni rastro de cueros, ni tierra húmeda.