Fotos:
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El vino
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En la copa
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Contraetiqueta
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Jugosa carne
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Con el costillar de cordero
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Con los ibéricos y el queso
¡Qué espectáculo!
NOTA DE CATA:
9.56
CALIDAD-PRECIO:
10,0
Casi cuatro años después nos vamos a dar el gustazo de abrir este vinazo de nuevo para ver su evolución. La verdad es que en la etiqueta de la botella pone Gran reserva y no Cosecha especial. Entiendo que será el mismo vino aunque si alguien sabe a ciencia cierta que no lo es por favor que lo deje como comentario y procederé a crear un nuevo vino. De todas formas mi valoración será exactamente la misma obviamente.
Abrimos la botella con el abridor de lamas pero en el último momento se nos rompió el corcho en su parte inferior quedando parcialmente adherido al cuello. Finalmente lo pudimos sacar y tras algunos cambalaches dejamos el vino limpio. Lo dejamos respirar por espacio de 3 horas y servimos a 18°C:
VISUAL: Nos muestra un color rojo cereza brillante, de capa media-baja y con un amplio ribete anaranjado que nos recuerda sus 54 años a cuestas. El color esperamos que no sea su mejor virtud (84).
OLFATIVA: En primer término encontramos recuerdos de ciruelas pasas y pan de higo, aromas frutales básicamente pero muy dulzones, como acompotados. Al agitar se aprecian intensas notas de montebajo mediterráneo, romero, tomillo así como unos finísimos especiados muy delicados de canela y vainilla. Por supuesto también mustra apuntes viejunos: hojarasca húmeda, trufa blanca, níscalos, polvorilla, desván y unos sutiles toques animales a crin de caballo y carne fresca. Terciarios elegantes, tabaco inglés, chocolate, café en grano y maderas nobles, ebanistería y roble. Algo realmente apabullante, matices a mansalva y de intensidad media-alta después de tres horas abierto que nos han perfumado todo el comedor, una mala bestia en nariz amigos (96).
GUSTATIVA: En boca es un fiel miembro del club del 64. Acidez impactante, con una amplitud tremenda y de taninos todavía presentes perfectamente aposentados. Equilibrio absoluto en boca, estructura refinada y armoniosa que le confieren un toque de elegancia aristocrática diría. Retronasal con recuerdos a compota de fresas y a uvas pasas mostrando además aromas a rosas marchitas y toques fúngicos. En el post-gusto se muestra ligeramente alcohólico y dulzón con apuntes de guindas en licor. Su persistencia es de 2 minutos y 40 segundos de pura elegancia. Es algo sublime que te deja perplejo a cada sorbo y que te hace pensar en la suerte que tienes de poder degustar vinazos como estos. Obra de arte riojana para la eternidad pues de buen seguro aguanta como mínimo 10 años más sin despeinarse, todavía tiene de todo. ¡Qué espectáculo!. Hay que reconocer que está en el podio de los vinazos del 64, no hay duda (97). Por cierto esta botella, pese al mal augurio de su baja capa, ha resultado mucho mejor que la del 2014, ¡qué suerte!.
La RCP la considero excelente pues lo conseguimos por 35 euros hace un par de años y por supuesto que los vale.
MARIDAJE: El primer día nos tomamos nuestro viejuno con un costillar de cordero al tomillo con arroz de piquillos. Espectacular maridaje pues la jugosidad de las costillas junto los apuntes sanguíneos y cárnicos armonizaron maravillosamente con los matices herbáceos y fúngicos del vino. El segundo día fue nuestro surtido de embutidos y jamón ibéricos con un queso curado de oveja salmantino quien acompañó al fabuloso vinazo, su acidez y el puntito de fruta en compota desgrasaba y limpiaba nuestro paladar a cada bocado del sabroso embutido. Un disfrute de los que recordaré por mucho tiempo. Botella excelente y creo que aún queda otra. ¡¡Grande Berberana, muy grande!!