Muy identificable y en plena forma

Rojo rubí, ribete ligeramente atejado, capa media-alta.

Nariz de media intensidad y gran complejidad, muy identificable como vino de La Rioja Alta y de una añada antigua y de gran calidad. Notas de frutas ya licorosas y tenues, destacando un armazón terciario y mineral con distintas especias, balsámicos, tierra mojada, tabaco de pipa, ahumados y maderas nobles, cueros y trazas cárnicas. No decae en copa y se muestra abierto y elegante.

En boca muestra todavía buena entereza, es un vino en plena forma y con mucho estilo, con esa acidez tan marcada de muchos 64 y un paso redondo , con peso y estructura, dejando en el final sensaciones especiadas, minerales y terrosas, con un tanino perfectamente integrado en un conjunto muy redondo. Buena persistencia.

Nos encontramos ante un claro representante de su bodega, de su zona y de su añada, con toda la tipicidad de los vinos de Rioja Alta en un año histórico del que se cumple el primer cincuentenario, prácticamente nunca en la historia se ha encontrado una añada con tal nivel de calidad, cantidad y regularidad. Lo colocamos entre los mejores de esta añada que hemos probado.