Nos trajimos este vino desde España a Ecuador y hoy le ha tocado el turno, no podemos esperar más. La botella tiene muy buen aspecto, limpia y con el nivel aceptable, justo en la base del cuello. La abrimos con el abridor de tijeras aunque se nos partió el tapón en dos. Dejamos que se airease por espacio de cuatro horas antes de proceder con su valoración a 18°C.

VISUAL: Color rojo picota de capa media, muy luminoso y con el ribete amplio, en tonos teja y anaranjados. Mantiene una escasa lágrima, gruesa y transparente (88).

OLFATIVA: En nariz y a copa parada es tremendo desprendiendo intensos aromas a confitura de frambuesa y a montebajo (romero). Al agitar asoman fúngicos de trufa negra, especiados de fenogreco y pimienta negra, notas de desván y de armario cerrado, a naftalina, así como apuntes de cuero curtido, de pelo animal, sanguíneos, cacao en polvo y hojas de tabaco habano. Todo un despliegue de fragancias perfectamente definidas y con una intensidad media-alta, en plena forma (93).

GUSTATIVA: En boca, uhmmm!!... mostrándose pletórico, con una acidez descomunal y tremendamente amplio. Los taninos dulcificados, más bien pasificados podríamos decir, aportándole una nobleza brutal. Todavía un tanto carnosito, corpulento y a la vez sedoso en su paso por boca. Aromas retronasales a guindas en licor con notas fúngicas. Post-gusto delicioso, muy amable con recuerdos acompotados y de duelas envinadas. Largo, muy largo, dándonos una persistencia de casi cuatro minutos de puro lujo. Estos Berberana de verdad que pertenecen a otra liga, es algo asombroso lo enteros que llegan a nuestros días, con que poderío y qué presencia. Realmente admirable. Para guardar 10 años más y seguir disfrutándolo. Como dice el gran maestro Helios "puede denominarse como "barberiano", conocido y apreciado"  y respondiendo a Alain... a alguien interesaremos hombre... estoy seguro... ): (94).

La RCP la considero excelente. Conseguimos esta joyita por 28 euros pero vale tres veces más.

MARIDAJE: Nos lo tomamos en dós ágapes. Con una paellita con conejo, pollo y costilla y con nuestro recurrente surtido de embutidos ibéricos (paletilla de jamón ibérico de cebo, lomo embuchado, salchichón y chorizo de bellota y queso curado de oveja). Lo disfrutamos mucho en los dos maridajes pero con ese jamón ibérico es algo indescriptible, cada pedacito de pernil y cada sorbo de nuestro néctar es una experiencia única y fantástica que nos llena de emoción al recordarlo. Somos unos privilegiados pudiendo saborear estos vinazos eternos, que no nos quepa ninguna duda...

Salud-os!!

     Es inútil hablar de tonos cobrizos o rojizos, en suma de este sempiterno color de teja vieja o de ladrillo barnizado - más o menos acusado - tan característico de los riojas de antaño que se van añejando. Tampoco sirve para nada enumerar hasta el infinito los secretos olfativos que se esconden en lo más profundo de nuestra imaginación sobrecalentada - basta de guindas al marrasquino, de cuero curtido, de cenizas tibias, etc. - digamos más bien, con aire misterioso : - Hay muchas cosas extrañas en este Berberana y mucho más de lo que podais pensar, pichoncitos míos. ¿ En lo que concierne al resto ? Bueno, ciñámonos a lo esencial y, ya que estamos, adoptamos un antipático estilo telegráfico : boca elegante con textura firme, acidez en su justo punto, fruta roja muy evolucionada con un fondo de madera discreta. De todas formas, no interesamos a nadie, sólo a nosostros mismos.

De color rubí rojizo brillante de capa media, claro, luminoso, con reflejos granadinos y cobrizos. Borde amplio, anaranjado, con marcada diferencia con el menisco.

Un tinto de carácter muy tradicional, reposado y bien perfilado, de media intensidad, suave, ganando en presencia aromática al ir oxigenándose. Inicialmente asoman las maderas finas, cedro, abedul, cava de puros, cuero viejo y una creciente nota de fruta roja endrinada, algo licorosa, especiada, madroños. Muy entero, sólido, sin venirse abajo en ningún momento a lo largo de 5 horas de cata. Cada vez más térreo y otoñal, con aromas de monte umbrío, hojarasca, polvorilla.

En boca es fresco, liviano, seco, muy austero. Un tinto sin excesos, muy grato de beber, con taninos finísimos y acidez presente. De un estilo que sólo puede denominarse como "barberiano", conocido y apreciado. Final largo, confitado, con mucha sensación especiada en retronasal.

Muy buen Berberana de finales de los 70; de los mejores de la casa probados a día de hoy. Está como mínimo a la altura del Gran Reserva de 1973, que ya sufrío un recorte de 5 a 3 años de crianza en madera, y muy por encima de ese entrañable "falso crianza" que era el Carta de Oro. Una de las últimas cosechas elaboradas antes de la muerte de Melquíades Entrena que llevaría la empresa al sumidero de Rumasa. Aún nos quedan vinos como éste que atestiguan el buen hacer de esta mítica bodega riojana.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/10/berberana-1978-reserva.html