Disfrutado en la cena-cata de viejunos celebrada la noche del 14 de marzo con el grupo La Vida Grata en el restaurante Gurea de Murcia.

Se descorchó al llegar al lugar (es decir, no tuvo horas de oxigenación previa a la cena).

Corcho que, para su edad, no está muy bañado en vino (sólo un par de mm) que sale prácticamente entero con el sacacorchos de láminas y que, por muy poco, se rompe en el final (faltando poco más de 1 mm)... La parte que se rompe cae dentro y, por suerte, muy entera, por lo que nos olvidamos de ella (termina quedando al final de la botella una vez ésta vacía).

Sobró como 225-250 ml de vino que me han servido (de sobra) para realizar esta nota de cata unas 28 horas después del descorche.

Visual: rojo cereza con reflejos ocre-anaranjados, de capa media-baja, ribete anaranjado-transparente, limpio de inicio pero conforme llegamos al final de la botella, tiene ya algo de poso muy fino, brillante y de buena lágrima.

Nariz: de media intensidad con notas a fruta roja y negra maduras pero sin excesos (fue de los menos maduros de los viejunos abiertos), tierra húmeda, sotobosque, suaves maderas, laurel, flores secas, ligeros ahumados y balsámicos, tabaco rubio, coco, vainilla, toffee (bombón de licor) y algunas especias. Buena complejidad aunque los aromas no son de mucha intensidad.

Boca: ataque suave y sedoso, muy fresco, de excelente acidez bastante afilada aún (y eso que lleva más de un día abierto), de buena estructura y cuerpo medio-alto, volumen y densidad medios. El paso por boca es amable, con notas a sutil pimienta negra y especias. Tanino aún con notable astringencia para su edad (se pega ligeramente a las encías), tiene nervio y aún se nota levemente la fruta, los herbáceos y los ahumados. Final de buena longitud, con notas a fruta negra muy madura y tostados en retrogusto, y con una retronasal a tabaco de pipa, tabaco rubio, maderas finas, laurel, ahumados y flores secas que lo rematan estupendamente bien.

Mejor boca que nariz claramente con más de un día abierto.

Buen vino con casi 23 años en muy buen momento de consumo.

Botella bordelesa típica con las antiguas etiquetas del Berberana Reserva. Con mucha información en la contraetiqueta (más de la que dan a día de hoy en Reservas desde el 2001 hasta la fecha). Descapsulada con facilidad, no tiene moho ni suciedad en la parte externa del corcho.

Intentamos descorchar con sacacorchos de dos tiempos y parece que el corcho responde y va a salir, aunque en el último momento, incluso con cuidado, se rompe en su parte final (que no se ve excesivamente bañada en vino para la edad del vino). Como no podemos sacar la parte interna del corcho y no disponemos en ese momento de sacacorchos de láminas, optamos por meterlo hacia dentro y decantar con cuidado filtrando con filtro textil y embudo. Una vez vacía la botella vemos posos aunque relativamente pocos para un vino de más de dos décadas.

La decantación se realiza durante un mínimo de 45 minutos y alcanzó algo más de hora y media hasta consumir la botella completa durante una comida. Nos dimos cuenta que el vino hubiera estado aún mejor habiéndole dado varias horas desde el descorche, es decir, más tiempo (lo tendré en cuenta para futuras botellas que aún me quedan).

Visual: rojo rubí claro con destellos ligeramente ocres, de capa media-baja, ribete cereza-anaranjado-transparente, limpio, brillante y con buena lágrima de lenta caída. Se ve evolucionado pero no excesivamente para su edad.

Nariz: al inicio de baja intensidad y no mucha definición (aparece algo cerrado), pero con el paso de los minutos (sobre todo al pasar de una hora), el vino va creciendo en intensidad y en aromas. Tenemos algo de fruta roja y negra muy madura, sobre todo, tenemos ligeras especias, laurel, balsámicos y mentolados importantes (que le aportan frescura), tostados sutiles, flores marchitas potentes, ahumados, cueros, desván, maderas y algo de mueble viejo. Nariz compleja, sutil, elegante, fresca y que va de menos a más (en intensidad y definición de aromas).

Boca: ataque suave, fresco, sedoso, algo delgado al inicio pero que luego se expande en boca y coge un volumen medio bastante interesante, paso balsámico y con buena acidez, densidad media-baja, buena estructura y cuerpo medio-bajo. Es amable y equilibrado en el paso por boca. El tanino aún se nota muy levemente pero es dulce y está ya casi totalmente pulido. El final es de buena longitud, con notas a frutilla roja, herbáceos y balsámico-mentolados en retrogusto y flores marchitas, ahumados y maderas en retronasal.

Ha tenido una excelente evolución con 22 años. Podría vivir todavía algunos años más (quizás 3-4) pero creo que está para tomar y disfrutar ya mismo. No está nada debilitado, pero tampoco creo que más años en botella le vayan a aportar mucho más (el tanino está ya totalmente pulido y mantiene buena acidez).

Buen Reserva de Bodegas Berberana, de otra época ya. Ahora mismo, los Reservas de esta bodega, por lo que he podido probar desde 2004 hacia aquí, no son ni la sombra de lo que fueron si los comparamos con los de finales de los 90 hacia atrás.

Desconozco su PVP en los años 90. He mirado en algunas webs de vinos viejunos y parece que incluso el Crianza (su hermano menor) ya anda en 19€, por lo que este vino superaría claramente los 20€... En cualquier caso, no puntúo RCP.