Berberana Gran Reserva 1952
Berberana Gran Reserva 1952
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Varietales:
60% tempranillo, 30% garnacha, 10% mazuelo.
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 50 a 99,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.54
/
98
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
9,3
ELABORACIÓN
Permanece inicialmente entre 12 y 18 meses en grandes tinos de madera vieja de la época fundacional de la bodega en los que finaliza la fermentación maloláctica y se estabiliza antes de ser trasegado. Sometido a crianza durante un mínimo de 7 años en barricas usadas de roble americano de 225 litros y en antiguos foudres de diversa capacidad. Filtrado suave y embotellado a partir de 1962 según demanda de compra. Un mínimo de 3 años de guarda en botellero en los calados de la antigua bodega de Ollauri antes de ser comercializado.
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Opiniones de Berberana Gran Reserva
OPINIONES
4

Pues dos años después y para celebrar que el tema del COVID19 se está tranquilizando (vuelta al trabajo presencial desde el viernes 15 de Mayo) después de dos meses confinados, no había mejor elección que esta reliquia riojana. Tuvimos la botella en posición vertical por espacio de tres días. Presentaba un nivel de líquido bastante aceptable para su edad (1.5 cms por debajo del corcho). Usamos el abridor de láminas y nos salió el tapón íntegro (buen augurio), compacto y tintado en 2/3 de su longitud. Dejamos respirar por espacio de tres horas y procedimos con su valoración a 17.5°C.

VISUAL: Espectacular ese color rojo picota de capa alta, brillante y cristalino con un amplio ribete en tonalidades rubí entre ocre y atejadas. Increíblemete aún apreciamos algunas lágrimas gruesas, densas, lentas y transparentes. Nadie adivinaría por su color su edad, eso es seguro (98).

OLFATIVA: A copa parada es algo indómito, poderoso, mostrando potentes aromas a flores marchitas con notas de desván y naftalina. Al agitar el líquido nos apabulla con fragancias fúngicas de trufa negra, especiados de fenogreco y clavo, herbáceos de té negro y regaliz de palo con unos marcados apuntes animales a carne de caza y sanguíneos. Pero ahí no queda todo, insiste en deleitarnos con una inacabable pátina de prescriptores, ahora más terciarios, cuero curtido, arcilla húmeda, chocolate negro 70%, tabaco habano y duelas envinadas. Impactante su complejidad aromática pero es que además mantiene una intensidad media-alta después de 68 años... es alucinante de verdad (97). Decir que cuatro días después seguía con la misma intensidad, ni se inmutó conservado al vacío.

GUSTATIVA: Y por fin vamos a la fase gustativa. Lo augurado en nariz se confirma en boca. Brutal ataque, poderoso y nervioso. Descomunalmente opulento y amplio, con una alta acidez y unos taninos dulcemente ensamblados, presentes pero muy domesticados. El paso por boca es sedoso y amable en grado excelso, pura amabilidad con aromas retronasales fúngicos, pasificados y de flor marchita. Cada sorbo es orgásmico (con perdón), nos retrotrae y nos hace pensar... cómo es posible esta magia, de verdad tiene 68 años?. Post-gusto carnosito con sutiles recuerdos amaderados, corpulento y a la vez delicado y elegante. Nos da una persistencia de cuatro minutos y 10 segundos, qué pasada!!!. Pura música celestial, un vals vienés con intérpretes riojanos, una exquisitez que disfrutamos para celebrar el fin del confinamiento de esta terrible pandemia que nos ha tenido jod**** dos meses justos. No hubiera podido elegir mejor néctar amigos que éste "peaso viejuno" que desafía las leyes de la vida, que nos hace creer en la inmortalidad y en lo perenne pues de bien seguro se mantendrá impertérrito por 50 años más, no tengo la menor duda. De nuevo agradecer lo bien cuidados que mantienen a estas joyas nuestros proveedores, es algo altamente elogiable y que debe ser anunciado a los cuatro vientos. Qué botellaza, rozando la perfección!!! (99).

La RCP incluso pagando 45 euros por la botella es excelente pues se podría pedir 150 euros por ella y no sería descabellado, a ese nivel está.

MARIDAJE: La abrimos con nuestro surtido de embutidos y jamón ibéricos con queso curado y otro día acompañó un pollo al horno. Más tarde lo disfrutamos con unos bistecs de ternera cuencana con mellocos y champiñones y nos la terminamos con un solomillo de cerdo en salsa de naranja y zanahoria caramelizadas. Lo disfrutamos como niños en todos y cada uno de los maridajes, es capaz de lidiar con lo que le echen pero destacaría la combinación con ese solomillo en salsa de naranja caramelizada pues los apuntes cárnicos, cítricos y dulzones armonizaron exquisitamente con las notas fúngicas y amaderadas de nuestra joyita. Madre de Dios, qué maravillas de vino se crearon antaño en la Rioja, es de verdad un placer descomunal poder disfrutarlas. Dios salve los viejunos!! 

Y hoy estamos frente a una de esas botellas que nos emocionan sólo con ver su etiqueta y el año, de las que imponen respeto. Añada excelente en la Rioja la de 1.952 y bodega ejemplar con enormes vinos entre los años 50 y 70. Abrimos la botella (con el nivel un tanto bajo) con el abridor de lamas. El tapón, que estaba perfectamente adherido al cuello, conseguimos con mucha paciencia sacarlo íntegro. Se presentó tintado y húmedo en toda su longitud. Dejamos que se airease por espacio de tres horas en la misma botella y servimos a 17°C para su valoración.

VISUAL: Increíble su color rojo picota, de capa alta y con un ribete atejado muy bien definido. 66 años y capa alta… estoy alucinando!. Sin duda es lo que se llama un buen comienzo (98).

OLFATIVA: A copa parada emana intensos y profundos aromas de montebajo mediterráneo, a pan de higo y también potentes fúngicos de trufa negra. Al agitar el líquido encontramos flores marchitas, herbáceos de estragón y tomillo, regaliz, especiados de clavo, pimienta y fenogreco así como unos refrescantes apuntes balsámicos a eucalipto y after-eight. Impresionante el despliegue de fragancias que prosigue con apuntes terciarios: cuero viejo, cacao en polvo, café torrefacto, puro habano, deliciosos tostados de la barrica con un final licoroso de duelas envinadas. Espectacular complejidad, aromas perfectamente definidos con una intensidad apabullante, de las que impacta y más cuando piensas en su edad. Uno no puede sino preguntarse cómo ha podido mantener ese poderío en nariz todo este tiempo? (99). 

GUSTATIVA: Y en boca ni te cuento. Es una barbaridad, que punch por Dios! Mantiene una acidez colosal, no se puede creer. De una amplitud impactante, llenando la boca y manteniendo los taninos dulcecitos pero todavía presentes con una cierta astringencia que envuelve el paladar. Estructurado para la eternidad, incluso superando la botella del Cosecha Especial del mismo año que tuvimos la dicha de disfrutar hace casi un año (https://www.verema.com/vinos/102674-berberana-cosecha-especial-1952/valoraciones/1425516-magia-riojana). No sé si serían el mismo vino o no, pero hasta la forma de la botella difiere. El ensamblaje con la barrica proporciona retronasales minerales del tipo ferruginoso, a polvorilla, así como notas viejunas a desván, crin de caballo y apuntes de ebanistería fina. La persistencia es alucinante, 4 minutos y 20 segundos de altísima intensidad, sedoso, de enorme gozo, larguísimo y sabroso como pocas veces hemos sentido. Qué vinazo amigos, elegancia absoluta! Menuda botella nos ha salido, una espléndida muestra de lo que fue una añada excelente, 1.952, una roca envuelta en terciopelo, como si el tiempo no hubiera transcurrido en el interior de estos 75 cls y que perduraría así 50 años más sin inmutarse. No tengo ninguna duda que se trata de uno de los mejores viejunos jamás disfrutados; qué maravilla y cómo agradezco a los proveedores que mantengan estos vinos en tan espléndidas condiciones (98).

La RCP la considero excelente, pagué por la botella 38 euros, pero visto lo visto, menudo chollazo!!

MARIDAJE: Disfrutamos de este vinazo en tres ocasiones. Con un costillar de cerdo al horno macerado con mostaza y naranja; con nuestro habitual surtido de ibéricos y queso curado; y por último con un rico filete de merluza al eneldo con trigueros y setas. Con las costillas fue delicioso: perfecta armonía entre los apuntes cárnicos, los fúngicos y los especiados trasladándonos a una húmeda mañana otoñal en un bosque mediterráneo. La combinación con los embutidos y el queso... pues sublime, tan poderoso era nuestro caldo que desgrasaba deliciosamente  cada bocado del jamón ibérico, incluso sobresalía por encima de los intensos sabores lácteos y salinos del queso curado. Y la última experiencia, con el jugosito pescado aromatizado y esos trigueritos, otro maridaje acertadísimo: sabores marinos y herbáceos en total conjunción con las notas de montebajo y los balsámicos de nuestro viejuno. Tres momentos para nunca olvidar, de los que se nos quedarán grabados a fuego en nuestro cerebro. En mi podium de botellas catadas sin discusión alguna, tremendo disfrute  que me hace exclamar sin recato...¡¡¡Amor eterno a los viejunos!!!

Color rojo rubí con destellos marronosos y ribete teja, bastante cubierto para pasar de los 60 años.

Muy abierto y franco en nariz desde el principio, aunque dominado por los aromas terciarios, finos especiados y notas cremosas y avainilladas, no demasiado intenso pero fino y de gran clasicismo.

Ataque fresco y fino, claramente más elegante que potente pero con enjundia, pulido y sin aristas, con buena acidez, de nuevo especiado y con ese punto terroso tan agradable, con un final de notable longitud.

Resiste con nobleza, pero no parece que pueda ir a más ya.

Enlace al post con la cata completa:
https://www.verema.com/foros/foro-vino/temas/1187977-cata-historica-rioja-parte-ii

Rojo bubí, ribete atejado, capa media-alta,
No muy intenso en nariz y sorprendiendo por su frescura y definición, sin apenas signos de cansancio o suciedades. Notas de frutas en licor, finas maderas, un bonito fondo especiado, trazas de cuero viejo, carne cruda, café más torrefacto y caja de puros. Muy entero y sumamente agradable.
En boca sigue por unos derroteros parecidos, es un vino fino y con equilibrio, no da la sensación de llegar mucho más allá pero está perfectamente disfrutable. Hay acidez y su paso es más fino y etéreo, siendo elegante en el final y volviendo esos recuerdos de maderas finas y especias. Buena persistencia.
No hace mucho probamos este vino en una quedada de vinos viejos con compañeros del foro y no salió una botella muy buena, pero lo cierto es que el destino nos ha vuelto a cruzar y en esta ocasión con mucho más éxito, siendo un vino excelente en todos los sentidos. Un auténtico Berberana de los viejos, de los de Ollauri.

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