Presentado en una botella borgoñona de 75cl., con etiqueta sencilla y buen corcho.
En fase visual, se muestra color Burdeos con reflejos oscuros y ribete rosa claro. Capa media-alta. Limpio y sin brillo. La lágrima es lenta, gorda y desordenada.
Nariz compleja; la primera sensación que da es de un vino Atlántico, o si lo queremos decir de otra manera, no muy Mediterráneo. Aparecen notas a frutos rojos, regaliz, piruleta, bosque y algo de chocolate amargo.
En boca es excepcional: es fresco, fino, con una gran acidez, y con un alcohol que no se nota mucho, lo que nos indica que se ha trabajado de maravilla, ya que son 14.5º. La madera está presente, pero no oculta otros sabores, más bien los potencia. Seguimos percibiendo las mismas sensaciones que tuvimos en nariz, mucha fruta y mineralidad.
Postgusto largo y marcado, con presencia a frutos rojos, tabaco y especias.
La añada 2008 en Priorat fue algo escasa, así que me daré prisa en buscar alguna botella más de este distinguido y adictivo vino.