Picota cubierto lagrima granate. Capa tirando a alta. En nariz apuntan los tostados aunque con trabajo en copa se va abriendo apareciendo fruta negra, balsamicos, especiados y aceitunas negras incluso algo de mina de lapiz. El paso por boca es bueno intenso y fresco a la vez con unos taninos algo rugosos que el tiempo creo que acabara de pulir. Post gusto duradero y balsamico. No me ha defraudado, es mas, me ha sorprendido ya que esperaba un vino mas sencillo.
No es un gran vino, aunque se como edición limitada, se venda como algo especial.
Color picota oscuro. Bebido en situación de fiesta de cumpleaños, entonces la nariz difícil de percibir. Pero en boca es agradable, semejante a un bordeaux del mismo nivel de precio. Persistencia media-larga, seco, sabores de frutas negras profundas sin muchos matices. Un buen vino para maridar. Lo compramos al mismo tiempo que un Carmenere de Hacienda Araucano de F. Lurton. Ganó el Carmenere.
VISTA: Picota oscuro bien cubierto.
NARIZ: Intensidad media. Original. Aromas de terruño, café, regaliz, tierra y meremladas de fruta negra. Tiza y chocolate. Cacao.
BOCA: Más intenso que en nariz y con mayor personalidad. El final es muy amargo. Casi excesivo. Recuerdos de caco y chocolate negro amrago.
Excelente presentación para un vino que quiere timepo en su degustación. Algo apartado de los cánones. Unos diez euros. Originalidad en sus fases organolépticas no le falta. Algo duro, quizás.
Encontrado de casualidad en una de las vinotecas de mi ciudad, decidí comprarlo.
Basado en mayor medida con la archiconocida Merlot de la bodega, no llega a sorprender como pueda hacerlo en monovarietal o en algunos de los crianzas tintos de Abadal.
Presenta un color rojo picota de capa media-alta.
La nariz no me gusta mucho, que digamos. A una sensación de humedad y corcho mojado (por cierto, que éste estaba en un estado satisfactorio) se une un flojo asomo de fruta madura, apoyado por sensaciones especiadas y poquita cosa más.
En boca, por suerte, parece más y mejor apañado. Resulta sabroso, con una acidez media y un tanino presente pero no agresivo. Final medio-corto de recuerdos frutales.
Como reseña, en la imagen de la botella, presenta una etiqueta de diseño abstracto pero elegante, a mi parecer, obra del artista Joaquim Falcó.
Resumiendo, el vino se deja beber, pero sobretodo soportable a su nivel en boca. En nariz, muy flojo.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.