Presenta un color amarillo miel en la copa, con buen brillo.
En nariz, se presentan olores pasificados (moscatel, orejones...)En relación a las notas de cata que hay de este vino (concretamente del 2000), en este 99, y desde luego con tantos años a cuestas, se han disipado bastante las supuestas notas florales y minerales que parecen que eran santo y seña en este blanco.
En boca, untoso y algo graso. Acidez dulcificada en extremo; recorrido amargoso en el paladar (bien es cierto que en boca sí que se notan algo los minerales que no aparecían en nariz). A pesar de tanto dulzor, el final es bastante corto y seco.
Desde luego que ya no está en su tiempo, pero era una forma de probar otro vino desaparecido ya en el catálogo de de vinos de Bodega Pirineos.