Primero de la cata y excelente impresión. Fresco y penetrante en nariz. Nítido, franco y directyo. Sin excesos florales ni dulzones. Plátano, algún leve tostado. Boca fina , equilibrada, mineral, sutil. En plena forma, magtnífica evolución

Amarillo pajizo con destellos verdosos y dorados.
Nariz de media intensidad, muy definida... mucho cítrico, fruta blanca, herbáceos y un fondo leve avainillado.
En boca tiene un buen ataque, buen paso, untuosos pero sin ser pesado sobre todo por la buena acidez que tiene, parece mentira que sea un 2010, recorrido muy largo.
De los mejores blancos españoles, sobre todo por calidad precio.

Un año más tarde me reencuentro con el Louro, con una nariz intensa y bien definida, con sensaciones cítricas, matices herbáceos y algo de manzana, en parte verde pero también algo de roja. En la boca muestra buen ataque, resulta cremoso pero fresco, con toques lácticos, excelente acidez, largo y con profundidad. Tiene una textura algo crujiente y excelente definición.... Muy bueno...
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De color amarillo pajizo con ligeros destellos dorados y lágrima algo densa.

En nariz fruta blanca, pera en almibar, mantequilla, notas herbáceas sobre un fondo cítrico y ligeramente mineral.

En boca es un vino fresco, afrutado, ligeramente untuoso, notas dulces de la crianza compensadas con una estupenda acidez. Final amargo muy rico pero algo corto.

Llevo varias botellas de esta añada y no acabo de cogerle el punto como otros años. Le noto algo falto de profundidad y menos mineral que otras añadas.

Buen godello, fresco y rico pero una añada quizás algo complicada.

Nariz un punto escasa requiere de agitacion para ir volatilizando aromas. Vino verdoso, herbáceo, graso, mantequilla de Soria, aromas y sabores a frutas blancas y verdes, ciruelas verdes, pera etc. tb toques citricos

Color amarillo pajizo claro, brillante y con destellos limón.

La nariz es fresca y de buena intensidad con fruta (pera y manzana verde)con algun apunte de hierba. Resulta un pelin dulzona y floral sobre un manto de citricos(limón).

Con buen ataque y con cierto cuerpo, golosa.Nos vuelven las peras y las manzanas y algo de pìña.Con buena acidez resulta fresco y con pstgusto largo y algo mantecoso.

Amarillo dorado y limpio.
Aromas que recuerdan a hierba fresca, ciruela amarilla, manzana reineta, algo de membrillo, piña verde (poco madura) y cítricos, especialmente, limón.
En boca graso y glicérido,
Muy buena acidez.
Postgusto largo.
Equilibrado.

Bebido en restaurante a temperatura y copas adecuadas.
En nariz destaca la manzana, muy buena intensidad.
En boca se muestra seco, goloso con muy buena acidez, final largo. Rico

Amarillo dorado sin reflejos, limpio y brillante.
Nariz intensa con frutas blancas en perimer termino, flores , citricos y un fondo de bolleria
Paso por boca con cuerpo sedoso , algo graso, sabor frutal sobre fondo de mantequilla. Muy buena acidez.
Postgusto largo

Era la primera vez que probabamos un vino de Rafael Palacios y creo que después de esta experiencia, cataré a ciegas y con plena confianza cualquier vino que venga firmado con este apellido pues el genio, la inquietud y el afán por la excelencia son características que parecen intrínsecas a la familia.

El Louro do Bolo, que nos llegaba con la etiqueta de hermano pequeño del famoso As Sortes, no se merece cargar con ningún complejo familiar, y ya desde el momento en que inunda el fondo de la copa con su brillante cascada dorada pálida, ilumina el entorno lanzando destellos acerados.

Bosquejos de ciruela verde entretejidos con la acidez de manzanas Granny Smith en sazón, dibujan delicados estampados en un intenso fondo aromático de piña tropical esparcida sobre heno recién cortado.

En boca es una tarta de fruta, con base de sedosa mantequilla y relleno de manzana y pomelo. Sorbo a sorbo, los lácteos crecen en volumen pero el perfecto equilibrio con la fruta los aligera dotando al trago de un paso franco y fresco, que sin embargo, deja un perdurable recuerdo a rica crema.

Una deliciosa pareja de baile, igualmente armónica con una crema o un primer plato de verdura, que con un arroz caldoso o una zarzuela de pescado y marisco, y lo que es más destacable aún, cuando baila solo es todavía más hermoso.