En la vista se presenta con color entre pajizo y dorado, con destellos y ribetes con el dorado de protagonista, limpio y brillante

En la nariz tiene una buena intensidad, complejo de entrada, con el tiempo se complica, pero para mejor, con más carácter, la fruta y los detalles de mineralidad predominan

Al paso por boca resulta con buena acidez aun, con frescor, mucho cuerpo, conservando la cremosidad y untuosidad, pero con detalles de calidad y de no estar en absoluto en decadencia.

Va ganando este vino y con el tiempo, se está haciendo un “gran señor”.

Amarillo dorado pálido, limpio y brillante, sin lagrima.
nariz media con flores blancas, frutas, hierba recién cortada y un fondo mineral muy marcado
Paso por boca con cuerpo medio-alto, sabor medio y postgusto medio-largo. Marcada acidez lo que da notable frescura

A la vista se muestra con un color pajizo, apreciándose unos destellos y ribetes de colores dorados y verdosos. Limpio y brillante.
En la nariz se presenta con una intensidad de tipo alta para ser un blanco, con sus detalles de florales, frutal, mineralidad y herbáceos.
En la boca se muestra con frescura, buena acidez, untuoso, cremoso y un ligero amargor. Final medio a largo.
Como conclusión, vino con fresco y untuoso.

Botella con su etiqueta blanca y sin contraetiqueta solo la DO y la información de los sulfitos.

Que buen vino y que garantía de que no defrauda aunque pase el tiempo.

Hablar de Rafael Palacios a estas alturas es hablar del mejor trabajo sobre Godello, vinos como As Sortes y Louro Do Bolo nos muestran hasta donde puede llegar esta variedad, unión de viña, terruño y enología.

Con Louro Do Bolo Rafael nos muestra la referencia más amable y que probablemente nos suscite el ansia por degustar la estrella As Sortes. Una añada que se muestra con menor intensidad que 2008 en aromas, aumentando su complejidad aunque acompañada de sutileza. Aromas de fruta de hueso blanco se entremezclan con notitas cítricas (pomelo rosa) y toques de vainilla entremezclado con la salinidad propia del terruño de Valdeorras. En boca exquisito y delicioso, cremosa mas que graso, buena acidez y fresco en su conjunto que se bebe muy bien.

Hablando de Armonías
Valdeorras Louro Do Bolo 2009 (Rafael Palacios) & pulpo con patatas arte-bocarte. Combinación con aporte mutuo de texturas, por una parte un vino con ciertos toques grasos que se acercarán a la textura del pulpo y aportes cítricos que refrescan un plato que no dejar de ser contundente al tener la patata como base.

Catado a 9,5 grados en copa.
Vista: color amarillo verdoso. Lagrima fina y abundante.
Nariz: aromas herbaceos, junto a frutas tropicales y citricos. Aparecen tambien lacteos.
Boca: entrada un pelo acida y untuosa a la vez con puntas dulzonas y buen recorrido.
Postgusto: vuelven los citricos y algo de lacteos. Punto amargoso caracteristico de la variedad.
Muy buen Godello a muy buen precio.

Botella tomada en restaurante.
De color amarillo pajizo con destellos verdosos y lagrima con cierta densidad.
En nariz mandan en primer termino las frutas tropicales, blancas de hueso y un toque de melon y con mas aireacion van apareciendo notas de mantequilla y bolleria que le aportan mas complejidad.
En boca tiene una entrada fresca, con cuerpo, una acidez y un amargor que le dan bastante longitud y un postgusto medio con recuerdos citricos y minerales.
Muy bueno.

Ayer ante un risoto de calamar, abro un verdejo, decepción, busco en la bodega y encuentro este vino (caja adquirida hace unos mese y ligeramente olvidada y recordada ante la cata de As Sortes) y que diferencia de calidad.

Color pajizo alto o dorado pálido, con destellos verdosos, brillantes y transparentes.

En nariz buena intensidad, fresco, herbáceo, mineralidad y detalles balsámicos.

En boca fresco, con personalidad, cremoso, con buena acidez y su amargor característico.

Fase final de longitud media a larga, con los detalles de la godello.

Hace un tiempo colgué la cata de este vino y me había gustado más que la del año 2008, pues esta vez me ha gustado este del año 2009, más que la vez anterior, y casi seguro que seguirá creciéndose.

Amarillo pálido con reflejos verdosos, limpio y brillante.
Nariz de media intensidad, aromas herbáceos,frutas maduras, toques tropicales y cítricos... tras aireación aparecen mantequillas, minerales y especiados.
En boca tiene un buen paso, una acidez que vertebra perfectamente el vino, dejes maduros con toques florales y minerales todo ello con un toque cítrico. Cierta untuosidad con buen recorrido potenciado por el amargor final, te quedas con ganas de seguir bebiendo.

Color amarillo brillante, con algun destello verdoso y untuoso en copa.

En nariz la intensidad es media-baja, ni agitando con vigorosidad la copa se consigue sacar demasiados aromas, de entre ellos destaco frutales tipo piña y mango sobre todo y algo de pera al fondo, quiza una pizca de herbaceos asoma pero poco mas consigo sacarle, parece que no vaya a ser gran cosa este vino, pero todo cambia en boca.

Aqui, en boca me gusta mucho mas, con ataque generoso y sedoso, las lias se hacen notar junto con sensaciones de hieba tipo cesped, deja una sensacion algo dulce, la acidez esta presente pero no es muy portentosa.Muy facil de beber.

Se entendio a la perfeccion con unas cigalas y ajitos tiernos.

Vino encerrado en botella borgoñona y etiquetado moderno, elegante y sencillo.
A la vista se manifiesta amarillo con ligero color dorado, buena y persistente lágrima.
En nariz frutas ácidas, cítricos, piña tropical, la variedad se manifiesta muy bién, madera inapreciable, mineralidad y tiza.
En boca mucha cremosidad, es elegante, tiene viva acidez, con cuerpo, finura, opulencia y elegancia en el paso de boca. Y muy, muy largo. Me dá una permanencia en boca de 3,30 minutos.