Amarillo levemente dorado. Muy levemente dorado si tenemos en cuenta que este vino tiene ya 19 años, lo que indica su potencial de envejecimento más aun.

Jarreado y aireado en decantador durante más de 2 horas, aun así al principio ofrece aromas reductivos a humedad y hongo. Más adelante nos asalta una mineralidad brutal de pizarra.

También aromas a albaricoque y melocotón, con un pequeño toque de pomelo rosa. Todo ello sobre un fondo muy, muy leve de hidrocarburos que no molesta.

En boca ya tiene atemperado su dulzor por la edad pero mantiene un espinazo ácido impresionante que le hará aguantar por largos años pese a no ser una añada, en principio, excelente.

Muy potente en boca, sencillo de beber, increiblemente conjuntado. Un vino que llegado a su mayoría de edad se acerca increíblemente a la perfección. Una joya que disfrutamos gracias a la enorme generosidad de Lluis Pablo.