Opiniones de Château d'Yquem
OPINIONES
3

Dorado intenso limpio y brillante.

Intenso y potente en nariz, complejo desde el primer momento, pero que agradece la aireación en copa. Notas de frutas blancas maduras, frutas escarchadas, orejones, compota, hierbas aromáticas, especiadas de azafrán y canela, piel cítrica, miel, recuerdos balsámicos y un fondo mineral muy característico. Con más aire aparecen recuerdos de café en grano, naranja confitada y flor de azahar. Complejo y misterioso.

En boca es una joya, un vino complejo, largo, equilibrado, muy bien balanceado. No destaca su acidez, pero tiene y tampoco destaca su marcado dulzor, algo que nos parece muy positivo. Es denso en el paso y fresco en el final, donde nos deja una sinfonía de sensaciones que van desde las frutas muy maduras hasta la miel y los cítricos en confitura. Largo y persistente, invita a seguir bebiendo.

Este 86 sin ser de las grandes añadas de Yquem hay que reconocer que llega a ahora en un momento muy bueno de consumo, ideal podríamos decir, aunque seguirá adelante por su evolución. Nos ha encantado por su equilibrio de registros y por lo sencillo que es de comprender dentro de su complejidad. Una magnífica botella para completar una gran cata.

Oro viejo con ribete de oro pálido. Muy brillante. La botella presenta algún precipitado muy fino. Quizá por algún cambio de temperatura. No son azúcares.
Se muestra franco desde el principio, atrevido y envalentonado, es un torrente. No se esconde en ningún momento. Abarca todos los registros. Orejones, piel de mandarina, bergamota, algún recuerdo meloso, y todo sobre un fondo de cera muy sutil que siempre acompaña. Alguna fruta exotica(piña), especias (canela) y un recuerdo balsámico que quiere ser mentolado. Y llega lo mineral.
En boca oleoso, grande, denso pero aligerado por una acidez que te permite entrever la vida que le puede quedar. Nada sobresale. Perfecto equilibrio. El postgusto interminable, todas las notas de arriba, más algunos granos de cafe maravillosos y algún cacao elegantísimo.
Y largo muy largo, permanece aún minutos después de beberlo.
Vino para meditar

Color de oro. Nariz complejísima, fragancias minerales, frutales. En boca es carnoso, una consistencia como jarabe, sabores a piña, frutas exóticas diversas, mandarina, naranja, nueces, coco. Inmenso. La perfección.

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