Color amarillo pajizo con reflejos dorados. Nariz intensa donde ya se aprecia su carácter dulce, con notas tropicales, azúcar tostado, miel y flores blancas. En boca sorprende porque a pesar de ser, evidentemente, un vino dulce o semi-dulce, tiene una buena acidez, lo que hace que el paso sea muy agradable, fresco y largo.

Queda claro a primera vista que se trata de un vino desenfadado, para beber sin complicaciones.
Presenta color dorado pálido, con reflejos dorado oro, ya que han pasado unos años y eso se nota.
En nariz hay amielados, polen, fruta de hueso muy madura, también desecada, pera.
En boca se muestra dulce, con cierta acidez, ligero, de trago fácil. Los aromas frutales se aprecian en menor medida, más los propios de los azúcares. Posgusto corto. Estructura sencilla, buena opción de aperitivo y poco más.
Este perfil me recuerda a los del Val de Loire, de mismo precio y elaborados con Chenin Blanc, salvando las distancias.

Aroma algo concentrado y muy dulce, sientes la miel, albaricoque seco, membrillo. Toque floral de azahar.

En boca sigue con el mismo registro de recuerdos amielados, orejones, algo de fruta blanca, pera willians. Para mi gusto muy dulce, pese a la alta acidez que hay en el vino, no equilibra, no me acaba.

A la vista se presenta con un color pajizo, con los ribetes y los destellos de amarillento claro. Limpio y brillante.

En la nariz tiene una buena intensidad, con la fruta bastante presente, de tipo blanca y de hueso, también se aprecian detalles de cítricos.

En el paso por boca se presenta con de entrada con demasiado dulzor, con una buena acidez y la fruta presente también.
En cuanto se sube la temperatura su dulzor es en mi criterio demasiado alto.

Vino que tiene su clientela, pero que en todo caso en mi opinión es tomar una o dos copas y cuidando la temperatura.

Color amarillo claro con toques brillantes.

Aromas de mediana intensidad a frutos amarillos muy maduros (albaricoques), frutos citricos escarchados, frutos blancos en almibar, no encuentro más aromas.

En boca es semi-dulce, aunque a mi me parece demasiado dulzón, el paso de boca a pesar de ser un poco cálido, tiene cierto frescor y buena acidez, final persistente,

Ni8 me gusta, ni puedo tomar este tipo de vino.

Amarillo pajizo de media intensidad ( lo de pajizo no hace referencia a la marca ). Nariz de muy buena intensidad, con aromas de frutas blancas maduritas ( peras de agua ) con otras sensaciones de albaricoque y fruta tropical con hueso. El toque meloso y terpenico de la moscatel se hace presente con la aireación dejando recuerdos de cascaras de cítricos sobre miel y de flores blancas ( nardos y dama de noche ). En boca tiene un ataque goloso y madurito, muy rico, dejando claro la impronta de la moscatel con un matiz meloso, que es de muy buena calidad. Buena acidez en el recorrido y retronasal, donde salen las notas de flores blancas y la fruta madura blanca. Posgusto muy rico e intenso, con fruta blanca madura y notitas cremosas de chocolate blanco y algo de melaza, muy bien sujetadas por una acidez que le da frescura y recorrido en toda la evolución. Un vino muy rico, placentero y muy bien elaborado. Una cata a ciegas sin ver la etiqueta antes, nos daría un dato estadístico curioso. Vino para disfrutar.

Vino que se presenta en botella con tapón de rosca, etiqueta atractiva y desenfadada.

Tiene un color amarillo pajizo, limpio y brillante. Bastante glicérico en copa.

En nariz sobresalen las notas dulzonas, frutales (melocotón, albaricoque) y florales.

En boca tiene una buena entrada, fresca, y muy dulce. Acidez algo escasa. Postgusto corto.

Vino que invita a seguir bebiendo, pero yo no lo recomendaría para una comida, se haría muy pesado...puede ser el novio perfecto, pero nunca llegaría a ser el marido ideal...

Visual: Vino cristalino, amarillo pálido, ribete idem, oleoso en copa.
Olfativa: Nariz de intensidad media, notas mielosas, fruta blanca, levemente floral.
Gustativa: Encuentro dulce, paso untuoso, suave pero un poco plano. Retronasal corta.

Un vino del que no había leído nada, y me sorprendió al beberlo. Al principio se nota muy goloso, pero al rato cansa, aunque lo marides con quesos fuertes, o algo de foie; (emho) le falta mucha acidez, que le de un contrapunto a su dulzor (es muy dulce para ser un semidulce, pero no lo suficiente para ser un dulce) Por cierto, ese 50% de moscatel no llega a imponerse, pero (emho) me gustaría que se notase un poco más.
Por cierto, en la etiqueta no se aprecia por ningún lado el año (2012)

De color pajizo ténue con tonos verdosos y un ribete también pajizo muy intenso.
Nariz de intensidad media, notas de fruta blanca madura, amielados, flores blancas y fruta de hueso. Untuoso en equilibrio.
En boca tiene una entrada untuosa, acidez nula, mucha cremosidad, paso completo y final untuoso.