Restaurante La Salita en Valencia
Restaurante La Salita
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:
Vino por copas:
Precio desde:
26,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
58 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.3
Comida COMIDA
8.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.6
ensalada de encurtidos
cocteleria
terraza
salida terraza
entrada
edificio
"Árbol de los petit four", tras el que se vislumbra la nueva decoración del local.
Sergio Rodrigo, gran profesional de sala, creciendo.
Espectaculares emplatados (todavía más espectaculares) en esta nueva etapa
Carabinero y su jugo picante
Raya, holandesa, coulis de estragón y zanahoria en texturas
Tiara de encurtidos y salazones
Sardina braseada, aguacate ahumado y cebolla fermentada
Trucha ahumada, manzana y almendra
Bodega
Postres y arbol de chuches
Surtido de quesos franceses
Caviar vegetal, Anguila ahumada y Cabrito confitado
La tiara, Raya, Carabinero y Arroz de sepia bruta
La Barraca, Trucha ahumada y Sardina braseada
vino
Melocotón, albahaca y yogur
Cochinito, cochinita y tavelles
Degustación de arroz negro, pulpo seco y all i oli
fideuá de plancton
bacalao y guisantes
Guiso de garrofones, pure de topinambur con esferas de queso idiazabal
Langostino, endivia y alcarchofa con salsa de almendras
Ensalada de salazones y encurtidos con aceite de albahaca
Maravillosa concepción y ejecución.
El acompañante perfecto...
Maravilloso arroz...
Arroz cochinita pibil
Parpatana glaseada con jugo de caballa y manitas, con salteado de pepino agridulce
Ensalada de encurtidos y salazones
Castaña de tiramisú de turrón
Rabo de toro
Tenderete de postres
Huevo a baja temperatura con polenta
Allipebre de plancton con bacalao
Salmón con ravioli relleno
Lingote de foie
Ensalada de mojama de verduras
El árbol de la vida
Castaña de tiramisú de turrón y Petit Fours
Pichón, canelón y ciervo
Ensalada y arroz
Fruta de la pasión con corazón de yogurt
Raviolis invertidos
Snacks, vermouths y vino
Tenderete de postres
La casita de caramelos
Hamburguesa de Toro con Patatas Deluxe
Burritos de salmón marinado casero
Preciosa y tranquila terraza
Feria de postres
Carrillera de buey
Tartare de Salmón marinado
El Champagne de Gazpacho Andaluz
El Purito
El Tenderete
El tenderete
Bacalao
Bocadillo de atún
El tenderete
Squid covering langoustines. Caviar made of orange
Risotto with thyme and duck liver and duck ham
Fish wrapped in sea weed
Versión de Olla valenciana flotante
Purito de embutido
Café y Pastas.
caballa
olla
delicias
Feria de postres
Terrina de foie con queso de cabra y manzana grand smith con brioche de frutos secos y pimienta de sichuan
Tapitas saladas
El puro.
Gambas a baja temperatura
Foie mi cuit.
Los postres
Corvina
El bocata Almussafes
Los raviolis de rabo de toro...uhmmmm¡¡¡
Postres.
Rabo de toro estofado...
Milhojas de foie,manzana y queso de cabra.
bacalao con humo de albahaca
Jugando con el Iphone
raviolis
El bombón
pos-tres
Arroz a la cubana "La Salita" style
Mac Foie
El bacalao... por añadir una crítica...se nos quedó algo frío y la pasta la hubiera preparado más fina...
Caballa, un pescado cenicienta... aquí como una reina!
Turrón de foie y avellanas
Opiniones de La Salita
OPINIONES
294

El pasado jueves estuve cenando en la Salita y hacia tiempo que no iba así que esperaba ver su evolución. Dado que está muy bien valorado en Verema esperaba disfrutar de su famoso menú degustación. En general me pareció bastante bien aunque le pondría algunos peros. El plato tenderete es precioso a la vista pero queda un poco seco, el arroz estaba un poquito duro, los espaguetis no me emocionaron y me parece repetitivo poner en el mismo menú y seguidos los espaguetis y el rabo de toro ya que comparten sabores. En su favor decir que el servicio fue muy amable y rápido y que los platos fueron sucediéndose con buen ritmo. El vino que pedí no estuvo acertado una pena. El plato que mas me gusto fue el salmón en cocción lenta, una maravilla así como el punto y la calidad de las verduras que le acompañaban. Las materias primas muy buenas. Los postres también muy buenos y variados. Desde luego es una muy buena opción a precio muy bajo. Si apetece disfrutar de uns sucesión de tapas gourmet este es un restaurante a tener en cuenta in duda. El precio lo he puesto con vino incluido ya que el precio del menú es de sobra oonocido.

Si para cenar quieres solo alimentarte, basta encontrar unas buenas gambas de Denia hervirlas en agua de mar un par de minutos y después una buena carne argentina para hacer un estupendo asado (bife, vacío..) y acompañado de un buen malbec, cenas como un capitán. Se trata de que no estropees lo que la madre naturaleza ha creado como materia prima.
Pero para mí que me pasa como al Mariano de Forges que para hacer la cena en casa, lo primero que hago es preguntar donde está la cocina...pues asistir a una cena en La Salita es todo un espectáculo. Además lo puedes ver porque la cocina está abierta al comedor sin humos ni olores. Asombra la capacidad creativa.
Buen local con elegante aspecto, buena distribución de las mesas sin que sepas de los problemas de los vecinos, buena insonorización. Estuvimos al fondo en la parte baja y al lado de la cocina lo que parecería malo pero aquí aumenta la visión del espectáculo. Vitrina con profusión de materia para la sobremesa: variadas gins, cognacs, ron.. y en la pared del fondo la bodega que ocupa toda la altura del local y que puedes encontrar desde Pingus a vinos de la tierra. También botella abiertas que supongo para copas con vinos como Almirez... Todas las mesas llenas.
Bien mantelería y cubiertos, muy bien las copas, extraño vaso para el agua (¿para confundir la vista y que parezca vino?). Muy bien la atención, cambio de cubiertos y explicación de platos. Muy bien el servicio de vino y sus comentarios. Baños correctos sin excesos.
Cena para seis en mesa redonda (¡qué gran invento!) con el actual menú que ya se ha comentado aquí, con sus cambios periódicos.
Entrada 4 cervezas y cortesía de la casa para picar chips colocados en piedra de arroz inflado con algas y otro hecho de lentejas: muy crujientes, buena ración para probar y te anuncia que el espectáculo comienza.
Sobre la servilleta tienes el menú escrito. Mientras lo vas leyendo te traen bandeja de panes con 5 ó 6 variedades, tamaño correcto y que tienes la duda de si eliges o pides que un pellizco de cada uno; el pan debería estar más crujiente y es probable que la harina utilizada no resiste bien la humedad de Valencia y quizás en la noche ya llega más afectado. De sabor muy bien.
Tenderete: primer acto del espectáculo y ya engancha al espectador para toda la cena: sobre una plataforma un tenderete (incluso con pinzas) que sujetan lámina de panecillo trenzado (vuelve a fallar el crujiente del pan) para sujetar lomito de sardina en su punto y una crujiente piruleta de sepia y langostinos en kataiffi: un homenaje a la salinidad del mediterráneo; en la madera base del tendedero: patata confitada con pulpo y pimenton correctos, tartar de salmon en conitos muy buenos, sucedáneo de bizcocho con olivas negras griegas y rematas con un bombon de foie que te inunda de sabor. Todo ello en ración de bocadito individual, porque si no es así no llegas al The End.
Vamos con el 2º plato de los 7: el purito relleno de brandada de bacalao ahumado. Baste decir que todos los que teníamos posibilidad de hacer fotos (cámara, móvil) de nuevo flases. Consiste en un plato en forma de cenicero donde apoya un "habano" de brandada de bacalao ahumado con su punta del tabaco encendida por una salsa de pimientos de piquillo asados y que cae al fondo del cenicero; por supuesto el puro tiene vitola. Si faltaba algo se acompaña de un aparente cada que en realidad es una copa de cava que contiene un gazpacho al que se le ha quitado el color rojo (¿¿??) y se ha pasado por un sifón para hacer la espuma. Originalidad de diez.
El siguiente acto es un salmón a baja temperatura con su propio caviar sobre un lecho de crema de espárragos y acompañado de trocitos de diferentes espárragos: de Tudela, naturales verdes cuya diferente textura era lo destacable. Destacable la textura y sabor del salmón; el resto más normalito.
Estando en Valencia, un arroz no puede faltar y también es un plato al que se le exige más; y más difícil con la complicada relación alcachofa-arroz. Pues bien, esa degustación de arroz de gambas y alcachofas, con el arroz en su punto y un poco meloso (¿nata?) y con un sorprendente aire de perejil que se deshace antes de apoyar en la lengua. La gente de aquí se queda un poco corta en la ración de arroz (luego lo agradeceremos), que se compensa con la buena gamba poco cocida (como debe ser!) y de buen tamaño.

Descanso y punto y aparte en el espectáculo con un mini sorbete de granizado de gin tonic para pasar a la segunda parte. Begoña debería haber salido de la cocina, a saludar.

Volvemos a escena: "Nuestros espaguetis a la boloñesa": consiste en dos canelones en diferente color. Son espaguetis enrollados sobre sí mismos dejando el relleno a una tortilla de setas con cebolla confitada y setas y apoyado en queso parmesano y regado por salsa boloñesa que en vez de tomate es de chorizo (ahi es ná). Bien de especias para que el parmesano no se apodere de todo. Aquí ya hubo quien se batía en retirada ante tanto y tan variado producto. Para competir hay que entrenar más.
Vamos con el más contundente: sobre tabla de ¿pizarra? decorada en enrejado, un rabo de toro estofado y deshuesado con tubérculos (patatas con violetas) y raíces (apio). Bien de cantidad, bien de textura sobre todo en las migas. Ya vas por inercia y porque la curiosidad de probar te supera.

Pero..llega la Feria de postres y aquí todo el mundo se rehace y coge fuerzas para el último empujón. Al fin y al cabo el dulce tiene un atractivo especial que hace que alguna mujer retirada en acabarse platos anteriores, aquí se pone otra vez en cabeza. Hubo quien por motivos de salud se retiró a la fruta (correcta sin más) y tuvo que levantarse de la mesa para no sucumbir.
Bandeja en espejo con 7 tentaciones irresistibles en raciones de un bocadito directo a la boca (imposible mayor cantidad): tarta de zanahoria y coco semifría (muy bien el contraste); flan de piñones tostados (sabroso y diferente), trufa de carajillo de Baylis; trilogía de chocolates no solo de color sino también de texturas; mojito de frutas de la pasión (una delicia) y vasito de chocolate con semifrío de fresas y hoja de menta caramelizada muy crujiente. Al lado del plato, con engaño de un aparente café capuchino, es en realidad un estupendo y calentito coulant de chocolate relleno de avellanas sobre el que, la aparente nata que lleva encima, corresponde en realidad a una espuma helada de estupenda crema inglesa.

En vinos un blanco verdejo Monsalve muy afrutado y tropical, fuera del típico shunami de los verdejos; un Ribera tinto roble Denébola muy justito (el precio cerrado pactado recortó aquí) y al postre una extraordinaria garnacha dulce Tintoralba que Sergio, gran maestro de la ceremonia, nos explica que está conseguida con una maduración natural en la vid por cosecha muy tardía.
Unos cafés (ahora sí) y dos medias copas de Cardenal Mendoza y Zacapa completaron la noche.
Tras 3 horas de comer y no parar de comentar la comida, se impone la retirada (salvo para los más jóvenes que empieza la movida del finde).

Sales y en la puerta piensas: qué capacidad de imaginar, qué conocimiento para llevar a la práctica lo pensado, qué capacidad plástica para emplatar; qué capacidad para renovarse continuamente... y con una buena materia prima (que no puede ser exclusiva) ajustada para que el precio final sea contenido: 63 € por pax.

Siento la enorme extensión del comentario, pero aún estoy deslumbrado y por más que intento resumir no puedo quitar nada, porque hay que contarlo y quiero tenerlo para recordarlo.
Si yo estuviera en el comité Michelín también votaría por la estrella Michelín YA!!!.

Pocas veces antes he disfrutado tanto de la ilusión que proporciona la anticipación ante una cena, como la que sentí la noche del pasado 4 de mayo.

No era cualquier fecha, era una fecha única e irrepetible, y para honrarla como se merecía, el restaurante elegido sabíamos que era prácticamente imposible que nos decepcionara. En el caso de Javi lo había visitado en más de una ocasión, pero en el mío, sólo había estado una vez antes en el mes de septiembre del año pasado y el sabor de boca que me dejó fue tan bueno, que desde entonces no he dejado de suspirar por volver a formar parte aunque sea sólo como espectadora de esa obra de arte que es sin duda, una cena en La Salita.

Desde que se traspasa el umbral se respira un cierto aire mágico obtenido gracias a la muy acertada combinación de colores, con protagonismo de la madera muy oscura, la mantelería de un blanco inmaculado y el contraste de bandas rojas en la barra, aderezada por la profusión de chispas brillantes que desprenden las cristaleras en forma de columnas al reflejarse la blanca iluminación sobre ellas.

Me dan a elegir mesa y yo escojo la de la primera vez, el rinconcito de la derecha, subiendo unos escalones, desde donde puedo mirar y admirar, la eficiencia, destreza y gentileza en el servicio que ejecutan Jorne, Sergio y otro camarero más del cual desconozco el nombre pero que se mantuvo en todo momento a la altura de estos dos grandes profesionales.

El aperitivo ya nos esperaba en mesa: Chips en la piedra de papadum, Arroz inflado con Algas y Arroz inflado con Setas, tan firme y erectas que parecían extraídas de la misma roca pero que crujían sin oponer resistencia en los dedos y llenaban la boca de un delicado sabor exótico. Lo acompañamos con dos vermouths Perucci blancos, servidos como Dios manda, agitados en cocktelera.

El Menú de Degustación que estrenaban esa misma noche nos esperaba sobre las servilletas y con tan sólo leerlo, nos admirábamos del nivel de originalidad y creatividad, una nueva subida de listón ¿hasta dónde llegará la imaginación de Begoña? Pero no nos imaginábamos todavía que las palabras escritas jamás harían justicia a lo que se nos presentaría después en mesa.

Elegir los vinos que lo acompañarían llevó su rato de negociación, no era cualquier noche, pero contando con la mediación de Sergio nos decidimos por un blanco Naiades y un tinto Alto Moncayo, ambos de la añada del 2009.

En bandeja de rafia se nos dio a elegir pan entre cinco diferentes variedades, todas apetecibles y tremendamente apetitosas, al menos las dos por cabeza que tomamos cada uno de nosotros, mas casi sin haber tenido la oportunidad de atacarlo siquiera someramente, apareció

. El Tenderete:
En pocas ocasiones anteriores me he quedado con la boca tan abierta como cuando Jorne colocó sobre nuestra mesa una bandeja de madera de cuyos extremos se eregían dos finos palos que aguantaban entre ellos un alambre, del que colgaban Chips de Sardinas y Piruletas de Sepia y Langostinos envueltas en Kataiffi, cual colada recién tendida, crujiente y deliciosa unión de mar y salado.
Sobre la madera, Conitos de Tartare de Salmón, que hubieran competido con auténticos conitos de helado, Patata confitada con Pulpo Seco y Yema Crío al Pimentón, sabrosa en su conjunción y en cada una de sus individualidades, el Bombón de Foie en forma de hamburguesa que se te deshacía en la boca inundándote de sabor y esa maravilla negra que a modo de postre culminaba ese especie de patio casero: Falso Bizcocho de Olivas Negras con Esfera de Kalamata y Mayonesa de Olivas Aliñás.

Sólo un adjetivo: ALUCINANTE

. El Gazpacho:
(Fuera de menú, gentileza de Begoña por nuestra celebración)
Espuma helada de gazpacho con anchoas caseras, tomates secos y ensalada de hojas de margarita y flores de rúcula

La frescura de la espuma amaina la fuerza de la anchoa en maravilloso contraste ¡y a mí no me gustan las anchoas!!!!!

Llegó acompañado de uno de los detalles más bonitos de la noche: Begoña recordó que en mi primera visita quedé prendada del Champagne de Gazpacho Andaluz, y fuera de menú también, fue la pareja de este singular gazpacho. Me sigue maravillando la exquisitez de este plato-copa tan bello visualmente.

Todavía estamos digiriendo visual y gustativamente El Champán cuando hace su aparición

. El Purito:
Brandada de bacalao ahumado y salsa de pimientos asados
Sí señores, sí, todo un señor puro apoyado en su cenicero, moldeado con brandada (ajoarriero) de bacalao ahumado y falsa ceniza recreada con salsa de pimientos asados. Muy, muy rico y visualmente potente.

. Salmon cocinado a baja temperatura con crema de espárragos braseados, espárragos de tudela salteados y caviar de salmón
Dos texturas diferentes de espárragos de temporada rodeaban a un salmón tierno y jugoso que rompía su suavidad con la fuerza de su caviar.

Excelente una vez más la puesta en escena visual.

. Arroz de marisco con algas, alcachofas, gamba y aire de perejil

Perfecto.

Perfecto el punto del arroz, perfecto el sabor, perfecta la textura, perfecta la presentación, palpable el aire de perejil y habiendo dicho todo esto, quiero enfatizar que consiguen una vez más que me enamore un plato que incluye un ingrediente que a priori no me gusta: la alcachofa.

Begoña, tienes magia en las manos.

Despedimos el capítulo marino con un original y divertido Gin tonic granizado

Ya “curados de espanto” nos disponemos a ser entretenidos con la imaginación de Begoña para los platos de carne que como no podía ser de otra manera, se desplegó con toda su fuerza, empezando por

. Espaguetti Bolognesa:
Canelón de espagetti relleno de ternera especiada, acompañado de tortilla rallada de setas rellena de cebolla confitada, parmesano y salsa bolognesa de chorizo
Se vuelven a iluminar nuestros ojos cuando lo que parece un canelón se deshace en finos hilos de espagueti que esconden un relleno especiado y contundente. Sin embargo, la salsa de chorizo es suave permitiendo acompañar tanto a la pasta como a las delicadas setas y la personalidad del parmesano.

Ya estaba yo empezando a dudar de mi capacidad para poder comer algo más cuando sobre nuestra mesa depositan:

. El Rabo:
Terrina de rabo de toro con su glacè, puré de raíz de apio, migas de pastor y crujiente de patata violeta.
Vuelta de tuerca a este tradicional plato vestido de La Salita, con su suavidad y armonía de contrastes, pero conservando toda la esencia de estos sabores ancestrales. La carne aterciopeladamente potente; las migas sabrosas, crujientes; el puré de apio suave y fresco…

Y llegaron los

. Postres
Sobre un espejo a modo de bandeja, un espectáculo de golosinas a cual más tentadora nos obliga a hacer ese último esfuerzo:

*Tarta de zanahoria y coco con semifrio de lima y tullie de sésamo
*Flan de piñones tostados
*Mojito de fruta de la pasión
*Trilogia de chocolates
*Trufa de carajillo de baileys
*Semifrio de fresas con nata y menta crujiente.

Y…, sin haberlo pedido, nos sirven lo que parece un capuccino. Tocamos la taza, está calentita y la espuma parece muy apetecible. Hundimos la cucharilla y ¡zas! ¡es un Coulan de chocolate relleno de avellanas con espuma helada de crema inglesa!

La noche estaba siendo un auténtico festival y no sólo gastronómico. En ningún momento nos faltó vino en las copas, fuimos regalados con gestos de complicidad y atención a lo largo de toda la velada y el local ¡estaba lleno!!!!

La elección de vinos fue perfecta. El blanco Naiades acompañó con elegancia y donosura los platos de pescado y marisco sabiendo adaptarse a sus diferentes intensidades, y ¡qué decir del Alto Moncayo! la primera vez que lo probaba y sin duda no será la última, pocas garnachas tan deliciosas y profundas he tomado, embelesaba...

Jorne, Sergio, todo el equipo, moviéndose con tal agilidad y buena mano que parecía más una coreografía que un equipo bien coordinado.

El servicio del vino fabuloso, el servicio de platos impecable, imposible encontrarle una falta aunque alguien hubiera aplicado la lupa.

Me quedo sin palabras…

Os reiréis ¿sin palabras? ¿y todas las que has escrito? Pues no, con todo lo que llevo escrito no soy capaz de trasladaros la inolvidable, inmejorable, incomparable experiencia que fue nuestra cena del 4 de mayo.

Como broche final, Begoña salió a saludarnos pero no se quedó en un gesto hacia unos clientes más o menos buenos: besos y abrazos, admiración entregada ante esta grandísima profesional por nuestra parte, afecto, cariño y humildad por la suya.

Y una noticia ¡está embarazada!!!!! La felicitamos con todo nuestro corazón, qué hermosa su cara de felicidad al contárnoslo.

La obligamos a sentarse y hablamos, hablamos y hablamos. Nos sentíamos tan bien que Jorne tuvo que venir en su rescate, era tan cálido el ambiente que por nosotros, habríamos estado dos o tres horas más, nos habíamos quedado completamente solos.

Para terminar, elevar una plegaria, interponer una demanda, clamar al cielo ¡La Salita se merece una estrella Michelín!!!! Como mínimo…

Por la altísima calidad gastronómica, por la imaginación, por la materia prima, por la creatividad, por el impecable servicio,por el mimo, por la extensa y variada carta de vinos…

A QUIEN CORRESPONDA ¡ESTRELLA YA!!!!!!!

Qué ganas de volver…

PD: Si queréis ver la descripción de los platos junto a las fotos, está aquí: https://www.verema.com/blog/puck/970447-restaurante-salita-estrella-michelin

  • El Champagne de Gazpacho Andaluz

    El Champagne de Gazpacho Andaluz

  • El Purito

    El Purito

  • El Tenderete

    El Tenderete

Ya son dos veces que he podido disfrutar de una cena en La Salita. No comentaré el menú ya que cambia cada 1-2 semanas, pero como comentario general diría que en casi todo hay una muy buena combinación entre creatividad, presentación, y (lo mas importante) sabor. El anteriormente comentado "Tenderete", "Cafe con pastas", etc son simplemente sorprendentes pero a la vez deliciosos. Y todo teniendo en cuenta que el precio del menú ronda los 37€.

Soy muy aficionado a los DOC Priorat, y agradece ver tantas opciones en la carta, muy inusual para un restaurante tan (relativamente hablando) económico. Las dos veces opté por el Ferrer Bobet 2009 (aunque pone 2007 en la carta), el servicio de vino es superlativo, al nivel de cualquier otro restaurante que he conocido (que incluye dos y tres estrellas)

En general la atención es exquisita sin pasarse, muy amables todos. Quizás la única pega que pondría son los baños, limpios pero un poco necesitados de una reforma.

Fui la primera vez porque había leído tantas cosas buenas aquí en Verema. Volví porque superó con creces todas mis expectativas. Y Volveré porque para mi es el mejor restaurante en cuanto a RCP que he conocido en mi vida.

Vale la pena probar La Salita. La calidad de la comida, de la preparación y de la presentación son más que buenas en relación al precio que se paga. El servicio es atento y adecuado. La carta y el servicio del vino son suficientes para acompañar los menús. Apunta muy buenas maneras.

Como colofón a la celebración de mis 40 años viajando gratuitamente alrededor del sol, nos apetecía darnos un último homenaje mas íntimo por lo que decidimos comer en La Salita.
Era nuestra tercera visita, la última fue hace dos años, y siempre me pregunto "¿¿cómo en un restaurante de esta categoría resulta fácil reservar y nunca está a rebosar??". Era viernes santo, que tal vez es un día un poco raro... pero sigo sin explicármelo. De todas formas, su "tranquilidad" incrementa su encanto y se puede disfrutar aún más si cabe de este creativo equipo tan GRANDE que creo opta fundamentalmente por el mecanismo del "boca a boca" para hacerse conocer, cosa que en mi opinión le otorga un plus de credibilidad, por otro lado sobradamente ganada.

Nada más entrar nos recibió Jorne con su simpatía ofreciéndonos elección de mesa y guardando nuestros abrigos en el armario lo que hace que, cuando aún ni te has sentado, ya te sientas mimado.

Sobre la mesa una gran piedra con varios crujientes tipo... "pan de gamba"... según nos indicó Jorne de tres variedades: arroz, lentejas y algas. Ideal para ir picando mientras tomamos una cerveza.
Tras la pertinente pregunta acerca de alergias o intolerancias a algún alimento... comienza el festín:
Nos dieron a elegir entre cuatro tipos de pan, pero solo recuerdo los que escogimos: pan de hojaldre (en su punto) con hierbabuena y pimentón y pan de queso con nueces de macadamia (de miga blanda esponjosa empapada del sabor de sus ingredientes)
- TENDERETE (adjunto foto), con una presentación original y divertida que constaba de 6 pinchos que voy a intentar recordar de la mejor manera posible:
~ Chip de patata con sardina. Un clásico de La Salita que además de estar buenísimo me gustaría ver cómo hacen para meter la sardina de esa forma tan particular en la patata.
~ Hamburguesa de sepia, pinchada en palo a modo de piruleta rebozada.
~ Cucurucho crujiente relleno de salmón marinado con caviar de naranja. Intensa suavidad.
~ Cuchara con migas de bizcocho de hierbabuena y de aceitunas negras. Puro Mediterráneo.
~ Patata rellena de pulpo y yema de huevo. Sabroso y muy original!
~ Bombón de foie con gelatina de café sobre tosta. Sublime combinación.

- Salpicón de gambas a baja temperatura con caviar de manzana verde. Sobre una base de un sabroso salpicón casi en "picadillo", dos exquisitas y jugosas gambas con un picadillo de perejil y ajo y sobre ellas el caviar. Un pecado indescriptible para los amantes del salpicón.

- Vitello Tonnato con copos de caballa ahumada. La primera capa de salsa de azafrán, seguida de una base de pepinillo y sobre ésta una tosta de aceite, a continuación los vitellos con un potente sabor a ternera buenísima, todo ello regado con una salsa de atún y con unos curiosos copos como finísimas hojas que nos informaron vienen de Japón. Impresionante contraste de sabores.

- Arroz negro con calamar y ajitos tiernos, acompañado de salsa verde y aire de vermouth blanco. Perfecto punto de cocción del arroz. La salsa verde con un toque picante estaba elaborada a base de perejil tailandés y hierbas aromáticas. Este plato iba acompañado de copita de Champagne de gazpacho andaluz, curioso, original e impactante. Hay que verlo para creerlo. Servido en copa de champagne y con la apariencia del mismo, sorprende acercarlo a la nariz y oler un auténtico gazpacho, pero aún sorprende más probarlo y notar ese característico sabor a gazpacho andaluz. Lo dicho, impactante! Me encantaría poder pasar un par de días en esa cocina para ver cómo consiguen estas creaciones tan sorprendentes.

- Granizado de gin tonic servido en una pequeña copa triangular. Muy refrescante. Un clásico intermedio de La Salita para hacer una pequeña pausa.

- Pato ahumado en frío con purrusalda trufada. Sorprendente presentación, aroma y sabor. Al levantar la tapa del plato se libera el humo con aroma a leña y que ha penetrado en los ingredientes dejando su impronta. El pato acompañado de habitas, espárragos y sabrosos champiñones, todo ello con un agradable aroma y sabor ahumado.

- Solomillo ibérico de cerdo con puré de raíz de apio. Bañado en una salsa de pasas y chorizo y acompañado de cristal de patata y migas de pimentón. Sin palabras!

- FERIA DE POSTRES, con nada más y nada menos que 7 variedades distintas de minipostres por persona:
~ Taza con coulant con bola de helado de chocolate blanco. Espectacular fusión de chocolates, texturas y temperaturas.
~ Mousse de Baileys con frutas del bosque sobre base de galleta mantecosa.
~ Tiramisú.
~ Bombón de chocolate blanco relleno de mousse a base de verduras.
~ Bizcocho con crema de fruta de la pasión y láminas de fresa. Destacar el gran sabor de las láminas muy dulces y crujientes.
~ Crujiente de chocolate con frutos secos.
~ Tarta de zanahoria y coco sobre base de galleta y mantequilla. Me encantó!
Una espectacular y saciante feria que combinaba todo tipo de sabores. Como aconsejó Jorne para dejarse llevar y tomarlos sin orden establecido combinándolos a nuestro antojo.

Con los postres tomamos un vino dulce Tintoralba, caramelito puro.
Buenos cafés.
Respecto a la bebida yo tomé cerveza, como siempre, pero probé las copas de vino que Jorne recomendó a mi marido con muy buen maridaje. Para la primera parte un aromático y fresquito moscatel y para la segunda un tinto Terra Ancestre francés que acompañaba bien. Disponen de una extensísima carta de vinos de la que por supuesto no entendemos nada.

Mantelería, cristalería y demás muy correctas con cambio de cubiertos tras cada plato.
Emplatado original, divertido e impecable, con llamativa explosión de colores.
El local moderno y agradable con bastante luz exterior, y con vista parcial de la cocina, donde se ve lo que se cuece ;-).
Como música de fondo Jazz durante toda la comida, no es mi favorita, pero es adecuada para crear un entorno acogedor y tranquilo.
Servicio muy correcto, cercano y con rebosante simpatía, con una cadencia de platos perfecta.
El precio del menú son 37,50 euros (iva y bebida no incluidos).
Excepcional relación calidad-precio.

Al levantarnos Jorne apareció raudo con los abrigos, regalándonos el último mimo antes de salir de este MÁGICO lugar.

Como esto de la gastronomía se basa, además de gustos, en sensaciones, puedo decir que nuestra sensación fue de un máximo disfrute durante casi 3 hs., sensación de bienestar con una agradable conversación prácticamente centrada en cada plato, en cada aroma, en cada sabor, analizando cada uno de los ingredientes y compartiendo cada sensación después de cada bocado. Sensación de paz, tranquilidad y mimo. Sensación placentera que se siente cuando te dejas llevar, cuando consigues fluir durante horas sin prisas pero sin pausas y sorprenderte con cada detalle.

Gracias al equipo de La Salita porque en cada gesto y en cada bocado se transmite vuestra creencia y vuestra pasión en todo lo que hacéis. Es un placer que haya gente que nos cuide tanto y además disfrute haciéndolo con esmero.

  • El tenderete

    El tenderete

Me estreno en esta página para hablar de uno de mis restaurantes favoritos. Mi marido y yo habremos estado en unas quince ocasiones y todas han sido experiencias gastronómicas maravillosas. Tanto la recepción, como el servicio del vino, son de lo mejor que me he encontrado hasta ahora, así como el elaborado y original menú con el que nos sorprenden cada vez que vamos. El trato es casi familiar. Sergio nos acoje siempre con su alegría, optimismo y perenne sonrisa. Con el pasar de los años que llevamos yendo, nos hemos dado cuenta de que cada vez las noches están más completas, cuesta más reservar mesa, y al contrario que pasa en muchos restaurantes, la relación calidad/precio no sólo no disminuye, sino que es cada vez mejor.

La última vez que fuimos, fue el pasado San Valentín. Como siempre, nos sorprendieron con un inicio paradójico: Pastas de té. El resto del menú no lo recuerdo, porque como ya han referido en otros comentarios, éste varía cada semana.

Para quién lea esta reseña, y nunca haya estado, decidle que a La Salita hay que ir con calma, tiempo, y ganas de disfrutar de una magnífica experiencia. Sin prisas, sin móvil, dejando al otro lado de la puerta todos los problemas y preocupaciones, pues hay que cenar concentrado, como si de una buena película se tratase, para poder captar cada uno de las sensaciones que provocan sus bocados, para degustar con deleite y evocar lo que yo he evocado con muchos de sus platos: reminiscencias de mi infancia, de comidas familiares, de veranos inolvidables. Se trata de un menú vanguardista, original, sinestésico, un festival de órdago.

Un consejo: Regad la cena con un buen champan francés, que es lo que últimamente venimos haciendo. Y para comenzar, como aperitivo, una copita de Kir Royal, por ejemplo.

¡Seguid así! Volveremos en abril.

Acudimos invitados por un premio que concedía una bodega, así que sólo pagamos 16€ pero el coste total fue de 116€.
El local es muy bonito, decorado con las últimas tendencias, la separación entre las mesas es buena, el sonido ambiental muy sutil, la vajilla correcta; un pero, la luz ambiental es muy tenue, y el tipo de platos que sirven, merece una luz que permita verlos bien.
La atención es más que correcta, El servicio del vino Impresionante (bueno, quiero decir que es como debería ser en todas partes, pero que no lo es nada más que en cuatro lugares)
El menú(degustación)es complejo, divertido, sorprendente, y si he de poner alguna pega se debe a mis gustos personales, no al plato en sí. Me gustó todo,¡si hasta tomé los postres, y no lo suelo hacer!
No creo que sirva relatar todos los platos, ya que el menú (37'50 €)cambia con mucha, mucha frecuencia, pero recuerdo especialmente el arroz con copos de atun?...Espectacular.
Repetiré, y desde luego, lo recomiendo. Abstenerse los amantes de la cocina tradicional o de producto, aquí hay creatividad!

Cuarta visita a la salita, esta vez en el reservado en una mesa con 10 amigos más. Las buenas vibraciones empiezan ya con la reserva via telefónica hace dos meses (por aquello de ser fallas), el envió del menú por sms, etc...

Nos sentamos a las 15.15 h. y abandonamos la sala a las 19.00 sin ninguna sensación de estar molestando o de prisas por echarnos. Pequeños grandes detalles como éste son los que les hacen especiales.
Cervezas para empezar (el día lo pedía a gritos).

Menú:

- Selección de snacks El tenderte: un "tenderete" para cada dos con chips de sardina (un clásico de la casa), boquerones fritos, bombón de queso azul, pastel de olivas, cucurucho de tartar de salmón y patata con pulpo y yema de huevo. Geniales todos especialmente éste último, a mi gusto.

- Nuestro bocata de atún con con olivas: reinvención de un clásico con una presentación espectacular y un sabor contundente. Gustó mucho.

- Gazpacho burbuja: presentación ya comentada en otros posts: aparentando ser una copa de cava se presenta un gazpacho andaluz buenísimo.

- Esgarraet con bacalao a baja temperatura y crujiente de pimienta de schezuan. Uno de los mejores platos. l'esgarraet (verdutitas tipo escalibada pero en trocitos mucho más pequeños) estaba buenísimo así como el bacalao en su punto óptimo de sal.

- Capuchino de tomate con globo de queso de cabra: delicioso aunque, a mi gusto personal, el plato menos selecto, quiza por la suavidad del queso (me encantan los quesos fuertes).

- Granizado de GT (otro clásico.

- Rissoto de setas, alcachofas, jamón de pato, foie y teja de parmesano: espectacular. Junato al bacalao, los platos que más me gustaron. Contundente y con un punto de coción extraordinario.

- Estofado de rabo de toro con puré de reineta a la vainilla y migas de pimentón: muy rico y bien presentado (tipo terrina o pastel de carne). De nuevo destacar lo sabroso que estaba.

- Seleccion de 6 pequeños postres y taza de couland de chocolate con espuma helada de crema inglesa: Los postres estaban buenos pero destaco la taza sobre los demás: muy muy rica.

Me gustaría mencionar la calidad de los panes variados (aceite y sal, nueces de macadonia, olivas negras...) y del café. Están a la altura del resto de comida.

Bebimos, a parte de las cervezas, 2 botellas de un champagne que nos recomendó David, tres de un tinto del Priorat que nos aconsejó Jorgen (si alguien del equipo lee el comentario, agradecería que comentaseis los nombres) y dos de Jaros como capricho personal pues hacía años que no lo probaba y guardaba un buen recuerdo de este vino. Para los postres también nos invitaron a una botella de vino dulce que tampoco recuerdo (muy torpón). Envinado, cambio de copas, decantación, servicio... todo a la perfección, así como la carta y las recomendaciones fuera de ésta.

GT de G-Vine con fever tree para todos, chupitos de orujo...

Mención especial para David y Jorgen que nos hicieron sentirnos a gusto, sin actitudes altaneras ni servilistas, cercanos, para nada postizos. Geniales. Y, por lo leído en comentarios anteriores, enhorabuena a Begoña, la cocinera por darnos tan bien de comer. Guardaremos un grato recuerdo de las fallas 2012 ligado siempre a La Salita.

  • Bacalao

    Bacalao

  • Bocadillo de atún

    Bocadillo de atún

  • El tenderete

    El tenderete

La Salita was a bit like I had expected: Very modern and inventive food, but not much intensity in the flavour.
My grade for the cooking goes mainly for the inventiveness and the beautiful presentation. For instance I was giving a glass of something that looked like champagne or cava, but it was actually gazpacho where they had taken out the colour and then added bubbles. The first course was called coffee and cakes. It was actually a cup of tomato soup, goat cheese resembling cream, and several small savoury dishes that looked like cakes.

I had eight courses, but I didn't see much flavour in the first five courses. The risotto, however, was very good, and had an intense flavour of thyme (thyme being one of my favourite spices), just like a risotto should be. Personally I would have put in mascarpone, as that will give any runny or dry risotto (this being runny) the perfect creamy consistency, but that is really a minor detail and just my personal preference. The mild duck liver and duck ham in the risotto couldn't quite cut through the intense thyme flavour, so those ingredients unfortunately became a bit superfluous in the dish as a whole. Nevertheless, very good.

The pork dish was also good, but still just a bit too mild.

The dessert was, once again, coffee and cakes. The coffee was a chocolate fondant in a cup with a scoop of vanilla ice cream on top. The ice cream was a little bit too frozen, but the chocolate fondant was EXACTLY the way a chocolate fondant should be: Crispy on the outside and warm and runny on the inside, but most importantly: The chocolate flavour was very intense. Great!
The rest of the dessert was also nice and pleasant, but it didn't really make me feel anything. That said, this dessert was in part somewhat similar to the dessert I had at Pierre Gagnaire's very expensive three star restaurant in Paris, and those small desserts he presented wasn't much different (or any better) than the ones at La Salita (however, Pierre Gagnaire's dessert came in several servings, and for instance his liquorice ice cream is the best liquorice ice cream I've ever tried).

Service was also good, but not as pampering as in Michelin star restaurants. It's just small details that make the difference: Pouring up water the minute my glass is empty, putting all the plates for all the guests on the table at exactly the same moment (as for instance was done at Kokkeriet in Copenhagen and Daniel in New York), asking me if I want another bottle of water and so on. Just details – there was nothing wrong with the service, very friendly and talkative. Both the service and the interior reminded me more of a café than a top restaurant. I take it they have started out recently, and are still trying to find their path.

It wasn't really very clear to me if the restaurant had already paired the menu with wine, but I asked for just a glass of white and a glass of red, and unlike at La Sucursal and Sangonereta they didn't ask me to try several wines or asked for my preferences so I could see which one I liked best, they just served me something. That said, the white wine was probably the best Spanish white wine I've tried so far (which doesn't say much), so that was definitely a good choice.

Value for money: 8 courses and a loaf of bread for €40,5, but no appetizers, which there usually is in this type of restaurant. That said, the price in similar restaurants is usually around €50-€60 for a menu + wine, bread and water, so you get what you pay for both places. I do feel that the price was very reasonable. The wine I had was €3,24 per glass, and half a litre of water was €2,16. Total bill: €40,5 for the food, 2 x €2,16 for water, 2 x €3,24 for wine = €51,30 for one person.

I don't like spicy food at all, but I like intense flavours. Seeing how Spanish people cook, and seeing what food the restaurants serve, it seems to me that Spanish people prefer mild food. Therefore, I would say that La Salita would be very good for Spanish people who want to try "fancy" cooking without paying as much as in for instance Riff, La Sucursal or Ca'sento. It probably would not be so good for people who are used to going to Michelin star restaurants. For them I would still recommend Sangonereta.
La Salita clearly have ambitions, and if they stay as ambitious and inventive, and maybe put a little more flavour into the food, they will eventually gain a Michelin star.

  • Squid covering langoustines. Caviar made of orange

    Squid covering langoustines. Caviar made of orange

  • Risotto with thyme and duck liver and duck ham

    Risotto with thyme and duck liver and duck ham

  • Fish wrapped in sea weed

    Fish wrapped in sea weed

Premios Verema

  • premio_verema
    Nominado a mejor Mejor tratamiento del vino
    2016

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