Restaurante La Salita en Valencia
Restaurante La Salita
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:
Vino por copas:
Precio desde:
26,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
58 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.3
Comida COMIDA
8.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.6
ensalada de encurtidos
cocteleria
terraza
salida terraza
entrada
edificio
"Árbol de los petit four", tras el que se vislumbra la nueva decoración del local.
Sergio Rodrigo, gran profesional de sala, creciendo.
Espectaculares emplatados (todavía más espectaculares) en esta nueva etapa
Carabinero y su jugo picante
Raya, holandesa, coulis de estragón y zanahoria en texturas
Tiara de encurtidos y salazones
Sardina braseada, aguacate ahumado y cebolla fermentada
Trucha ahumada, manzana y almendra
Bodega
Postres y arbol de chuches
Surtido de quesos franceses
Caviar vegetal, Anguila ahumada y Cabrito confitado
La tiara, Raya, Carabinero y Arroz de sepia bruta
La Barraca, Trucha ahumada y Sardina braseada
vino
Melocotón, albahaca y yogur
Cochinito, cochinita y tavelles
Degustación de arroz negro, pulpo seco y all i oli
fideuá de plancton
bacalao y guisantes
Guiso de garrofones, pure de topinambur con esferas de queso idiazabal
Langostino, endivia y alcarchofa con salsa de almendras
Ensalada de salazones y encurtidos con aceite de albahaca
Maravillosa concepción y ejecución.
El acompañante perfecto...
Maravilloso arroz...
Arroz cochinita pibil
Parpatana glaseada con jugo de caballa y manitas, con salteado de pepino agridulce
Ensalada de encurtidos y salazones
Castaña de tiramisú de turrón
Rabo de toro
Tenderete de postres
Huevo a baja temperatura con polenta
Allipebre de plancton con bacalao
Salmón con ravioli relleno
Lingote de foie
Ensalada de mojama de verduras
El árbol de la vida
Castaña de tiramisú de turrón y Petit Fours
Pichón, canelón y ciervo
Ensalada y arroz
Fruta de la pasión con corazón de yogurt
Raviolis invertidos
Snacks, vermouths y vino
Tenderete de postres
La casita de caramelos
Hamburguesa de Toro con Patatas Deluxe
Burritos de salmón marinado casero
Preciosa y tranquila terraza
Feria de postres
Carrillera de buey
Tartare de Salmón marinado
El Champagne de Gazpacho Andaluz
El Purito
El Tenderete
El tenderete
Bacalao
Bocadillo de atún
El tenderete
Squid covering langoustines. Caviar made of orange
Risotto with thyme and duck liver and duck ham
Fish wrapped in sea weed
Versión de Olla valenciana flotante
Purito de embutido
Café y Pastas.
caballa
olla
delicias
Feria de postres
Terrina de foie con queso de cabra y manzana grand smith con brioche de frutos secos y pimienta de sichuan
Tapitas saladas
El puro.
Gambas a baja temperatura
Foie mi cuit.
Los postres
Corvina
El bocata Almussafes
Los raviolis de rabo de toro...uhmmmm¡¡¡
Postres.
Rabo de toro estofado...
Milhojas de foie,manzana y queso de cabra.
bacalao con humo de albahaca
Jugando con el Iphone
raviolis
El bombón
pos-tres
Arroz a la cubana "La Salita" style
Mac Foie
El bacalao... por añadir una crítica...se nos quedó algo frío y la pasta la hubiera preparado más fina...
Caballa, un pescado cenicienta... aquí como una reina!
Turrón de foie y avellanas
Opiniones de La Salita
OPINIONES
294

Nueva visita del Grupo de Catas Valencia a este excelente local, y creo que ya van tres. En esta ocasión no pudo recibirnos Begoña, tampoco estaba Jorne, pero desde luego Sergio se ocupó de que todo rodara como siempre, es decir, estupendamente y en los fogones se nota que las lecciones están bien aprendidas y el excelente menú estuvo una vez más a gran altura:
- El árbol de la vida: Original presentación, trataremos de subir fotografías al blog, pequeños bocados de varios sabores ideales para empezar, original y muy bueno.
- Ensalada de salazones y encurtidos: Otra presentación curiosa por la forma del recipiente, fresca y original ensalada con fusión de sabores muy interesante.
- Salmón marinado con velo de espinacas glaseadas y crema de hinojo: Muy buen salmón marinado con el sabor potenciado magistralmente, muy rica la crema de hinojo.
- Tabelles, pasta fresca de plancton y pesto marino: Sin palabras, para mí quizá el mejor plato de la noche, fresco, sabroso, lleno de matices, una manera muy especial de conocer el plancton.
- Granizado de Gin Tonic para refrescar y seguir, siempre rico.
- Puro relleno de embutidos de Xirivella con salsa de chorizo: Otra arriesgada propuesta y presentación de buen comer.
- Degustación de risotto de pato y setas: Estupendo arroz, buen punto, gran sabor, otro de los grandes triunfadores de la noche.
- Guiso de rabo de Toro con guisantes frescos en su jugo: No soy mucho de carne pero el plato estaba muy bien, en especial el jugo que acompañaba la carne.
- Castaña de tiramisú de turrón: Explosión golosa de sabores, un nombre tan corto para tantas sensaciones.
- Petit fours versión tenderete: Siempre un placer para acompañar el café.
Mesa amplia, buenas copas y vajilla, además rico pan, café y lo dicho, excelente servicio de sala y atenciones contínuas por parte de Sergio y el resto del personal de la casa. Una vez más una gran experiencia en este gran restaurante que nos hace sentir muy cómodos.
El precio no incluye vino, que lo aportamos nosotros.

Vaya alegría! Nos tocaron 100 € en la pedrea de Navidad y lo primero que me pasó por la cabeza fue: vamos a comer a La Salita!! Y así lo hicimos!!

Reserva con una semana de antelación por si las moscas... Local completo como curiosamente no lo había visto nunca. Algunos cambios en la decoración combinando madera y cuerda pero sin estridencias.

Menú sobre la servilleta, como siempre, detalle que me gusta y agradezco mucho. Además, esa piedra que te espera en la mesa con los crujientes snacks. Ñam, ñam!

En esta ocasión los aperitivos colgando de "El Árbol de la Vida". Los típicos Chips de sardina que me pirran y... cómo logran hacerlos? Yo quieroooo!; Cherry con salpicón de pulpo, jugoso bocado; Cono de brandada con esferificación de pimiento, pero qué currada! y Bombón de queso azul con chocolate blanco, simplemente impresionante. En una bandeja aparte dos aperitivos más: Caballa marinada con salsa agridulce, espectacular de sabor, vistosidad y textura y con esa especie de salpicón con minúsculos y coloridos taquitos de verduras "muy Begoñita", tal como ha definido ella en alguna ocasión, y Bombón de foie montado sobre una galleta, uuuuhhhhmmm!

~ Ensalada de salazones y encurtidos. Sublime combinación a tope de sabor, color e ingredientes, tantos que soy incapaz de enumerar: migas de bacalao, cebolleta roja, tomate, daikon, mostaza, pesto, etc. ME EN-CAN-TÓ!!

~ Arroz de marisco con gamba a baja temperatura. Cubierto por un rico y divertido crujiente, creo recordar de perejil con camarones, aparecía la gamba con todo su esplendor, qué sabor pofavó! y bajo tan suculento crustáceo el arroz en un punto perfecto de cocción y con ese toque de la mahonesa de cítricos... Tremenda invasión de genuino sabor a mar.

~ Granizado de Gin Tonic. Un clásico kit-kat.

~ Terrina de pichón y mahonesa de mero. Nuevamente esa explosión de sabores y esos ingredientes tan elegantemente desmenuzados. Exquisito!

~ Canelón de cocido navideño. Sobre un puré con sabor a auténtico cocido descansaban tres trocitos de canelón y una mini-yema al centro. El relleno del canelón muy especiado, jugoso, diferente e increíblemente bueno. Además unos champiñones y unos tirabeques laminados que le daban un toque muy fresco. Y es que mira que me gustan los tirabeques!

~ Filete de ciervo con salsa de foie y trompeta de la muerte. Una base de una especie de tortilla de cebolla de las de "póngame unas cuantas" con dos tacos de carne más tiernos de lo que parecían. La salsa entre dulce y ácida completaba el plato. Muy buen colofón para esta carnívora.

Y como postre, Castaña de tiramisú de turrón. Simulando una gran castaña y bajo su cobertura de chocolate aparecen unas bolas de yogur cubiertas de turrón y un fino tiramisú. En mi opinión, un postre perfecto y golosa que es una, pues ya está el lío armao!

Finalmente, los Petit Fours en su versión Tenderete que incluía: una Galleta de jengibre con forma de muñeco, crujiente y muy rica; Financier de almendra con chocolate dominando el fruto seco; Macaron de lo que me pareció frambuesa, curioso montaje relleno de cítrico sabor; Lionesa de manzana, diminuta y sencilla y Bombón de chocolate decorado con sus graciosas margaritas de azúcar.

Pan variado para elegir. Nos decidimos por uno de cristal y otro de hinojo.

Para beber empezamos con cerveza y seguimos con ella, salvo una copa de Rioja que se tomó Fer con las carnes.

Servicio algo más serio y desbordado de lo normal, aunque en sala también estaba el siempre sonriente Jorne pendiente de que no faltara nada. En esta ocasión, también Begoña se asomó tras acabar en la cocina y tuvimos ocasión de charrar con ambos. Genial!

Siempre es un placer para los sentidos disfrutar del mágico espectáculo que ofrece Begoña en su Salita. Pero si además sigue sumando, mejor todavía! Suman y multiplican, crecen y se hacen grandes, cada vez más grandes. Un menú cada vez más redondo donde se palpan altas dosis de imaginación, creatividad, ilusión, esfuerzo, ganas de agradar y muchas horas de trabajo. Imagino que un sueño cumplido. Si me permitís un consejo, porque a veces los sueños se cumplen, porque los sueños no siempre sueños son y porque soñar es gratis... No aparquéis vuestros sueños!!! ;-)

  • Castaña de tiramisú de turrón y Petit Fours

    Castaña de tiramisú de turrón y Petit Fours

  • Pichón, canelón y ciervo

    Pichón, canelón y ciervo

  • Ensalada y arroz

    Ensalada y arroz

Nueva visita pero la primera después de ser Top-chef y con la servidumbre que ello acarrea (más fotos que en toda la década anterior) pero con una sonrisa, no solo de profesional de los medios, si no que nace de la satisfacción profesional.
Local lleno, no, lo siguiente. Necesidad de más gente contratada en la sala que cumple bien.

Mantiene su identidad que le ha hecho triunfar pero se nota un fondo de progresión, no ya en el emplatado, que algo también (mucho mejor el árbol de la vida que la casa de los caramelos), pero sobre todo en el fondo de los platos, en el punto final de los caldos... en el corazón del plato. Y además todo ello,se traslada al comensal.

Para beber: aparte de un poco de agua, el vino tenía que ser blanco para que gustara a todos; empezamos por un blanco complejo Els Bassots 2010, un vino de la Conca Barberá que es imprescindible conocer. Tanta complejidad asustó y continuamos con algo facilon: Kientz gewürztraminer 2012 (cedí mi apuesta de Viognier). Nos desquitamos en el postre en el que el consejo local de una garnacha dulce con sabor a compota de granada nos hizo venirnos arriba con 3 copitas para los 4 comensales. Muchos cambios en la carta de vinos desde la última vez (o al menos de lo que recuerdo) y actualización de precios que no me dió tiempo a valorar. por culpa del retraso de Iberia y llegar a cenar a las once de la noche.

Se mantienen las bases del local: menú cerrado y presente en el mantel, mesas cómodas, cubiertos, gran profesionalidad, incluido el servicio de vino en las copas con su envinado, ambiente, etc.
El pan un poco más compacto de lo habitual (la levadura, la humedad, ??).

Iniciamos con esos chips marca de la casa y cada vez me gusta más el de algas aunque mi familia no me dejó casi probarlos por estar aparcando aún. Unos aperitivos de la casa muy correctos.

El árbol de la vida, gran sustituto de la casa de los caramelos, con algo más de elegancia y manteniendo originalidad: todos buenos pero destacaría a algunos integrantes conocidos como el chip de sardina que sigo preguntándome como se hace una lámina tan pequeña para sujetar el trocito de sardina; sabroso y siempre interesante; el cucurucho crujiente (crujiente como nunca) y también el queso azul que ha ganado un matiz de elegancia y que desde luego hay que tomar al final porque se comería el sabor de todos.

Seguimos con salmon con crema de hinojo: gran calidad de salmon y ravioli de gran suavidad en la boca. Aquí se nota un cambio respecto a otras presentaciones de salmon, ganado en complejidad de los elementos acompañantes y con una calidad de salmon elevada.

Viera con esferificación de calçots con base de crema de almendras y virutas de trufa. Plato de temperada de calçots y trufa, por tanto muy apropiado y que todo ello andaba integrado y ligado por esa crema de almendras (¿guiño al turron de navidad?). Un plato con esa esferificación (¿homenaje a su paso por Top-chef?).
Cambio de tercio con granizado de gin tonic, identidad de la casa, que ya en las últimas veces había ganado en sabor y finura del granizado. ¿Ya llega momento de evolucionar sin perder identidad?

Entramos en risotto de setas, foie y alcachofas: gran plato, un fondo profundo de sabor, un punto de risotto más de arroz meloso sin romperse (esclatar) con una cucharada de placer cada vez. De los mejores arroces allí probados. La decoracion: una espuma de vino de Madeira que le da un punto de cocina top-chef.

A continuación la olla de Sot de Chera, guiño familiar y a la cocina tradicional: un señor caldo de puchero sobre esas albóndigas de carne de cocido con sus garbanzitos (calidad 100%) al dente (para algunos quizás demasiado), sus tirabeques y su huevo de codorniz en frío. Quizás esas albóndigas necesitan un poco más de cremosidad en boca porque contrastan con la suavidad y elegancia de los otros elementos. ¿O quizás son así para eso?.

Aún faltaba el magret de pato con patata confitada y salsa de frutos rojos, decorado con crujiente de tubérculos. El magret casi crudo, muy poco marcado (para mí ideal). Me gustaría otro acompañante: además de que yo no soy de patata, porque creo que no le favorece al magret, que por otro lado está muy tierno y sabroso.

Postres: castaña de tiramisú de turron (¡es navidad!). Más que castaña , es la madre de las castañas. Desde luego no te va a parecer minimalista, porque es una buena ración. Bien presentado, muy bien estructuradas y diferenciadas las capas. Contundente.

Para finalizar los petit fours y su presentación clásica en tenderete que es imposible no hacer foto aunque hayas ido diez veces. Las galletas de mayor tamaño de lo habitual les añadiría (para mi gusto) algo más de gengibre. El resto son un auténtico capricho de bocadito dulce y destacaría la mejora del macarrón e chocolate.
Sin cafés ni GT porque son más de la una de la madrugada. Lo sustituimos por un rato de amable conversación con Begoña que pudimos robarle de tiempo. Un gran final para una gran comida.

Muchas interrogantes que son señal de que el profesional quiere hablar con el comensal, que hay que escuchar a la orquesta y como lo interpreta. Eso dice que la cocina transmite y llega.

Personalmente creo que sigue evolucionando, con un buen empujón por la intensidad de lo vivido y la experiencia ganada en Top-chef.
Ha ganado en cocina, ha ganado en personalidad, ha ganado en relaciones, ha ganado en satisfacción interior, ha ganado una gran oposición: demostrar al mundo que vale; todo ello se le nota.
Lo que no cambia es que sigues saliendo satisfecho de la experiencia vivida.

Ahora quizás está a punto para saltar y expresar todo ese potencial interior. Grandes bases para dar el salto hacia la estrella.

Hacía casi 2 dos años que no quedábamos con unos buenos amigos, hacía ya casi un año que no visitábamos la Salita. Llegamos un poco pronto, justo para ver levantar la persiana a las 14:00h. Estábamos ilusionados, el reencuentro. Tras acomodarnos en una bonita mesa, al lado de una ventana, tomamos cervezas y finos mientras ojeábamos la carta de vinos y tomábamos unos snacks de galleta de cacahuete y otro de crujiente de algas y comino (mi preferido). Carta de vinos trabajada, con muchas anotaciones y actualizaciones, viva, llena de referencias que están en mi lista de los deseos. El local es acogedor, bonito efecto el de las dos alturas, con el toque cálido de las maderas y las cuerdas en la columna. Los sillones son muy cómodos y las mesas amplias. Copas Stölze, Schott,… siempre gama alta. El menú constaba de Aperitivo: “El árbol de la vida”, dos entrantes: “Caballa en agridulce” y “Vieira, Calçots, trufa y crema de almendras”, pausa a base de “Granizado de Gin-Tónic”, Principales: “Risotto de setas, foei y alcachofa”, “ Deconstrucción de olla de Sot de Chera” y “Cinta de Ciervo”. Como postre “Fruta de la Pasión” y como colofón” Petit fours versión tenderete”. Decidimos pedir maridaje y dejar a la sabia elección del sumiller la elección de los vinos. Acertamos. En la Salita siempre se acierta. Es la segunda vez que pedimos el maridaje y siempre nos sorprende gratamente. De este modo tomamos: cava Masia Pau N 1 ( fresco, burbuja integrada, notas cítricas, heno y fondo de pastelería, muy fácil de beber), Fürst 2012 pur Mineral (riesling terpénico, con hierva fresca, cítricos y como su nombre indica: fondo mineral), Parotet 2011 (nuestro reencuentro con Celler del Roure. Vino sincero, honesto, auténtico, lleno de fruta, que te lleva desde las fresas con nata iniciales para abrirse y llegar a la ciruela pasa. Fondo balsámico. Nos encantó.) y para el postre un Titoralba Dulce de garnacha tintorera (compota de frambuesas, equilibrio entre azúcar y acidez, muy grata sorpresa). Lo dicho: un acierto.
Muchos en este foro han descrito algunos de los platos mejor de lo que yo lo haría, por tanto tan sólo voy a destacar los que creo que son nuevos, al menos para nosotros:
“Árbol de la vida”. Klimt, nuestro pintor favorito. Bonita composición de entrantes, con algunos que creo que ya estaban presentes en “La casa de los caramelos” pero que nosotros no recordábamos haber probado. Siempre cuando me preguntan sobre si tengo alergia a algún producto, o alguna peculiaridad antes de iniciar un menú, muestro mi objeción al queso azul. Simplemente no lo tolero, no me gusta ni tenerlo cerca. Pues bueno, se me olvidó decirlo…y allí estaba un precioso bombón de queso azul y chocolate blanco. Decidí probarlo…y jamás pensé que me pudiera gustar tanto algo hecho con este producto. Esa fresco, suave, una mezcla de sabores que daba como fruto algo nuevo y delicioso. Pensé: “sólo por probar este bombón vale la pena venir ”, pero entonces llegó el bombón de foei, y se superó lo insuperable. Esa es la magia de la cocina, la alquimia, conseguir hacer cosas nuevas, romper prejuicios, barreras, destilar la esencia de un producto y ensamblarlo con la esencia de otro, para dar… otro distinto. Sacar lo bueno que hay dentro de todas las cosas y hacerlo mejor.
Destacar también:
-Caballa en agridulce: muy buen trabajo. Delicado sabor y textura.
-Vieira, calçots, trufa y crema de almendras. Otro juego de texturas, para un sabroso resultado, envolvente. Repelando con la cucharilla hasta dejar la vajilla limpia. Qué bueno!
-El risotto: preciosa presentación, como si fuera una flor exótica. Arroz en su punto, mucho sabor. Maravilloso.
-La olla de Sot de Chera: creo que he de visitar ese pueblo! Respeto a la tradición, cocina con raíces. Respeto mucho a quienes nunca pierden el norte e incluyen platos con tipicidad evolucionada, estudiada y ensalzada. Más que bueno, extraordinario.
Todo esto y más con un servicio impecable, un ritmo y una simpatía por parte del personal de sala que denota su nivel de complicidad, orgullo e implicación en el proyecto. Cuando te presentan un plato con una sincera sonrisa de oreja a oreja, uno se siente afortunado de ser comensal.
En el café pudimos hablar con Begoña, felicitarle por trabajo y su más que merecida popularidad televisiva. Recordamos nuestras anteriores visitas: cuando mi esposa estaba embarazada y el menú se ajustó perfectamente a los requerimientos de su estado para poder disfrutar al máximo, y así fue. Por eso volvimos, ya con nuestro hijo, otra pareja y otros dos bebés. Todo fueron atenciones. Y dijimos que volveríamos y volvimos. Y decimos que volveremos y lo haremos. Porque sabes que en La Salita se va disfrutar de la mesa, del vino y del servicio. Porque si se lo recomiendas a un amigo para una cita, sabes que no va a fallar. Porque sabes que es un privilegio tener un restaurante así en Valencia. Porque tiene una RCP imbatible. Porque el trabajo, el talento y la honestidad se ha de pagar con fidelidad. Maravilloso reencuentro. Lo dicho, volveremos!

Por no redundar, el comentario completo -desarrollado e ilustrado con fotografías- se puede encontrar en la sección de blogs de Verema o acceder directamente a él pinchando este link:

https://www.verema.com/blog/blog-m/1140265-restaurante-salita-top-contrastes

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Con ganas de volver tras el estímulo televisivo de ver a Begoña, una buena excusa para quedar a cenar en La Salita, aunque sea cena de trabajo y aunque los 6 ya éramos veteranos en el local y eso quita caras de sorpresas con la llegada de los platos. Aún así hubo las inevitables fotos.
Local ya muy conocido y cuyos únicos cambios están más en el personal, donde parece que se está formando algo de equipo que permite no tanta dependencia de la chef, si bien la gente pregunta por ella (y no solo en nuestra mesa) pues parece que hay ausencias más frecuentes que hace meses; quizás la filmación televisiva en este verano ha hecho la necesidad de crear un equipo de trabajo que se nota que se va rodando.
Siempre se quiere cenar con el capitán del barco (capitana en este caso) pero alguna vez tiene que recargar las pilas sobre todo para mantener la parte creativa.

En la cocina se mantienen los emblemas de entradas con la casa de los caramelos y el tenderete de los petit fours, o mejor dicho, pastas de café (ni té, ni petit fours) más el intermedio del gin tonic en version granizada. También se mantiene la evolución descrita de mi última referencia en el sentido de evolución de los platos en la dirección de menos espectacularidad y más consistencia, complejidad y ensamblaje de elementos; ésto último puede hacer que alguien tenga la sensación de ser menos sorprendido de lo que esperaba. Ahí anda la búsqueda del punto medio de equilibrio perfecto.

Tema de vinos: en este caso no hubo polémica como en el comentario anterior entre costo alto o no alto, ya que se cerró precio (por tanto no elección de vino) por parte del organizador de la cena. Empezamos con algunas cervezas, entre ellas una Paqui Brauwn y cocacola de rigor. En vinos empezamos por un verdejo con algo más de interés de la media: Monsalve 2012; y con un tinto de Ribera de poco interés: Denébola roble. En el postre la situación mejoró con un Vi de Gel de Gramona de Gewurztraminer con un punto de frio algo menor de lo deseable sobre todo por el tiempo que vas a utilizar para beberlo, que se alarga y aumenta la temperatura, aunque lo ganas en aromas.

No hay que olvidar el aperitivo de los snacks de galleta de cacahuete (algo más densa de lo deseable) y el clásico crujiente de algas y comino, para mí, el mejor; con las cervezas clásicas de entrada, mientras se reciben las órdenes en cocina. Algo menos del 50% del comedor ocupado, curiosamente por casi todo clientes no españoles. Cambio de cubiertos y tipos de plato con cada producto. Panes más que interesantes: hinojo, cardamomo, cristal (muy bueno) y otro más clásico que no recuerdo.

Tema de comida: entrantes de la casa de caramelos. Siempre hace espectacular la presencia en la mesa de la casita de madera aunque lo cierto es que los productos andan un poco perdidos (sobre todo si es para 1 ó 2 personas) y no bien acoplados a unos espacios que no estan pensados para el contenido. Quizás hay que dar salto de calidad y sin cambiar la idea, mejorar el continente. En cuanto a lo importante que son los entrantes que van en la casita: hamburguesa de sepia, mousse de salmón, tartar de atún, bombon de foie, bolitas de no recuerdo qué y queso azul con chocolate blanco. Curiosamente me gustaron las que más conocía: el foie y el queso azul, aunque todas ellas son de gran nivel.

Menestra marinera: complejo ensamblaje de productos poco habituales a compartir el mismo plato. Buenas verduras en su punto, junto a berberechos al vapor con un caldo en el que destaca la presencia de vermouth blanco. Arriesgada concepción con buena resolución.

Salmonete con ñoquis de zanahoria y espinacas en su salsa. Es la salsa lo complejo de este plato, hecha con hígado del salmonete e hinojo, quedando un fondo demasiado intenso que tapa totalmente al pescado y eso que el salmonete no anda corto de sabor. Creo que demasiado intenso para que enamore en general.

Risotto con carpaccio de pulpo con crujiente de algas y camarones. Extraordinario plato: pleno de sabor, punto de arroz, presencia en el plato. Como dice Chicote me hubiera comido un pozal.
Un granizado de gin tonic nos avisa del cambio de tercio.

Cambio a carnes y al tinto y como el pichón no llegó, el pato pagó el pato, y aunque perdimos en elegancia, seguramente ganamos en sabor. El tatami perfecto de punto, marcado con su parte de mahonesa de mero y maíz y... tantas cosas que no eres capaz de retener cuando el jefe de sala te lo cuenta con un cariño como si fuera su mejor mentor. Muy buen plato.

Para rematar cochinillo con su jugo y frutas de verano. Una buena ración de cochinillo bien guisado con su acompañamiento de careta crujiente y pequeños dados de fruta que con su acidez y frescor contrastan con la carne grasa. Muy bien.

Postre: una auténtica bomba de fruta de la pasión cubierta de una fina capa de chocolate negro pone fin de forma brillante a la cena. Aquí se opta por una ración de buen tamaño en detrimento de la creatividad, más allá de un estético emplatado.

Las galletas del café (llamados petit fours) en su versión de tenderete me parece que aquí el continente mantiene muy bien el equilibrio entre espectacularidad y adecuado recipiente. Desde luego la galleta de jengibre con su pinza, sobre todo en grupos de tres comensales, queda muy estética y llamativa. Acompañan unos conitos de chocolate agradables sobre todo por el aporte de frío. Unos macarrones dulces, tres, del que destacaría el de violeta por lo original del sabor.

Unos cafés al final y acabar el vi de gel con los últimos comentarios de trabajo nos hace darnos cuenta de que aunque llegamos los primeros (la persiana aún estaba bajada) acabamos yéndonos de los últimos. La sensación es de que aunque no estaba Begoña, ni su marido, (ni su hijo), el timón llevaba buen mando y los grumetes estaban bien entrenados.

Fecha Visita: 18/07/2013

Raro, curioso, inesperado, … son los palabros que cuanto menos se te vienen a la mente después de comer en La Salita, “esta gente quiere ofrecer una cocina elaborada y técnica, algo así como una emulación de los Michelin pero a bajo precio y en un bar” comentábamos cuando salíamos de comer allí…

Pues por nosotros de puta madre! concluimos, porque al fin y al cabo nosotros no estamos en “aquella otra cara” del juego, es decir, no estamos en el lado del Restaurador, nosotros somos clientes, y estamos en el bando de los que solicitan y requieren que cada vez surjan y pervivan más sitios como (o parecidos) a este, es decir, restaurantes que tengan gente con inquietudes en cocina como para poder ofrecer sin complejos bocados de diseño como esas tapitas del principio, o que ensayen sus trampantojos como el que más y que todo lo den a un precio medianamente competitivo, ¿Porqué decimos esto? Pues porque por Valencia, en alguna que otra ocasión cuando nombramos La Salita, la reacción de algún que otro profesional de la restauración fue decir: “joder!, eso que dan en la Salita es una mierda!, Es un quiero y no puedo!”

Evidentemente a un precio el menú degustación de 37,5€ no se puede pedir la repolla en producto (el último plato, solomillo de ¿buey?, era un producto mediocre) pero es que luego disfrutamos de otros platos muy acertados, unas salsas equilibradas y unos puntos muy bien ajustados…

Y todo en un bar, con unas mesas con mantel blanco que en realidad no disimulan que en vez de ser un restaurante es más bien una taberna o bar de barrio de toda la vida, gracias que ese día sólo fuimos nosotros y otra mesa de dos en el pequeño comedor porque todo lleno tiene que resultar bastante agobiante, algunas mesas tiene muy poco espacio para maniobrar

WEB: Sin web! Omaigad! ¿Cómo en los tiempos que corren un sitio se permite el lujo de descuidar de esta forma su penetración digital? Pues peor todavía! Tienen una web que no da ningún tipo de información, y que tiene toda la pinta de estar abandonada, señores, ¡la web es la primera impresión que te llevas del local!

Qué pedimos?

Tres menús degustación (37,5 c/u iva NO incluido, ojito, no incluir el IVA va contra la ley de consumo actual) que constaba de:

-- De aperitivo con las cervezas y refrescos iniciales llegaron un Crujiente de alga y arroz y una galleta de cacahuete, comino y kikos; Panes de queso azul, romero con aceitunas negras y comino con aceitunas verdes
Aperitivos arriesgados y genialmente resueltos, adecuados panes, desde el principio estaba claro que no estábamos en un “bar” :)

-- “La casa de los caramelos”
Caja de madera (algo rústica y poco refinada) donde venían en sus compartimentos pequeñas tapas o bocaditos: Mini hamburguesa de sepia, macarrón de tinta de calamar con mousse de salmón, turrón de foie, terrina de conejo, versión en tosta de ensalada capresse y bombón de queso azul con chocolate blanco
Agradables tapitas siendo el queso azul el que más nos gustó, a mí personalmente también la mousse de salmón

-- Ensaladita de berenjena ahumada, yema encurtida, tartar de bonito, huevas de maruca y mojama
En un plato alargado y fino llegó esta especie de ensalada de ahumados que nos gustó a los 3 comensales, aunque fuera a veces algo difícil poder maniobrar con la delgadez del plato nos resultó refrescante y muy adecuada para el verano

-- Tallarines caseros de remolacha con espuma de hinojo, filete de anguila ahumada y gazpacho de manzana verde
Nos dijeron que llevaban anguila ahumada pero o no era anguila o “eso que parecía anguila” no se ahumó correctamente: esos trozos de pescado estaban muy insípidos, de todas formas en el plato los protagonistas fueron los tallarines caseros de remolacha y el gazpacho de manzana verde, en general también nos gustó a todos este plato, todos en un nivel media alto

-- “La anarquia de un rosotto” (Rissoto de puntilla de calamar)
Por fin llegamos al plato más redondo de toda la comida, y eso que seguramente sería el más barato y accesible: un risotto con sabor, perfectamente ejecutado, con unos camarones enredados en una red de galleta de algas, aunque si tuviéramos que poner una pequita yo concretamente hubiera sido menos anárquico con la tinta de calamar

-- Granizado de gin tonic
Nos rendimos con este break mi padre y yo, Olivia no podía tomar alcohol así que nos miraba totalmente rabiosa (jaja) disfrutar de uno de nuestros combinados preferidos de esta forma tan original, excelente forma de hacer un alto en el camino del menú, hubiera sido perfecto si hubiera llevado Brecon :)

-- Solomillo de cerdo con espuma de chistorra y migas de sobrasada
Pues este fue el mejor plato de todo el menú para nosotros, el cocinero/a supo darle el punto determinado a cada ingrediente para formar un plato realmente noyable por su textura y sabor intenso, llevábamos 3 platos a un nivel bastante alto por el momento

--Solomillo de buey, Velo de tocio y salsa de picotas cubierto de shitake
Muy bien presentado, pero después decepción total, primero no era buey (¡que manía con el jodido buey !) sino un solomillo de ternera que era o malo o no demasiado bien limpio o elegido, con fibras y tendones; segundo, no nos pareció que hubiera shitakes, y tercero, aunque no tenga nada que ver con el plato en sí ¿Dónde estaba el plato de pescado propiamente dicho? Estamos en Valencia, en uno de los principales puertos y mercado de pescado de España, ¿Un menú degustación SIN pescado o con un pescado que serían unos 3 chipirones por comensal? (En el risotto) Suponemos que un pescado subiría algo el precio total del menú degustación ¿y? ¿De qué va “el rollo”? ¿de poder decir que el menú degustación es el menú de cocina creativa más barato de España pero sin pescado? ¿?

-- Bebidas: Copas de Finca el terrazo 2010 (5€ sin IVA copa) y de Georg breuer rudesheim estate 2010 (5€ sin IVA copa); Cañas de barril (2,50 la caña sin IVA) y cafés solos (2,50 el café sin IVA)
Aunque el Finca terrazo estaba muy bueno vemos completamente injustificable el precio de 5€ sin IVA por copa, muchísimo más para el Georg breuer, un vino que fácilmente se puede conseguir a 15€ la botella, pero es que la caña (algo más que una caña de la pequeñas) a 2,50 sin IVA es otra jodida barbaridad… y el café a 2,50 sin IVA tendrá un 400% de margen… en fin que ojito que si te descuidas puedes salir diciendo: “coño, un menú de 37,50 ¿y hemos salido a 60 barba?”

-- Postres: Fruta de la pasión, yogurt ácido, dulce de leche y galleta
Buen postre, buena combinación de la fruta y el yogurt

-- Petit Tours: “El tendedero”, trampantojo, un tendedero de donde colgaban unas galletas de jengibre acompañados de unos bombones helados (de los industriales) y unos macarons dulces muy ricos

Precio Total: 172,15€

Conclusión: Los tres comensales salimos satisfechos, se reconoce, al menos nosotros, sus aspiraciones, su vocación, y el trabajo que implica querer dar un menú creativo, único y bueno a la vez con precios super competitivos, como decimos, como clientes que somos, estamos encantados con sitios de este corte. Aunque desde punto de vista del precio general hay algo de “truco”, copas de vino a 5€ más IVA no nos las han cobrado ni en Londres o París, lo vemos excesivo, y claro, para pagar al final 60€ barba quizás elegiríamos otros sitios con mejor sala, o con mejor relación calidad/precio general como Askua (la mejor relación calidad/precio con sus últimas bajadas de precio de todos los que visitamos en Valencia). El entorno y la materia prima de “La Salita” no es top, aunque aparte de salir satisfecho con toda la comida con el último trampantojo (“el tendedero”), terminaras siempre con una sonrisa en la boca

Podéis ver fotos de todo esto aquí (Flickr en construcción): http://www.flickr.com/photos/99877572@N07/sets/72157634975292203/

De nuevo en este buen local de cocina creativa, en un dia, lunes, poco habitual de salir a comer y eso se nota en que eramos solo dos mesas. El llegar pronto, me permitió conocer al único que protesta en la cocina: Mik que con sus 9 meses ya está desarrollando su pituitaria a la espera de desarrollar las papilas gustativas.

Local sin cambios en lo referido al mismo. Atención muy buena, como siempre, con los snacks conocidos (el de algas sigue siendo mi preferido) para ir haciendo boca mientras llegar los demás comensales que al final fuimos 7 y nos quedamos en la mesa redonda, un poco juntos pero la verdad es que merece la pena porque permite más animada conversación. Nos fuimos al menú largo de 7 platos ya que en caso contrario (5 platos) te perderías la casa de los caramelos (ademas de tallarines) y solo por las fotos y caras de sorpresa de los comensales en la primera entrada, merece la pena.

Empezamos aligerando la espera con alguna cerveza de barril, una copa de cava nº 1 y un blanco Bourgogne Aligoté muy seco con fuerte acidez a pesar de ser 2008. Calculamos que la cosa daría para 3 vinos, a si que decidimos empezar por un blanco Julien Pilon millésime 2011 de viognier más interesante que el anterior.

Entramos con la casa de los caramelos ya descrita en otros comentarios y que su espectáculo de puesta en escena recuerda la base del local; yo destacaría el bombon final de queso (tiene que ser final obligatorio porque luego no sabrían a nada los otros) que más que bombon es una bomba que te inunda toda la boca.
Primera entrada: berenjena, yema encurtida, bonito, huevas de maruca y espárragos blancos todo ello servido en un plato delgado y alargado que viene un poco ajustado para meter la cucharilla y recoger todos los ingredientes a la vez.
Seguimos con tallarines caseros de remolacha con espuma de hinojo, anguila ahumada y gazpacho de manzana verde. Los tallarines eran de un color vinoso superatractivo, bien de sabor y rematados por un pensamiento que hacía una paleta de colores de gran estética.

Granizado de gin tonic para pasar página y aprovechamos para cambiar de vino. Nos vamos a tinto y optamos por una bobal del terreno: Cerrogallina 2010 que resultó demasiado joven de lo que recordaba.
Seguimos con un el plato que más me gustó: degustación de arroz de puntillas con mahonesa de lima muy bien presentado, meloso, sabroso.
Además en la estética el emplatado era como después de la explosión del big bang.
A continuación solomillo ibérico con puré de gorgonzola y espuma de chistorra bien integrados los ingredientes y manteniendo sabores potentes sin pisarse. Estéticamente está en un nivel inferior. Hubo que recurrir a algunas botellas de agua para ir empujando.

Acabado el vino casi con prisas por llegar a otra opcion que fué un Alto Moncayo 2009 más en su punto. Ya, algunos, nos negabamos a repetir de pan porque aún queda mucho por delante.
Vino bien esta garnacha al cochinillo en su jugo y con hortalizas que estaba muy sabroso y bastante crujiente la piel. Mejor la estética que la del solomillo.

Llegamos ya justitos al postre de fruta de la pasion, yogurt ácido, dulce de leche y galleta, pero merece la pena; ese punto de acidez con el dulzor está muy bien conseguido.

Cafés con los petit fours en versión tenderete para una galleta que sirve de excusa para el tenderete que mantiene su gracia. Nos animamos a acompañarlo (algunos) con un vino dulce: Jorge Ordoñez nº 2 que pude compartir para que la gente lo disfrute y, por que no, se acostumbre a que el postre dulce también tiene su compañía en el vino.

Es un placer llevar a gente nueva que le encanta además de la comida, las atrevidas presentaciones sobre todo inicial y final, marca de la casa. A mí me ha parecido ver una buena evolución, aunque menos arriesgada en la estética (puro, cava de gazpacho..), pero mayor en los platos centrales. Ha perdido un poco de espectáculo pero ha ganado en equilibrio del menú como conjunto, lo cual gustará más a unos y menos a otros.

No sé si por aquello de ser lunes, pero hubiera puesto un pescado en lugar de repetir carne y pese a que me cuesta quitar el gorgonzola cambiaría el solomillo por algo de pescado para un mayor equilibrio del menú, como simple sugerencia.

Menú más reducido, menor precio, inquietud inquebrantable

Yo paro poco en Valencia en día laborable por lo que mis visitas a La Salita se habían circunscrito a fines de semana y siempre en horario de cena, pero el miércoles de la semana pasada tuve que venir en viaje relámpago y nos apeteció la idea de probar su menú de mediodía.

Me gustó ver La Salita a mediodía, es con esta luz que realmente entiendo los cortinajes de cuerda de las ventanas pues los chorros de sol a través de ellos bañan la sala con una calidez que envuelve.

Por esta razón declinamos ocupar la mesa que desde nuestras primeras visitas ha sido "la nuestra", en el rincón de la derecha-derecha, nada más entrar y optamos por otra colocada directamente bajo uno de los ventanales. Sergio, que junto con Jorne comparte tareas de mâitre-sumiller nos guía a nuestra mesa en la que ya esperaban los nuestros irrenunciables Perucci y los snacks de bienvenida:

1. Papadums de algas y galletas de comino, cacahuetes y kikos: Los Perucci le iban que ni pintados a estas preparaciones a medio camino entre el recuerdo a las galletas saladas de toda la vida y la alta cocina oriental.

Sergio se acerca de nuevo con la carta de vinos en una mano y una botella en la otra:

Os traigo la Carta de Vinos pero como sé que sois inquietos y que os gusta probar cosas diferentes os propongo este

- Morandé Chardonnay Gran Reserva 2009: 29,95€ botella IVA incluido. Lo podéis probar si queréis y decidir.

Me gustaron mucho ambos detalles, que nos informara del precio al no haberlo elegido de carta, y que nos lo diera a probar. Por supuesto al dárnoslo a probar lo hizo siguiendo el protocolo de envinado y prueba suya propia, antes de ofrecérnoslo en cristalería Riedel.

Y ¿cómo estaba el vino? Pues muy, muy rico. Es un vino chileno que nos trajo gratos recuerdos de nuestra cata el pasado mes de enero. De entrada ligera, va aumentando y creciendo con el paso. La fruta es protagonista con varias caras, desde la tropical de papaya y mango al cítrico de la piña y hasta un punto de lima, para terminar con la dulzura y el empaque de la madera, sin olvidarnos de unas notas minerales en nariz que le daban ese punto de complejidad que lo eleva en calidad.

Y ya nos iniciaríamos en el Menú de Mediodía de entre-semana que como comprobaríamos, era más corto pero no menos cuidado y trabajado:

2. Caballa encurtida en salmuera de sal y azúcar, con salpicón y salsa de clóchinas: Tengo que agradecer a dos grandes chefs valencianos mi conversión a la anchoa y a la caballa, pescados que antes de pisar La Salita y el Ricard Camarena Restaurante rechazaba por su fuerte sabor, que las preparaciones tradicionales se encargaban de resaltar aún más. Sin embargo, tanto Begoña como Ricard saben sacarle el punto de sabor justo y en esta elaboración en particular, la combinación del azúcar en la salmuera le daba un giro sorprendente que aliviaba el peso del encurtido y lo elevaba con sublime ligereza sobre la suave salsa de clóchinas. Me dejó una gratísima sensación.

3. Raviolis de espinacas invertidos caseros con relleno de ricotta, hinojo y eneldo, sobre salmón marinado casero, flores de pensamiento, rúcula y hojas de rábano picante: Este plato ya te conquista desde que lo ves llegar a la mesa. La gracia y el buen gusto de Begoña diseñando estos pequeños círculos de pasta a modo de setas verdes se te cuela por los ojos y estás deseando hincarle el diente. Cuando lo haces te encuentras con que la pasta casera de espinacas te estalla en la boca con una explosión de sabor que armoniza con la delicadeza que el marinado casero imprime a la excelente carne del salmón.

Preguntando a Begoña sobre el plato más tarde pues nos había gustado mucho, nos comenta que técnicamente es el más complicado de elaborar porque la masa la hacen con una pasta de espinacas frescas que han deshidratado y liofilizado y hecho polvo, una técnica que requiere de mucha atención. Se llaman invertidos porque el relleno es la salsa y es líquida.

Para limpiar la boca y prepararla para el paso de pescado a carne, un clásico de la casa:

4. Granizado de Gin Tonic: Poco puedo añadir a lo que ya se ha dicho sobre este refrescante cocktail que recoge en cada granito de hielo la fragancia de la ginebra y la frescura de la tónica.

5. Risotto de Guisantes Frescos y Pato: Siempre he pensado que Begoña borda el arroz, que si quisiera podría dedicarse nada más que a eso pues consigue ese algo tan complicado que es que cada grano de arroz te explote en la boca con el sabor de la carne y la verdura con la que ha sido cocinado, sin que dicha carne ni verdura lo pierdan como ha sido el caso de este sabroso pato y esos fresquísimos guisantes acompañados de tropezones de calabaza. Sublime.

Antes de pasar al siguienten plato de carne Jorne -el otro Sumiller-Màitre o Màitre Sumiller- nos ofrece maridarlo con dos copas de vino tinto, y no cualquiera, un tinto del Valle del Loira :

- Domaine des Coquerires Duo Angevin 2008: Ligereza no exenta de estructura, fruta fresca y madura, elegancia, finura, mineralidad, una delicia que engaña pues acompañó sin amilanarse a un

6. Guiso de rabo de toro estofado coronado con cacahuetes masala y salseado en mesa con su jugo: Magnífica elaboración de este plato tradicional que en La Salita resuelven con una ternura insoportable del interior de la carne y un crujiente exterior con un punto de dulzor. La salsa está en su punto óptimo de reducción y aunque mantiente la potencia del guiso es muy ligera. Un plato de carne que enamora.

Nos habían propuesto hacer de "conejillos de indias" para otro plato de carne con el que Begoña estaba haciendo pruebas ¿y alguien en su sano juicio diría que no? Pues yo lo hice por mi sano juicio de que no podía comer más pero Javi si le encontró el hueco a:

7. Cochinillo cocinado a baja temperatura durante 72 horas,marinado con naranja y servido en mesa con su jugo, dados de tubérculos y crujiente de careta: Tampoco he sido fan de este preparado tan tradicional por lo pesado y cargado que suele resultar pero plato que Begoña toca con su varita mágica lo enaltece y lo eleva. El marinado en naranja y la cocción hiper-lenta le aportan una deliciosa ligereza sin que el exterior pierda esa corteza dura y crujiente que cualquier amante del cochinillo espera. El sabor del cochinillo está allí, totalmente reconocible pero subliminado, ensalzado. Una delicia.

Y pasamos al postre que Jorne deposita sobre nuestra mesa:

8. Fruta de la pasion con corazon de yogourt y lima,falso bizcocho de yogourt ácido,dulce de leche,galletas de canela y fresa: Preciosa presentación que da la impresión de velocidad... El corazón de fruta de la pasión, yogur y lima se deshace en la boca produciéndose olas de los diferentes sabores en el paladar tras el crujir del chocolate exterior. El resto de componentes aportan la textura y el contraste de sabor (bizcocho, galleta, dulce de leche...) indispensables para no morir derretidos.

Y como elemento que se reveló imprescindible:

Dos copas de Tokaji 5 Puttonyos.

Con los cafés vendría el otro clásico de la casa: El Tenderete, esta vez reconvertido en puesto para los

9. Petit Fours:
- Camisetas de jengibre:
Como el hombrecito de Shrek
- Macaroons de banana, fresa y cacao: En forma de mini-hamburguesitas
- Seda de chocolate con frutos secos garrapiñados: Pequeñas macetitas en flor

Elegante final para una comida de lujo en un miércoles cualquiera a mediodía.

Es obvio que este menú tiene un giro más tradicional que el de noche y fin de semana, totalmente lógico y coherente con el tipo de clientela de mediodía entre semana, pero la excelencia en la elaboración traspasa connotaciones temporales y un cochinillo o un rabo de toro pasados por las manos de Begoña son otra cosa.

Además, a mediodía se puede disfrutar de sus arroces que han sido retirados del menú de noche.

El menú que acabo de exponer cuesta 30€ por persona, sin incluir el cochinillo (una única ración) que no nos fue cobrada en deferencia de nuestra labor de cobayas ¡Yo me apunto a probar sus experimentos todos los días!!!!!

El vino: 29,95€ más 8€ del Duo Angevin (dos copas) A los Tokaji fuimos invitados.

Los vermouths: 8€

Un menú de auténtico lujo un miércoles cualquiera por 55,5€ por persona, todo incluido.

Huelgan los comentarios...

PD: No puedo cerrar esta crónica sin resaltar que estando la botella de vino fuera de nuestro alcance en ningún momento de la comida nos faltó vino en la copa.

Artículo más detallado y con fotos aquí

  • Fruta de la pasión con corazón de yogurt

    Fruta de la pasión con corazón de yogurt

  • Raviolis invertidos

    Raviolis invertidos

  • Snacks, vermouths y vino

    Snacks, vermouths y vino

Soy. Quien acompañaba a magabovalencia,mi esposa, el pasado sábado .Primera visita sorprendidos por las numerosas y favorables críticas de Verema.Ella es la primera vez que entra a opinar,y no tiene muy entendido como van las puntúaciones.Yo si. Y creo que ha sido muy espléndida asignando un siete .No quiero polemizar con vuestro grupo(basta perder unos minutos para entender lo amigos/clientes que sois de los propietarios,lo que os gusta su cocina,su bodega, y hasta su nariz) está bien.Y a todo es muy respetable. La verdad es que no puedo hacer una descripción tan detallada como la que leo en alguna de vuestras opiniones.Francamente, son tan prolijas, con un montón de fotos añadidas en algunos casos,, con una definición tan detallada de todos los platos,ingredientes,etc, que huele mal.Creo que hacéis propaganda .No crítica objetiva,Puede que no me equivoque si digo que,puede,sólo puede,, que el propietario, bajo seudónimo, este opinando. Mientpras va abrindo latas.Espero equivocarme,perp......Vuestra complicidad contra quien os dice su verdad es muy sospechosa.Y,para colmo,concluís,muy convencidos,que puede tratarse de un spam.

Aclaro que yo sabía cuanto nos costaría la bebida,porque los precios están en la carta.Y el del menú también.Nada que decir del precio.
Pero, e primer vino que solicite ,un cava,no lo tenían.Y eso a mi me parece que expulsa a La Salita de cualquier calificación sobresaliente.
Me serví yo mismo la mitad de las veces en las que el vaso quedo vacío.?Como valoráis eso?
En la comida hubo platos que nos gustaron mucho, y otros nada.Es lo que tiene tragar con el menú que te imponen.Pero íbamos avisados.Nada que decir.
Lo de estar tres horas comiendo,que a mi me disgusta mucho, tiene que ver con la complejidad del menú, y con la ineficiencia del servicio.Vosotros estáis muy a gustito y entre amigos, y creo que confundís un txoko con un restaurante.
Para qué entendáis porque no merecen un, siete ,decirnos que compartí mi comida con una mosca.Si,con una señora mosca.Puede pasar en cualquier sitio,pero a mi me paso en La Salía el sábado a mediodía.Y,para ser objetivó, lo tengo que decir.No Para vosotros,sino pára los dueños.Para qué no se crean que
Todo esta bueno,que todo lo hacen bien, que son el mejor restaurante de Valencia
Por sí quieren mejorar.Desde luego, pensamos volver,y deseamos que la carne este bien cocinada,su uniforme más limpio,y la mosca desaparecida.

Premios Verema

  • premio_verema
    Nominado a mejor Mejor tratamiento del vino
    2016

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