Este martes, 15, dimos cuenta mi esposa y yo del curioso Menú de Fallas ideado por Begoña. Una verdadera explosión de sabores y un divertido ensamblaje con la tradición fallera. Ya ibamos predispuestos a que nos sorprendieran, pues habíamos visto antes el contenido de su propuesta en su página de facebook.

Comenzamos la comida con su MASCLETÁ SALADA, consistente en unos "petardos" de steak tartar, de gamba, y de ajoarriero. Originales, sin duda y buenos para ir abriendo el apetito. De ahí, pasamos al ESGARRAET, una coca de anchoas caseras con bombón de esgarraet, muy sabroso y vivo de contrastes.

Luego vino la TITAINA, espléndido plato de pisto con toyina de sorra y huevo a baja temperatura, cremoso y suave.

Ahora venía lo más impactante: los CHURROS CON CHOCOLATE servido en una taza con su platito, al más puro estilo fallero. Se trataba de un capuchino de topinambur, foie y cebolla caramelizada (delicioso)con unos churros de setas, trufa y queso parmesano, para mojar (y chuparse los dedos).

Aquí no acaba la cosa, porque le siguió un BLANC Y NEGRE: un coulant de morcilla con corazón de queso ahumado, crujiente de bacon y pimientos verdes fritos. El plato más potente de todos, para estómagos preparados para emociones fuertes.

Y, claro, un menú fallero sin arroz no era posible. Así que continuamos con "su" PAELLA VALENCIANA, a su estilo, claro. Una breve muestra de arroz con pato y pollo, con espuma de limón y crujiente de bachoqueta. Este plato no estuvo a la altura de sabor de lo que esperaba, pero ¡qué diantres!, todo se puede perdonar si el conjunto del menú lo vale.

Y de postres, un primero con AGUA DE VALENCIA, una copa con helado de naranja sanguina y cava, con un crujiente de caramelo, que ayudó a limpiar el paladar y prepararlo para la traca final.

No podía faltar en este menú un postre dulce y típico de fiestas, como la HORCHATA Y LOS FARTONS, con una torrija de horchata y un helado de fartón mantecado, que fue un remate muy ocurrente para este alocado menú.

Lo maridamos con un ROCALLIS 2006, blanco del Penedés, monovarietal de incroccio manzoni (uva italiana de origen, creo), amarillo brillante y limpio, intenso en naríz a fruta blanca y cremoso en boca, con un final persistente, que acompañó perfectamente hasta el plato de la paella, donde cambiamos a una copa de Rioja y otra de Borgoña.

Como siempre, el habitual buen humor de Jorne y la conversación con Begoña hicieron de la comida una velada muy agradable.

Volvimos por aquí pasado un tiempo y de nuevo fuimos gratamente sorprendidos, en una sala coqueta y cómoda te presentan su menú degustación (no tiene carta) que cambia cada semana (esta lógicamente con el menú especial de fallas), no deja de sorprendente cada aperitivo, cada plato, cada plato, cada detalle, la materia prima, la concepción, su elaboración, su presentación, sus generosas raciones, cada plato hace aflorar distintas sensaciones e incluso emociones, los precios muy contenidos, el servicio es impecable, su atención, amabilidad y desenfado, hace que de inmediato te sientas integrado en el ambiente, en la dirección de la sala Jorne atento y pendiente, siempre con una sonrisa, Sergio con los vinos no deja de sorprendente en cada sugerencia y se agradece además la contención en los precios, nosotros pasamos la velada con un delicioso champagne, y en la cocina Begoña, charlas con ella y ves que esa fuerza se plasma en cada plato, las miles o tal vez millones de ídeas que pasan por su cabeza, dejan entrever los futuros platos, rematamos la sobremesa con un gin tonic, difícil elección, ya que la selección de ginebras y tónicas es alta y de calidad.
Te queda la sensación de que el lugar no esta suficientemente valorado, no han entrado en el mundo mediático y centran sus esfuerzos en hacer las cosas cada vez mejor, para nosotros fue un lujazo haber estado de nuevo allí.

Hacía tiempo que teníamos ganas de probar la cocina de este restaurante y nos animamos un mediodía de la semana de València Cuina Oberta.
La recepción, al igual que el trato durante toda la comida, fue muy profesional. El menú (20€) consistió en:
- Filete de caballa al grill envuelto en lechuga de mar sobre tartar de encurtidos con reducción de agua de ensalada valenciana. Pescado en su punto, sabroso y en perfecta conjunción de texturas con la lechuga de mar y de sabores con los encurtidos y el agua de ensalada. Exquisito.
- Flores de mar con huevo a baja temperatura sobre salsa de foie. Se trata de pasta casera con huevo poco hecho (a mi mujer, embarazada, tuvieron la deferencia de servírselo con la yema cuajada) y con el sabor sutil e intenso a la vez del foie. Una verdadera delicia, sorprendente e impresionante.
- Granizado de gintonic.
- Corvina sobre arroz meloso de gambas con aire de ajos tiernos. Preciosa y elaborada presentación del plato, para retratarlo. Muy sabroso el pescado aunque el arroz, también bueno, no llega al nivelazo de todo lo anterior.
- Rabo de toro estofado con migas del pastor y crema de topinambur. También llevaba salsa de chorizo y espuma de tomillo. Sabores intensos pero no fuertes y excelente combinación de texturas entre la carne (melosa) y las migas (crujientes). El chorizo, en su punto justo.
- Postre: Pastel de mascarpone, coulis de chocolate y carajillo de Pedro Ximénez. No desmerece el resto de la comida.
Para beber, agua y Penfolds Kalimna Bin 28 (35€), en buenas copas y servido continuamente por los camareros, previo envinado de las mismas. Muy buena carta de vinos, extensa y de precios no muy económicos
Local agradable, acogedor, con buena mantelería y personal con ganas de agradar y de que el cliente esté a gusto.
Coincido en que es una de las referencias actuales en el panorama gastronómico de Valencia.

Tercera visita a este restaurante en algo mas de dos años, esta vez con motivo de nuestra vista a la ciudad de Valencia, por el décimo encuentro Verema.

Cuatro personas en la cena de un sábado, restaurante lleno y nos acomodan en una amplia mesa circular.

Menú:
Gazpacho burbuja
Mini ensalada griega con esfera de Kalamata
Chips de sardinas
Tartare de algas con su crujiente

Pescados:
Tatami de caballa a baja temperatura (53º 4m) sobre escabeche agridulce ligero
Arroz de gambas con aire de ajos tiernos.

Gin Tonic granizado

Puro relleno de morcilla de Torrevieja con salsa de queso ahumado
Pintada a la parrilla con crema de topinambur, lentejas de shitake y salsa de foie
Bikini de cochinillo en su jugo con papel de cebolla bronce
Rabo de toro con puré de raíz de apio, salsa de chorizo y pasas, migas de pastor y aire de setas

Postres
Coulant de chocolate con corazón de avellana y helado de vainilla
Nuestra versión de carajillo de Px
Tarta de mascarpone rellena de frutos rojos.

Vinos: Franz Kunstler Dondechaney, Alto Moncayo 2007 y Clio 2005.

Llevábamos oyendo durante 24 horas en los círculos aficionados a la gastronomía de Valencia: Begoña (responsable de la cocina de este restaurante), esta en un momento magnifico o dicho de otra manera “esta que se sale” o es uno de los dos restaurantes de Valencia que mas esta evolucionado. Pues doy fe de ello, pero no solo Begoña, sino todo su equipo.

Del personal de la sala, decir que el servicio del vino estuvo a muy alto nivel y el ritmo de la comida fue excelente, sobre todo considerando el número de platos con el cambio constante de platos y cubiertos, para cada uno de los mismos.

En cuanto a los platos, todos a gran nivel de elaboración y presentación, pero dos me han impresionado sobremanera:

El gazpacho burbuja: copa de tipo aflautado, con nariz y sabor a gazpacho, Todo un descubrimiento.

Puro relleno de morcilla de Torrevieja con salsa de queso ahumado (había oído hablar de esta elaboración en comentarios sobre este restaurante), pero me agrado sobremanera tanto su aspecto exterior como su sabor.

El precio es en total con vinos incluidos. El menú tiene un precio de 37.50 euros.

Señores de las guías (todas) tienen que darse una vuelta por este restaurante, de forma más que obligatoria.

Desde hacia tiempo me apetecía mucho visitar La Salita, los comentarios leídos en Verema no hacían mas que aumentar mis ganas, así que el domingo decidimos cerrar nuestro particular recorrido por Cuina Oberta en este restaurante. El local me pareció muy agradable, es cierto, como creo haber leído en algún comentario, que puede necesitar alguna reformita o retoque, pero en general es un local con personalidad que ejerce de buen escenario para disfrutar de la gastrononía del lugar. El armario ropero me parece especialmente gracioso, me evoca lo acojedor de las antigiuas casas de las abuelas. También me gustó la integración de la cocina abierta con la sala. Éramos 5 personas y nos ubicaron en una mesa redonda, amplia, cómoda y bien equipada. Una tarjetita nos recordaba el menú que íbamos a degustar, me gustó el detalle, con frecuencia me cuesta retener en la memoria la composición exacta de los platos cuando son recitados.
Comenzamos la comida con unos tercios de Heineken (3€ + iva). Para acompañar los platos óptamos por un vino blanco alemán riesling Selbach Oster (24,50 € + iva) y como Tinto Pétalos del Bierzo (24,50 + iva), ámbos vinos los pedimos tras consultar cuáles de nuestras opciones maridaban mejor con el menú, ámbos gustaron. Buen servicio del vino, atento, simpático y correcto, envinado de las copas y el Pétalos decantado.

El menú de mediodía (el mismo que el anterior comentario, disculpas por la reiteración)
Panecillo a elegir entre el surtido que ofrecian, muy bueno, incluído en el precio del menú.
Filete de caballa al grill envuelto de lechuga de mar sobre tartar de encurtidos con reducción de agua de ensalada valenciana. Pescado muy bueno combinado perfectamente con el resto de sabores, especialmente el gusto de los encurtidos.
Flores de mar (pasta) con huevo a baja temperatura sobre salsa de foie, muy bueno.
Granizado de gin tonic. No gustó a todos, yo me lo tomé a gusto.
Corvina sobre arroz meloso de gambas con aire de ajos tiernos. Pescado bien de punto, arroz bueno y el aire le daba un puntito de sabor muy agradable.
Rabo de toro estofado con migas de pastor y crema de topinambur. Carne tierna bien contrastada con la textura de las migas.
Feria de postres, tres pequeños postres deliciosos.
3 cortados, café americano (2.50 € + iva cada uno) y un café solo (2.25€ + iva)

Me gusto la elaboración de los platos, la combinación de sabores y la presentación, también el trato cercano y correcto del servicio. Sí me pareció un poquito elavado el precio de los vinos, cafés, y cervezas, pero es bastante habitual. En definitiva experiencia gastronómica dominical muy satisfactoria. Para repetir.

La cuina oberta de este año, me ha dejado sensaciones muy polarizadas. Por una banda, el martes, en otro restaurante, fue una tremenda decepción como ya he comentado; por otro lado, el domingo en La Salita, fue todo lo contrario, una festival para los sentidos.
Los "entrantes" fueron:
- Caballa envuelta en lechuga de mar. Ríquisima, con la caballa en su punto, y una presentación muy bonita.
- Flores de mar con foie y huevo a baja temperatura. Un escándalo de plato.

Después de los entrantes nos obsequian con un granizado de Gin-Tonic, con lo que me gusta a mí el Gin-Tonic.

De platos principales:
- Corvina a la plancha con arroz meloso de gambas. Lo primero que llama la atencón del plato es la excelente presentación, pero aparte, la corvina y el arroz están en su punto, y todo combina a la perfección.
- Rabo de toro con migas de pastor. También llama la atención la presentación, con la espuma de tomillo. Una delicia de plato.

De postres, nos trajeron tres:
- Pastel de mascarpone, muy rico.
- Coulis de chocolate, si eres goloso te encantará.
- "Carajillo" de Pedro Ximenez. Mi preferido.

En cuanto al vino, nos tomamos una botella de blanco de Viñas de Vero, que nos acabamos antes del rabo, que maridamos con una copa de Toro (Termes). Para los postres, nos tomamos un vino dulce.

Un detalle que me parece importante, es que en todo momento sabes lo que entra en el menú y lo que no. Ya que en el menú indica que un pan, es gratis.

Poco más que añadir a la crónica que precede.En nuestro caso,fue almuerzo,disfrutamos del menú mediodía donde todo estuvo a un gran n ivel.De bebercia,en esta ocasión,tomamos un Belondrade y un magnum de Bobal-el hermano "mayor" de Fusion-cuyo nombre no recuerdo.Excelente servicio,que no se resintió por el lleno del local con motivo de dichas jornadas.

Cena con motivo de la semana de CUINA OBERTA: Menú cenas a 30€ (+iva) sin bebidas

A disfrutar, una vez más de las creaciones de Begoña y Jorne y,como no, de la amabilidad y profesionalidad de Sergio. Tres grandes amigos.

La propuesta de LA SALITA para las noches de esta semana de CUINA OBERTA comenzó con un primer entrante muy original, consistente en un purito de brandada con sirope de pimientos asados y ceniza de olivas negras.
Le siguió su tradicional chip de sardinas (marca de la casa); esta vez con sopa castellana y espuma de bacon.

El tercer y cuarto entrantes fueron: caballa envuelta en lechuga de mar con tartar de algas; y un excelente huevo pochado con pasta trufada y salsa de foie.

Su ya también habitual granizado de gin tonic precedió a los principales, que contistieron en un sabroso salmón cocinado a baja temperatura con salsa bearnesana, acompañado de varios tipos de patatas; y un contundente rabo de toro con migas de pastor.

Y para finalizar, sus tradicionales composiciones de postres en tres presentaciones, que culminaban una cena entrañable.

Todo ello lo acompañamos con un perfecto riesling alemán ofrecido por Sergio, un KUNSTLER 2009 (D.O. Reinghau), que maridó perfectamente hasta llegar al plato de carne, donde cambiamos a un tinto de Toro, potente y redondo. Y para el postre, Sergio nos agració con un maravilloso vino dulce extranjero -secreto profesional- , que tomamos charlando un buen rato con Jorne y Sergio (Begoña ya se había ido, la pobre, a descansar), quienes nos comentaron la exitosa campaña 2010 y la buena aceptación que cada vez más, desde sus inicios, hace ya 5 años, está teniendo su cocina.

Ya son muchos años disfrutando de la amistad de estos tres grandes profesionales; así que no tengo más que buenas palabras y sinceros deseos de que el éxito les siga acompañando.

Despues de tantos comentarios favorables nos alegramos de ir a la salita. Los comentarios de esta pagina web dejaba las espectativas muy altas, con lo que nos decidimos ir dos parejas.
El restaurante es muy acogedor, ademas de bonito. El servicio muy atento sin pesados. La comida sin palabras, muy rica.
Y creo que con todo lo que aqui hay escrito de la salita no creo que pueda aportar gran cosa mas.
Solo que se agradece el trato recibido y lo bien que lo pasamos y cenamos.

Son ya numerosas las visitas a La Salita y no puedo recordar un día que haya salido insatisfecho, por lo que finalmente me he animado a dejar este comentario.
Regamos nuestros primeros platos con champagne Jean Paul Deville, muy fresco, una acertada elección pués maridó perfectamente con los chips de patata y sardina sobre deconstrucción de escalibada, y el salmón fresco marinado sobre velo de espinacas y salsa de eneldo terminado con bronuais de tomate (otro acierto de La Salita ha sido facilitar el menú por escrito, ya que entre mi memoria de pez y la dicción poco académica del jefe de sala y su sumiller, sería imposible para mi recordar estos platos con nombre y apellidos).
A continuación, y por sugerencia del sumiller, bebimos un Carandelle, sangiovese biodinámico de la Maremma Toscana, que realmente nos sorprendió. Lo que me llevó a consultar en Verema y ver que trece veremeros lo califican con una media de 8,7, quien necesita guías teniendo a Verema. Perfecto compañero para la terrina de conejo con salsa de mostaza y rocas de Pedro Ximeez. A continuación un clásico de la casa, el granizado de gin tonic. Como principales un arroz meloso de almejas con alcachofas y aire de naranjas y el lomo alto de novillo sobre mousse de raiz de apio. Ambos de magnífica ejecución, y todo con un control exquisito de los tempos en el sevicio.
Colofón con la feria de postres que a priori siempre digo que me voy a saltar y finalmente acabo cediendo al angelito "malo".
En su estilo, como avanzo en el título, hoy en día en Valencia no conozco otro restaurante que me ofrezca algo, ni siquiera similar, por ese precio.