Restaurante La Pitanza (RESTAURANTE CERRADO) en Valencia
Restaurante La Pitanza (RESTAURANTE CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
19,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Abre todos los días
Nota de cata PRECIO MEDIO:
33 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.2
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.1
RCP CALIDAD-PRECIO
8.4
Paletilla de cordero con 8 horas de cocción y patatas a lo pobre
Con erizos
Garbanzos Marineros. La Pitanza de Valencia
Rabo de Toro
Tomate Relleno de Bonito
Latas Caseras de aceitunas y pepinillos
Arroz de All i Pebre de Cocochas
Arroz de "Pobre" galeras, espinitas y salazón
Cata Vertical Arroces
Garbanzos marineros
Coqueta con salmonete de roca
Gazpacho de tomate raff y fresas
Suquet de escarapota
garbanzos marineros
patata ibérica
Arroz Caldoso de Cangrejo de Arrastre
La Bota 27 Equipo Navazos
Breva rellena de Foie con Crujiente de Jamón Serrano
Comedor
Entrada en Fucsia
fresón con tarta de queso
ensalada tibia de espinacas
Opiniones de La Pitanza (RESTAURANTE CERRADO)
OPINIONES
220

Hacía tiempo que no comía un arroz meloso tan bueno, tanto tiempo que ni lo recuerdo. Pero comencemos por el principio, primera vez que acudíamos a este restaurante de la calle Quart en el barrio del Carmen, optamos por el menú de mediodía: 2 entrantes, un arroz a elegir y postre. Los 2 entrantes (texturas de alcachofas con jamón ibérico y caldo de cocido con pelota trufada) riquísimos. Previamente nos obsequiaron con un aperitivo compuesto por unas croquetas de bacalao (me recordó las que cocinaba mi madre, sabrosísimas). Como plato principal elegimos el arroz meloso con 5 tipos de setas y pollo campero, un plato de lujo, de primera calidad, cantidad copiosa para los dos pero no dejamos ni un grano. ¡Buenísimo!
Para terminar 2 postres a compartir, también a gran altura, tarta de chocolate con helado de mandarina y tarta de castaña con helado de turrón. Delicioso.

Respecto al tema vino, la carta de vinos no es muy extensa pero la selección es muy buena y además cuentan con un sumiller de primer orden (Joan Belda), un enamorado del vino, de la gastronomía y de su trabajo, oficio y profesionalidad. Todo el equipo nos atendió espléndidamente.
Con el aperitivo y los entrantes bebimos cada uno un par de copas de La Bota de Manzanilla Pasada nº 30 saca Junio de 2011 Capataz Rivas, una maravillosa manzanilla, perfumada, floral, frutos secos, mar salino, complejidad, intensidad, muy larga, completa, una orquesta de aromas en nariz y en boca, ¡inmensa!
Para el arroz, ante mis dudas, el sumiller nos propuso un vino que no tenía en carta, un pinot noir de Valladolid, no soy yo muy amigo de variedades fuera de su ámbito pero confié plenamente en Joan, ¡que bien hice!, si hubiera catado el vino a ciegas hubiera pensado enseguida en Bourgogne, de hecho tenía esas características propias de un pinot noir francés incluida una cojonuda acidez y una gran elegancia. La botella fue Citius 2002 de Bodegas Alta Pavina, previamente decantado, un acierto maridando el plato de arroz, un vino que disfrutamos mucho, seguramente imposible de encontrar, tal vez a Joan le quede alguna botella más. Finalmente y por gentileza del sumiller degustamos unas copas de un muy interesante vino con una nariz espléndida muy expresiva: Punt Dolç, un tinto dulce natural, de Valencia.

Buen vino, cocina del mejor mercado, se abastece del muy cercano Mercado Central, y un menú diario a un precio no ya ajustado sino barato dada su calidad. Un restaurante que recomendamos a nuestros amigos de Valencia y que repetiremos para disfrutar también de su carta. Sin duda una visita que nos deja un muy buen recuerdo.

Vicente

Hablo aquí de un sitio al que puedo ir con un par de amigos sabiendo de antemano que garantizo el éxito y la innovación en el acto culinario. Garantizo además el estar en un ambiente hogareño y recogido, y por si faltaba algo, garantizo también la continuidad de mi 'bolsillo'.
Así hice el pasado sábado con un par de amigos, decidimos ir a probar el menú de mediodía, y una vez más, sin peros.
Sin vino por posterior viaje al volante. Lo suplimos con un poco de Inedit.
Empezamos por la sopa de castañas, perfecta de sal y con las castañas en su punto perfecto de textura, ni demasiado deshechas ni duras, mucho sabor, excelente. Posteriormente probamos el bonito, que estaba también excepcional de sabor. Probamos el arroz de marisco pelado, excelente de sabor y el punto de cocción del arroz, y es que las calderetas de la Pitanza son, en mi opinión, admirables.
El postre muy bien, la tarta de chocolate con helado de mandarina, el partido estaba ya ganado.
Genial, una vez más.

Comida de tres amigos celebrada el 11-11-11 para conmemorar semejante fecha.
El tiempo de presentación de los platos roza casi la perfección; no en vano, hay seis, sí digo seis, relojes midiendo los tiempos de cocción para que cada plato llegue en su punto.
11 arroces y de acompañamiento algo tan original como piparras y "aigua sal" de zafanories.
Estos son los resultados:
ENCURTIDOS:
Piparras ligeramente picantes y poco avinagradas que te preparan la boca para lo que viene a continuación. Correctas.
"Aigua sal" de "zafanories", con un poco de vinagre balsámico, algunos trozos, y de vinagre de sidra, los restantes, del huerto del padre de Joan. Increíbles por su textura crujiente, que no dura. Sabor tímidamente picante que recuerda a las hortalizas orientales.
ARROCES.

1.- ARROZ DE CENTOLLA Y CANGREJOS.
Arroz variedad bomba de la marca “SIGNO” de Sollana , lo dejamos reposar 5 minutos, tras crearse ese "velo" característico de los arroces melosos, que hace que este tipo de arroces se asienten, comenzamos a degustarlo.
Sabor profundo, procedente del centollo, que es suavizado por el fondo de cangrejo que ha servido de base al caldo. Un punto picante, ¿"bitet"?, que abre las papilas desde la primera cucharada; con toda seguridad, por ese caldo, potente, muy potente. Se acompaña de una hoja de salvia crujiente que se rompe en la boca y que por su textura, completamente diferente a la del arroz, permite apreciar todavía más el punto de cocción "al dente", pese a ser meloso.
Buen inicio de comida: nos abre todavía más el apetito. Esto promete.

2.- ARROZ DE MOLUSCOS.
Fondo de mayor suavidad que el arroz anterior pero no por ello menos suculento. La base del mar navajas, berberechos y "clóchinas" de Valencia (variedad más pequeña que el mejillón, pero de una finura y sabor inigualables); de la tierra, espárrago verde cuya dulzura contrasta con ese punto ligeramente salino de los caldos en los que los moluscos son la base.
El arroz se ha cocinado tomando como base, con los matices dichos, ese caldo. La primera cucharada irrumpe en la boca. El inicio recuerda al espárrago para mutar rápidamente al sabor a mar, ligeramente dulzón, de los berberechos.
Aparece la clóchina; nuestra clóchina. ¡Qué fina! Recuerda al dátil de mar.
Cucharada con navaja y con ella alcanzamos el último peldaño de esta escalera que según íbamos subiéndola se nos iba apareciendo texturas, aromas y sabores cada vez más profundos, más intensos.
El arroz adquiere una dimensión casi "sensual" pero manteniendo el equilibrio de perfume y sabores.
Punto de cocción más meloso, menos "al dente" que el anterior. Más elegante, más "educado".

3.- ARROZ ALL I PEBRE DE KOKOTXAS DE BACALAO.
Apariencia de guiso de "all i pebre" de la Albufera con ese aroma y cremosidad que lo hacen único.
Caldo de galeras al que se le añade almendra picada y se completa con un pil-pil cocinado con las kokotxas de bacalao. Lógico que así sea, y no de merluza, pues son más suculentas.
Punto de cocción meloso (lógico, no en vano hay una parte de gelatina que procede del pil-pil y que se ha disuelto en el caldo), no pasado, pero tampoco está al dente, está "casi al dente".
El "pebre" irrumpe, tras la primera cucharada. La impresión era como si estuviera escondido, pero segundos después se fija en las papilas invitándote a beber un sorbo de buen vino.
Caldero en el que el arroz (como captador y transmisor de sabores) sustituye a la patata del guiso y al pan que todos "mojamos". Las kokotxas hacen lo propio con la anguila.
El punto ligeramente salado de las kokotxas se agradece por su contraste con el punto dulzón y picante, no excesivamente picante, de la base del caldo (recordemos que es de galeras con almendra picada).
Tras 10 minutos en la mesa, el arroz ha absorbido todo el caldo. Equivale a haber machacado la patata en el caldo del guiso original.
El resultado totalmente satisfactorio.

4.- ARROZ PIL-PIL DE BACALAO Y ESPINACAS.
¡Qué aroma! Te sirven el plato y ya sabes lo que hay detrás.
¿Comida de vigilia? Quizás, aunque hoy es 11 de noviembre.
Punto de cocción que aun siendo un arroz meloso está "al dente".
Surge la pregunta entre los comensales: ¿Debería haber sido servido antes que el arroz anterior? Puede ser. Sin embargo, la fuerza del bacalao, previamente marcado en una sartén, su punto salino, logra difuminar los recuerdos del plato anterior. Fuerza que es preciso difuminar, que no neutralizar, con unas hojas de espinacas.
Se ha acompañado con unas nueces enteras (sin pelar la cáscara) en agua sal, que recuerda a las aceitunas negras/moradas pero con un sabor más mitigado.
Maridado este arroz con una copa de Valdespino Cardenal VORS lo ha convertido en algo excelso.

5.- ARROZ DE PULPO CON CALABAZA.
En este plato apreciamos todos los sabores, calabaza, pulpo y la originalidad de unas diminutas uvas pasas en el mismo. Es un arroz muy elegante pero muy arriesgado en la combinación de estos dos productos.

6.- ARROZ DE MORCILLA Y CALAMAR.
Impresionante contraste de la morcilla de arroz con la potencia de sabor del calamar de playa. Podemos apreciar el sabor de la morcilla y del calamar por separado, nunca los aprecias juntos. Es un arroz para los muy arroceros.

7.-ARROZ AL HORNO.
Tomate, costillas de cerdo, patata, garbanzos y morcilla de cebolla. Arroz clásico de Valencia que te recuerda al de tu madre, cada cucharada del mismo me hace retroceder a mi infancia, a esas comidas familiares de domingo en que en casa se hacía este arroz y cada cucharada del mismo te sabía a gloria. Observación especial a destacar la soltura del arroz y no deja nada de aceite en el plato, está perfecto.

8.-ARROZ EN FESOLS Y NABS.
Sale el fondo de armario de la abuela; blanquet, oreja, morro, de sabor contundente pero nada pesado. Arroz cocinado a fuego lento, con las premisas de la cocina bien aprendidas: paciencia y con tiempo, como antaño se cocinaba .enorme mérito conseguir esa contundencia de sabor y elegancia.

9.-ARROZ CON SETAS Y CODORNIZ.
Codorniz mas Rebozuela Boletus Edulis y Colmenilla . Arroz en punto perfecto de cocción, sabor a tierra mojada, lluvia, humedad de sotobosque con un fondo potente, equilibrado entre las setas y la codorniz. El beneficiado es el arroz, ganando en sabor que aparece al morder el grano en primer plano y posteriormente por detrás las setas y la codorniz provocando un juego de texturas, de sabores y de retrogusto que culminan en una explosión de sabor

10.- ARROZ CON JARRETE DE TERNERA, ALCACHOFAS Y HABITAS.
Potencia a la enésima. Quizás demasiada, tal vez hay que equilibrar tanto sabor con unas alcaparras u otra sustancia que rompa la gelatina potente y enorme de sabor. Otra vez más el punto del grano es el que corresponde. A pesar de ser, un plato con sabor extremo y que no es nada fácil de entender. En cualquier caso es un canto a la gelatina, a los sabores de potencia y extrema y reducciones al mínimo.

11.-ARROZ CON CIERVO, JABALI , CASTAÑAS , PIÑONES Y ROMERO.
Enorme plato. Enorme en concepción, en sabor y en juego de texturas. El ciervo y jabalí existen en un primer plano, pero las castañas cumplen una maravillosa función de dotar de una dulzura amén de una textura más dura y los piñones, además de dotar una nueva textura a las anteriore , dan ese punto de tostados que explota en la boca y se une a la carne , a las castañas y , sinceramente, confunde y descoloca , pero enamora.

Servicio del vino perfecto. Empezamos con una Bota de fino Amontillado numero 24 de Navazos, seguimos con Reixiu 2010, Rocallis 2007, Malleolus 2005, Luditte 2005 y Arbossar 2008. De postre Fritz Haag Juffer Sonnenhur Auslesse . Joan, profesional donde los haya, ayudado de Alex, cumplen perfectamente su cometido, no sólo en el aspecto del vino sino en todo el servicio de sala. Ya quisieran muchos restaurantes disponer de ese mimo, ese cuidado y ese cariño hacia el cliente como el que ellos destilan. Nunca faltó, ni pan, ni agua ni vino. Servicio absolutamente satisfactorio, tanto en el aspecto profesional como en el humano.

Considero que no es fácil para ningún restaurante enfrentarse a un reto de una comida de once arroces diferentes. Ni para La Pitanza ni para ninguno. Pero si añadimos a esa circunstancia que cada arroz tenía un fondo absolutamente diferente , que todos los platos (recordemos que han sido once) han salido en punto de cocción perfecto o casi perfecto, que se han mezclado arroces secos, caldosos y melosos , y además no se han limitado a hacer una vertical de arroces , yendo de sabor menos potente a mas potente , sino que nos han subido en un carrusel perfecto de sabores, con subidas, bajadas y esperas perfectamente sincronizadas , no cabe otra opción que descubrirse ante esta cocina. No se han limitado a cumplir un expediente, ni siquiera se han limitado a dar un recital de profesionalidad, nos han dado un autentico recital de sabor, de texturas, de cocción, imaginación, poderío, dominio de los fogones y bien hacer. Nos han llevado del mar a la montaña, pasando por la huerta. Nos han dado un repaso geográfico de materias primas, de sabores, de mezclas de texturas, de imaginación y de homenaje a la naturaleza. En esta comida La Pitanza ha demostrado que, más allá de decoraciones y de entorno, más allá de lujos y de boato, es un restaurante enorme y lleno de profesionalidad en cocina y en sala. No hay que engañarse, en esa comida bajaron al ruedo y se enfrentaron a un miura con sus conocimientos, su profesionalidad, su afán de superación y, sin miedo, sin arredrarse, sin temores y han demostrando lo que son y de lo que son capaces de hacer, arte en la cocina. No hay que guiarse por las apariencias, ni por la escalera empinada, ni por la situación, ni por sus menús ajustados en precio. Hay que fiarse por lo que dan y como lo dan, por lo que cocinan y como te lo sirven, por su amor a lo que hacen y por que aman su profesión y su único objetico es proporcionar satisfacción al cliente. Y lo logran, vaya si lo logran. No han tenido miedo a lo que se les pidió y han sabido darnos un volteo, provocando que saliéramos satisfechos, sorprendidos y lo que todavía, si cabe, es más importante, nos han dado una lección magistral de cocina y sobre todo de cariño hacia el cliente y encima para apuntillar la gesta, todo se ha realizado en una cocina de seis metros cuadrados.......... creo que sobran las palabras.......Muchas gracias Amparo, Belén, Hugo, Joan y Alex. GRACIAS

El precio es sin vinos

Hacía bastante tiempo que no iba a este restaurante . Y el reencuentro no ha podido ser mas positivo.
De entrantes :
Tomate con bonito : No puedo opinar porque el tomate crudo no me gusta. Los acompañantes han dicho que estaba muy bueno. Se presenta con una semiesfera de tomate que al partirla tiene un relleno de un bonito con una salsa.
Huevos rotos con rebollones : Plato muy clasico y muy bien elaborado con las primeras setas de la temporada

Platos de cuchara :
Pochas con centolla: Pochas finisimas, textura de mantequilla con fondo fuerte de sabor a centolla. La finura de las alubias se mezcla con la potencia del crustaceo. Muy buen fondo. Plato con textura delicada y sabor profundo
Garbanzos con langostinos : Especialidad de la casa . Poco que añadir a lo ya dicho anteriormente. Es una marca del restaurante y me imagino que este plato nunca dejara de estar en la carta. Sabor profundo con garbanzos extraordinarios. Su fondo de sabor no tiene nada que ver con el anterior

Platos de arroz :

Arroz con pulpo y calabaza : Originalidad, complejidad y profundidad en el sabor. Mezcla rara a priori que en la boca se transforma en un plato serio. La acidez del fondo basado en el epulpo se contraresta con el suave dulzor de la calabaza. Arroz prieto, al dente que no se pasa en su coccion que ayuda sin duda a su disfrute. Mezcla de sabores , por una parte fondo oscuro y cargado , por otra calabaza melosa y pulpo en perfecta coccion unidos por unh grano potente y perfecto de punto.

Arroz con jabali, ciervo , piñones y romero : Plato de montaña, plato de cazador. Sabor profundo , lleno , directo. Hay carne prieta con monte bajo y el detalle que puede marcar la diferencia, los piñones que , al estar fritos acon anterioridad, al masticarlos dotan de un retrogusto al plato que lo hace diferente y personal al maximo. Este arroz dará que hablar aunque , emho, hay que entenderlo. No es facil si no te gustan los sabores llenos , plenos y completos.

Plato de quesos artesanos : Muy buenos , en especial el cabrales y el de Castellon

Muy buen servicio de vino. Carta corta , pero justa , teniendo quizas una falta de mayor cantidad de blancos , pero que consta que está en vias de solucion. Se nota que esta hecha en funcion de la clientela habitual del local con lo cual han tenido que equilibrar la demanda con los deseos de oferta. En cualquier caso , precios comedidos.
Servicio en sala muy bueno. Joan es un profesional como la copa de un pino y trasmite su pasión incontrolada por su trabajo. Y esa pasión es la que hace que esta sala sea diferente. Diferente en concepto, en ilusion y en inquietud. Y eso es , sin dudad un valor añadido. Te hace sentirte comodo, atendido y cuidado .

Sin duda se nota que ha habido un paso adelante en este establecimiento. Ademas de mejorar los elementos decorativos , ha habido una evolución en su cocina. Sin renunciar a su concepto de comida de cuchara clasica , las apuestas han querido dar algo más a lo que antes se ofrecía. Parece como si , después de llegar a un punto con dominio de su carta , hayan querido ir más alla, subir un peldaño más en esa imaginaria ascensión que se intuye que se planteó en su concepción. Y emho, lo logran. Los tres platos nuevos que he probado (las pochas y los dos arroces) manteniendo la personalidad de la Pitanza ofrecen un aspecto novedoso. Sin abandonar su sabor clasico apuestan por conceptos y mexclas mas arriesgadas. pero , eso si, nunca se pierde el denominador comun, su sabor. Sabor honrado a materia prima acorde a su cocina.

Siempre es bueno evolucionar, siempre es bueno que , sin perder las raices, se ofrezcan versiones nuevas al cliente. La Pitanza ha iniciado un camino que sería una autentica pena que lo abandonara. Ha seguido el camino de su personalidad, de su creencia, de sus bases , pero evolucionando, dando un paso firme , seguro y lleno de convencimiento. Un paso mas alla.........en busca de una mayor satisfaccion de los que tenemos la suerte de comer alli. Esperemos que esto sea el comienzo de una carrera sin vuelta atrás. Por su bien y por el nuestro.......
Precio sin vinos

Sinceramente, creo que es la mejor relación calidad-precio que he encontrado.

Trato afable y mimo con el vino. Recomendaciones acertadas y comida más que buena.

Nosotros tomamos el menu degustación y todo muy bueno, aunque naturalmente no todos los platos con el mismo acierto.

Yo lo recomendaría sin dudarlo

Ayer comimos en laPitanza. Una vez exito seguro. Un gusto, el aperitivo un humus espectacular y un arroz con marisco pelaet realmente sabroso con unos postres y acompañado de unos rosados que trajimos. Con un buen rosado que nos proporcionó Joan el metro del restaurante. Realmente es un lujo que exista un restaurante como este en el barrio del Carmen..

Domingo noche, con invitada extranjera a la que. a pesar del horario había que enseñarle lo que es un buen arroz.
Restaurante pequeño con ambiente tranquilo donde la atención de Joan siempre es excelente.
De entrantes un gazpacho con sandía (muy bueno y diferente), sopa de maíz con foie y láminas de berenjena con verduras. Dos de los comensales tenían problemas con lácteos, por lo que se les cambió el entrante sin problemas.
De arroz: paella clásica y arroz de marisco pelado, ambos servidos en su punto y con un muchísimo sabor. Esta vez, la paella ganó.
Postre: tarta de queso, torrijas y crema catalana, todas buenisimas.
El vino elegido: un blanco que ya es la 2º vez que pruebo aquí: Groc. Se trata de un verdejo de muy limitada producción que acompañó perfectamente la comida.
Este restaurante se ha hecho un hueco entre nuestros favoritos.

Después de un par de intentos fallidos por fin pudimos visitar este afamado restaurante. Optamos por el menú de mediodía, muy completo y a un precio más que correcto. Nada más llegar nos pusieron un humus (crema de garbanzos) con unas roscas de pan tostado que estaba buenísimo. Lo acompañamos con un vermut Oliveros si mal no recuerdo. A continuación gazpacho andaluz, muy rico. Después tomamos una ensalada con brotes de espinacas y jamón que también nos gustó mucho. De plato principal pedimos un arroz meloso con conejo, pollo y setas que estaba buenísimo. Rosa se pidió el arroz meloso de marisco que no tenía nada que envidiar al nuestro. De postre pedí tarta de queso, quizás lo más flojo del menú. Para beber tomamos un Albarinho do Ferreiro y un tinto del que no me acuerdo (hace ya unos días y la memoria de uno no es lo que era ;) pero que según me comentó Javi estaba hecho con una variedad de uva recuperada en la zona de Castellón. Vino interesante y con personalidad, que no es poco. Para los postres nos obsequiaron con un vino dulce de monastrell y garnacha de Heretat de Taverners si no recuerdo mal. Yo ya no pude llegar a los GT, que aún estaba convaleciente de un encuentro murciano del día anterior y el cuerpo ya no está para abusar mucho.

En resumen, cocina con buen producto, sin florituras pero hecha con sabiduría. Servicio excelente, Joan te hace sentirte en familia. El local, como ya se ha comentado, no apto para gente con movilidad reducida. De todas maneras tienen unas cuantas mesas en una terracita que me da a mi que por la noche ha de ser una maravilla.

A comentar y destacar la apuesta tan arriesgada que hacen al pedir que los guisos se pidan con una antelación de 48 h. Para mi es un homenaje a la cocina de chup chup, muchas veces olvidada, y también una apuesta por el producto fresco, y eso les honra mucho. La verdad es que me quedé con las ganas de probar alguno de ellos pero a la próxima visita, que la habrá, no perdonaré.

En nuestra primera visita turística a Valencia y animados por las críticas leídas, nos decidimos a probar la cocina de este local ubicado en el barrio del Carmen, en el centro de Valencia cerca del
mercado central, la lonja y la catedral, en un extremo de la popular Calle de Los Caballeros.

Es un local pequeño en cuya planta baja sólo ubica la entrada y la cocina y en la primera planta la única sala que observamos, con una capacidad para unos 40 comensales. No observé ningún tipo de elevador por lo que no es recomendable, en principio, para personas con movilidad reducida pues la escalera es empinada y estrecha.

Sala simple de mesas con mantel blanco, limpio y cuidado, con una vajilla muy correcta y mejorable en la cubertería; con sillas cómodas y temperatura adecuada, se echa a faltar algún hilo musical
que mejore la reverberancia sonora de la sala, de estricto silencio más allá de las conversaciones de los comensales. También sería deseable algún elemento separador entre la puerta del servicio y el resto de la sala pues es visible desde toda ella.

El servicio es llevado a cabo por un único camarero que se lo curra considerablemente, no sólo escaleras arriba y abajo si no con su atención cercana de explicaciones precisas y recomendaciones acertadas.

Escogimos un menú de noche por 24 euros más bebidas. Aquí la minuta y su evaluación:

Crema de puerros de bienvenida.
Correcta con un ligero exceso de ácido al final en boca.

Lomo de Sardina Ahumada con Caramelo de Pimiento.
Rica la sardina (a la que no es preciso poner sal maldon) y exquisito el caremelo de pimiento.

Rollitos de Berenjena con Vinagreta de Módena.
Bien elaborados y sabrosos, si bien convendría bajar la proporción de cebolla morada que tiene a anular los sabores del resto del relleno e incluso de la berenjena.

Foie con Sopa de Maíz y Arena de Quicos.
Arriesgada apuesta de grasa, dulce y salado que al que le guste le encantará y al que no... pues eso. A mí personalmente me gustó considerablemente y constituyó lo sorprendente del menú. En mis otros 3 compañeros, divisón de opiniones.

Deseosos de probar los arroces decidimos compartir dos especialidades. Atención: más vale traer hambre de casa pues van 100 gramos de arroz por cabeza.

Arroz Meloso de Marisco "pelaet": Rico, muy rico, riquísimo.
Arroz Meloso de setas y codorniz: Espectacular.

Postres:
Crème brûlée: Sobresaliente.
Torrija casera caramelizada con helado de canela: Correcta, rica y buena.
Tarta de chocolate negro con helado de vainilla: Espectacular.
Tarta de queso con mermelada de melocotón: Muy buena.

Vino por recomendación muy acertada pues buscábamos sabor y frescura: Gran Caus Rosado de 2010 de Can Ràfols Dels Caus, correctísimo de temperatura y moderado de precio para su mercado (21 eur) al que puntuaría con un 8,5 sobre 10.

Invitación final a un moscatel Casta Diva 2009 cosecha miel de Bodegas Gutiérrez de La Vega, servido frío, muy de nuestro gusto y al que no bajo de un 8 sobre 10.

Comentario final:
1. Cocina clara, definida, bien elaborada y sin más pretensiones que dar de comer bien y a muy buen precio.
2. Servicio correcto y atento con ganas de cumplir y agradar, conocedor del producto que ofrece.
3. En nuestra opinión, 4 comensales llegados desde Málaga, es un local muy recomendable al que, caso de volver a Valencia, juntos o separados, probablemente volveremos especialmente para conocer su evolución.

Saludos.

El motivo principal por el que no reserve a través de verema, ni en ningún momento hable nada del foro ,en la pitanza, es por alguna crítica con muy mala leche, que achacaba entre líneas, el compadreo con este foro por parte ,por ejemplo de la pitanza, y ya que me desplazaba hasta Valencia a disfrutar también de su gastronomía, quise ver qué pasaba, como imaginaba estas acidas criticas tienen poco donde aguantarse, me encontré con un local bien situado, con gente joven trabajando, y donde se ofrecía, buena cocina a muy buen precio, vamos cada uno en lo suyo, yo personalmente no comparo la cocina de la pitanza, con la del arrop ,ni con la del kaymus, pero es que creo que tampoco ellos tengan esas pretensiones, al menos de momento ,local joven y con una cocina franca y sin engaños, ni extravagancias ,a un precio muy bueno y con producto acorde a lo que se paga, vamos un restaurante sin dobleces ,os relato el menú nocturno, por cierto muy rico y sabroso ,también decir que me atendió una extremeña majísima y muy atenta a todo, incluso me escribió el menú a boli, alex se llamaba, encantadora persona.
Empezamos con sardina ahumada con caramelo de pimiento rojo, la sardina en su punto y el pimiento muy rico.
Sopa de maíz con foie y arena de quicos, muy sabrosa, me recordó, salvando las distancias, a los garbanzos con foie del zuberoa.
Garbanzos marineros, no me extraña que sean la especialidad, están muy buenos.
Rollitos de berenjena con vinagreta de modena y parmesano,correctos.
Arroz meloso marisco “pelaet”,rico,rico,rico.
Torrijas caseras caramelizadas con helado de canela y torta de queso y a mi mujer tarta de chocolate, natillas para mi niña, además de un menú infantil a 5€, todo regado con un llopart brut nature imperial por 21€, en total una cuenta de 88€ , y si quitas 4,5 del pan y cubierto, que en otras zonas no te cobran, es ,creo yo, uno de los mejores precios por cenar tres personas, incluso con el extra, felicidades, buena cocina y buen precio , me disculpo si mis puntuaciones no se identifican, sobre todo en el apartado cocina, con el nivel de satisfacción, pero me está resultando difícil, hacer una valoración mas objetiva de cuatro restaurantes a la vez.

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