cena pactada con los siguientes platos;tres boquerones det.de la casa
aperitivos;seis buñuelos de bacalao,buenos,tres ensaladas con crujiente
de jam.iberico,buenas,foie trufado casero,muy bueno,txangurro.bueno
pero un poco fuerte de sabor,garbanzos con langostinos,contundentes y
buenos,carrilladas,contundentes y buenas.postres una variacion de la crema cat. y una tarta de choc.sin harina y helado de mandarina,buena.
dos cafes y dos orujos ,yo no suelo tomar eso.bebercio;champ.ruinart
blan de blancs,marques de villamagna g.r. y mas la plana.hugo probo los vinos y ademas nos invito a una bot de cava bueno.alex muy diligente.en total buena velada y cena tambien.
p.d aviso;vaya novia,compañera,pareja y "chota" que tiene hugo;chapeau
la bebida la lleve yo.la madre-cocinera vino tres veces a charlar con
nosotros,muy amable.

He de reconocer que fuimos con miedo pues en diversas ocasiones hemos tenido malas experiencias con Menús de Cuina Oberta; hay lugares que parece que como se pagan "sólo" 30€ la calidad, el servicio y demás pueden ser de tasca de menú de 6€.

La sala ya la conocíamos por lo que no hubo sorpresas en este ámbito, estaba completo y pese a ello la intimidad era buena; ayudaba a ello que todas las mesas (supongo que por San Valentín) éramos de 2 personas.

El menú fue realmente sensacional; una croqueta de bacalao que nos sirvieron con un Vermouth casero EXPECTACULAR, ensalada Templada de Espinacas buenísima y una terrida de Foie buena. Seguimos con un Txangurro muy bueno y las clásicas Carrilladas Ibéricas de La Pitanza que ya habíamos probado. El postre era una especie de Natillas más líquidas, correctas.

El servicio fue muy atento y simpático algo acelerado quizás pero con el comedor lleno y esas escaleras...

Vino, bebimos un Treinta Mil Marañones de Madrid que nos sorprendió gratamente. Tomamos el café con nuestro amado "cigarrito" en la terraza en la que han ubicado una estufita que se agradece...

Volveremos de nuevo. Felicidades por no utilizar el tema de Cuina Oberta para "hacer caja" sino como promoción de su cocina y su local.

Tercera visita a este restaurante. Viernes noche y varias mesas libres... La crisis se nota, desde luego. La parte positiva es que toda la cena transcurrió tranquilamente, sin voces ni conversaciones atronadoras.
Como detalle de la casa nos traen unos boquerones en vinagre.
Pedimos el menú nocturno que incluye unos lomos de sardina ahumada (me recordaron a los que comí en el restaurante Conlaya de Madrid), foie con sopa de maíz y arena de quicos bastante conseguida, una ración de garbanzos marineros (excelentes), una ensalada de picantón con vinagreta de cítricos prescindible y como platos principales: magret de pato con vino (la carne de pato estaba en su punto, crujiente por fuera y tierna por dentro) y una lubina salvaje con alcaparras bastante sápida.
De postre nos trajeron una especie de crema catalana, rica pero nada del otro mundo.
El vino lo llevamos nosotros; un Olvena de Somontano. Nos cobraron el descorche.
A nosotros nos atendió durante toda la cena una joven que estuvo simpatiquísima, pero no esa falsa simpatía para agradar, sino sincera (quiero creer).
En resumen: una buena alternativa para cenar a precio de crisis y salir satisfecho.

Decimos comer en día de año nuevo en este céntrico restaurante.Lo conocíamos de haber ido anteriormente en varias ocasiones, tanto para comer como para cenar,siempre con la opción de menú y nunca nos había defraudado, así que fuimos nosotros los que planteamos a la otra pareja este gran restaurante..o eso creiamos…hasta que llego el día 1 de Enero del 2011.como ya hemos dicho éramos 4 comensales y reservamos mesa para los tres de la tarde.Cuando llegamos solo habían tres mesas mas ocupadas, algo que nos sorprendió ya que siempre esta prácticamente lleno.Una vez sentados nos ofrecieron 2 opciones de menú para los mismos platos, con bebida 50 € por persona o sin bebida 40 €, eligiendo la opción con bebida, constando de ;

4 ENTRANTES:

-Una croqueta de bacalao ( algo cruda)
-Un crepe de confit ( bueno)
-Una sopa de castañas ( fría ,fría)
-Un sorbete de cactus ( nada del otro mundo)

DOS PLATOS PRINCIPALES

-Un mini pastel de patatas con un dado de bacalao ( aceptable como entrante pero no como plato principal dada la cantidad)
-Carrillada de ternera con 4 patatas gajo( muy bueno, pero no exagero cuando digo que el único trozo de carrillada que había , cabía en el tenedor de lo pequeño que era)

Y DE POSTRE

-Mini porción de tarta de chocolate con una mini bola de helado de vainilla.

-La bebida consto de 2 botellas de vino valenciano, aceptable pero no nos acordamos del nombre y una botella de agua.

El servicio constaba de 2 camareros, uno alto y con gafas bastante simpático , y la joya de la corona, el que nos toco.El típico que va de resaca de fin de año y te sirve con mala gana queriendo que acabes cuanto antes para irse rápidamente, sin darte ningún tipo de explicación sobre los platos que te esta sirviendo.Ojiplatos nos quedamos cuando terminamos de comer, parecía que nos acabábamos de tomar el apetitivo, para nada esta justificado los 40 € de los que constaba el menú con la cantidad que se nos ofreció, nos quedamos con hambre y eso si que nunca nos había pasado, terminar de comer y salir con la sensación de no haber comido nada.
Y para rematar, a las otras tres mesas, y como se suele hacer prácticamente en todos los restaurantes dadas las fechas, les obsequiaron con una bandeja de dulces típicos navideños ( turrón y polvorones variados) y una copita de cava para brindar el año nuevo, a todos menos a nosotros por ser , se ve, la ultima mesa y que la joya de la corona tenia prisa por irse.Por supuesto que ni los pedimos , pero el detalle estuvo muy feo.
En resumen….no volveremos nunca, no se lo recomendaremos a nadie, nos sentimos profundamente decepcionados y nos fastidio la comida de año nuevo por la que nos cobraron 207€ ( los siete euros de los cafés ), carísimo para lo que comimos.
Lo único positivo de la visita fue que por fin el baño había sido reformado.

Volvimos a La Pitanza, después de unos meses. Elegimos, de nuevo, el menú de noche (24 € + bebida). Destacar los garbanzos marineros, excelentes, el magret de pato y un postre casero que nos encantó, una crema catalana.
Sigue estando el problema de la proximidad de las mesas (menos mal que ahora no se puede fumar), pq había alguna mesa el pasado sábado, que se creían que estaban solos en su casa.
Por lo demás, buen servicio (a pesar de cierta espera al principio) e inmejorable RCP.

Vuelta a la Pitanza, en esta ocasión para probar el menú de noche. Víspera de Reyes y el local lleno. Probamos sus sabrosos garbanzos con langostinos, muy buenos. Por el contrario la ensalada de picantón en escabeche para mí insulsa y prescindible. De plato principal tomamos calamar a la plancha y pato con salsa de pera, bastante acertados los dos platos. De postre bizcocho de chocolate con helado de canela.

Nos llevamos el vino de casa, en esta ocasión MEGALA 2007 y nos invitaron a dos copas de cavas, la segunda deferencia de Alex por haberse retrasado un poco con los postres.

La única pega que se puede poner al local es su regular insonorización, por lo demás servicio atento y diligente y una oferta digna y casera que no engaña donde prima el producto.

Una vez más la Pitanza, una vez más con sorpresa.
No podía elegir otro lugar para celebrar con unos compañeros la finalización de una etapa académica.
Trato exquisito del servicio en parte debido a la cercanía que transmite Hugo, el artífice.
Probamos el menú de mediodía acompañado por un Artadi. Para arrancar unos lomos de sardina ahumada impresionantes, la sopa con foie muy acertada y a mi gusto, aunque soy muy escéptico a las combinaciones con foie. El arroz meloso con rebollones perdurará en mi memoria. El postre fue la torrija con helado de canela también muy bien combinada.
En definitiva seguiremos experimentando. Los resultados del trabajo continuado salen a la luz y son un ejemplo en La Pitanza.

Click rápido y reserva desde Verema.Ya no habia vueltra atrás, a los pocos minutos nos llaman indicando que la reserva ha ido sin problemas e indicando que la sala era para fumadores pero que seria una noche tranquila.Se agradecen estas cosas.

Una vez en sala, nos dejamos recomendar, elegimos el menú, por descubrir un poco más la cocina de La pItanza,solo puse como condición probar los garbanzos con langostinos, los cuales os aseguro que estaban deliciosos.Recuerdo que tomamos lomo de sardina ahumada, sopa de maiz con foie,garbanzos con langostinos,y otro guiso mas fuertecito tambien con garbanzos y una ensalada.La ensalada fué el plato mas flojito de la noche,pero todo lo demás notable-sobresaliente.Como platos principales probamos el pescado fresco del dia, y secreto iberico. Buena calidad de productos.

Respecto al vino, nos recomendó un Vermut Oliveros de aperitivo, continuamos con un vino que nos llevamos de casa, Cap de Barbaria, del cual no se nos cobró nada de descorche, y terminamos con unos vinos dulces Olivares Monastrell y Gramona Vi de Gel Gewürztraminer y con unas copas de cava, estás ultimas de invitación.

Mi mas sincera enhorabuena a todo el equipo, por saber transmitir una cocina de mercado, sencilla, honesta pero de gran calidad.

Alentados por los comentarios positivos de Verema, acudimos a celebrar la navidad unos amigos. Nos llevamos el vino de casa y nos invitaron a una copa de cava.
Optamos por el menú de navidad para grupos a 30e, compuesto por 3 entrantes y un plato principal y postre.Tomamos de entrantes: Coca de sardina ahumada con escalivada, excelente, aunque un poco escasa, apetecía comer mas.
Seguimos con un buena sopa de castañas y terminamos los entrantes con un puerro gratinado relleno de marisco, para mí lo más flojo del menú.
Como plato principal nos decantamos todos por el solomillo de ternera con salsa de setas y trufa, en su punto y una salsa buenísima.
De postre tomamos torrija con helado de canela y arena de almendras. Bien.
Maridamos la comida con Aranleón Solo 2007 y un Pago de Carraovejas crianza 2007 estupendos. Nos envinaron las copas sin coste adicional y nos invitaron a una copita de mistela de Jalón.
Mención aparte merece el servicio recibido por ALEX , atenta y diligente en todo momento que nos explicó que todos los fines de semana llenan. Repetiré.

Situado en uno de los mejores puntos de la noche Valenciana, junto a la Plaza del Tossal, en pleno Barrio del Carmen, se encuentra este local. Primera vez que acudia en una ocasión especial.

Servicio: La atención del responsable esta a la altura de los mejores. Atento, servicial sin resultar agobiante, y muy educado. Con sugerencias sutiles que hacen sentirse al comensal entre algodones y particiape de la degustación.

Entorno local: El local no está a la altura del resto de los parametros de valoración. Sin duda resulta muy pequeño (eso impide enormemente la intimidad. Otro pero, es que es excesivamente ruidoso, con mucho humo (esto será subsanable a partir del próximo 1 de enero, afortunadamente. Por favor y que nadie se enfade...)

Comida: Tomamos el menu degustación de noches. Comida muy sabrosa con toques de cocina tradicional y creativa. Comenzamos con un aperitivo de bienvenida, humus, sencillamente suave, delicado y exquisito.El primer entrante consisitió en sardina natural con mermelada de tomate. Muy rico, servido individualmente lo cual nos gustó. El segundo entrante fue diferente para cada comensal a elección propia. Sopa de maíz con foie y polvo de quicos, Aunque poca cantidad muestra de una sopa con el omnipresente foie de los últimos años; Garbanzos marineros con langostinos. Hay que decir aunque poca cantidad, fue el mejor plato de la noche. Cocina tradicional con toque innovador. Sencillamente que buenos estaban.
El tercer entrante fue una ensaldad escabechda con toques de citricos: Fue el plato más flojo de todos. Sirve para llenar mesa.
De plato fuerte tomamos: Corvina con pisto, muy sabrosa, aunque tuvimos que decir que nos la hiciesen más porque estab cruda. El pisto no es el mejor acompañameinto para un pescado. De carne tomamos Magret de pato a las peras al vino. el magret estaba espectacular, aunque algo frío. De postre nos pusieron una torrija, dulce de leche con heladode canela. Sencillo, suave para culminar una cena muy correcta.

Quizás la espera entre plato y plato no fue de lo mejor, y más con el ambiente de ruido ensordecedor por los acompñanates no elegidos de sala y por el insoportable humo con el que nos deleitaron los que fumaban.

Vino: En la elcción del vino, propusimos dos alternativas al responsable de la sala: Mestizaje (relación calidad precio inmejorble y seguridad) o Rojo y Negro 07 (vino de uva garnacha afrutado. No lo conocíamos). Aunque no es nuestro estilo el arriegar con el vino, nos dejamos aconsejar y fue todo un acierto. La uva garnacha de alicante es muy buena.