Restaurante La Pitanza (RESTAURANTE CERRADO) en Valencia
Restaurante La Pitanza (RESTAURANTE CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
19,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Abre todos los días
Nota de cata PRECIO MEDIO:
33 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.2
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.1
RCP CALIDAD-PRECIO
8.4
Paletilla de cordero con 8 horas de cocción y patatas a lo pobre
Con erizos
Garbanzos Marineros. La Pitanza de Valencia
Rabo de Toro
Tomate Relleno de Bonito
Latas Caseras de aceitunas y pepinillos
Arroz de All i Pebre de Cocochas
Arroz de "Pobre" galeras, espinitas y salazón
Cata Vertical Arroces
Garbanzos marineros
Coqueta con salmonete de roca
Gazpacho de tomate raff y fresas
Suquet de escarapota
garbanzos marineros
patata ibérica
Arroz Caldoso de Cangrejo de Arrastre
La Bota 27 Equipo Navazos
Breva rellena de Foie con Crujiente de Jamón Serrano
Comedor
Entrada en Fucsia
fresón con tarta de queso
ensalada tibia de espinacas
Opiniones de La Pitanza (RESTAURANTE CERRADO)
OPINIONES
220

Local de acogedor aunque con una escalera de subida a la sala bastante ajustada. Pedimos menú de fin de semana. Los entrantes fijos eran sopa de melón con jamón y lomo de atún en escabeche. previamente han servido como detalle de la casa una croqueta por comensal.
Como platos principales elegimos los arroces melosos tanto el de costilla y alcachofas, como el de gambas y sepia. Buenos, así como la carrillera en nuestro caso bastante conseguidos, al contrario que algún comentario anterior. Para finalizar, la crema catalana quizá algo más floja de lo esperado para un menú fijo de 25€.
Buen trato del vino, (Blanco, Casta Diva) y vajilla muy aceptable.

Cena del grupo de Catas València con temática "Grandes vinos blancos de pequeñas D.O.", el menú fue el siguiente:

-Gazpacho de Sandía, Tomate y Albahaca
-Buñuelo de Corvina con Pisto
-Foie con Sopa de Maíz y Arena de Quicos
-Vieira a la plancha con Aceite al Aroma de Café
-Garbanzos Marineros con Langostinos
-Arroz Meloso de Setas y Codorniz
-Crema Tostada con Arena de Galletas María.

Local ubicado en el Barrio del Carmen con limitaciones en relación con el espacio bien resueltas, acogedor. Buenas copas, vajillas y cubertería. Disponen de una buena carta de vinos que en este caso no me hizo falta (aportabamos el vino). El servicio excelente, tanto del vino como de la cena, trato familiar pero profesional al mismo tiempo. Respecto a la cena, muy buen nivel en general de todos los platos aunque personalmente destacaría el Foie y los Garbanzos. Creo poder afirmar que nos sentimos todos muy cómodos, la atención fue excelente en todo momento, cuidando mucho los detalles. Estupenda cena y mejor trato. El precio no incluye vino.

Suelo guiarme bastante por las opiniones de Verema para descubrir sitios nuevos, y viendo que las opiniones de La Pitanza eran por lo general bastante positivas, decidí ir a probar.

Local completamente lleno. Pedimos menú de fin de semana. Los entrantes fijos eran sopa de melón con jamón y albahaca (ni fú ni fa) y pulpitos con ajos tiernos (mediocres, algunos con arena). Antes han servido como detalle de la casa unas croquetas de merluza que no estaban mal, pero más tibias que calientes.

Como platos principales pedimos la carrillera y el arroz meloso de costilla y alcachofas. La carrillera, tierna pero fría, con una salsa demasiado aguada. Y el arroz no había por dónde cogerlo. Viéndolo pasar hacia otras mesas, ya hemos visto que muy buena pinta no tenía, y al degustarlo hemos comprobado que no andábamos errados: sin color, el arroz desgachado, soso... en fin.

Para finalizar, una crema catalana en consonancia con los platos anteriores.

El servicio del vino, normalito. Lo descorchan y lo dan a probar. Una de las copas estaba rota en el borde y la han cambiado por otra igual. La tercera ya estaba bien.

Carta de vinos convencional. Hemos pedido un Mestizaje para asegurar y ha salido demasiado frío.

El servicio... pues bueno, un tanto descontrolado. En los segundos han sacado el arroz 10 minutos antes que la carrillera, lo cual no es de recibo. Habíamos pedido una cerveza junto al vino que hemos tenido que reclamarla porque no llegaba.

En la factura nos ponen: mistelas (invitación de la casa). Las mistelas no han aparecido por ningún sitio... además reservamos a través de Verema, por lo que se supone que habría una copa de cava de obsequio, pero supongo que estaría en el mismo sitio que las mistelas. El trato de los chicos que nos servían ha sido casi inexistente: ponían los platos sobre la mesa y poco más, esa amabilidad y familiaridad que veo en otros comentarios, nosotros no la hemos percibido.

En fin, que a veces alucino que las valoraciones de Verema. Ver que La Pitanza está mejor valorado que, por ejemplo, Riff, es de auténtica locura. Da la sensación de que en el foro hay sitios con estrella y otros estrellados, independientemente de lo que pase allí dentro.

Me fastidia hacer ese tipo de críticas porque quizás sólo hayan tenido un mal día y el resto del tiempo lo hagan de maravilla, pero lo dudo.

En fin, para mí La Pitanza es un 5,5. Primera y última vez.

Es difícil encontrar un buen restaurante que abra los Domingos. La Pitanza es una de las pocas alternativas en Valencia para ello. Además, ese día celebrábamos un doble cumpleaños, padre e hijo, de 78 y 40 años respectivamente. Había que elegir un sitio con garantías. Por tanto, la confluencia de ambos factores, inevitablemente derivó en La Pitanza como elección.

Menú concertado previamente con Hugo para el evento.Doce comensales. A precio de menú de fin de semana un fabuloso festín:

Detalle de croquetas de corvina salvaje. Muy buen sabor y textura.

Dos entrantes:
Foie con sopa de maíz y arena de quicos. Original entrante francamente bueno.
Txangurro de Nécoras. Más "clásico", pero igualmente buenísimo.

No pedimos más, sabiendo que después vendrían los arroces (y garbanzos), como siempre abundantes.

Principales:
Garbanzos Marineros con langostinos. ¡Qué decir de este plato! Personalmente me enajena. Es uno de mis fijos. Y aún así, sigue impactándome la explosión de sabor en boca. Contundente. Genial.
Arroz meloso de setas y codorniz. Otro gran plato. En su punto.
Arroz meloso de Marisco “Pelaet". Muy bueno.
Arroz de pollo para dos niñas. Se la comieron en un santiamén. Mala no debía de estar. No puedo opinar porque no dieron opción. Del resto sí. Los probé todos (no puedo evitarlo) y además recojo el sentir generalizado de los comensales.

Se repitió (dos y tres veces según quién) y aún sobró.

Postre:

Para "desengrasar", Carpaccio de Piña con Helado de Mandarina. Muy agrabable, con su toque de Cointreau.

De beber:
Una botella Magnum de El Sequé y otra "normal". Gran monovarietal que regó perfectamente los paladares.
Además, ocho botellas de agua, tres tercios de estrella Damm, dos claras, dos zumos de tomate.

Cafés e infusiones para nueve.

Invitación de botella de cava Robert J. Mur y 10 mistelas tintas (se nos dejó la botella para servir a discrección).

Buen servicio. Sin esperas a pesar de que éramos 12 y había bastante aforo en el local.

La RCP espectacular, como siempre.

En definitiva, un lugar en el que algunos nos sentimos como en casa o mejor. Mimados por Hugo y su equipo y en el que la cocina es honesta, de buenas materias primas y realizada con cariño.

Lástima que el local no sea más grande.

Volvimos a La Pitanza, después de unos meses. Escogimos el menú de noches (24 €). Han cambiado algunos platos, como las berenjenas rellenas. Como plato de cuchara, teniamos la sopa de foie con aroma de kikos y garbanzos marineros con langostinos, ambos excelentes, así como los platos de carne ofrecidos (secreto ibérico y carrillada). Para terminar, unas natillas caramelizadas, perfectas para acabar la noche.
Muy buen servicio, a pesar de tener el restaurante casi lleno.
Excelente RCP (precio sin vinos).

Un restaurante donde la cocina, la terraza, el maridaje y la atención exquisita por parte de tod@s han hecho que las comidas de estas fallas hayan sido inolvidables. Paladares exigentes que ante la masificación de las fiestas valencias se han quitado el sombrero ante el deleite de los sentidos.

Gracias

Unas mesas bien dispuestas nos esperan...
Con sus platos, cubiertos y cubiteras.
Un Llopar Leopardi ya reposa a la fresca,
para el paladar limpiar, de esa untosa croqueta.
Que rica por favor, pero que buena.
Llega Navazos, con su bota, manzanilla 22 nos espeta,
para poder seguir con la berza, de espinaca con almendra,
queso fresco y jamón, crujientito y sabrosón.
Y el Maestro Amoroso llama a la puerta,
y asoma un plato de sopa de maiz, con su foie,
y su arena de quikos que huele que alimenta.
Pero llega una novedad, bien estructurada y de calidad,
con un Kyrie en la copa, mejillón sin concha,
berberecho a un lado, al otro lado la almeja,
una navaja presidiendo, un ajillo de marisco,
que ahora que lo recuerdo, tiemblo y brinco.
Y va llegando el plato estrella, precedido de su aroma,
que por la escalera sube, y por la escalera asoma.
De repente, al indio se le empinan las plumas,
a la gente se le abre la boca,
y es que le han echado, Rocallis en la copa.
Y el indio en su idioma platica,
que de cava; sólo a tomado una chispica.
Y le estampan otra botella, del Leopardi de marras,
para que el indio disfrute, de sus garbanzos macarras.
No por malos, sino por desconocidos,
porque no hay chorizo, sino langostinos.
Garbanzos marineros, que inventó la hermana,
que junto con su madre, siempre la arman,
y dejan como al indio, a la gente con ansia.
Pasaríamos ya al postre, pero debe seguir la encomienda.
Con un arroz meloso de setas y codorniz,
cuando la gente ya no sabe ni que decir.
Sólo se oye al unísono:
-Hemos visto el Mágnum de El Sequé,
-Écheme más vino, y no se corte usted.
Empieza una gran algarabía, la gente pide el café,
pero no se preocupen ustedes por eso, responde Hugo...
- ¡ Que falta algo que estofé !
Unas carrilleras ibéricas, poquita cosa,
no se me apuren por ello, que hay mas vino también...
Y seguimos descorchando, un de Orto, Les comes,
o como se escriba, que ha estas alturas,
hay algunos que ya ni ven.
Y llega el postre ya por fin,
que bonito, que gran festín...
Torrija con azucar, canela en helado,
crema tostada con aire avainillado.
Y un Casta Diva, nos embruja con su miel,
y nos recuerda que lo hemos pasado dulce y muy bien.

P.D.: Dedicado a todo el equipo de La Pitanza, por su buen hacer, sus buenas artes culinarias, su simpatía, su unión y fantasía, de hacer las cosas con cariño, amor a la cocina y mucho bravío.

P.D.2.: Un abrazo al sumiller, que nos deleitó con un gran maridaje de su tierra valenciana ??? Visca el Barsa.

P.D.3.: Espero que no le hayan cobrado un queso que desapareció de la despensa, a la camarera, jejejeje

Totalmente de acuerdo en casi todo lo comentado por José, pero en mi caso con alguna variante
A continuación reproduzco el menú y las armonías que yo disfruté:
•Croqueta de corvina.
-Llopart Leopardi 2004
•Ensalada templada de espinacas, queso fresco y crujiente de jamón ibérico.
-Llopart Leopardi 2004
•Foie a la plancha con sopa de maiz.
-Llopart Leopardi 2004
•Ajillo de mariscos
-Llopart Leopardi 2004
•Garbanzos marineros con langostinos.
-Llopart Leopardi 2004
•Arroz meloso de setas y codorniz.
-Llopart Leopardi 2004
•Más Garbanzos marineros con langostinos
-Llopart Leopardi 2004
•Crema tostada (natillas ligeras), torrija y helado de canela.
-Llopart Leopardi 2004
Prefiero no puntuar ya que por lo bien que comí, lo bien que bebí, lo bien que me lo pasé (a pesar del indeseable que se sentó a mi lado) y por otros motivos igual de buenos, mi puntuación podría ser considerada como Spam por los que no asistieron a la comida.

Céntrico, situado en el barrio del Carmen, distribuido en dos plantas, la planta baja apta para el tapeo, el comedor en la primera planta. Decoración de estilo clásico, con gusto, a pesar de las reducidas dimensiones del comedor, suficiente separación entre mesas. Correcta mantelería. El único “pero” al restaurante, su tortuosa escalera de acceso al comedor.

Cocina tradicional, basada en la bondad de los productos que utiliza y el amor, la paciencia y diligencia con que se cocinan, con alguna que otra adaptación a criterios culinarios modernos. Ofrece menús distintos a mediodía (con presencia de platos de cuchara) y de noche al precio de 24 euros. La vajilla y cuberterías correctas. El servicio es joven, pero profesional, atento, dispuesto y cercano.

La carta de vinos no la ojee, ya que este almuerzo había sido concertado previamente, fruto de una “quedada veremera”, (precisamente post-encuentro) e impulsada por el siempre inquieto Javier Zapata (jzm2000). Pero si pude ver las buenas referencias que descansaban en los armarios climatizadores y las que armonizaron la comida que nos prepararon. La cristalería buena, de distintas marcas (Stölzle, Spigelau, etc.), con el oportuno cambio de copas al cambiar de vinos. El vino servido a temperatura correcta. A la persona encargada del vino (lo siento, no recuerdo su nombre, creo que Joan) se le notaban ganas y conocimientos. Me comentó Hugo (uno de los propietarios del establecimiento) que fue uno de los primeros restaurantes de Valencia en impulsar la iniciativa “Con tu vino bajo el brazo”. Además los miembros de la comunidad verema disfrutan del descorche gratuito.

Nuestra experiencia fue para almuerzo el mediodía del domingo, como ya he dicho anteriormente, después de un maratoniano encuentro de verema, La Pitanza supuso el “broche final”.

A continuación reproduzco el menú y las armonías que pudimos disfrutar los que allí estuvimos:

• Croqueta de corvina.
Llopart Leopardi 2004
• Ensalada templada de espinacas, queso fresco y crujiente de jamón ibérico.
La Bota N.22 Manzanilla
• Foie a la plancha con sopa de maiz.
Maestro Sierra Amoroso
• Ajillo de mariscos
Kirye 2007
• Garbanzos marineros con langostinos.
El Rocallis 1999 Magnum
• Arroz meloso de setas y codorniz.
El Sequé 07 Magnum
• Carrillera ibérica estofadita
Les Comes de Orto 2008
• Crema tostada (natillas ligeras), torrija y helado de canela.
Casta Diva Cosecha Miel 2008

En definitiva un lugar para repetir, todos los platos me gustaron, tal vez por mis preferencias personales me quedaría y recomendaría la carrillera (contundente de sabor) y especialmente los garbanzos marineros (espectaculares). De los vinos destacar la infalible manzanilla de Navazos, la buena evolución del distinto Rocallis y El Sequé.

No me cansaré de recomendar este establecimiento.

Por fin tenia ganas de probar este restaurante despues de tantas opiniones y la experiencia tuvo cosas positivas y otras no tanto.
Probamos el menu de Cuina Oberta y la verdad, relacion calidad precio es fantastico.
Buenos buñuelos de bacalao, fantastica ensalada, correcto foie y centollas demasiado fuertes de sabor a pisto pero buenas. Las carrilladas del final excepcionales de calidad pero otra vez, demasido fuerte el guiso.
De vino pedimos un shiraz de Enrique Mendoza. Como siempre.
El postre estuvo bien ( crema catalana con harina de galleta ).
El servicio fue un poco lento debido a que pese a ser miercoles estaba lleno pero en ningun momento nos descuidaron.
En fin creo que debe mejorar cosas, como el pan y la rapidez pero sales con un buen sabor de boca ya que pagas lo que comes y no defrauda.

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