Restaurante Quique Dacosta en Denia
Restaurante Quique Dacosta
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
116,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes, 25 noviembre 2013 a 29 enero 2014
Nota de cata PRECIO MEDIO:
204 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.6
Comida COMIDA
8.9
Precio medio entorno ENTORNO
8.1
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Las famosas brumas...
Rompepiedra
Nido de golondrina
Tiradito de corvina
Piedras de parmesano
Raim de pastor, líquen y tomate encurtido
Pétalos de rosa y gin tonic de manzana
Hojas...
Hazew
Bloody Mary
Appetiser
¿que fue antes?
Bruma
La Gallina de los Huevos de Oro
El Bosque Animado
Smoking Room
Bosque Animado
TrufaBlanca
Gamba rosa de Denia
Lichis
La bruma
Opiniones de Quique Dacosta
OPINIONES
105

Nuestra primera visita a El Poblet para celebrar nuestro 1er aniversario.

El local nos encantó tanto por fuera como por dentro y hay que destacar el servicio: excelente (siempre atentos para llenar la copa o cualquier cosa que puedas necesitar). Pedimos el menú degustación sencillo ya que nos lo recomendaron por ser nuestra primera visita y sinceramente acabamos decepcionados con la comida. Es díficil de explicar ya que las presentaciones y las explicaciones de la elaboración nos fascinaron (sabiendo el proceso de creación de algunos de los platos el precio me parece barato) pero muchos de los platos realmente no los disfrutamos y ciertamente algunos nos cansaron. A destacar el arroz que sería sin duda nuestra elección si decidiesemos volver.

La vuelta a casa estuvo llena de comentarios acerca de la excitación por haber probado platos tan vanguardistas y de tan fascinante elaboración y a la vez la decepción de no haber encontrado en ellos el disfrute que esperábamos al saborearlos. De hecho esta visita a El Poblet nos ha hecho replantearnos una de nuestras ilusiones: ir a comer a El Bulli (ya que ahora dudamos si el resultado será el mismo).

Bueno, cuando leo las opiniones sobre El Poblet, me da la sensación que casi todo esta dicho, y además por personas mucho más expertas que yo en temas culinarios. La verdad es que el local también exije ese nivel de pareceres. De modo que adjunto una copia del menú que probamos con algunos apuntes y me permito hacer un par de observaciones desde el punto de vista del neófito.
El lugar es singular. Preside la entrada una escultura de Toni Mari y hay un pequeño edificio anexo para uso de los fumadores (un gran, gran detalle). Cocina vista y bodega dignisima (Si hasta tiene mi querido Remelluri blanco!)
El recibimiento es amable pero no cordial. Pedimos una copa de vino blanco mientras esperamos unos amigos (un Caus blanco del Penede muy correcto). Detallo en la carta adjunta mis observaciones para cada plato. Servicio de pan: cuando lo presentan pienso: que mal, solo dos tipos de pan (blanco y con pasas!)y muy normalitos, insolito. Primer error: al finalizar la comida, me doy cuenta que practicamente no lo he probado. No me he dado ni cuenta de que estaba! Y es que lo que me iban sirviendo plato tras plato acaparaba casi toda mi atención. Elegimos un vino correcto (Mauro del 85), segundo error, solo bebiamos entre plato y plato, tan singulares y sorprendentes eran los sabores y las texturas de lo servido que no queriamos desvirtuarlos con un trago de vino por muy bueno que estuviese. Comimos con unos amigos muy queridos, teniamos temas de conversación pendientes: tercer error, no hablamos casi de los temas y mucho de la comida . Cerrabamos los ojos, oliamos, saboreabamos, nos reiamos, nos sorprendiamos, "bref", lo pasamos muy bien pero alrededor de esta comida. Cada plato un descubrimiento, nuevas sensaciones. Hay que comer muy despacio. Paladear cada bocado (que en algunos platos puede ser distinto del anterior bocado de ese mismo plato!!!), disfrutar los aromas, las texturas, la composición. Esto no es alimentarse, es placer puro, es experiencia, sensaciones, recuerdos incluso. Entonces, que mas da que las copas sean Riedel o Schott, los cubiertos de diseño (que no lo son y por ello son muy comodos)o no te sirvan unos petits fours con el cafe. Si hemos venido a sentir y la experiencia ha cumplido con creces nuestras espectativas.

Visito la casa por tercera vez y pedi el menu innovacion. La visito una vez al año , y puedo opinar que esta aun nivel de creacion estratosferico , igual que el precio , page 180 . los platos el cual mas elocuente y asonbroso de ingenio , color, texturas y sabores . Mi sorpresa llega el el decimo plato cuando no pude seguir de la velada por causas agenas a mi bien estar fisico ( cada uno saque su conclusion ) , aguante un plato mas el 11 , intente seguir con el menu y me quede a las puertas de los postres , pero los ojee, y despues de un digestivo me retire descansar. E el año proximo me lo pensare dos veces antes de pedir el gran menu.

El viernes pasado estuve celebrando mi cumpleaños con mi chica en este gran restaurante...he estado bastantes veces y me parece uno de los grandes de españa..tomamos el menu universo local que consta de 16 platos con las nuevas creaciones de quique dacosta del 2009...me parecio un gran menu inspirado en el mar...con platos sobresalientes como el "moshi de salsa verde"(una salsa verde que esconde en su interior unas tellinas acompañado de unos guisantes brutales..)"cenizas"(un plato a base de setas con un tratamiento que te lleva a olores de chimenea..humo...)"maderas"(un foie estratosferico escondido entre cortezas de arbol..)el arroz del 2009 con higado de becada y trufa negra..sencillamente genial..!! y dentro de los postres..ya lo conocia de otra vez que estuve pero me parece sensacional "lichis bajo cero"( con lichis con distintas texturas y visualmente precioso..) en cuanto a la bebida tome un champagne jaquesson reconmedado por el sumiller que me encanto..extraordinario junto a diversas copas sueltas para algun plato(un riesling,algun jerez para terminar con el maravilloso "molino real"...)la carta de vinos muy completa pero con precios bastante altos...las copas todas de riedel...mencion especial para el jefe de sala didier...simpatico..cercano..profesional..te hace sentirse mejor que en tu casa...he estado en muchos restaurantes de este nivel y el solo marca la diferencia con los demas...apoyado por un gran equipo en sala...terminamos tomando cafe y un gin-tonic en un precioso cubo de cristal con sillones blancos y charlando animadamente con quique dacosta y didier...en definitiva un gran restaurante...con un gran cocinero y un perfecto jefe de sala que sin duda debeis conocer..!!

La pareja del comentario anterior suponemos que eramos nosotros ;)

No comentamos plato por plato pues nos decantamos por el menú nuevas tradiciones cuya descripción puede leerse en el comentario anterior.

En nuestro caso, como uno de los comensales no tolera el foie, el cubalibre fue sustituido por el plato “Bruma”, hierbas escarchadas con aromas a tierra húmeda, de presencia espectacular por servirse con nitrógeno líquido y dando la apariencia del nombre del plato.

En cuanto a la bebida, comenzamos los aperitivos con una copa de champagne Brice Rosé, cremoso, con la burbuja bien equilibrada y recuerdos a cereza.

El vino elegido para acompañar el menú fue un Bürklin-Wolf Gaisböhl 2001 con aromas cítricos, balsámicos, hidrocarburos, hierbas aromáticas (tomillo, menta, albahaca)... impresionante y con apariencia de vino joven por sus tonalidades paja con reflejos verdes

Con el panettone, bebimos el moscatel soleado de Gutierrez Colosía, con unos aromas a naranja confitada y, lógicamente, con pasificados muy rico.

Los platos más destacables a nuestro juicio son la trufa blanca, el bosque animado y la gallina de los huevos de oro. El que menos nos gustó, la grasa de jamón Joselito al dente. También nos llamó la atención la afición a las texturas terrosas en el menú.

Las instalaciones son magníficas así como la amabilidad del servicio. El pero, los precios en los vinos y en los cafés.

Aun así, la experiencia es más que recomendable.

  • Bruma

    Bruma

  • La Gallina de los Huevos de Oro

    La Gallina de los Huevos de Oro

  • El Bosque Animado

    El Bosque Animado

Primera visita a El Poblet: la verdad es que después de hacer 470 km ya tenía ganas de llegar a este restaurante.
Al entrar nos atienden dos personas. Vemos la cocina a la vista y, antes del comedor, una jaula de cristal donde se ubica la bodega. Solo una pareja en una mesa. Nos acomodan los cuatro en una mesa redonda de dimensiones mas que generosas. La decoración acogedora y sin estridencias ofrece un ambiente relajado y elegante.
El maitre nos explica los menús degustación , platos de la carta y una selección de arroces. Acostumbrados a cartas con sólo menú degustación en muchos restaurantes, se agradece que den mas opciones al comensal.
Seleccionamos el menú Nuevas Tradiciones que ya comentado. Sólo añado algunos detalles no mencionados.
El somelier nos recomendó un Finca Terrazo 2006 –descubrimiento y muy bueno- y un Lustau Almacenista Manzanilla Pasada para la grasa de jamón joselito.
Trufa blanca: un plato de 2008 que consiste en una espuma de parmesano sumergida en nitrógeno líquido dos veces y rebozada de polvo de setas. Impresionante el primer plato-
Cubalibre de foie: una manera nueva de degustar foie.
El Bosque animado: a diferencia de otros comentarios a nosotros nos pareció una gozada: gelatina de sabores a tierra, setas cubierto de una bizcocho troceado imitando tierra (ver foto). Grasa de jamón joselito formada por una seta de origen asiático, plato mas lineal que no me convenció. Un azafrán de salmonete soberbio y después dos gambas y dos cigalas excelentes. Finaliza el salado con Arroz con hígado de becada y trufa soberbio. En los postres encontré genial el monocromático de coco y finalizó con un Desgarro de panetonne estéticamente muy parecido al Bosque animado. Finalmente pasamos al salon para degustar algunos cafes (foto). En fin, un menú de un cocinero consagrado que con materia primas de alta calidad y una técnica impecable ofrece sabores auténticos presentados con un alarde imaginativo y original que despunta sobre otros restaurantes de dos o tres estrellas. Sinceramente si estuviera situado en San Sebastián o Barcelona conseguiría las tres estrellas. Valió la pena el viaje.

  • Smoking Room

    Smoking Room

  • Bosque Animado

    Bosque Animado

  • TrufaBlanca

    TrufaBlanca

Nueva visita al Poblet (no tardarán en llamarle restaurante Quique Dacosta. Tiempo al tiempo).
Desde que entramos hasta que nos sientan, nos saluda un montón de gente, entre ellos el propio Quique. Como bien dice Delaforce, las mesas ahora son redondas y la decoración del restaurante ha cambiado, ambiente frío con algunos toques rústicos. Me gustó.
Pedimos el menú nuevas tradiciones, alternando con platos de nueva creación para que no repitiese algunos platos que ya habia probado.
-Trufa blanca del Montgó: un engaño visual que consiste en una trufa blanca que realmente es de parmesano pero con aroma a trufa y con un toque dulce que le da la corteza. Un plato perfecto, de 10
-La bruma: bueno, que yo sepa, es la primera vez que en un restaurante se hace algo parecido. Impresionante espectaculo de comerse una especie de cesped con sus flores y brotes, envueltos en una casi permanente bruma. Desgraciadamente, el sabor no me acabo de convencer mucho. Algo salado para mi gusto
-Grasa jamón joselito al dente: Consistía en una curiosa seta con un caldo de jamón ibérico. Buena combinación
-Sopa ocre. Quizás el plato que más me gustó. Una sopa con diferentes tipo de tuberculos, trufa, un cremoso de avellana y chufa. Otro plato de 10
-Las cenizas. Este plato es de nueva creación, es decir del 2009. Consistia en simular unas cenizas con varios elementos, fundamentalmente setas. Plato tan osado como contundente, que me partió el menú en dos.
A partir de este momento vinieron los platos de producto.
-Gamba rosa de Denia: plato que auna técnica y producto. El toque que le dan los petalos y el jugo del marisco y de los propios pétalos de rosa, no altera para nada al elemento principal al contrario, lo enaltece.
-Navaja gallega simplemente a las brasas: otro plato de producto y técnica. Consigue el sabor de una navaja a las brasas pero si hacerse realmente a las brasas
-Cigala de las rotas: hecha sobre una piedra de sal. Perfecto punto de cocción. Muy jugosa
-Azafrán "Mark Rothko" salmonete. Recreación de un cuadro a partir de varios elementos, entre ellos un salmonete con un fondo de gelatina de azafrán. Un plato demasiado contundente para finalizar la parte salada.
Demasiado pescado para finalizar, aunque no eché de menos carne (que casi siempre me cuesta acabar en los menús degustación) sí algún plato con arroz.
En la parte dulce 3 postres:
-Musgo: consistía en un bizcocho de te, con un merengue de manzana verde y regaliz. No me acabó de convencer del todo. Demasiado bizcocho
-Gianduja de cinco cítricos: impresionante mezcla de texturas y sabores lleno de cromatismo
-Lichis bajo cero: Varias texturas de esta fruta tan poco utilizada en la cocina. Parecía las ruinas de un templo. Una obra maestra de postre
Respecto al vino, poco que añadir a los comentarios anteriores. Si bien eche de menos alguna referencia en la carta a menos de 20€. Excelente servicio del vino por el sumiller que ya conocia de Casa Alfonso (gran fichaje), si bien es cierto que puede pecar de algo histriónico, me gustó las recomendaciones y explicaciones que nos hizo para maridar algunos platos del menú.
Maridamos el menú con un cava, además de un moscato D'asta que nos sirvieron para el primer plato. Muy acertado
Servicio de sala atento, aunque quizás demasiado pendiente. Quique salió a saludar y al vernos que estabamos a mitad de un plato, nos dijo que luego se pasaría a charrar un rato. Aun lo estamos esperando.
Una gran experiencia gastronómica al que le faltó un poco para ser perfecta

  • Gamba rosa de Denia

    Gamba rosa de Denia

  • Lichis

    Lichis

  • La bruma

    La bruma

Nueva visita a El Poblet dos años después. Recepción muy correcta y amable. Acompañamiento a la sala donde se nos permite elegir entre sentarnos uno al lado del otro o enfrentados. Primer cambio, la totalidad de las mesas son ahora redondas, hay más mesas en la sala y el mobiliario me parece de terraza veraniega. Copa de cava Agustí Torelló Reserva 2004, mientras ojeamos la fabulosa carta de vinos, y empezamos a degustar los aceites y los magníficos panes. Optamos por el menú Nuevas Tradiciones. Asesoramiento por parte de un sumiller, con abundantes conocimientos enológicos, pero sin gracia ni brillantez, excesivamente barroco, diria que cansino; no obstante la elección fue correctísima, un Dominio de Atauta Llanos del Almendro 2005, después de explicarle por donde iban nuestros gustos.

Empezamos. Cubalibre de foie gras, magnífico. El bosque animado, aysss, el plato de mis sueños, y en esta ocasión gran decepción, lo noté diferente a cuando lo probé la primera vez, más gelatina en el centro del plato, menos aromático. Grasa jamón Joselito al dente, curiosa seta, plato perfecto. Ostras "inspiración Guggeheim Bilbao", bonita recreación y buen resultado, quizás falto de ligereza. La gallina de los huevos de oro, este plazo siguen bordándolo, espectacular. A partir de aquí, finaliza la creación, y el menú pasa a convertirse en materia prima. Dos gambas de Denia, una navaja gallega y una cigala de Las Rotas. Excepcional calidad. Para finalizar la parte salada, suquet de pescado con cintas de sepia. Llegamos a este último plato con saturación marina, por lo que no pudimos con él, demasiado contundente. De postre, monocromático de coco, interesante y desgarro de panetonne de chocolate, correcto. Muy bien, la parte del menú dedicado a la creatividad, la segunda parte me parece demasiado orientada a la mar. Cavas y vinos servidos en magníficas copas Riedel. Servicio muy atento que llega a molestar ya que resta mucha intimidad. Si sumas a cuatro personas que te atienden y te preguntan tres veces cada una de ellas ¿cómo va?, ¿qué les parece?, más la retirada de platos, más el servicio de pan, más el del vino, más la llegada de los nuevos, etc. etc., creo que al final de la noche estuvimos más pendientes de ellos que de la cena o de nuestra privada conversación. Aquí creo que les falta coordinación. Carta de cafés y destilados correcta. Esa noche ya no soñé con el bosque animado.

Qué decir de Quique Dacosta? Para mí uno de los grandes de este país. En cuanto a su equipo de sala me parece excepcional: cercanos sin ser familiares, atentos sin ser empalagosos, y siempre con una sonrisa. Lo que menos me gusta es la decoración, a excepción, claro está de la especie de sala acristalada de la entrada donde se supone "medita" el chef y los baños. El resto me parece que necesita un cambio de look.

Local algo frío y, sobre todo, con demasiado ruido teniendo en cuenta la gente del local y la distribución, sobre todo teniendo en cuenta que es un lugar donde se va a disfrutar de la comida, llegando a resultar molesto en nuestro caso el oir demasiado a las mesas de alrededor.
El servicio muy atento, acogedor y cercano, sobre todo muy agradable, haciéndote sentir muy agusto. El sumillier, si bien algo más estirado que el resto del personal, no nos pareció estirado, sino algo cercano, haciendo recomendaciones muy acertadas (quizá sóo nos molestó que, al hacer propuestas distintas a las suyas para recomendar, acababa llevándote al huerto pasando un poco de tus propuestas).
Dado que nunca habíamos estado tomamos el menú nuevas tradiciones, once platos muy bien presentados, muy curiosos en algunos casos (como el bosque animado, que sólo olerlo era como estar en la montaña, el huevo de la gallina de oro...), sorprendentes y exquisitos (como el cubalibre de foie) y de gran calidad (como la gamba de denia o la cigala de las rotas), destacando un arroz impresionante y muy sabroso.
Bebimos un Neige con el foie (una grata sorpresa y acompañamiento ideal, un tiara, un Coma Blanca y un Villa Corullón (todo propuestas del sumillier).
En definitiva un menú muy marítimo, equilibrado y nada pesado, acabando con dos postres ligeros muy buenos.
Finalmente fuimos a tomar café al cubículo que tiene en la terraza de entrada, muy agradable.

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