Primera visita al restaurante.
En primer lugar pedi mesa fuera y me dieron dentro.
El maitre se equivoco en la comanda y despues cada vez que me servia agua sin gas lo hacia en la copa de la con gas, cara de pocos amigos.
Si que lo hace bien un camarero jovencito que nos atendio.
Senti una falta de intentar "meter" dentro de los platos al comensal.
El bosque animado, demasiada gelatina, no me dijo más.
La gamba con flores, buena la gamba.
El "plato estrella" cuba libre de foie, demasiado,falta de equilibrio.
2 arroces, lo único que destacó el de ventresca de mero.
En cuanto a los vinos vi ausencias notables.

Dacosta merecía otra oportunidad y la ha aprovechado. En mi anterior visita el fiasco fue tal que llegué a poner en duda mi propio criterio. Esta vez la cosa mejoró mucho, pese a la proverbial displicencia del maitre. Insufrible. Vayamos a la manduca: La "escarcha" es deliciosa y sorprendente; el arroz senia con frutos rojos, espectacular; "la gallina de los huevos de oro" es suculento, carne líquida; el gianduja de pieles de cítricos y el monocromático de coco de Elche, riquísimos; el soufflé de patatas y gel de trufas, sabores tradicionales para una presentación vanguardista; "el bosque animado" me causó sensaciones encontradas; no sé si me gustó pero sí me sorprendió; me dejó muy frío "la otra luna de Valencia"; la espuma de panceta de "los germinados" estaba muy rica pero sigo sin encontrale la gracia a la textura de los germinados; los tacos de papada caramelizada no aportan mucho al plato; "gamba rosa-gamba roja": prefiero la roja que la "rosa" a la que encontré ligero aroma a colonia (esteticamente, precioso; sápidamente, escaso); como plato principal, un rodaballo con lima-kefir sencillamente perfecto. Bollinger Special Cuvée, Quinta do Valemeao 2003 y Tokaj Oremus servidos impecablemente en cristalería Riedel. Merece las dos estrellas que Michelin le otorga.

Menu 86 €, vino por copas para maridaje, sumiller sabia poco poquito español.
Elaboración de platos como el bosque animado con hierbajos que arrancamos de las huertas, y Dacosta nos hace sentir maravillas en el paladar, por ejemplo con la verdolaga, etc.
Maitre, con aires de grandeza.
Servicio de un camarero jovencisimo excelente.

Una autentica fiesta,tu llegas la disfrutas,la pagas y te vas a casa encantado,eso es lo qu digo yo ,¿¿¿¿que mas da lo que cueste,o lo que te pongan si cuando acabas crees a ver estado en un sueño???mi enhorabuena y muchas gracias,ese bosque encantado aun ronda por mi cabeza

Experiencia gastronómica máxima. Este restaurante pertenece a otro nivel. Tiene 3 menús: 70€, 80€ y 120€, en este último caso compuesto por 17 platos. Optamos por el de 80€ que fue sencillamente excelente. Las texturas, los colores, el servicio, la originalidad de cada plato,...... El Poblet ofrece una experiencia culinaria redonda, perfecta, muy personalizada por un Quique Dacosta al que le gusta dejar su huella en cada elemento del restaurante. Magníficas las cartas de vinos. En la carta, como curiosidad, el año en que fue creado cada plato. Para disfrutar.

Miércoles a mediodía. El local es algo... personalmente, no me gustó demasiado, pero está muy bien montado y es cómodo. Vajilla, mantelería, cubertería y cristalería de primera. Servicio, tanto del vino como del resto, perfecto, con el ritmo muy bien medido. Tomamos el menú largo, Universo Local si no recuerdo mal, es decir: 3h30min de disfrute absoluto, con un sólo plato que chirría (el que incluye cerdo), pero aún ese estaba buenísimo. Los postres un pelín por debajo de la media marcada en los otros 13 (¿o eran 14? platos). Destaco el cubalibre de foie (sí, es impresionante, al menos para mí. Seré fácilmente impresionable, supongo), el cremoso de parmesano, la ostra Guggenheim, la deliciosa y sencillísima gamba roja de Dénia, y el arroz de anguilas con perlas de cereza... casi que fue mi favorito. Si no contamos con el "bosque animado" (no recuerdo el nombre exacto), realmente espectacular por su recreación de texturas y sabores de un bosque de cuento. El salmonete estaba tratado con auténtica exquisitez. Y así todo. Maridaje perfecto, con 6 vinos incluidos en el menú, especial mención al descubrimiento (para nosotros) del Marge ´04 de Can Roca (DO Priorat). Influsiones, cervecitas y todo, unos 135/persona. No me parece excesivamente caro. Volveré.

Una experiencia inolvidable.
El menu Universo local es espectacular, incluido el maridaje de vinos, con un servicio perfecto.
El mejor restaurante de la Comunidad Valenciana sin ninguna duda.
Quique Dacosta es un gran conocedor de los productos especialmente del arroz, y eso se nota.

Un diez.

Hombre, ni tanto ni tan calvo. Cené hace un par de días con un tío mío, ya mayor, al que quería invitar. La comida era bastante aceptable para la fama del local. Me temía algo peor, llena de aire, espuma, gas y espíritu esferificado. Pues no, era comida reconocible, tratada con respeto y sustanciosa. Me pareció sin embargo una bobada lo de comer pan de oro; ya había visto aurificar platos como hacen en Goizeco Wellington con un postre, pero no es lo mismo espolvorear que comerte una loncha de metal. Eso es una pijada, y aunque éticamente puede ser también discutible pagar por una comida lo que costaría alimentar una familia somalí, el hecho de defecar oro ya rebasa los desaguaderos de mi tolerancia moral. En cuanto a los vinos, la variedad era suficiente, y estaban ajustados de precio, al menos para ser un sitio de dos estrellas michelín. En cuanto al servicio, pues discreto, pero es que los camareros de sitios caros o ejercen de hipócritas serviles o de despreciativos diosecillos. hay excepciones, claro y yo conozco unos cuantas) Pero no se lo puedo reprochar cuando sirven a gente que en cuatro cenas se pulen lo que ellos ganan al mes. En fin, la gente no disfruta trayéndote la comida. Si tienes eso claro, El Poblet es un sitio recomendable.

Visitamos el Poblet en familia y disfrutamos mucho de toda su propuesta.
Si puede decirse así, la cocina de el Poblet también es de otro planeta, sin copias ni imitaciones y con un resultado increible en el plato. Todo sabe, todo tiene aroma, todo original sin tomar el pelo al cliente. A estas alturas, Quique Dacosta ya no necesita descubridores, pero para nosotros, fue un gran descubrimiento y una velada de magia sin trucos. El equipo de sala,perfecto, familiar. Actualmente, que los lujos innecesarios están pasando de moda, el comedor de el Poblet mantiene la elegancia y sin embargo hace sentirte cómodo, a tu aire.Sin lugar a dudas volveremos

Bueno, pero no tanto. No me acabo de sorprender, mucha tecnica pero esperaba ese puntito que se le supone a un restaurante con 2 estrellas, tanto por servicio como disposicion de las mesas, decoracion etc .no me convenció ni ahora ni hace siete años cuando fui por primera vez