Para esta hora de la noche: poesía, música y ¡porqué no! una copa de vino

Gracias,  Miryam, el himno de la Alegría iba dedicado a ti, pero me confundí y se lo dediqué a Unnovato..

,Gracias, Esther Láez, me alegro que os guste y os haga más distendida la larga espera. Seguiré,  hasta completar el cartapacio/ porfolio de poemas dedicados al vino.

Un abrazo

Seguirás escuchando a Mahler leyendo poemas sobre el vino y disfrutando de una copa, en le claridad invisible de la noche.

Saludos

A ver si se va a enfadar @Unnovato !!!!! Jjjjjjjjj.
Muchísimas gracias, en estos duros momentos se agradecen estos gestos tan amables con una.
Que está situación tan difícil no nos quite la sonrisa de la cara.

¡Aquí no se enfada nadie!

 Recordatorio: a las diez nueva sesión de poesía sobre el vino, música y vino para acompañarla.

De nuevo con vosotros. No sé cómo os va a afectar el coronavirus, espero que bien, pero de Mahler  vais a quedar hasta la corona.

Bueno, acomodaros como de costumbre . Para esta ocasión, que se la dedico a mi amigo NICO y su mujer, que se lo merecen, he elegido lo siguiente.

Poesía:El ciclo de la vida

Música para la lectura: 10ª sinfonía de Mahler, por supuesto. Solo os pongo el primer movimiento ( 27 min.) que dejó escrita completamente, antes de morir(1911). Existen otros cuatro movimientos que han completado otros compositores. Una vez fallecida la esposa,custodia de los manuscritos, su hija lo entrega al compositor inglés Deryck Cooke.

https://www.youtube.com/watch?v=vHyV8noUXC0

.. El ciclo de la vid

Antes de conocer el amante, en otoño e invierno,

vegetando

el próximo herido de amor sólo muestra sus partes leñosas.

En primavera

los cortes de la poda comienza a despertar,

el corazón cascabelea, las yemas henchidas

reclaman existencia

y los brotes de los futuros pámpanos

despuntan para salir.

Comienza la absorción de nutrientes por las raíces

y la búsqueda, hábil o torpe, de objeto amoroso.

Luego los pámpanos se desarrollan y la planta se cubre de

hojas,

los gestos son más livianos, pesan menos los huesos,

deslumbra la piel

gracias al fervor del sol

y a la humedad del suelo.

Aquí son críticas las heladas 

y los encuentros equivocados.

Al final de la primavera

con la floración, los amantes

hacen proyectos, retozan juguetones,

Se desarrollan los racimos.

Aumenta pausadamente de tamaño el grano

y toma color, dorado o negro, concentrados en la uva

los azúcares

la colman de aroma,

la pareja se siente un cohete al que le falta cielo.

Y la vendimia en septiembre vuelve los tallos otra vez

leñosos

 y con los primeros fríos,

la poda deja la vid triste y fuerte,

viva para un nuevo ciclo.

Espero  que sea de vuestro agrado.

Buenas noches

Graciassssss

Me recuerda a los vinos argentinos. En muchos casos es dificil encontrar una ficha técnica. Sin embargo en la contra etiqueta del vino encuentrasd un verso que describe lo que el enólogo busca en ese vino. Caso muy concreto es el Alma Negra de Ernesto Catena, vino que hasta los varfietales no son develados.

A mi me gusta el Himno de la Alegría, pero me entusiasma la versión "ochentera" de Miguel Rios.

E ltema del maridaje musica-vino es muy complejo y hay mucha polémica de por medio. Yo lo interpreto como el "mood" o estado de animo que te ofrecden tanto el vino como la musica. Por ejm, una música clásica sutil y elegante o incluso los Beatles iría mas con un Pinot Noir, un rioja clásico con mas de 10 años encima o un Barolo igual de añejo. Un rock progresivo o un guitarista flamenco (Vicente amigo, por ejm) con un tinto de esos que van evolucionado camaelonicamente mientras la copa va girando, o un clásico Ribera, Priorato o monastrell Alicantino con un rock clásico como Led Zeppelin, The Who, Queen, The Police o incluso Mecano.

No se, son solo ideas que van apareciendo con esto del encierro.

A ti.

Buena idea. Me gusta.

Gracias

Es interesante este tema. En general, los melómanos no mezclan música con nada, porque cualquier cosa distrae de ella. Y de hecho, la idea moderna de la música clásica es esa: nada debe interferir en el acto de escuchar música. Pero en realidad no fue hasta bien entrado el siglo XIX que se generalizó esa idea. Las oberturas de las óperas, por ejemplo, estaban concebidas como piezas para ambientar los momentos previos al inicio de la obra, mientras el público iba llegando y colocándose. No era hasta el final de la obertura que la gente empezaba a estar al caso de la obra. Las luces tampoco se apagaban en toda la representación, lo que invitaba más a la distracción, y no era extraño que el público hablara durante los número "menos importantes". Todo eso hasta que llegó Wagner e hizo cambiar esta costumbre.

Yo soy incapaz de prestarle atención a dos cosas a la vez,  soy incapaz de disfrutar de un arte si no le presto toda mi atención, y por ende estoy bastante de acuerdo con la concepción moderna. No por ello renuncio a utilizar la música clásica como música ambiental muy a menudo, pero con un objetivo distinto. Aún así, curiosamente con algunas obras me descubro inmóvil, habiendo dejado inconscientemente de hacer lo que estaba haciendo y solamente escuchando la música.

¿Y qué tiene que ver todo esto con el vino? Pensaréis. Pues más de lo que pudiera parecer, porque con el vino me pasa exactamente lo mismo: llegar a desgranar las sensaciones requiere toda mi atención, y no puedo compaginarlo con ninguna otra actividad que requiera de atención continuada. Cuando me pongo una copa de vino "de fondo" mientras hago otra actividad, termino dándome cuenta que no lo he tocado o de que lo he bebido sin prestarle atención. Solo pongo una excepción, las comidas, y es que comiendo es cada uno el que marca el ritmo, y se puede pausar el comer para dedicarse al beber y viceversa sin que, en mi opinión, ninguna de los dos placeres se vea menoscabado. 

Así que estos días estoy disfrutando de la poesía y de la música que nos propone el forero @Eterio, pero lo hago por separado. También del vino, evidentemente.

Un saludo 

Hoy has ido a dar en una obra desconocida para mí. De todas las inacabadas que nos han ido dejando los varios compositores, esta es de las que nunca ha escuchado. Sin duda lo haré durante el día.

Gracias de nuevo

Buenas tardes, Convinart, ahí buenos días

Definir un vino poéticamente es un arte muy laborioso pero que te ayuda a conocer, en parte, a la bodega y, leyendolo ya te está incitando a abrir la botella en un momento de sosiego y de buscar la intimidad con la copa.

El otro día, en la cata del tempranillo, Marta Calabuig, transcribió el bello verso de la contraetiqueta del vino Valle de Nadal y, cuando lo leí, me trasladó a dicho valle. con una copa en la mano.

Un saludo