Come, bebe, calla
En una ciudad idílica y lejos del mar el espíritu mediterráneo pasea por las orillas del amor buscando éxito profesional, reconocimiento y un hueco dentro del clan gastronómico de la Europa central. Hace frío pero, aún así las noches se riegan con cerveza, entre la lucha diaria de cocinar para sobrevivir y las tertulias que rozan el nivel de un estudiante de erasmus.