Restaurante muy bien situado, en el centro de Madrid, en la calle Montera. El precio es de risa, para la calidad de sus platos. Yo he comido una carne en salsa bastante aceptable y la presentación muy pero que muy buena. Los postres quiero recordar que también eran acordes. En definitiva, si andas “angosto” en el bolsillo, es un sitio a tener en cuenta

Fui a este restaurante guiado por unos amigos en Madrid. La carta es elaborada, con unos platos originales. La carta de vinos es breve en cuanto a originalidad. El principal inconveniente es la excesiva cercania de las mesas, que se traduce en un elevado nivel de ruido general. Eramos cinco personas y pedimos para compartir: Humus de patata con bacalao que estaba aceptable, ensalada de champiñones con queso fundido muy acertada, lasaña de verduras muy en su punto y sabrosa, milhojas de solomillo, chipirones a la andaluza algo sosos, pulpitos encebollados que estaban muy bien guisados. Para acompañar pedimos un Jaume Serra Merlot muy aceptable. El servicio del vino es correcto. De postre tarta de frambuesa, helado de biscuit y chocolatisimo, de los cuales el mejor era con diferencia el helado de biscuit.
En general es un restaurante muy asequible y en el que se cena muchisimo mejor que en cualquier otro lado por ese mismo precio.

Creo que no reservan previamente. Decoración modernita, ciertos problemas de comunicación con los camareros (pedimos una botella de agua como ocho veces) producto de la gran cantidad de gente. Casi imposible mantener una conversación en un nivel normal. Larguísima carta, aunque las materias primas suelen repetirse. Entrantes flojos, mejorando los segundos. Lo sorprendente es que ningún plato supera los 9-10 euros de precio. Presentación "vanguardista", aunque se me quedó la impresión de ser más un "fast food" en ese estilo que otra cosa. carta de vinos para salir del paso (beatriz rueda servido en cubitera, aunque no hay servicio). Para comer decentemente a un precio contenido, si no te importan las aglomeraciones.