Color rubí oscuro con tonos picota y granates y apenas un finísimo cordón algo más claro en el ribete, limpísimo y muy brillante, no indica en absoluto su edad.
La nariz confirma esa impresión de juventud: de notable intensidad, con mucha fruta negra (moras, ciruelas) en primer plano sobre un fondo de hoja de tabaco y finamente especiado, elegantísimo. Muy complejo, mantiene esos aromas como base y va mostrando apuntes de lo que ha de venir: notas terrosas, trazas minerales, caza, café… El desarrollo terciario apenas si ha empezado, increíble en un vino con más de 30 años!
La boca no se sale ni un ápice del esquema: poderoso, con notable estructura, pero con un tanino aterciopelado elegantísmo, con la acidez, el alcohol y la madera en un punto perfecto de equilibrio. Sigue esa fruta negra madura imponiendo su ley sobre los tonos especiados y minerales. Final larguísimo de una calidad y elegancia tremendas, con ese punto final levemente terroso que me fascina.
Enorme vino, ejemplo de elegancia, que va a ir a más, no hay duda.
(Y si acompaña un Pichón asado con su morteruelo en El Carmen de Montesión, pues placer absoluto)
Granate de capa alta.
En nariz nos dio un pequño susto por unas notas iniciales a pegamento, aromas que desaparecieron rápidamente para paso a la fruta madura, lácteos, violetas, leche frita, regaliz, azúcar tostado... fragante nariz de increíble complejidad y matices.
En boca excelente acidez, fresco, redondo, pulido por la botella, elegante.
Sin duda alguna una de las mejores añadas de este vino.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.