No pudo ser mejor. Un privilegio para un día señalado. 48 años de vino espléndido. Mejor de lo que esperábamos. Sorprendente intensidad frutal, desde el inicio, licoroso, algo oportizado, con terciarios marcados que no bloquean la fruta. Espléndido y pleno en boca, parece increíble con su edad, sedoso, poderoso todavía y elegante, con un punto de frescura y acidez que garantizan todavía más supervivencia. Deslumbrante
Catado en 9º Encuentro Verema.
Rojo rubí reflejos teja.
En nariz, cuero fino, madera ahumada, fósforo, especias(curry), canela, vegetales, madera de albaricoque.
En boca, elegante, fino, vivo, buena acidez....muy vivo.
El mejor, EMHO, de la cata vertical de VS.
Visual: rojo teja de buena evolución.
Olfativa: notas ajerezadas, oxidativas, tierra mojada, evolución.
Gustativa: pasó medio, elegante, con un final algo corto pero perdonable por su pasó de tiempo.
El más antiguo de los cinco únicos que catamos, sorprende tomar estos vinos de antes de haber nacido.
Cata vertical 2000, 1995, 1983, 1976 y 1967 en 9º Encuentro Verema
Se me antoja un elixir casi proverbial, al que no podemos mas que reverenciar.
Cuarenta y tres años después, nada en este vino merece un reproche. La elegancia en amplitud y cremosidad 'vegasiciliana' encontrada en los vinos más 'jóvenes' ha dejado paso a un vino con alma, honorable y digno miembro de un linaje mítico.
En nariz, vestigios de una fruta ya lejana. A más, sobrevinieron a mi mente notas de ahumados, tabaco o chocolote, amarrados con nobles matices oxidativos de anhelo ajerezado y que siempre sumaron excelencia. No obstante, se presentó algo más cerrado que el de 1976.
De acuerdo a mis preferencias gustativas y olfativas el vino no está tan suculento como otros VS catados más jóvenes pero es indudable su magnetismo trascendental.
Tras la cata vertical, resuelvo que cuando tenga mi colección de VS (je,je) los consumiré preferentemente antes de 30 años, aunque estas añadas anteriores a mi niñez, se disfruten también plenamente y repletas de virtudes nigromantes.
No me detendre mucho (y ni siquiera, casi nada) en describir la "fruta" o los "matices" de este vino. Si mis dos lectores buscan eso, aqui no lo encontraran.
Pero dire, compartire, que es un vino inolvidable. Sin una sola nota de suciedad o reduccion, sino un bouquet elegante, abigarrado, casi barroco con sus notas a amontillado, que no perdio nunca intensidad y gano prestancia a cada minuto. Esbelto, gracil, generoso todavia y, sobre todo, con una tanicidad bella que compensaba la relativa falta de empuje en el final. Es mas: dire que su tejido tanico era el mas atractivo de todos los Vega Sicilia que catamos.
Un vino intelectual, pero que nos habla con sorprendente claridad. Para beberlo con algo Michel de Montaigne.
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