Hasta Ecuador también ha llegado este vino de gama baja (al menos en precio) de las bodegas Freixenet, coupage de cuatro variedades y sin crianza. Estamos celebrando mi cumpleaños con mi esposa y mi hija en un precioso restaurante y nos lo ofrecen como vino de la casa. Por supuesto, como nunca lo habíamos probado, nos atrevemos con él. Además siempre nos hace gracia ver vinos españoles por aquí, a 9.000 Kms. Nos lo sacan de su vinoteca bastante frío, a unos 7°C quizás, por lo que esperamos unos minutos para proceder con su valoración sobre los 9-10°C. En la contraetiqueta aparecen unas bonitas palabras de la enóloga Gloria Collell explicando el por qué del nombre del vino. Pero vamos al asunto que nos importa.

VISUAL: De color amarillo pálido en tonalidades doradas, brillante y cristalino. Con abundante lágrima, fina y transparente (88).

OLFATIVA: Los primeros aromas que encontramos son de fruta tropical, fundamentalmente piña y lichi. También asoman notas de fruta con hueso (albaricoque), de plátano maduro y unas sutiles fragancias de flor blanca (jazmín). De intensidad media y con la fruta como protagonista indiscutible en nariz (87).

GUSTATIVA: Delicioso en su ataque, dulzón de entrada y a la vez con una marcada acidez. Cremosito en su paso por boca con un post-gusto frutal, pero muuuucho, en donde asoman unos interesantes recuerdos cítricos de zumo de naranja con apuntes de mango. Final lácteo con un toquecito de crema catalana y con un curioso repunte al fondo, como de yogur de limón. Qué sorpresa más agradable este vinito, con una persistencia de 1 minuto y 20 segundos pero llenos de fruta a mansalva, tropical, cítrica, con hueso... una barbaridad. Me ha encantado (92). Probablemente esos casi 4 añitos en botella le hayan ido perfectos.

La RCP y atendiendo al precio en tiendas españolas (4.50 euros) me parece excelente.

MARIDAJE: En el restaurante acompañó dos entrantes, uno de pulpo con yuca en emulsión de puerros y un tiradito de pescado en dos maneras con crema de ají y arazá. El plato fuerte fue un salmón a la parrilla glaseado con naranja. Como nos sobró media botella, ya en mi casa fue pareja de un rico taco de albacora al eneldo con almejitas y otro día nos la terminamos con un excelente pulpo "a feira". Una maravilla con todos los platos, pero con el salmón "anaranjado" del restaurante fue espectacular, notas salinas y cítricas en total armonía con la marabunta de fruta que aportaba nuestro vinito. Gran disfrute amigos!

Salud-os!!