Color rojo picota de capa alta.
La nariz es de buena intensidad, como ya se ha dicho, ligeras notas de pegamento que tras aireación desaparecen, notas de fruta negra, especias, balsámicos, tostados y mineralidad.
En boca tiene buena entrada, amplio, goloso, taninos pulidos, excelente acidez, fruta y crianza bien combinados y final de muy buena longitud. En retrogusto fruta negra sobre tostados y minerales.
Distinguido y elegante pero con la fuerza del terreno, muy rico.

Color rojo picota de capa alta.
Nariz de buena intensidad con una primera impresión de pegamento, de acetato de etilo, que desaparece rápidamente con un poco de oxigenación y que a mí, personalmente, no me molesta en absoluto. Buena presencia de la fruta negra, de la regaliz, la pimienta negra, tostados, notas minerales muy marcadas con recuerdos de grafito y las notas de violetas que podrían ser influencia de la syrah. Tiene un punto alcohólico que no llega a molestar pero que da ciertas punzadas en nariz cuando sube la temperatura.
En boca tiene una entrada golosa, cremosa, con un buen peso de fruta, una acidez muy muy rica, fresco, con las notas minerales de nuevo en la boca y un largo recorrido. Deja un fondo de cacao amargo muy rico.

Catado en bodega y tras un recorrido por el viñedo de la mano de la enóloga, prefiero no puntuar este vino, pues, sin lugar a dudas, al situación influyó en las percepciones.

Me gustó mucho.

Masset del Ros, reza además en su etiqueta, en referencia al viñedo del que procede. Notable profundidad de color, con un bello picota muy oscuro. En nariz tras un fugaz asomo de acetato de étilo que me llevo a otros timepos prioratinos aparece una amplia gama de aromas frutales, sobre todo fruta negra, engarzados en apuntes de flor morada (sobre todo violeta) y matices minerales -que son más evidentes en boca-. Acaba con sensacioens frescas. En boca tiene buen ataque, con notables amargos, bien de acidez, resulta fino y muy bien perfilado. Largo y estructurado, no puede negar su origen, con lo cual la consistencia es notable, pero tanto la mineralidad como alguna sensación fresca al final del paso por boca hacen mucho por aligerar el paso. Desde luego en estos momentos agradece bastante aireación (lo tomamos decantado un par de horas) y un servicio -lo siento por la herejía- en torno a los 14-15º.

Me parece uno de los mejores vinos del Priorat que he probado, la añada 2006 ya desaparecida era algo extraordinario.

Posee gran complejidad, tras su debida aireación, muy recomendable, percibimos su perfume: moras, arándanos, grosellas negras, incluso algunas notas de brea e hidrocarburos, con fondos marcadamente minerales, carbón quemado. Cacaos, tostados, y otros torrefactos también están presentes.

En boca es grandioso, a la vez delicado y persistente, equilibrado, notable acidez, y aunque su sabor es potente, todo en su punto, con gracia y elegancia, de mano femenina.

Me agrada el conjunto que aporta las variedades, de un lado la frutosidad de las garnachas y de otro la fragancia sutil de la variedad, apoyado con ese tacto astringente y penetrante que nos da el aporte de cabernet sauvignon.
Vinos muy completos, me parece también una extraordinaria añada, nada sobremadurada la uva sino todo lo contrario muy bien escogida. Tenemos que observar como todavía puede ofrecernos mucho más.