Color amarillo dorado tendiendo a oro viejo.
Nariz intensa y muy golosa, fruta blanca en almibar, membrillo y mineralidad.
En boca tiene buena entrada, muy buena acidez, amplio, de paso untuoso y como se ha dicho muy vivo. De final muy largo y retrogusto de fruta dulce y mineralidad.
Al beberlo pensé en lo bien que maridaría con quesos, especialmente quesos fuertes.
Interesante evolución.

Nos lo abrió Sylvia Puig ante nuestras preguntas sobre cómo evolucionaban sus blancos. Color dorado brillante, las nariz se mostró intensa y bien definida, con notas de fruta amarilla madura y algo de miel ligera, hay algún apunte de corte mineral. En boca entra intenso, con excelente acidez, resulta largo y más voluminoso que el 2010. Vivo, o más bien muy vivo, merced al nervio que muestra todavía en boca.

Color dorado. En mi copa no es un vino limpio, pues muestra cierta turbiedad; probablemente a no haber sido filtrado. Ello no redunda en una merma de su calidad, en modo alguno, pues nos hayamos ante un vino extraordinario. En un excelente momento de consumo. Notas de fruta de hueso, pastelería y monte bajo. En boca se despliega en toda su amplitud, con notas grasas, con una acidez correcta con magnífico paso por boca. Postgusto largo. Es un vino que puede aguantar algún año más. Y sorprendentemente, no ha tenido ninguna crianza en barrica. Muy buena materia prima.

Vista la inaudita réplica, damos otra oportunidad a este vino original y valiente para reafirmarnos. Lo hemos probado a diferentes temperaturas y tras la explosiva carga frutal vuelve el empacho. Es un vino pensado para comer si es que quieres acabarte una botella. Sino con una copa basta.

Después de una nueva cata, no acabo de estar de acuerdo con los comentarios de los demás catadores. El vino es rico, con ricos matices frutales e incluso florales, y si puede resultar algo cansino es quizás por la necesidad de tomarlo a la temperatura adecuada. Es un vino elegante, pero en cierto modo arisco. Quizás debe influir la elaboración, ya que si no estoy equivocado se usan barricas bastante más grandes que la tradicionales bordelesas, lo que le imprime un carácter distinto al vino.

De color ambar más bien claro.

Presenta una nariz muy afrutada, compota de frutas en almibar, platano, piña, lichi, destacando el melocoto.

El paso por boca es agradable y goloso, quizá un poco empachoso en la 3ª copa, buena acidez y buen recorrido, final muy frutal.

Color amarillo ambarino, por lo que no se si el vino evolucionará mucho. De hecho, a su fuerte carga frutal se añade un toque amargo de fruta sobremadurada ya, melocotón sobretodo, también albaricoque, pera, platano, piña, lichy... mucha fruta en definitiva, con buena acidez, goloso, igualmente en boca. Sorprendente aunque una botella entera se hace un poco larga. Aparece carbónico que se va muy deprisa. También algunos frutos secos, lo que indica la ràpida oxidación de esta garnatxa, que debe consumirse joven.

Color groc daurat... Aromes de fruits blancs, pomelos, especiats, fumats, minerals... Pas en boca molt elegant, això sí, cal deixar que es vagi obrint... final agradable i sec. Realment amb personalitat i molt bo.