Color cereza picota con ribete granate con lágrima de caída lenta.
En nariz se aprecia la grosella, frambuesa, balsámicos y notas minerales.
En boca, el ataque es fresco y agradable, se muestra potente y carnoso, buena acidez y tanino integrado. Redondo y sin aristas, dejando un postgusto largo.

Una grata sorpresa este vino de Cádiz.

Color cereza picota intenso de capa media-alta, ribete granatoso con abundante lágrima de lenta caida en copa.
En nariz intenso aroma a confitura de frutas, notas especiadas, balsámicas y minerales, con un pequeño recuerdo a barniz.
En boca tiene una entrada que hace jaque, cremoso y con buena carga frutal, buena estructura y fresca acidez, elegante toque seco con un punto de amargor que gusta, dulces y nobles taninos bien fusionados, elegante final con explosión de fruta y larga persistencia. Jaque Mate.
Precio actual: 15 €. Sorprendente RCP.

Respecto al enorme 2005, en esta ocasión me he encontrado una añada más definida, donde empieza a dar muestras de la línea marcada por la bodega, cada vez más fácil de beber y goloso, alejado de la complejidad del 2005.

Visualmente goza de un más que correcto cereza de medio cuerpo. Muy buena intensidad y dósis de complejidad aromática, donde la fruta madura -ciruela, higos- está presente en conjunción con los aromas que sobresalen tras la oxigenación en copa, especias dulces y exóticas -sándalo, curry rojo- se alian con finos tostados y tabaco rubio. En boca se muestra con buen volumen, estructura tánica, aún por pulir, rica acidez y cálido que le confieren expresarlo como un vino rico en matices y boca.

Nariz muy expresiva a grosella, hay violetas, especias y notas animales. Tiene innegable personalidad. La boca es perfecta, con una mineralidad y taninos perfectamente integrados. Muy agradable.

Me ha sorprendido el aspecto de este vino, a diferencia del 2005 tiene una capa media-alta, limpio y con lágrima abundante.

En nariz se abre con notas cárnicas y de reducción, tras una buena oxigenación, comienzan las notas de vainillas y especiadas, moras, frambuesas y algo de grosellas, algo balsámico y con notas a toffee y algo de chocolate. En boca entra potente, buena acidez que se conjuga con unos taninos dulces, buena longitud y persistencia.

Con el 2005 me pasaba igual, todas las botellas se abrían inicialmente con esa nota cárnica que no me gusta en absoluto.

Color cereza de capa media y ribete granate oscuro, limpio y brillante. Esperaba -sin motivo- una capa más concentrada. Me recuerda en su tonalidad a los riojas clásicos.

Nariz de intensidad media, con frutas del bosque, coco, maderas aromáticas (caja de habanos) y flores. Cuesta separar unas cosas de otras, pero todo se presenta como un conjunto armonioso.

En boca se presenta sin demasiada concentración, pero va ganando en intensidad con el paso. Buena carga frutal, acidez medida y taninos muy bien integrados. Alcohol poco presente y final marcado por un cierto deje salino y recuerdos de lo que ya se anunciaba en nariz.

Una grata sorpresa saber que , además de grandes finos y generosos, Cádiz da buenos tintos como éste. Me ha gustado bastante, pese a los 23 € en restaurante.

En nariz en principio nos dan agradables notas de cedro, notas tostadas y avainilladas de la barrica que en un principio me hace pensar que pueda ser un Rioja, sin embargo a medida que se va aireando el vino empieza a destapar otras notas que hacen pensar en un vino de una zona más calurosa y mediterránea. En nariz destaca la fruta roja compotada, con notas balsámicas y cierta salinidad que invita a pensar que está cerca del mar todo ello sobre fondo de marcadas y a su vez sutiles notas de terciarios como cacao, vainilla, café. En boca tiene un ataque contundente, tiene una estructura y acidez extraordinarias, fruta roja compotada, taninos dulces y grasos y mucha longitud. Una sorpresa muy agradable descubrir que en Cadiz se puedan lograr vinazos como éste. Tiene mucha vida por delante.