Ligero en su capa de color. Nariz muy cerrada inicialmente, no despega y con bastante humedad. Así se mantuvo bastantes horas matutinas. Por la tarde el vino va a mejor, muestra matices que van hacia aromas maduros en frutas, cierto toque animal, y hasta diría que un leve matiz punzante barnizado. Evoluciona hacia notas trufadas, chocolate fundido, notas terrosas. En la boca el vino es de cuerpo medio, entra sabroso pero no acaba de explotar en su totalidad. Postgusto no demasiado largo, notándose de nuevo sensaciones como de cueros y animales. Todo en su justa medida, acidez, tanicidad no demasiada pulida a pesar de los años. Francamente rico pero me quedo con el 1993.
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