Color rojo cereza oscuro, menisco rubi, capa alta, limpio, brillante, lágrima densa y tintada,
En nariz hay buena intensidad de fruta roja y negra muy maduras, regaliz, tostados, buenas especias como pimienta negra, clavo y vainilla, leves minerales y lácticos.
En boca tiene gran cuerpo, denso, mucha fruta negra compotada, tanino s maduros, buena acidez con leve sensación alcohólica. Buena persistencia final.

Un vino que destaca potencia en todas las fases de la cata.

No es un vino para chateo ni tapeo pues es bastante potente. Vino para comidas corpulentas como el arroz con costra con el que lo he maridado.

Visual: rojo cereza oscuro muy apicotado, bastante capa (media-alta tirando a alta), ribete cereza-transparente con destellos rubí y algún que otro reflejo atejado muy ligero. Limpio, brillante, con mucha lágrima, abundante, densa que cae lentamente y tinta ligeramente la copa. Por la visual se ve bastante joven para su edad y no muy evolucionado (al menos esta botella). Según la bodega el límite de consumo sería 2012 pero creo que habría aguantado unos años más sin problemas.

Nariz: de buena intensidad. Fruta roja y negra muy maduras, casi en sazón, ciruelas, regaliz, tostados, coco, especiados a tope, pimienta negra, toques de vainilla, maderas finas y lácteos. Se aprecian también terciarios (incluso descorchado ya 45 minutos) a cedro, sotobosque, ahumados, desván, piel de animal. Buen toque de mineralidad.

Boca: entrada corpulenta, poderosa pero agradable, fácil de beber, tanino bastante pulido aunque creo que aún podría pulirse un poquito más (noto aún ligeros verdores). Muy buena acidez. La integración entre alcohol-acidez-fruta-madera es buena aunque, EMHO, podría ser mejor. El final es largo, deja huella, postgusto ligeramente dulce-amargo y con un buen punto alcohólico que no me desagrada pero tampoco me entusiasma demasiado.

Buen vino que quizás aún le falte 1 añito más de botella para estar perfecto (serían 8 años pero hablamos de una crianza de 24 meses en barrica de roble americano).

Normalmente cuando ves los vinos de Alejandro Fernandez, uno se declina por un Pesquera o Condado de Haza, y pasas por alto Dehesa la Granja.
Este vino fué catado a ciegas. En general gustó a los catadores
El vino es de color púrpura de capa media-alta, con lágrima tintada.
Nariz muy frutal, fruta roja concentrada, alguna nota ligeramente mineral, y un pelín alcohólico. Alguna nota de maderas finas, pero leve.
En boca se repite la sensación frutal, tanino suave, postgusto largo. Vino equilibrado.
Vino rico en buen momento de consumo.

VISUAL: Color rojo picota de capa alta con ribete amoratado. Lágrima densa.
OLFATIVA: Muy buena intensidad aromática, con un potente aroma frutal, de fruta roja madura con toques de vainilla, lácticos, cacao, chocolates. No evoluciona en exceso pero mantiene esos aromas con gran potencia.
GUSTATIVA: Buena entrada, sabroso y muy goloso, con cuerpo. Persistencia media con recuerdos a la fruta madura y la vainilla en boca.

Primera vez que cato el trabajo realizado por el afamado creador del tinto Pesquera,a mi parecer un poco globalizado pero bastante disfrutable.
Se procedió a su decantación 2 horas antes de disfrutarlo,
De color picota intenso capa media alta y menisco de tonos púrpura.En nariz despliega tempranillo a raudales destacando la fruta roja en momento óptimo de maduración,notas lacteas de yogur de fresas,tostados en forma de caramelo y atisbos vainílicos.En boca es franco mostrando amplitud y estructura.Buen vino,seguro que tendrá evolución positiva en botella.