Color rojo picota oscuro de intensidad media-baja con ribetes violáceos que denotan juventud pero una corta maceración del vino con sus hollejos.

A copa parada tiene una intesidad media-alta. Aparecen aromas claros de frutas rojas (grosella y yogurt de fresa) que se matizan con notas lácteas y de caramelo que aparecen a medida que el vino gana temperatura.

En boca se muestra muy joven, demasiado ligero, con una correcta acidez algo cítrica, y un tanino algo arisco típico de una merlot a la que le cuesta madurar correctamente en añadas cálidas como fue la 2007.

Vino correcto para comer en verano, sin más pretensión que acompañar bien cualquier comida incluso si se toma algo frío (casi recomendable). Quizás para buscarle algo, sería conveniente no presentarlo como monovarietal y acompañarlo de otra variedad que le aportase algo más de volumen en boca y quizás prolongarle la maceración y la crianza algunos meses más pasando a ser un semicrianza algo más complejo.

En vista presenta un bonito color picota en la parte central evolucionando según nos acercamos a mensico los matices cardenalicios y fucsias. Limpio y brillante de capa media y lágrima fina.
En nariz notas de frutas rojas, apuntes florales (rosas y violetas), ligeros verdores y punta de madera.
En boca muestra buena acidez que da pie a un paso fresco y ligero marcado por las notas florales. Pelín astringente y con un ligero amargor final que a mí personalmente no me molesta.

De la variedad tinta más plantada en Burdeos, nos ocupa en esta virtual este entusiasta Martinez Bermell 2007.
En principio un vino dominado por sus aromas propios de la elaboración –fermentación alcohólica y maloláctica en barricas y 2 meses sobre sus lías- que la variedad –aromas de frutas rojas, tabaco, champiñón, cassis-, prevaleciendo las notas florales propias de la Merlot.

Atractiva visual rojo cereza con ribete juvenil de tonos violáceos, buena intensidad, propias de esta variedad.

Como dirían antaño “Huele a lías”, aromas secundarios propios de su elaboración, proporcionan apuntes muy característicos, impropios de vinos jóvenes, lo cual lo hace diferente.
Inicialmente dejarlo respirar, porque satura sus notas perfumadas, aparecen aromas de a yogourth de frutillos del bosque y regaliz. La fruta bastante madura rozando la compota, dominadas por las notas perfumadas, gracias a recuerdos florales –flores rojas y violetas-. ¡Que bien le sienta un poco de aireación.!. La madera se nota y se siente, notas de carajillo, de caramelos tofee, para culminar con sensaciones de ricos cafetales.

Me producen sensaciones no esperadas o no acorde a la nariz. Sus aromas me intuían una boca más golosa, resultando rico y sabroso en boca, agradable acidez, final amargo y con pequeña sensación astringente. Unos meses en botella y estará rico rico.

Destaco su peculiar elaboración, resultando un vino donde la mayor virtud por su amplio abanico e intensidad es la nariz, acompañado con una boca agradable.

Precioso color cereza con borde violaceo y capa media.
curiosa nariz con mezcla de frutas como la grosella y la fresa y un toque tostado con recuerdos de cenizas de tabaco.
En boca se presenta muy joven con una acidez que recuerda la manzana y la fresa acida, toques golosos de caramelos y un recorrido ligero y fresco.