Botella tintada de color azabache, vestida con etiqueta sobria pero bonita. Volumen alcohólico 20%.
Color: Precioso color picota de capa alta (casi opaco), con precipitados. Buena lágrima que tinta la copa. Para ser un 2000 el color es muy intenso, pero así es el Oporto.
Nariz: Entrada señorial. Notas de frutos negros (mora, frambuesa), ciruela negra, flores moradas, especias (pimienta), regaliz negro y notas minerales.
Boca: Ataque elegante, sedoso, gustoso, redondo. Muy bien estructurado, taninos maduros y buena acidez. Las notas que sobre salen son las de fruta negra madura (que perduran hasta el final) y los especiados. Su final es de largo recorrido, dejándote el paladar aterciopelado, con ganas de más y pronto.
Un grandísimo vino para tomar solo o acompañando quesos fuertes o una tarta de Santiago. Sobre los 50€, buena RCP.

Rojo picota de ribetes cardenalicios, capa alta. Presencia de precipitados.
Nariz de media intensidad, muy bien integrada con toques muy florales en los que destacan violetas y rosas. Aparecen también notas especiadas como de pimienta negra, y frutas negras como higos y ciruelas pasas. Con más aire muestra algún toque torrefacto y mineral e incluso algún recuerdo herbáceo.
En boca es potente, muy sabroso, estructurado, de paso firme y decidido, acidez bien integrada y un final largo y poderoso que deja recuerdos balsámicos y especiados. Alcohol bien integrado. Ligero deje amargoso en el posgusto. Vino de largo recorrido, pero ya accesible.
Un magnífico vintage que ya muestra algo de lo que será en unos años, muy estructurado y potente, pero a la vez con una finura y prestancia de vino grande. Puede consumirse ya, aunque mejorará en los próximos 10 años. Un valor seguro.