He comprado este vino, por las buenas notas que ha merecido de mi amigo Daniel P. Whitaker y de mi también amigo Daniel (el segundo de abordo), aunque he probado otros vintages de esta casa y no me han "encantado".
Efectivamente en nariz salen notas vegetales, tipicas de esta casa y de muchos de los vinos "jovenes" de Oporto, también salen notas resinosas, esto es para mi un pequeño defecto, hay notas de caramelo, chocolate y flores.
En boca tiene buen equilibrio y tiene toques de elegancia, el recorrido con notas verdes, aunque con buena estructura, es de cuerpo medio, el final esta bastante bien y la persistencia también.
He probado otras añadas mejores de esta bodega. Este no esta mal, pero la nariz penaliza un poquito.

Color caoba con destellos ambarinos.
Nariz de excelente intensidad que te recibe con unos aromas de dulces marroquíes, sésamo tostado, dátiles, mermelada de ciruelas, ciruelas pasas, clavo, notas tostadas, algarroba, arrope, cacao y sándalo. Es una nariz compleja y elegante, de esas que te hacen cerrar los ojos y concentrarte al máximo. Es un perfume para cualquier amante del vino.
En boca destaca el elegante peso de la fruta, las notas tostadas perfectamente integradas con la fruta madura, con las especias, con un alcohol bien integrado, largo...

Me lo regalaron casi a ciegas y la verdad es que acertaron plenamente. Como dice mi tocayo más abajo, una verdadera delicia. Ignoro el precio en España, así que, valoro la RCP con los 42€ indicados por Daniel P.Whitaker. Excelente RCP.

La gente de la bodega está muy orgullosa de este oporto y se expresa con gran entusiasmo de él -- quizá más que de cualquiera otro de sus vinos. Y cómo no compartir su euforia. Es un súper oporto, intenso, perfumado, robusto y elegante en sus aromas de ciruelas, cerezas negras, cassis y compotas, entrelazados con seductoras notas especiadas, higos secos, cacao y maderas aromáticas. En boca no toma prisioneros y se planta con autoridad, con una fruta pura y densa, en un recorrido concentrado como un láser y una tanicidad sólo cuantificable en cantidades industriales. Con semejante poderío no deha de sorprender que ya se bebe de maravilla, y su final, lento como chocolate fundido, deja claro testimonio de lo colosal que será este oporto, ya de suyo enorme. Sólido como la Tercera sinfonía de Johannes Brahms. Irresistible como la Fantasía para piano solista de Robert Schumann. 64 CHF en Zurich, 42 euros. Un chollo así no puede faltar en la bodega de mis dos lectores. Y mucho menos en su mesa de Nochebuena.