Color amarillo paja con reflejos tirando al limón.
Nariz muy fresca y de intensidad alta en la que se combinan las notas florales con las lácteas, la frescura de la hierba fresca con la carnosidad del plátano, la mineralidad de la piedra blanca con la alegría del agua de rosas.
Gustativamente destacan las notas cítricas ensambladas en un tacto cremoso, tiene una estructura amplia y muy buena persistencia. Es fresco y largo, con una gran acidez. Notas dulces de albaricoque se equilibran con un fino amargor final.
Vino blanco portugués que pone el listón muy alto sobre todo por lo muy bajo de su precio.

El vino Crasto Douro 2013 tiene color amarillo pajizo con recuerdos de lima, muy limpio y brillante.
Alta intensidad aromática que juega con la untuosidad pero sin hacerse pesada, hay lácteos y crema pero también fragancia de hibiscos y hierba fresca; hay tiza blanca y plátano maduro, pétalos de flor blanca y fruta de hueso amarilla.
Cuando en boca te esperas más crema y especias te sorprende su gran frescura, sus notas cítricas punzantes pero muy bien integradas, su fruta carnosa, una gran largura junto con una decidida reticencia a evaporarse.
Una prueba más del excelente nivel en el que se encuentran los blancos del país vecino.

Color amarillo pajizo con reflejos limonáceos, limpio y brillante.

Nariz de buena intensidad, con mucha frescura y fruta, que con el tiempo se va haciendo compleja (hierbas tipo anís, flores blancas y jazmín e incluso un toque lácteo sorprendente por no llevar madera, aunque parece ser que un 10% pasa por barrica francesa 6 semanas)

En boca vuelve la complejidad pues presenta una entrada fresca y cítrica que pasa por un ligero amargor que le otorga una persistencia muy buena.

Un vino interesante de nuestro vecino, tan parecido y tan distinta a nuestros vinos.

Para ser un 2013 no presenta ninguna evolución en color, encontrándose probablemente en su mejor momento de consumo.

Amarillo pálido con reflejos verdosos, limpio y brillante.
Nariz de buena intensidad, un perfil muy fresco, a ciegas lo último que piensas es que es un vino de Portugal, además frescura con cierta complejidad, notas minerales como a tiza, punto cítrico, fruta amarilla, flor blanca y un punto anisado muy fresco.
En boca sorprende la acidez que tiene, un paso cremoso sin falto de frescura, la acidez marca todo el paso acompañando también unas notas cítricas muy frescas, al final de la fase aparece un punto amargo que hace que el recorrido del vino sea más largo.

Visual:

Amarillo tirando a limón. Tonalidades verdosas. Limpio y brillante.

Olfativa:

Fresco, chuches ácidas, mineral, floral (jazmín), plátano, tímidamente herbáceo, fósforo, resina, anisados y agua de rosas. Mucho frescor balsámico.

Gustativa:

Entrada fresca, cítrico, mineral, de final amargoso, buena acidez y con persistencia. Graso y equilibrado.

Color amarillo limón muy pálido y claro.
En nariz saltan a primer golpe aromas frescos florales como la melisa y cítricos claros como el limón. Tiene un punto mineral y terroso bien presente.
En boca sorprende por su suavidad y acidez. Afilado y glicérico. Retronasal muy frutal y aromático, con un equilibrio sorprendente en frescura, golosidad, dulzor, acidez y amargor. Muy rico.

En vista se trata de un vino con un color amarillo pajizo, limpio y brillante.
En nariz se muestra untuoso, salen aromas que recuerdan a flores blancas y un ligero toque se fósforo.
En boca tiene una acidez marcada y se trata de un vino bien equilibrado. Tonos de albaricoque con un final amargo agradable y un post-gusto largo, que se mantiene en el tiempo e invita a seguir bebiendo.