Vino elegante y con raza, que combina la exhuberancia que uno asocia con
Quinta do Crasto con la aristocracia de Chateau Lynch-Bages -- que con su muy modesto "5eme cru clasee" no pocos años deja mordiendo el polvo a más de uno de sus ilustres vecinos en Pauillac.
Este Xisto muestra una nariz de fruta roja madura, tierra húmeda, algún mentolado, chocolate, discretos apuntes del roble y en general un carácter austero, un tanto distinto, más reservado en relación con los otros caldos que caté de la bodega. La misma distinción se confirma en el paladar, con excelente volumen y un recorrido concentrado, de notable equilibrio, es fresco y con suficiente fruta para beberlo ahora mismo y no mandarlo al calabozo a que aprenda buenas maneras -- que ya las tiene, y de sobra. 62 CHF en Zurich, unos 41 euros.