Restaurante Lakasa de César Martín en Madrid
Restaurante Lakasa de César Martín
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
21,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
47 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.4
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.2
Foie con trufa
Paloma torcaz asada con su jugo y aroma de vandouvan, cebollitas glaseadas y boletus edulis(media ración)
 Revolconas Adolfo con mollejas de ternera,,sobre la base de un taco de panceta crujiente y setas (media ración)
 Lubina salvaje en laminado y cruda con aderezos de especia de Roellinger (cúrcuma, pimienta y algas).
Coca de setas y sofrito con papada (media ración)
Carpaccio de boletus y amanitas (media ración)
Buñuelitos de Idiazabal (media ración)
Tabla de quesos de Antony
Carpaccio de bonito
Raya con migas y miso rojo
Lakasito
Royal de liebre
Steak tartar
El Bosque Goloso
Vieira a la brasa y pez mantequilla con lardo di colonnata
Terrina de foie caramelizado kasero con tostas
Opiniones de Lakasa de César Martín
OPINIONES
45

Hacía tiempo que no visitaba Lakasa. Ninguna vez en su nueva ubicación de la Plaza del Descubridor Diego de Ordás. Local más amplio, cocina de dimensiones importantes (80m2), en la sala mayor luz natural y una mejor separación entre barra y comedor.

Nada de lo sustancial ha cambiado. Las claves del éxito de Lakasa siguen intactas. Amabilidad y servicio, flexibilidad y variedad de mercado en la comanda y una buena relación calidad precio son las columnas principales que provocan que siempre hayan llenado desde que abrieron en su nuevo emplazamiento. El lema que el cliente vuelva.

Culinariamente se alternan platos notables con otros buenos pero que parece que no están del todo consumados, como si les falta algo para que acabarán de ser redondos. Buena cocina, que llega en pocos casos a la exclamación. En esta comida, especialmente en la recta final.

Comenzamos con el fiambre de callos (1/2). Entrante indispensable para los amantes de la casquería. Sabor, fina textura y ese crujiente dulce que aporta las pipas de calabaza. A partir de un guiso tradicional de callos, se llega a un bocado muy notable. Sin duda para repetir.

Dos composiciones francesas en un mismo plato, paté y rillete. El primero realizado con mollejas de ternera, pato y papada ibérica, el segundo con cochinillo y su grasa. Gustoso y firme el primero. Mejor el paté que el rillete, al cual le falta jugosidad. Bueno.

Los garbanzos con pez San Pedro gozan de una salsa bien ligada, similar en sabor a una salsa verde. La legumbre irregular, algunos garbanzos bien de punto mientras que otros se presentan demasiado al dentes. Desigual.

Seguiríamos con los guisantes, gamba roja y crujiente de oreja. Crema realizada con las vainas que aporta una mayor profundidad de sabor, pero resta cierta elegancia a la leguminosa. Se mezclan el dulce del guisante con el yodo del crustáceo en un plato correcto.

Otro mar y tierra que se presenta son las alcachofas con chipirón (1). La verdura tanto cortada en finas lascas y crujiente como confitada. Chipirón perfecto de punto tras un paso rápido por el josper y el fondo del cefalópodo gustoso pero con un punto de exceso de sal. Bien

Se comienza a subir el nivel con el arroz cremoso con conejo, tomillo y romero (1/2). Aromáticamente potente, recuerdos de monte, se nota fácilmente la presencia del tomillo y el romero. El grano de buena textura y sabor sin excesiva potencia. Agradable.

Uno de los mejores pases de la comida sería sin ninguna dura el tartar de gamo (1/2). Uno de los clásicos de Lakasa. La combinación del estragón, el tomillo ahumado, la mostaza y la cebolla roja junto con la carne conforman un plato intenso, con verdadera personalidad, rico. Para reincidir sin pensárselo.

Las manitas rellenas con rabo de toro (1) son otro pase que gusta por derecho. Crujientes tras su marcaje por la plancha en el exterior y tersas en el interior. Jugosas con el rabo de toro que viene acompañado de una salsa muy reducida de su guiso. Un plato completo, laborioso, bien rematado y notable.

Finalizaríamos con liebre al vandouvan (1/2) con crema de apionabo. Lomo ligeramente planchado, una mousse de higadillos y corazón y la liebre guisada, desmigada y finalmente napada con su propia salsa muy reducida. La mousse trasmite ese sabor vehemente de campo y animal, la liebre de encomiable textura y jugosa. Un plato de guisandero, de laboriosa mise en place que Cesar Martin Cruz y su equipo convierten en un señor plato.

El broche final dulce vendría el milhojas de crema catalana y fruta de la pasión (1/2). Milhoja crujiente, ligeramente tostado. Combinan muy bien la crema catalana (vainilla, nata, limón,..) con el ácido proveniente de la fruta de la pasión. Juntas provocan sensaciones aciduladas y ligeras que son un gran remate.

En definitiva una buena comida con algunos altibajos que se convierte en una notable experiencia por la amabilidad y detalles de todo el equipo de Lakasa. La carta es amplia y con todos los platos disponibles en medias raciones se provoca el aumento en el número de degustaciones, la sala es luminosa y amplia con sillas especialmente cómodas y los precios contenidos. Todos estos factores son la esencia para que un elevado porcentaje de clientes retorne.

La principal razón del éxito de Lakasa es que el cliente es el centro de la experiencia. César y Marina han transmitido este principio a todo el equipo y se nota. Hacen que la gente se sienta bien y ellos sienten el retorno de la clientela. Sin duda, Lakasa es el lugar donde todo lo que rodea la cocina mejora la experiencia.

Post completo en goo.gl/0KYrGc

Comida 7
Servicio vino 7,5
Entorno 8
RCP 8

Francamente hacia mucho tiempo que por circunstancias no salía a comer con mi mujer.
Elegimos este restaurante donde miman el buen producto con unas elaboraciones con fondo pero a la vez trabajando el equilibrio.Bastante influencia francesa en sus elaboraciones al igual que él la carta de vinos.
Empezamos la comanda.Todo en medias raciones.
-Buñuelitos de Idiazabal.Fundentes,con un muy buen sabor de este gran queso.
-Dorada salvaje laminada con especias y guacamole.La impresión al ver el plato es que las especias van a imponerse al producto.Nada de eso,el buen pescado se deja notar equilibrando las especias con el lado frescor del guacamole.
-Boletus,yema de huevo sobre parmentier de patatas.Untuoso,rico aunque más predecible.
-Paloma torcaz con curry rojo.La Paloma estaba magistralmente cocinada,con la carne sabrosa y ese curry rojo que con su toque picante acompañaba muy bien la carne prieta pero tersa del ave.
-Revolconas con mollejas de ternera,setas y papada confitada.Las revolconas vienen en una cocotte mini a parte.Muy buenas estas,pero el fondo de los demás ingredientes estaba perfectamente equilibrado entre sabor y elegancia.Muy rico.
Seguimos con los postres. Quizás estos,aún estando buenos son menos sorpresivos.
-Buñuelos de chocolate.Bolas redondas con una masa jugosa y nada empalagosa.
-Flan de huevo.Muy rico y compacto.
No olvidemos los panes que acompañaron.Hay variedad y calidad.
La carta de bebidas es muy agradecida,con un número interesante de diferentes vinos por copas.Un periplo bien elegido también en botellas enteras fundamentada por vinos nacionales y franceses de diferentes regiones,Ribeira Sacra,Gredos,Loira,Borgoña,Champagne...
A mi gusto,los blancos están mejor elegidos que los tintos,pero eso solo s percepción mía.
Esta vez estaba en manos de mi mujer que como amante del Priorat,eligió un fresco y agradecido tinto de Fredi Torres servido en copas de calidad.
También bebimos una capa de cava rosé de DG Viticultors.
Para el capítulo dulce le acompañamos con dos copas de Coteaux de Layon,una de Baumard y otra de Sablonettes.
Servicio atento,agradable y eficaz.Cesar va a las mesas a recopilar personalmente la comanda.Una persona bastante simpática.
En definitiva,un sitio de disfrute que no dudaré en repetir ya que en el capítulo caza,más han quedado unos cuantos platos muy apetecibles.

Nueva visita. Esta vez un Lunes. Cesar y su mujer no están pero no impide quela cocina funciona (no así la sala que anda un poco despistada).

Pedimos:
-1/2 de buñuelos idiazabal: Maravillosos
-1/2 Arroz con conejo: De los mejores que he tomado
-Salteado setas, parmentier y yema: Perfecto
-1/2 Sopa de pescado:Muy reconfortante
-1/2 Bacalao con salsa ortiguillas y trixat: Perfecto punto y sabor
-1/2 Pato azulón: Muy rico el pato, la salsa y la confitura de mandarina amarga
-1/2 Ciervo con tuétano y membrillo:Brutal en su conjunto
-1/2 Tarta de queso: Queso azul e idiazabal pero resultado suave y agradable
-1/2 Profiteroles: Correctos
-Melocotón con helado ahumado: Correcto. Rico el helado (Idiazábal?)
-1/2 Tarta de limón: Buena

Todos los platos del menú tenían muy buen nivel y estaban tremendamente ricos. Los postres son más discretos, pero este formato de media ración permite probar los buenos y los correctos. Destacar que las medias raciones de tartas, son tartas individuales, lo cual se agradece sobretodo visualmente.

Una carta en la que todos los platos apetecen. No tenían Grouse, navajas y alguna otra cosa de la carta.

Bebimos alguna cerveza y vinos por copas:
-Montenovo (godello 2015). Me suelen gustar los godellos y este está bien
- Clunia 2013 (syrah). El que más me gustó de los tintos
- Merula 2011 (merlot). Indiferente
- Dehesa Gago 2014 (tintilla de toro). No me gustó nada
Tienen el detalle de darte a probar el vino por si es de tu agrado. En vinos por copas no lo he visto hacer excepto aquí

La sala andaba un poco despistada, pero la amabilidad del personal y la calidad de la cocina disculpa ese tipo de cosas. Por mis anteriores visitas deduzco que es algo puntual. No hubo ningún problema con las comandas, sino más bien un poco de desatención.

De los sitios que conozco de Madrid, me atrevería a decir que es el de mejor RCP Tienen muy buena cocina y buen producto. Es un restaurante que recomendaría a todo aquel que le guste comer. Emplatados elegantes para platos con sustancia.

Nuestra primera visita y no va a ser la última, desde luego. Notable mejoría en el local y creo que se ha alcanzado un nivel de madurez en la cocina que no tenía, bajo nuestro punto de vista, en su anterior local (ciertos altibajos). Al menos en esta ocasión y tras probar numerosos platos, no hemos podido poner ningún reproche a lo que probamos. Todo fue perfecto, excepto, lamentablemente, el postre que pedí.

Salón de diseño moderno pero acogedor, con sensación de amplitud pensado para hasta unos 70 comensales, con todas las mesas junto a los ventanales, con una luminosidad natural que se agradece. Además dispone de una barra con mesas y taburetes altos. El servicio en sala más numeroso y con algún despiste. Nos tomó nota la atenta Marina Launay que además nos ayudó a diseñar la comanda con simpatía. Nos llamó la atención que el chef César Martín no se acercase a ninguna mesa tanteando el grado de satisfacción de sus clientes (¿agosto?).

Carta en constante evolución, siempre seleccionando los mejores productos del mercado. Conserva algunos de sus platos de siempre. Una ventaja es que todo se puede pedir en formato de medias raciones, lo que facilita aún más la comanda si se va con la idea de probar más platos. Además la carta tiene unos precios muy ajustados.

Comida para tres personas:

- Tartar de jurel: Como detalle de la casa, un tarta de jurel muy sabroso sobre rebanaditas de pan tostado.

Entrantes:

- 1 x Salmorejo con sardina marinada en vinagreta de tomate: Un gran gesto de Marina fue que se dividiese en tres medias raciones sin modificar el precio. Si hace poco probamos uno de locura en un restaurante de Málaga, éste no se queda atrás. ¡Qué maravilla su cremosidad y sabor!

- 1/2 x Ceviche de atún rojo picante: Otro buen plato bien ejecutado. Taco de atún cortado a cuchillo con un ligero aderezo picante de alioli de rocoto, boniato asado, cebolla encurtida y cilantro.

- 4 x Navajas a la plancha: Sin duda alguna, nunca había probado unas navajas de ese tamaño. Muy frescas y limpias. Una delicia.

- 1 x Mejillones al curry rojo: Generosa ración de mejillones bouchot con una salsa riquísima a base de curry rojo, nata, fumet de pescado y lemon-grass. Otra delicatessen elaborado con un producto más humilde pero agradecido. Por poner un pero, le faltaba un poquito de mordiente a la salsa.

- 1/2 x Chipirones a la plancha: 4 unidades, frescos y limpios, ligeramente planchados. Se emplata con una crema de ajonegro y ajetes. Otra delicia imprescindible.

Segundos:

- 1/2 Manitas de cerdo rellenas de rabo estofado: A pesar de ser media ración, se presentan dos medallones crujientes por fuera y melosos por dentro. Acompañado de un parmentier de patata, huevo y mantequilla muy cremoso.

- 1/2 de Revolconas Adolfo con mollejas de ternera: Unas mollejas salteadas con setas sobre un taco de papada ibérica confitada. Se acompaña de un cuenco con patatas revolconas de textura suave y sabor potente. Otro éxito.

- 2 x Pichón de Bresse asado con pasta corta: A mi chaval le va la caza como a mí, y nos decidimos por pedir dos pichones dada la experiencia de César con los productos de caza. Perfecto el punto de la carne, casi sangrante. Se presentaron con pasta corta al dente y una salsa consistente de sus interiores (hígado y corazón), verduras y vino tinto. Muy cerca del cielo.

Postre:

- 1 x Frutos rojos de Lozoya con crema de tocino de cielo: Abundantes bayas rojas y negras sobre una crema con sabor más parecido al de las natillas que a la del tocino de cielo. No estaba mal pero no llegó a la altura de lo salado.

Carta de vinos muy versátil y siguiendo las tendencias del mercado (unas 150 referencias). Muchos de los vinos se pueden pedir por copas. Precios comedidos. Pedí un par de copas Fino Tradición que lamentablemente pusieron a temperatura elevada (el camarero me comentó que venían de la vinoteca que estaba a 16º). Las retiraron y diez minutos después volvieron a servir otro par de copas sin cambio de temperatura apreciable. Pedimos un Listán Negro: La Solana 2013 (D.O. Valle de la Orotava) a 24€, servido a temperatura un pelín elevada y en copas adecuadas. No sé todavía si tienen servicio de sumiller.

Precio total: 182.20€ (inc IVA, servicio del pan a 1.50€ por persona, un par de cervezas, un refresco, los dos generososa 3.40€ cada uno, el vino y una botella de agua de 1 litro a 2.90€).

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría un entrante, un segundo y un postre, con IVA, servicio y sin bebidas.

Visita aprovechando excursión a Madrid desde Valencia. Sábado a mediodía con el local hasta la bandera. Reserva a las 15:30 y llegamos unos 15 minutos antes por lo que hubo que esperar unos minutos en la barra: caña (1,70€) bien tirada y unas buenas aceitunas.
A las 15:30 con perfecta puntualidad nos sentamos en la mesa. La posibilidad de pedir medias raciones es un servicio que me gusta especialmente, y es algo a lo que en Valencia no estamos muy acostumbrados. Tomamos:
- ½ de espárragos blancos con pintada en escabeche (8€). Como dice Filo en un comentario anterior, solo por este plato merece la pena venir. Extraordinario.
- ½ de coca de setas con papada ibérica (9€). Tamaño pequeño de la coca, aunque generosa cantidad de setas. Cuatro muy buenos bocados.
- ½ tartar de atún (13,5€) . Ración corta. Aunque está bueno, aporta poco. Comparado con el resto de elaboraciones, es prescindible.
- ½ steak tartar (14,5€) . Preparado con el carrito de rigor y punto de picante a juicio del comensal. Vicio puro, para volver y comer una y otra vez. Imprescindible.
- Solomillo Wellington (25€) . Pedimos una ración para compartir entre dos que vino emplatada en dos platos, buen detalle sin haberlo solicitado. Elaboración académica absolutamente impecable : la carne perfecta de cocción y jugosidad extrema con un muy buen hojaldre. Buen puré de patata. Imprescindible, 10.
- ½ tarta de limón de postre (4€) . Excelente.
En cuanto al vino hay varias opciones por copas, diría que al menos 7-8 tintos, y también disponen de la actualmente en desuso “media botella” aunque aquí se trata de 500 mL que sirven en una jarra de cristal a buena temperatura. Tomé un Viña Regueiral (Mencía, DO Ribeira Sacra) a 12€ los 500 mL.
Servicio atento y correcto. Pan bueno que no desmerece.
En resumen, es un local en el que gozar y la posibilidad de ½ raciones facilita mucho el disfrute. Una lástima no estar más cerca.

No hay duda,la nueva sala de Cesar aporta un "plus" a su cocina.Y eso que todavía existe un problema sonoro,por la escasa separación de la barra y de algunas mesas....pero según oí comentar ,ya estan pensando en resolverlo.
Mesas sin mantel,según la moda imperante.
Servicio muy amable,sobretodo la "maitre",explicando todos los platos.
Todo ó casí todo disponible en 1/2 raciones...lo que permite realizar nuestros propio menú degustación.El nuestro fue:Ensalada de pintada (8 eur) muy bien,Pez Limón en escabeche (9,5) bien,Tartar de atún (13,5) el plato que me dejo más indiferente...además la 1/2 ración más exigua..(casí al mismo precio que 99 sushi bar y sinceramente varios puntos por detras).Continuamos con chipirones en su tinta(8,5)muy bien y raya en pepitoria (9)bien .
Carta de vinos muy completa -que no enciclopedica-y muy bien tarifada.Bebimos Reto 2015(21,90) de B.Ponce,Albillo de cepas viejas en Manchuela de apenas 4000 botellas de produción,que acompaño estupendamente toda la cena.Copas correctas .
Servicio y aperitivo 1,5 euros p/p y Agua Solan de Cabras (1,6)

Ansiada espera para conocer la nueva ubicación (e intenciones) de César Martín para su excelente LAKASA. La nueva ubicación, si bien no está a mucha distancia de Raimundo Fernández Villaverde, ha quedado un tanto a desmano de las zonas de moda habituales (a espaldas de Ponzano), a la legión de seguidores de la cocina de César no les va a importar este detalle lo más mínimo.

La decoración del local es moderna e informal, con separación física (que no sonora) entre la sala propiamente dicha y la zona de barra y mesas altas. Del local destacan los luminosos ventanales (a diferencia de la escasa luminosidad del local anterior) y la magnífica cocina con vistas. Correcto espacio entre comensales, para en todo caso, un ambiente informal (familias y reuniones incluidas), con un sobresaliente servicio de sala de la mano de Marina y todo su equipo.

Se mantiene la posibilidad de recurrir en todos los casos a medias raciones, y así hicimos, comenzamos con una excelente “Ensalada de espárragos blancos y pintada en escabeche”, elaboración sencilla en el que la técnica en la caza está muy lograda; el cuenco de “salmorejo con sardina ahumada en vinagreta” es de premio, muy bueno; la untuosidad del “Steak Tartare” es única, realmente una gran elaboración; y para acabar no nos pudimos resistir al “tartar de atún, pimiento rosa y moztaza”, muy bueno, pero comparando con el anterior quedó un pelín por debajo.

De postre, helados de varios sabores (chocolate; correcto), y yo me decanté por la tabla de quesos “degustación de quesos Comte” (3 diferentes elaboraciones de este buen producto francés elaborado sobre leche cruda de vaca de las razas Montbèliarde y Simmental Francaise).

De la carta de vinos, nos dejamos recomendar por THALARN 2013, un vino tinto de la D.O. Costers del Segre elaborado por Castell d'Encús. Thalarn es un monovarietal de Syrah prodcedente de una finca propia situada en el municipio de Talarn, un pequeño pueblo del Pirineo, entre los 850 y los 1000 metros de altitud. Es la bodega que elabora vinos a más altitud en España. Los viñedos están plantados sobre suelos franco calcáreos, de bajo contenido en materia orgánica. El vino es bueno, pero tal vez esperábamos algo más. En los aperitivos nos ofrecen un fino y un cava, y para los quesos me decanto por un palo cortado.

La conclusión es la misma que en local anterior: En LAKASA de César Martín se come muy bien.

Primera visita en el nuevo emplazamiento. La diferencia con el otro local es abismal. Se está mucho mejor aquí, más agradable, más bonito, más cómodo, etc

Está genial que den al comensal la posibilidad de pedir medias raciones. De espárragos y el flan pedimos entera además de repetir media de manitas

3 personas que pedimos a compartir casi todo:

- Salmorejo con sardinas marinadas
- Buñuelos de idiazabal- Perfectos!. No los recordaba así de bien
- Espárragos blancos con pintada en escabeche- Solo por este plato ya merece la pena venir
- Arroz cremoso de atún
- Garbanzos con carabineros- Saben a lo que tienen que saber
- Chipirones a la plancha con ajonegro- No convencieron
- Manitas de cerdo rellenas de rabo- Muy rico, de hecho pedimos otra media ración
- Pichón de bresse- Espectacular el punto y sabor. La guarnición no me convenció
- Flan de leche de oveja- rico
- Tarta de limón- Gustó mucho
- Buñuelos de chocolate- La sencillez que me fascina
- Profiteroles de crema de mantequilla y chocolate

Maravillosa relación calidad/precio. Ahora mismo no se me ocurre ningún restaurante de la capital en el que se pueda disfrutar de esta manera por este precio.
Tienen vinos por copas y fue por lo que optamos, además de cervezas y copass de cava (Garay rosado bastante aceptable).

Otra vez más (y ya van dos en poco tiempo) que me encuentro un personal súper amable y con ganas de que te encuentres agusto.

Ya tengo ganas de volver

Primera noche de mi estancia en Madrid y primera visita a este restaurante situado en una zona muy agradable del barrio de Chamartin,

Tras haber reservado con antelación, llegamos a LaKasa a las 21h precisas del sábado 07 de noviembre. Es de destacar que a esa hora(para mi, muy normal, pero para los madrileños pienso que un poco avanzada), el restaurante ya estaba bastante lleno.
Nada mas llegar, sin ningún tipo de espera, nos situaron en la que iba a ser nuestra mesa y se ocuparon inmediatamente y perfectamente de nosotros, sin prácticamente tiempos muertos, y asi fue hasta el final de la cena.
No voy a describir nuevamente el interior del restaurante, pues ya ha sido perfectamente descrito en diferentes comentarios de Verema. Añadir simplemente que me sentí muy a gusto nada mas llegar, como si estuviese en mi Kasa, aunque fuese la de Cesar Martin, quien al frente de los fogones nos deleitó con su cocina tradicional revisada, de temporada y de proximidad, a base de buenos guisos y platos de cuchara, casqueria, caza, setas, platos de temporada... y como no de sus platos del dia.
Las mesas no están muy bien separadas las unas de las otras, por lo que si se tiende muy ligeramente la oreja, se escuchan las conversaciones de las mesas cercanas, pero en este caso, no lo encontré negativo pues aviva mas aun el buen ambiente de "bistrot". Los manteles, son unipersonales, los cubiertos y la vajilla son de calidad y las copas son Schott. Las sillas son cómodas. El servicio es cercano, amable, simpático y profesional. El servicio del vino es bueno y su carta sin ser muy amplia, unas 60 referencias, me pareció bastante completa. Sirven vino por botellas y por copas. La Jefa de sala es Marina Launay, buena anfitriona y esposa de Cesar Martin.

Para componer nuestro menú, nos dejamos aconsejar por el Chef, quien nos propuso en la mayoría de los casos tomar medias raciones y muy acertadamente.

Éramos tres comensales y optamos por los siguientes platos :

Para compartir en medias raciones :

Buñuelitos de Idiazabal Una verdadera delicia, crujientes por fuera y muy melosos en su interior. Muy sabrosos.

Carpaccio de boletus y amanitas Puro deleite.

Coca de setas y sofrito con papada En el plato original, había también chistorra, pero lo pedimos sin. Que gozada !!! Para repetir.

en plato completo,

Lubina salvaje en laminado y cruda con aderezos de especia de Roellinger(cúrcuma, pimienta y algas) Pescada en Asturias, muy rica, excelente producto, presentado como un carpaccio, pero algo mas espeso y bien aderezada con las especias, que en ningún caso enmascaraban el sabor del pescado.

De segundos, en medias raciones, tomamos :

Paloma torcaz asada con su jugo y aroma de vandouvan, cebollitas glaseadas y boletus edulis salteados MC, lo encontró excelente, en su perfecto punto de cocción. Un platazo de caza, un "vrai régal".

Revolconas Adolfo con mollejas de ternera, sobre la base de un taco de panceta crujiente y setas Que plato de cuchara, señores, para quitarse el sombrero "Chapeau", disfruté de lo lindo y no os explico el pan que consumí untando ese delicioso fondo cárnico...

Pizza Antony Pizza de quesos que mi hija encontró excelente, y que tuve ocasión de probar para corroborar su opinión.

El pan que acompaño la cena, blanco y de semillas, fue muy bueno.

De postre, compartimos 3 medias raciones y una entera.

Tarta de queso azul de textura cremosa, fue la primera vez que probábamos una tarta de queso azul y desde luego no será la última. Para repetir

Tarta de limón con una base de crumble Kaserito coronada de merengue Muy bueno

Pannacota Sechuan También muy buena

Flan con leche de oveja y huevos de corral Me recordó el que tomé en el restaurante "Els Casals" de Sagàs, aunque un poco por debajo, pues el del Casals francamente roza la perfección.

Para beber tomamos una botella de agua Solans de 1/2 litro y un excelente vino crianza blanco de Asturias ( es la primera vez que pruebo un vino asturiano) Dominio del Urogallo, Las Yolas 2013 de Bodegas Dominio del Urogallo en Cangas de Narcea, creo que no tiene la D.O Cangas, cepaje 100% Albillo, con 12 meses de barrica de roble francés y viñas centenarias. Me pareció muy equilibrado, largo en boca, bastante profundo y con buena acidez. Me gustó y mucho.

Los postres los acompañamos con unas copas (2) de vino blanco dulce MR 2010 DO Sierras de Málaga Cepaje 100% Moscatel de Alejandría. Me pareció fresco, afrutado, y bien equilibrado.

Finalizamos con 3 buenos cafés.

La nota ascendió a 46,60 €/persona. Muy buena RCP. La cocina de Cesar Martin, nos gustó a los tres, mi hija ya se lo ha anotado en su agenda madrileña, y mi mujer y yo cuando volvamos a Madrid, si podemos, nos daremos la satisfacción de volver a degustar esos platos tan auténticos y tan bien cocinados. Antes de marcharnos, tuve la oportunidad de mantener una corta pero agradable conversación con Cesar Martin sobre lo que me había parecido su cocina. A primera vista, me pareció una persona muy receptiva, sencilla y agradable. Restaurante muy recomendable.

  • Paloma torcaz asada con su jugo y aroma de vandouvan, cebollitas glaseadas y boletus edulis(media ración)

    Paloma torcaz asada con su jugo y aroma de vandouvan, cebollitas glaseadas y boletus edulis(media ración)

  •  Revolconas Adolfo con mollejas de ternera,,sobre la base de un taco de panceta crujiente y setas (media ración)

    Revolconas Adolfo con mollejas de ternera,,sobre la base de un taco de panceta crujiente y setas (media ración)

  •  Lubina salvaje en laminado y cruda con aderezos de especia de Roellinger (cúrcuma, pimienta y algas).

    Lubina salvaje en laminado y cruda con aderezos de especia de Roellinger (cúrcuma, pimienta y algas).

  • Coca de setas y sofrito con papada (media ración)

    Coca de setas y sofrito con papada (media ración)

  • Carpaccio de boletus y amanitas (media ración)

    Carpaccio de boletus y amanitas (media ración)

  • Buñuelitos de Idiazabal (media ración)

    Buñuelitos de Idiazabal (media ración)

En esta casa se come pero que muy bien. Ale, los del campamento base ya pueden irse. Los de la cordada que sigan leyendo.

¿Estamos todos? ¿Los de siempre? ¿Sí? Pues nada, vamos allá.

Tenía anotado el pasarme por aquí desde hace eones, pero ¿qué os voy a contar? Entre pitos y flautas no ha sido hasta este momento cuando he ido.

Como en mi es habitual llego pronto. Me gusta ver cómo arrancan los servicios. Soy así de raro :-) Esto, además, me permite ver cómo evoluciona el servicio, yendo desde cero hasta los momentos en que más exigencia hay de ellos.

El servicio, muy amable y eficiente, trae la carta inmediatamente, incluida la de vinos (¡sin pedirla! ¡¡ bien !!), te ofrecen un aperitivo (bebestible) y te traen algo para picar mientras vas leyendo la carta.
Un detalle que me gustó es que tienen platos fuera de carta, pero no te los cantan. Tienen un "chisme" sobre la mesa en la que están impresos los fuera de carta de ese día. ¿Ven señores hosteleros como no es ciencia ficcióóóóóón? ¡Hay gente que lo hace! Además estos fuera de carta se podían pedir por medias raciones y a mi eso es algo que me soluciona bastante la comanda.

Hoy os cuento un poco el asunto del vino antes que la manduca. Tienen una carta bastante razonable en lo que se refiere a volumen y diversidad. El precio me pareció que anda como x2, lo cual dado como anda el asunto es asumible y raro es que no encuentres algo que te guste y pagable. Además tienen un número de vinos por copas considerable. Sí, parece que lo habitual es que en algunos sitios tengan apenas tres o cuatro vinos por copas y a precios absurdos, pero aquí no, tienen un número considerable de vinos por copas y eso está pero que muy bien. No son precios como para tirar cohetes, pero tampoco te van a lesionar la tarjeta de crédito. Por otro lado, en la primera página están los vinos de Jerez y para qué mentir, puse ahí mi tienda de campaña :-)

Prefacio: Momento pan. Ofrecen dos tipos de pan, blanco y con semillas, ambos con un 30% de centeno. ¿En cuantos sitios os ofrecen un dato así? Además estaba bien el pan, con mordida. No te lo cobran. Ojocuidao, que a mi no me parece mal en absoluto que lo cobren. Deben cobrar todos y cada uno de los elementos. De lo que me quejo es de los lugares en que lo cobran sin que lo hayas pedido o consumido. No es el caso, desde luego.

Vamos con el condumio (todo a base de medias raciones) y el bebercio a la vez. Comencé con un fiambre de callos. Fino y delicado. Muy rico. Para beber elegí una copa de Fino de Bodegas Tradición (3,9 EUR). Después unas lentejas (estas eran fuera de carta) con setas. Muy hogareñas y bien ejecutadas. Todos sabemos lo que son las lentejas y las hacemos en casa y las hacían nuestras abuelas y nuestras madres y que las de un lugar salgan en plan Nadia Comanecci, oye, pues está muy bien.

Más. Después vino una paloma asada con más setas. Jugo de sabor laaaaargo y el punto de la paloma impecable. Ojo, impecable para mi. Sí, a mi no me importa que la carne esté cruda en los platos que lo requieran, pero no me gusta el pichón sangrante, me gusta al punto. Ese punto en el que ya no sangra, pero la carne sigue sonrosada. Ese punto me encanta y así estaba. Por supuesto muslete por un lado y pechuga por otro y deshuesada. Este plato lo tome con una copa de Oloroso Tradición (5,5 EUR). Aquí dudaba entre amontillado y oloroso, pregunté qué me recomendaban y les hice caso. Excelente con este vino.

En este punto, y en otras circunstancias, aquí habría empezado a cerrar el asunto. ¿Por qué no lo hice? Pues por un lado porque estaba a gusto y por otro, si el vino acompaña, yo con él. Es así. Mi tarjeta lo sufrirá y eso que ganará el establecimiento. Así que allá que me fui a por otro plato. Tenían fuera de carta una dorada con crema de calabacín sobre morcilla de Burgos. Este plato fue con la Manzanilla 42 del Equipo Navazos (3,3 EUR). Plato rico y solvente. Perfecto el punto de la piel de la dorada. No obstante aquí hago un inciso. Empiezo a pensar que soy yo el problema. Creo realmente que es así. Estoy tan acostumbrado a puntos más crudos de pescado al cocinar yo que cuando como fuera me parecen todos demasiado hechos. Esta dorada no estaba demasiado hecha, pero sí un punto por encima de lo que me habría gustado. Insisto, creo que esto ya es una cuestión mía y de mi gusto, no de un problema en la cocina.

Llegaba el asunto del postre. Y ¡maldición! no recordaba que aquí tenían tabla de quesos. Habría preferido comer queso en lugar de otro plato. En cualquier caso, llegado a este punto, si no estuviera convencido, lo habría solventado ya en plan tie-break, la cuenta y hasta luego, pero como estaba cómodo seguí con el postre y también tienen medias raciones :-) Pedí una pannacotta con pimienta de Sechuan. Postre sencillo y bien resuelto. ¿Sencillo? Una cosita os cuento ahora que estamos intimando. Creo que es la primera vez que como una pannacotta cremosa y no gelatinosa en plan implante de silicona. Y sí, también con el postre tomé vino. Concretamente una copa de Baumard Côteaux du Layon Carte D'Or (o así ;-) - 2,6 EUR - )

Notemos una cuestión del servicio en esto del postre. Llegaba el amable, y joven, camarero con el postre y apenas a tres pasos de mi cambió el gesto, el paso y giró bruscamente para desaparecer de mi vista. Él había visto algo que yo no. Un nanosegundo después del lugar en el que había desaparecido vino un compañero suyo con el cubierto y en el siguiente nanosegundo llegó él con el postre. Me encantó que alguien tan joven tuviera ese punto tan claro y definido en un servicio.

Café. Oooooye, pues mira tú que también el café está bien.

En suma, salí muy bien comido y bebido por unos razonables 63,70 EUR.

Notas:
Vosotros no sé, pero yo no vivo en el mundo de Banner & Flappy, de modo que también cuento algún punto negativo.

1.- Señores hosteleros, en este caso señores de Lakasa, a las alturas de partido que estamos que aparezca en la cuenta 1,5 EUR en concepto de 'Cubierto' es innecesario; total y absolutamente ridículo. Denle una pensada porque no hay por dónde cogerlo, por favor. No es por el importe, es porque el concepto, en sí mismo, es una mediocridad y visto el impecable servicio y cocina estoy seguro de que no es eso lo que pretenden mostrar de su casa.

2.- Estaría bien haberlo sabido antes, porque yo siempre llevo en la mochila mi propio cubierto. Sólo por ver su cara cuando sacara mi tenedor, cuchara y navaja habría merecido la pena ¿no? 8-D

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